Edición N° 405 - Enero 2017

Arquitectos peruanos se quedaron con el primer “Oscar Niemeyer”

 

 

El Lugar de la Memoria cuyos artífices son la arquitecta Sandra Barclay y del arquitecto Jean Pierre Crousse del estudio Barclay & Crousse Arquitectos, tiene el honor de quedarse con la primera edición del “Premio Oscar Niemeyer para la Arquitectura Latinoamericana”, anunciado en el marco de la Bienal Panamericana de Quito 2016.

El galardón, creado recientemente por la Red de Bienales de Arquitectura de América Latina (Redbaal) y de carácter bienal, reconoce la ejemplaridad de una obra construida en uno de los países participantes (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), para potenciar la presencia regional en el contexto internacional, valorando aspectos arquitectónicos y tecnológicos, y la relación con su contexto social, cultural y ambiental. 

El Premio toma el nombre del arquitecto más icónico de América Latina: Oscar Niemeyer, cuya obra ha sido valorada en todo el mundo. La iniciativa cuenta con el aval de la Fundación Oscar Niemeyer mediante un convenio suscripto con la Redbaal en noviembre del 2014.

El proceso de selección estuvo a cargo de un jurado conformado por los arquitectos Sara Topelson, Carlos Jimenez, Lauro Cavalcanti y Glauco Campello. El panel destacó los valores del LUM por su propuesta arquitectónica y tecnológica; por su relación con el contexto, con los aspectos sociales, culturales y ambientales.

El jurado también distinguió con un segundo premio a la Biblioteca Brasiliana en São Paulo (Brasil), de Eduardo de Almeida y Rodrigo Mindlin Loeb, y con un tercer premio a la Capilla de San Bernardo en La Playosa (Argentina), de Nicolás Campodónico.

Además se concedieron tres menciones de honor: la primera, al Edificio 03 98 en Loja (Ecuador), de Espinoza Carvajal Arquitectos; la segunda, a Toy Box en México, de Grupo Arquitectura; y la tercera, al Centro de capacitación indígena en Grano de Oro (Costa Rica), de Entre Nos Atelier.

 

Un edificio que cobija el recuerdo

Es, sobre todo, un proyecto cívico y pedagógico cultural  que tiene como principal cometido el de dignificar al hombre e insertarse armoniosamente en su contexto geográfico y urbano. Se integra al paisaje recuperando la memoria de la Costa Verde, con su conformación de farallones y quebradas, utilizando sus elementos constitutivos característicos (canto rodado) y la vegetación oriunda de carrizales.

El Lugar de la Memoria ofrece un vasto balcón sobre el mar, una plaza pública abierta a la ciudadanía y de libre acceso. El proyecto se articula mediante un recorrido significante que parte desde la vía urbana de acceso, continúa a lo largo de la visita de la colección y termina con el camino de retorno a la ciudad, en una sucesión de espacios abiertos y techados que predisponen al visitante a interactuar activamente con el contenido museográfico. La responsabilidad con el medio ambiente es asumida por medio de dispositivos arquitectónicos simples para obtener el confort acústico y visual así como para lograr la mayor eficiencia en el consumo de agua y de energía.

 

El Lugar de la Memoria construye la memoria del lugar

Los acantilados de la Costa Verde constituyen el patrimonio paisajístico más importante de Lima. El proyecto sutura la herida provocada por la construcción de la Bajada de Productores prolongando con el edificio el sistema de farellones y quebradas, intentando recuperar las dimensiones originales de la bajada natural.

El edificio adquiere una dimensión territorial al formar parte de un sistema topológico de más de 10 kilómetros de longitud, que parte desde el lugar del proyecto hasta el Morro Solar en el Sur (hacia el Norte los acantilados han sido intervenidos y no poseen ya ningún rasgo original). El ingreso peatonal al edificio (la mayoría de los visitantes se desplaza en transporte público) se realiza recorriendo una falla o quebrada creada entre éste y el farellón natural, reproduciendo así el recorrido que parte de un contexto metropolitano para llegar a un ambiente natural, característico de las bajadas históricas de la bahía.

 

Un edificio sensible al lugar

En un contexto rodeado de vías de alto tránsito y elevados niveles de contaminación sonora, se propone un edificio que se protege del caos vehicular para abrirse hacia el farellón que hace parte del lugar de intervención.

El material de cerramiento del edificio, paneles prefabricados en hormigón armado con cantos rodados, geometriza la materia constitutiva del acantilado para convertirlo en un “farallón artificial”. El edificio, opaco hacia el norte, se abre hacia el sur con grandes superficies vidriadas, aprovechando la buena orientación y la protección del ruido.  Estos ventanales generan vistas sobre el farellón, enmarcándolo e integrándolo conceptualmente a la exposición.

 

La lógica constructiva

Siendo el lugar producto de la destrucción y relleno sanitario del acantilado, el edificio está gravado de costosas cimentaciones por pilotes de profundidad importante. La estrategia de implantación del programa minimiza el área de cimentación, desarrollando una edificación compacta en altura que reduce considerablemente el número de pilotes. Al colocarse la edificación muy cerca del farellón natural, la profundidad y el costo de los pilotes se reduce consecuentemente.

 

Del espacio cívico al espacio de reflexión

El terreno es nivelado en andenes para formar un vasto espacio cívico llamado  “Explanada de la reconciliación”.  El suelo está constituido de la misma materialidad de los acantilados y del edificio, puntuado por cañaverales de carrizo (gramínea que crece cerca del agua) como recuerdo de la vegetación oriunda de ésta y otras quebradas de la Costa Verde.  Desde este espacio público el edificio exprime su institucionalidad y estatuto público. En lo alto de la edificación, el recorrido museográfico culmina en un segundo espacio semipúblico llamado “el lugar del congojo”, que constituye una transición entre la exhibición y el retorno a la ciudad.

El suelo en gradería con parapetos horizontales permite descubrir paulatinamente el horizonte y finalmente la bahía de Lima.  En este espacio de reflexión e introspección se propone un quipu moderno que materializa la memoria del ser querido ausente, en un intento por complementar la historia de esos años con la presencia física del objeto que activa el recuerdo o simplemente como medio de comunión con el difunto, costumbre muy arraigada en la mentalidad andina.

 

El recorrido museográfico

El ingreso se inicia a nivel de la Explanada de la reconciliación y de la Brecha o Quebrada.  El recorrido museográfico se realiza por medio de una rampa ascendente, accesible a las personas discapacitadas. A lo largo de dicha rampa se desarrollan las salas de exhibición constituidas por volúmenes volados sobre la sala de exhibiciones temporales y la biblioteca, formando fallas o grietas que hacen alusión a las profundas brechas sociales que dieron origen a la violencia.

El recorrido termina en el Lugar del Congojo, culminando con el (re)descubrimiento del horizonte y la bahía de Lima, para luego proseguir hacia la ciudad, en caso de los peatones, o bajar en ascensor al estacionamiento, en caso de las personas llegaron en vehículos privados.

 

Qué es el LUM

El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Integración Social (LUM) del Ministerio de Cultura del Perú es un espacio de conmemoración pedagógico y cultural que alberga la historia de violencia ocurrida en el Perú entre los años 1980 y 2000. Se ubica en el distrito de Miraflores, Lima, y fue inaugurado en diciembre del 2015.

Surgió en el 2009, cuando el gobierno peruano  anunció la construcción de un museo dedicado  a las víctimas de la época del terrorismo vivido en el Perú, durante la cual los grupos terroristas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru se enfrentaron con el Estado.

En el 2010 se convocó el concurso público arquitectónico para el proyecto Lugar de la Memoria. Con un jurado internacional conformado por Rafael Moneo (España), Kenneth Framptom (Reino Unido), Francesco Dal Co (Italia), Wiley Ludeña y José García Bryce (Perú), se logró reunir a alrededor de 350 estudios de arquitectura nacionales e internacionales.

La propuesta ganadora fue la creada por el estudio Barclay & Crousse, de los arquitectos peruanos Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse, quienes trabajaron en torno al rol de un edificio público en la ciudad.

El proyecto. Además del Premio ON, ganó la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires 2013 y en el 2014, la edificación fue reconocida en la XVI Bienal de Arquitectura Peruana con el “Hexágono de Oro”, máxima distinción arquitectónica en el Perú.

 

Fuentes

https://es.wikipedia.org

www.plataformaarquitectura.cl

www.arquitecturaviva.com

http://arq.clarin.com 

www.metalocus.es

 

 

Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse, los autores

ELLA. Titulada por la Universidad Ricardo Palma de Lima y por la Ecole d’architecture de Paris-Belleville. Obtuvo la maestría en Territorio y Paisaje por la Universidad Diego Portales de Chile. Docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (2006-) y la Ecole d’Architecture de Paris-La Villette (2005-06) y profesora visitante por la Universidad Nacional Del Litoral (Santa Fe, 2012). Becaria de la Fulbright foundation y la Académie d’Architecture, Francia, en el 2.000.

ÉL. Titulado por la Universidad Ricardo Palma y por el Politécnico de Milán. Obtuvo la maestría en Territorio y Paisaje por la Universidad Diego Portales de Chile. Docente en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard (2015), la Pontificia Universidad Católica del Perú (2006-2015) y la Escuela Nacional de Arquitectura de Paris-Belleville (1999-2006). Ha sido co representante del Perú para el equipo curatorial de la exposición “Latin America in Construction: Architecture 1955-1980” en el MoMA, Nueva York en el  2015.

Disertante en la Conferencia Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Arquitectura (Clefa) realizada en mayo del 2014 en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional de Asunción, ocasión en la que visitó las oficinas de Mandu’a (Edición del 07/14, Nº 375).

Miembro del Jurado, categoría Medalla de Oro, en la XVIII Bienal Panamericana de Quito.

AMBOS. Fundan en París el estudio Barclay & Crousse Architecture, contando desde el 2006 con un estudio también en Lima.

Su obra ha sido reconocida internacionalmente por los Emerging Architecture AR+d awards en 2001 y 2004, el accésit a la mejor obra construida en la IV BIAU, El Premio Bienal a la Arquitectura Latinoamericana en la XIV Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires y el Premio Cica 2013, categoría Arquitectura Latinoamericana, otorgado por el Comité Internacional de Críticos de Arquitectura. En el Perú han obtenido el Hexágono de Oro 2014, máximo reconocimiento a la Arquitectura en ese país, otorgado por el Colegio de Arquitectos del Perú.

 

 

Capilla San Bernardo, donde la naturaleza impuso sus condiciones

Esta obra del arquitecto argentino Nicolás Campodónico ganó el segundo Premio Oscar Niemeyer a la arquitectura Latinoamericana.

Ubicada en la llanura pampeana, al este de la provincia de Córdoba, la Capilla San Bernardo (patrono del lugar) se erige en un pequeño monte de árboles, originariamente ocupado por una casa rural y sus corrales, ambos desmantelados para reutilizar sus materiales, fundamentalmente sus ladrillos centenarios. El sitio no cuenta con energía eléctrica, agua corriente, ni ningún tipo de servicio, la naturaleza impone sus condiciones.

En el límite entre la arboleda y el campo abierto, el volumen de la capilla se abre en dirección a la puesta del sol, captando la luz natural del atardecer en el espacio interior. Por fuera de éste, un palo vertical y otro horizontal se disponen por separado y son proyectados hacia el interior. Como resultado, todos los días, durante todo el año, la sombra de los maderos se desliza por el interior curvo de la capilla, culminando su recorrido superpuestos uno con el otro.

Hoy sabemos que Jesucristo sólo cargaba con el palo transversal sobre su espalda en su camino al Gólgota. Conceptualmente la crucifixión se concreta con la reunión de ambos maderos para formar la cruz. Diariamente las sombras de los palos recorren por separado el camino necesario, tal como fuera el Via Crucis, para finalmente encontrarse y conformar la cruz, ya no simbólica, sino una cruz ritual, donde la pasión vuelve a ocurrir cada día a partir del sol, comprometiendo una dimensión cósmica.

 

 

Biblioteca Brasiliana, construida bajo estrictas reglas de preservación

Eduardo de Almeida y Rodrigo Mindlin Loeb son los autores de este proyecto que resultó distinguido con el tercer puesto del Premio Oscar Niemeyer. El edificio, con más de 21.950 m², albergará la rara colección de 17.000 títulos donados por el bibliófilo José Mindlin a la Universidad de Sao Paulo (USP). Fue construida bajo estrictas normas de conservación para asegurar la preservación de las obras. El complejo, que también alberga la colección del Instituto de Estudios Brasileños (IEB), cuenta con una librería, cafetería, sala de exposiciones y un auditorio para 300 personas. 

Todos los espacios están conectados e iluminados con un núcleo central acristalado y en torno al edificio se creará un bosque que conformará el paisaje ideal para la lectura.

La ejecución de la obra contempla la reubicación de algunos árboles con revegetación exitosa. Asimismo, la construcción fue compensada mediante la siembra de miles de plántulas en el barrio de Butantã

En el proyecto se tuvieron en cuenta los elementos sostenibles.

 

Fuente

www.archdaily.pe

 

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