Edición N° 400 - Agosto 2016

¿Cómo serán las nuevas urbes?

 
  • Vista aérea de la ciudad de Masdar en Abu Dhabi.

  • Recife, capital del estado de Pernámbuco. La primera y por ahora única ciudad inteligente de Latinoamérica

 

Asia sorprende con ciudades de nueva creación como Masdar o Songdo. Las capitales europeas apuestan por las energías renovables.

Sostenibilidad, eficiencia energética y sensores inteligentes. Todos estos son conceptos que rodean el bunkerizado sector de las ciudades inteligentes, a veces demasiado inconcluso, poco práctico y alejado del gran público. Sin embargo, ya existen varios ejemplos que demuestran su viabilidad y los innegables beneficios que aporta a los ciudadanos.

Si Asia representa la vanguardia en este terreno y Estados Unidos el colmo de la seguridad urbana, Europa se mueve a caballo con propuestas como las de Viena, elegida en más de una ocasión como pionera en este terreno. La capital austríaca se ha convertido en un auténtico laboratorio de pruebas gracias a un acuerdo alcanzado por la empresa Siemens junto otras compañías locales. Fruto de esta colaboración ha nacido el Aspern smart city research, un proyecto que cuenta con un presupuesto de alrededor de 50 millones de euros.

Se trata de un complejo que empezará a construirse en la zona norte de Viena e incluirá una zona residencial, otra más financiera y centros académicos en un espacio que cubrirá alrededor de 240 hectáreas. El 50 por ciento de la zona está reservado para lugares de uso público como plazas, parques y zonas de ocio al aire libre. Su construcción ha empezado este mismo otoño y en el 2030, prevén que el distrito se convierta en una ciudad inteligente del futuro, con 20.000 habitantes y 20.000 puestos de trabajo adicionales.

Otra de las capitales europeas más importantes en el terreno de las smart cities es Copenhague, una ciudad que quiere independizarse de los combustibles fósiles en el 2050. Para lograrlo, se ha invertido en una red de transporte público eficiente, fiable y bien integrada. Una iniciativa que ha logrado reducir los niveles de congestión y contaminación hasta los más bajos de las principales ciudades del mundo. De hecho, el número de trayectos en coche en el centro de Copenhague se redujo de 351.000 en 1970 a 284.000 en el 2010. También se ha integrado la red ciclista en una de las ciudades con más aficionados a este medio de transporte.

Además, el 22 por ciento del consumo eléctrico total de Dinamarca proviene de turbinas eólicas, las mejor valoradas del mundo. En Copenhague se ha implementado una infraestructura de energía renovable mediante una asociación única basada en la descentralización. La capital danesa también ha logrado otro avance en el reciclaje y envía a los vertederos menos del 2 por ciento de los residuos. La mitad de los desperdicios se reciclan y el uso mayoritario es para generar calor para la red urbana de calefacción.

Si Europa apuesta por lavar la cara a sus ciudades con prácticas soluciones medioambientales, Asia demuestra su poder con urbes de nueva creación como Songdo, ubicada en una isla artificial junto a la costa de Incheon y a 60 kilómetros de Seúl donde esperaban que a finales del 2013 65.000 personas vivan en ella, después de más de una década de construcción.

Su principal avance es el nivel de integración de la tecnología en los hogares, con sensores que detectan cualquier tipo de accidente doméstico y una red de fibra óptica de Cisco que permite interactuar con los vecinos a través de una pantalla.

La construcción sostenible es otro de los grandes avances de Songdo: los edificios disponen de un sistema de climatización que regula la temperatura interior en función del tiempo que haga en el exterior. Además, las azoteas de los altos rascacielos se han habilitado para almacenar el agua de lluvia y utilizarla en los sistemas de refrigeración o regado, además de contar con todo tipo de dispositivos que regulan el consumo energético.

Otra ciudad de nueva creación es Masdar, una urbe ecológica en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un proyecto construido por el prestigioso Norman Foster y que tiene como objetivo ser la primera ciudad del mundo sin emisiones de carbono y sin residuos.

Se trata de una ciudad independiente de la cercana Abu Dabi y que tiene previsto dar cabida a 50.000 habitantes y a otros 40.000 trabajadores diarios. Utilizar un sistema para refrigerar los edificios con energía solar, sin necesidad de consumir electricidad, reciclar el 80 por ciento del agua que se consume y prohibir el transporte motorizado. Sólo usar el vehículo eléctrico para los desplazamientos de una capital que quiere ser cien por cien limpia.

Japón, país pionero en este terreno, también tiene mucho que decir. Gracias a un programa piloto de cinco años, Yokohama se convertirá en un laboratorio urbano para el desarrollo de sistema de mejora de la sostenibilidad medioambiental urbana, dirigido por un consorcio en el que participan siete compañías japonesas: Nissan Motor, Panasonic, Toshiba, Tokyo Electric Power, Tokyo Gas, Meidensha y la unidad japonesa de Accenture. El proyecto consta de un plan dedicado a la gestión energética y de residuos pero tiene especial énfasis en el área de la movilidad y de sistemas de recarga del vehículo eléctrico.

 

Recife, el Sur también existe

Latinoamérica también se ha apuntado al tirón de las ciudades inteligentes con ejemplos como el de Brasil o el de Argentina.

La primera y por ahora única ciudad inteligente en Latinoamérica está en Brasil, en Pernambuco. Es Recife, y sus 240 hectáreas se adaptan a la tendencia green en la que priman la ecología y el ahorro en los suministros a través del uso de fuentes alternativas.

La cidade inteligente será realizada por NEC Latin America, junto con el Consorcio Arena Pernambuco, filial del grupo brasileño Odebrecht. Adelantan que tendrá alta tecnología de conectividad (LTE y 4G) y una infraestructura de comunicaciones de fibra óptica de -como mínimo- 40 gigas por segundo. No habrá autos, pero sí cámaras, y muchas, porque la seguridad estará en sus manos, junto con sistemas de monitoreo de comportamiento (behavior analitics), o sistemas biométricos, conectados sin descanso a la policía y otros sistemas de emergencia. El resultado de esta urbe especializada se podrá ver en el 2020. Para entonces, sus 50 mil habitantes poblarán una región tecnológica, turística y comercial “de alto valor adquisitivo”, según los pronósticos.

En el caso de la Argentina,  Buenos Aires ha puesto en marcha el Plan microcentro de transformación del centro urbano de la capital argentina a través de la renovación de los espacios públicos mediante tecnologías innovadoras.

 

 

 

Fuentes

www.elmundo.es

www.conexionbrando.com

 

 

 

 

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