Edición N° 420 - Abril 2018

De la mano del indio BV Doshi el Pritzker premia una arquitectura social y humanitaria

 
  • Casa Kamala. Interior de la vivienda de Doshi en Ahmedabad. En ella la luz natural que se cuela por las uniones entre los planos convive con la protección frene al exceso de sol.

  • Amdavad ni Gufa. Al igual que su estudio Sangath, las estructuras abovedadas están cubiertas de mosaicos.

  • Balkrishna Doshi con su “guru” Le Corbusier con quien trabajó en la década de los cincuenta y a quien debe el Pritzker, según declaró.

  • Amdavad ni Gufa. Esta galería de arte en forma de cueva exhibe es uno de los diseños más experimentales de Doshi.

  • Aranya, vivienda de bajo costo. Proyecto ganador del premio Aga Khan de Arquitectura en 1996, el desarrollo fue diseñado para establecer una “sociedad sostenible”.

  • El ganador del Pritzker con el arquitecto Louis Khan, otro de los maestros de la arquitectura que influenció en sus trabajos.

  • Centro para la Planificación y Tecnología Ambiental (Universidad Cept) en Ahmedabad, edificio universitario que privilegia la búsqueda de la luz y la sombra. Al hormigón que aprendió a utilizar con Le Corbusier, Doshi sumó cuidados artesanos y ladrillo.

  • Finalizado en 1983, el Instituto Indio de Administración, en Bangalore, explora el concepto de diseño de aulas interiores y exteriores. Una estructura sencilla y organicista en plena comunión con la naturaleza salvaje que rodea al lugar.

  • Premabhai Hall. Ubicado en la vieja ciudad de Ahmedabad, este edificio brutalista postlecorbusiano corresponde a un gran teatro público moderno. Cuando el edificio cerró, en 1997, era una cáscara de vacío enorme en la ciudad.

  • Viviendas para los trabajadores de Life Insurance Corporation en Ahmedabad. Se compone de 324 unidades en un esquema de terrazas dúplex, en el que combinó alta densidad y baja altura.

  • Instituto de Indología de Ahmedabad, uno de los primeros proyectos en solitario del arquitecto indio.

  • Sangath (Ahmedabad, 1980). Significa “moviéndonos juntos”, en sánscrito. Ha sido considerado el edificio que encapsula por completo su enfoque.

  • Dibujo del Plan maestro y diseño urbano de Vidhyadhar Nagar, (1984), con canales para captación y distribución de agua.

 

El arquitecto, planificador urbano, educador, y pionero de la vivienda de bajo coste, dedico el honor  a su maestro, Le Corbusier

El arquitecto indio Balkrishna Doshi ha sido galardonado con el Premio Pritzker 2018, equiparable al Nobel en arquitectura, por haber sido capaz “de interpretar la arquitectura y transformarla en construcciones que respetan la cultura oriental a la vez que mejoran la calidad de vida en la India”.

 Con el galardón se reconoce una larga trayectoria personal de seis décadas dedicadas a la arquitectura en todas sus vertientes, desde la relación con los grandes maestros europeos y norteamericanos del siglo XX, pasando por la enseñanza, la filantropía y la construcción de numerosas obras, muchas de ellas relacionadas con los problemas profundos del alojamiento colectivo en su país de origen.

“El profesor Doshi ha dicho que el diseño convierte refugios en hogares, viviendas en comunidades y ciudades en imanes de oportunidades”, resaltó Tom Pritzker al anunciar el premio de este año, al tiempo que indicó que su trabajo es una muestra “del arte de la arquitectura” a la vez que “un servicio inestimable para la humanidad”.

La arquitectura de Doshi explora las relaciones entre las necesidades fundamentales de la vida humana, la conectividad con uno mismo y la cultura, y la comprensión de las tradiciones sociales, dentro del contexto de un lugar y su entorno, y a través de una respuesta al Modernismo. Los recuerdos de la infancia, desde los ritmos del clima hasta el repicar de las campanas del templo, informan sus diseños. Describe la arquitectura como una extensión del cuerpo, y su capacidad para abordar atentamente la función en relación con el clima, el paisaje y la urbanización se demuestra a través de su elección de materiales, espacios superpuestos y la utilización de elementos naturales y de armonización.

“El trabajo de la vida de Balkrishna Doshi realmente subraya la misión del Premio, demostrando el arte de la arquitectura y un servicio invaluable para la humanidad. Tengo el honor de presentar en el 40 aniversario de este premio a un arquitecto que ha contribuido con más de 60 años de servicio para todos nosotros”, señaló en su anuncio el presidente de la Fundación Hyatt.

Doshi es el galardonado número 45 del Premio Pritzker.

La ceremonia de entrega del galardón será el 16 de mayo en el Museo Aga Khan en Toronto. 

El laureado ofrecerá una conferencia pública   en asociación con la Facultad de Arquitectura, Paisaje y Diseño John H. Daniels de la Universidad de Toronto.

La comunidad arquitectónica se preguntaba si el jurado optaría por un miembro de la vieja escuela como lo hicieron en 2015 al galardonar a Frei Otto. O al contrario, si reconocerían a una voz emergente que cuestione la profesión, como Alejandro Aravena, ganador en 2016. El año pasado la decisión sorprendió a todos: el jurado se inclinó por RCR Arquitectes, un colectivo español que pone el foco en el contexto, y que principalmente, trabaja en la región catalana de Olot. Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta fueron distinguidos por su “compromiso inflexible con el lugar”. Y siguiendo este patrón, esta edición se ha inclinado hacia B.V. Doshi, convirtiéndolo en el primer arquitecto indio en recibir el máximo galardón -que con 90 años es el Pritzker más veterano- superando al danés Bjarke Ingels, los indios Bijoy Jain y Raj Rewal, el chino Zhang Ke, el británico David Chipperfield, el estadounidense Steven Holl, el burkinés Diébedo Francis Kéré, el japonés Kengo Kuma, y al estudio francés Lacaton & Vassal, señalados como favoritos en publicaciones especializadas en arquitectura.

Con Doshi se ha escogido claramente celebrar una trayectoria dilatada y consistente, en la que se han materializado y hallado continuidad los principales ideales que guiaron el espíritu de la arquitectura moderna, y que no ha sucumbido a los delirios vanidosos del espectáculo. Es el primer arquitecto indio en recibir el galardón.

En tiempos de Ni Una Menos, el Pritzker no ha sido para nada generoso con las mujeres arquitectas. De hecho, la única que lo recibió por su trayectoria personal fue Zaha Hadid, en 2004. Luego, en 2010, la japonesa Kazuyo Sejima, cofundadora de Sanaa, fue galardonada junto al arquitecto Nishizawa. Y en 2017, Carme Pigem, fue distinguida en el marco del premio colectivo al estudio catalán RCR.

Doshi aseguró que debe el Pritzker a su “gurú”, Le Corbusier y recalca la crucial influencia que ejerció sobre él: “Sus enseñanzas me llevaron a cuestionar la identidad y me instaron a descubrir una nueva expresión regional y contemporánea para formular un hábitat sostenible y holístico”, explica respecto al aprendizaje que absorbió de Le Corbusier, y que le ha permitido aportar una visión contemporánea y de mejor calidad a la arquitectura de su país, enriquecida además por su trabajo como urbanista y docente.

Su obra está basada en una perfecta integración de la arquitectura más moderna en la vida y en la cultura de la India. Balkrishna dice: “Todos los objetos que nos rodean y la naturaleza misma -luces, cielo, agua y tormenta-, todo es una sinfonía. Y esa sinfonía es de lo que trata la arquitectura. Mi trabajo es la historia de mi vida, en constante evolución, cambio y búsqueda... buscando quitar el papel de la arquitectura, y mirar solo la vida”.

Agradeció con “humildad” un reconocimiento “tan conmovedor y gratificante” a su trabajo”. Y resaltó que “Esto reafirma mi creencia de que la vida celebra cuando el estilo de vida y la arquitectura se funden”, en referencia al lema que ha marcado toda su carrera.

Con este galardón se premia, por un lado, a un pionero a la hora de diseñar con los pies en el suelo y no desde la lejanía de los despachos. De otro, reconoce una arquitectura que concede a todos los sentidos -desde el tacto hasta el oído- la misma importancia que a la vista.

Ningún arquitecto indio había recibido con anterioridad el Pritzker, de manera que viene a llenar un gran vacío en la geografía del premio, en cuya elección siempre concurren factores complementarios a la alta calidad de los profesionales que lo obtienen.

En la larga lista de los ganadores del premio aparecen extraordinarios profesionales que han dejado lecciones profundas de valor permanente como Oscar Niemeyer, Frank Gehry, Rafael Moneo, Herzog & de Meuron, Utzon, Zaha Hadid, Toyo Ito o Shigeru Ban. Y Balkrishna Doshi, aparece vinculado a la creación de escuelas de arquitectura, al desarrollo de políticas urbanísticas sostenibles y con una intensa relación con las instituciones arquitectónicas de todo el mundo, especialmente de Europa y de Estados Unidos. Su figura ha adquirido a lo largo de más de seis décadas una proyección gigantesca.

 

El premio

El Pritzker fue fundado en 1979 por el difunto Jay A. Pritzker y su esposa, Cindy. Su propósito es honrar anualmente a uno o más arquitectos vivos cuyo trabajo construido demuestra una combinación de esas cualidades de talento, visión y compromiso, que ha producido contribuciones consistentes y significativas a la humanidad y el entorno construido a través del arte de la arquitectura.

Se lo conoce como “Nobel de arquitectura” y “el más alto honor de la profesión”. Muchos de sus procedimientos y recompensas se inspiran en el Premio Nobel.

Los galardonados reciben una subvención de 100.000 dólares, un certificado de citación formal y, desde 1987 -, un medallón de bronce que se basa en los diseños de Louis Sullivan, el famoso arquitecto de Chicago generalmente reconocido como el padre del rascacielos. En la medalla se incluyen tres palabras, “firmeza, mercancía y deleite”, recordando los principios fundamentales de la arquitectura del arquitecto romano Vitruvio: firmitas, utilitas, venusta.

 Antes de ese año, recibían una escultura de Henry Moore de edición limitada.

 

El jurado y su fundamentación

El jurado -que ha elegido al arquitecto indio Balkrishna Doshi, también conocido como BV Doshi o Doshi-, presidido por el arquitecto australiano Glenn Murcutt (Pritzker 2002), este año sumó una mujer, la japonesa Kazuyo Sejima (Pritzker 2010), cofundadora del estudio Sanaa, quien se integró al equipo junto a Stephen Breyer (Corte Suprema de los Estados Unidos),  André Corrêa do Lago (crítico de arquitectura, curador y embajador de Brasil en Tokio), lord Peter Palumbo (coleccionista de arte, expresidente del Consejo de las Artes de Gran Bretaña y experto en arquitectura) , Richard Rogers (Pritzker 2007), Wang Shu (Pritzker 2012), Benedetta Tagliabue (directora del estudio EMBT Miralles Tagliabue), Ratan N. Tata (presidente de Tata Trusts, Bombay), Martha Thorne (directora ejecutiva del Pritzker).

El jurado, en su fundamento por la elección del arquitecto indio como merecedor del galardón, ha citado, entre otros conceptos: “El arquitecto indio Balkrishna Doshi ha exhibido continuamente los objetivos del Premio Pritzker de Arquitectura al más alto nivel. Ha practicado el arte de la arquitectura, contribuyendo sustancialmente a la humanidad, durante más de 60 años. Al otorgarle el galardón de este año, el jurado del Premio Pritzker reconoce su excepcional arquitectura reflejada en más de cien edificios construidos; su compromiso y su dedicación a su país y las comunidades a las que ha servido; su influencia como docente y el ejemplo sobresaliente que ha establecido para profesionales y estudiantes de todo el mundo a lo largo de su carrera.

Doshi, como lo llaman cariñosamente sus más cercanos, trabajó con dos maestros del siglo XX: Le Corbusier y Louis Kahn. Sin duda, las primeras obras de Doshi fueron influenciadas por estos arquitectos, como se puede ver en sus formas robustas en hormigón. Sin embargo, llevó el lenguaje de sus edificios más allá de estos primeros modelos. Comprendiendo y apreciando las profundas tradiciones de la arquitectura de la India, unió la prefabricación y la artesanía local y desarrolló un vocabulario en armonía con la historia, la cultura, las tradiciones locales y los tiempos cambiantes de su país de origen.

Con los años, ha creado siempre una arquitectura seria, nunca llamativa o enfocada en las tendencias. Con un profundo sentido de la responsabilidad, y un deseo de contribuir a su país y su gente a través de una arquitectura auténtica y de alta calidad, ha creado proyectos públicos, instituciones educativas y culturales, y viviendas para clientes privados, entre otros.

Realizó su primer proyecto de vivienda para personas de bajos ingresos en la década de 1950.

Toda la planificación de la comunidad, la escala, la creación de espacios públicos, semipúblicos y privados, son un testimonio de su comprensión de cómo funcionan las ciudades y la importancia del diseño urbano.

Doshi es muy consciente del contexto en el que se ubican sus obras. Sus soluciones toman en consideración las dimensiones sociales, ambientales y económicas de manera que su arquitectura está totalmente comprometida con la sustentabilidad.

Ha demostrado constantemente que toda buena arquitectura y planificación urbana no sólo debe unir propósito y estructura sino que debe tomar en cuenta el clima, el sitio, técnicas y artesanías junto con un profundo entendimiento y apreciación por el contexto en su sentido más amplio. Los proyectos deben ir más allá de lo funcional para conectarse con el espíritu humano mediante fundamentos poéticos y filosóficos. Por sus numerosas contribuciones como arquitecto, urbanista y docente, por su firme ejemplo de integridad y sus incansables contribuciones a la India y más allá, el jurado del Premio de Arquitectura Pritzker elige a Balkrishna Doshi como el ganador del premio Pritzker 2018”.

 

Trabajos

La arquitectura de Doshi ha tenido como guía un juramento tomado en los inicios de su carrera profesional, el de proveer de vivienda adecuada a las clases más desfavorecidas. De él partió un profundo sentido de la responsabilidad, que ha guiado su carrera, motivándole a producir edificios que, tanto en su dimensión pública como privada, se han mantenido siempre sensibles a las dimensiones sociales, económicas y medioambientales.

Doshi también ha defendido que el urbanismo, el paisajismo y la arquitectura no se pueden separar. Y además que, en arquitectura, la responsabilidad es tan importante como la identidad.

De Le Corbusier había aprendido el uso del hormigón y el lenguaje moderno. De Kahn, que lo arcaico depurado mantiene su vigencia.

Los cilindros, los grandes arcos y las “bóvedas semienterradas”, como él las llama, se han convertido en su sello arquitectónico, las utiliza porque permiten convivir con el sol y las lluvias.

En los más de 100 edificios y barrios que ha levantado en India, los patios, las celosías, las pérgolas que protegen los desplazamientos, el ancho de las calles o las terrazas han sabido lidiar con el sol y aprovechar las brisas construyendo con una sostenibilidad lógica y tradicional que no necesita etiquetas y que Doshi defiende desde los años setenta del siglo pasado, cuando levantó, también en Ahmedabad, el Instituto de Tecnología y Medioambiente.

Los rasgos que distinguen el hacer de Balkrishna Doshi son una comprensión del edificio como prolongación del cuerpo humano y su capacidad para aunar una adecuada solución funcional con una sensible elección de materiales y articulación de los espacios. Se suma a ello una excelente comprensión y aprecio de las técnicas constructivas ancestrales de su país, que ha fusionado con la artesanía local y los procesos de prefabricación, que le ha permitido desarrollar un vocabulario armónico con lo tradicional y lo contemporáneo y sus dinámicas de transformación.

Seguramente sea su propio estudio, construido en Ahmedabad en 1980 y bautizado con el vocablo sánscrito Sangath, que significa “acompañar o moverse juntos”, el edificio que sintetice con mayor concreción esa visión arquitectónica: donde las bóvedas de cañón en hormigón se combinan con jardines, espacios comunes hundidos y elementos de agua para mitigar el calor.

Doshi también ha trabajado en una serie de desarrollos de viviendas de bajo costo. Después de completar el primero en la década de 1950, declaró: “debería prestar juramento y recordarlo durante toda mi vida: proporcionar vivienda adecuada a la clase más baja”. La apoteosis de este juramento fue tal vez el desarrollo del proyecto de Aranya-vivienda colectiva de bajo costo en Indore. Completada en 1989, esta red de casas, patios, y caminos internos fue diseñada para establecer una “sociedad sostenible” permitiendo la convivencia de personas y familias de diferentes clases económicas. Ofrece alojamiento a más de 80.000 personas en 6.500 viviendas.

El proyecto, que mereció el Premio Aga Khan de Arquitectura 1993-1995, demuestra su antiguo interés por la construcción racional para la gente más humilde con materiales y técnicas locales.

Ha realizado otros proyectos como el Instituto Indio de Administración en Bangalore, inspirado por las ciudades y templos tradicionales de India y finalizado en 1983; el Instituto de Indología de Ahmedabad, o el Complejo de casas Vidhyadhar Nagar Masterplan en Jaipur.

Se suman Vivienda Colectiva para Life Insurance Corporation en Ahmedabad (1973) que se compone de 324 unidades en un esquema de terrazas dúplex. Fue diseñado para presentar un sentido claro del orden y combinar alta densidad y baja altura: el resultado es una tradicional fila de casas con diferentes unidades mezcladas.

Explorando su interés por el brutalismo, Tagore Memorial Hall es uno de sus diseños más notables de Doshi. Completado en 1966, este anfiteatro de 700 asientos se compone de muros de hormigón armado que se rompen mediante placas plegadas, creando planos contrastantes de luz y sombra.

Uno de los diseños más experimentales de Doshi, es Amdavad ni Gufa, la galería de arte en forma de cueva que al igual que su estudio Sangath, las estructuras abovedadas están cubiertas de mosaicos.

Completado en 1966, el Centro para la Planificación y Tecnología Ambiental, hoy Universidad CEPT, está diseñado para experimentar el equilibrio entre los humanos y la naturaleza, con una serie de edificios unidos por patios ajardinados. Utiliza un plan libre, planificado cuidadosamente para dirigir la luz solar hacia los recintos interiores. Los estudiantes participaron activamente en el diseño, con el objetivo de continuar promoviendo el aprendizaje colaborativo en todas las disciplinas.

La Casa Atira (1956), es uno de sus primeros proyectos de vivienda social bajo la influencia directa de Le Corbusier. Son viviendas para los trabajadores de la fábrica textil Atira, e investigadores de los laboratorios de la PRL en Ahmedabad. Si bien Doshi acepta la influencia lecorbuseana, estas casas son una interpretación para desarrollar un modelo arraigado al lugar, a la tradición y al clima de la ciudad.

Como parte del crecimiento de la industria electrónica en la ciudad de Hyderabad, Doshi diseñó el plan del municipio de Ecil (1969-1971). Basado en los mapas climáticos de Hyderabad, Doshi estableció las orientaciones para aprovechar los ángulos del sol y la dirección de los vientos.

Otras edificaciones del Pritzker 2018 son el Instituto Nacional de Tecnología de la Moda de Delhi, Sawai Gandharva, Pune, Premabhai Hall, Ahmedabad, y la residencia privada Kamala House (Ahmedabad, 1963), entre otras.

 

Premios y publicaciones

Reconocido a nivel nacional e internacional, Doshi fue galardonado con la Orden de las Artes y las Letras de Francia en el grado de Oficial (2011); el Premio Global al Logro de Toda una Vida para la Arquitectura Sostenible del Instituto Francés de Arquitectura, París (2007); el Premio Nacional del Primer Ministro a la Excelencia en Planificación y Diseño Urbano, India (2000); Premio Aga Khan de Arquitectura (1993-1995) por la obra Aranya Community Housing; con las medallas de oro de la Academia de Arquitectura de Francia (1988) y  del Indian Institute of Architects (1988); y con el Premio Nacional Padma Shri en ciencia e ingeniería, del Gobierno de la India (1976).

Es miembro del Royal Institute of British Architects (RIBA) y del Indian Institute of Architects, y miembro honorario del American Institute of Architects. Integró el jurado del Premio Pritzker del 2005 al 2007 y de los comités de selección del Centro Nacional de Artes Indira Gandhi, y del Premio Aga Khan de Arquitectura.

Fue miembro del Comité Internacional para preparar la carta internacional sobre la formación de arquitectos patrocinada por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) y la Unesco (1995).

Ha sido galardonado con doctorados honoris causa por la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos (1990) y McGill University de Canadá (2005).

Una retrospectiva de sus obras, Celebrando el hábitat: lo real, lo virtual, y lo imaginario,  se inauguró en la Galería Nacional de Artes Modernas,  de Nueva Delhi, (2014), antes de viajar al Centro de Power Station of Art (PSA) de Shanghái, (2017).

Entre sus textos publicados se incluyen Paths Uncharted (Fundación Vastushilpa, 2011); Construcción de la comunidad en Indore, India, en el libro de Hansy Better Barraza ¿Dónde están los visionarios utópicos? Arquitectura del intercambio social (Periscope Publishing, 2012); y numerosos trabajos en revistas internacionales relevantes tales como A + U (Japón), Architectural Review (Reino Unido), y Abitare (Italia), entre muchos otros.

 

 

Pionero de la vivienda social en la India

Balkrishna Doshi nació en Pune -estado de Maharasta, India, el 26 de agosto de 1927, en una numerosa familia que había estado involucrada en la industria del mueble durante dos generaciones. Mostrando una aptitud y afinidad por el arte desde muy joven, se introdujo en la arquitectura por un maestro de escuela. Comenzó sus estudios de arquitectura en 1947, el año de la  independencia India, en la Sir JJ Escuela de Arquitectura de Bombay, la institución más antigua y reconocida de arquitectura en el país.

La ambición e iniciativa de Doshi guiaron muchos momentos cruciales en su vida, desde el embarque a Londres, donde soñaba con unirse al Royal Institute of British Architects; y mudarse a París -a pesar de no hablar francés- para trabajar con Le Corbusier y así responder a la responsabilidad y oportunidad de reconstruir su país natal.

Regresó a la India en 1954 para supervisar los proyectos de Le Corbusier en Chandigarh y Ahmedabad, que incluyeron la Asociación de Propietarios del Edificio Molino (1954) y la Casa Shodhan (1956), ambos en Ahmedabad, entre otros.

A partir de 1962, trabajó -como asociado- con Louis Kahn para construir el Instituto Indio de Administración (Ahmedabad), y con Anant Raje, quien también estaba desarrollando proyectos allí.

En 1956 contrató a dos arquitectos y fundó su propio estudio, Vastushilpa, rebautizado Vastushilpa consultores. Desde entonces ha construido más de 100 proyectos.

Influenciado por las lecciones de arquitectos occidentales, Doshi se forja una visión artística con un profundo respeto por la vida, la cultura oriental, y las fuerzas de la naturaleza para crear una arquitectura que es personal, mezclada con imágenes, sonidos, y los recuerdos de su pasado. Un profundo respeto por la historia y la cultura india, los templos y calles bulliciosas, los aromas de laca y la madera del taller de muebles de su abuelo, juntos encuentran un camino hacia su arquitectura.

Entre la enorme variedad de edificios terminados, que incluyen instituciones, complejos de uso mixto, proyectos de viviendas, espacios públicos, galerías, y residencias privadas, Doshi recuerda uno de sus esfuerzos más personales, Sangath (Ahmedabad, 1980), su estudio de arquitectura.

“Sangath fusiona imágenes y asociaciones de estilos de vida indios. El campus se integra y los recuerdos de los lugares visitados colisionan, evocan y conectan episodios olvidados. Sangath es una escuela continua donde uno aprende, desaprende y vuelve a aprender. Se ha convertido en un santuario de cultura, arte y sostenibilidad donde se enfatizan la investigación, las instalaciones institucionales, y la máxima sostenibilidad”.

Compasivo, amable y sofisticado es como describe al ser humano. Humilde, anónima y sin adjetivos es como ha defendido siempre que debía ser la arquitectura. Pero que nadie se confunda, la sostenibilidad medioambiental ahora de moda solo puede ir de la mano de la sostenibilidad económica y de la responsabilidad social.

Además de su fama internacional como arquitecto, Doshi es igualmente conocido como educador y creador de instituciones. Ha sido director fundador de la primera Escuela de Arquitectura en Ahmedabad (1962-1972), director fundador de la primera Escuela de Planificación (1972-1979), fundador del Centro de Planificación y Tecnología del Medioambiente (1972–1981), que en el 2002 pasó a ser la Universidad CEPT, donde es  decano emérito, miembro fundador del Centro de Artes Visuales de Ahmedabad y director fundador del primer Centro para las Artes en la misma ciudad. Su instituto de investigación Fundación Vastushilpa (1978) ha sido pionero en materia de vivienda de bajo costo y planificación urbana para la localidad. Hoy, sirve como enlace efectivo entre académicos y consultores profesionales.

Su labor docente le ha llevado a ocupar cátedras en Europa y Estados Unidos desde 1958 en adelante. Fue profesor visitante en el Instituto de Tecnología de Massachusetts; Universidad de Pensilvania, Filadelfia; Universidad de Illinois en Urbana-Champaign; en la Rice University, Houston; Universidad de Washington en St. Louis; y en la Universidad de Hong Kong, entre otras, además de haber dado conferencias en prestigiosas escuelas e instituciones en todo el mundo. Recientemente pronunció la 27ª conferencia anual de arquitectura en la Royal Academy of Arts, Londres, (2017).

 

Fuentes

www.pritzkerprize.com 

www.idealista.com

www.clarin.com/arq

www.plataformaarquitectura.cl

https://es.wikipedia.org

www.abc.es

https://elpais.com

www.plataformaarquitectura.cl

www.elmundo.es

 

 

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