Edición N° 404 - Diciembre 2016

El jardín del frente de tu casa

Es la bienvenida y el regalo que se le hace a quien pasea por las calles del barrio, dice el arquitecto Pancho Crosa Yelsi al referirse a este espacio exterior de la casa, y brinda, como es habitual en su serie sobre áreas verdes, algunos consejos sobre especies a plantar, lumínica y seguridad

El jardín del frente de tu casa  es la bienvenida y el regalo que le hacés al ciudadano  que pasea por las calles de  tu barrio y que se lleva  la sensación de satisfacción de sentirse a gusto.

El estilo del entorno es la primera condicionante del diseño de los patios y jardines. Las veces que me preguntaron qué especie podría plantarse en un jardín, respondí que lo primero que debe hacerse es mirar cuáles tienen los vecinos. Si prendió al lado, acá también lo hará ¡obvio!

Si tu barrio es arbolado, plantá árboles. Sobre todo si el tránsito vehicular es intenso, ya que la vegetación se encargará de proteger contra gases y sonidos a tu vivienda refractándolos con sus hojas.

Las características de la vida en nuestras ciudades nos obligan a considerar la seguridad como primordial para el equipamiento de nuestras fachadas. Las murallas y las rejas, las puertas y portones, veredas y caminos son el eje del diseño. Luces y alarmas de seguridad  que permiten atender a distancia a quien llame.

La pupila, el músculo de nuestro cuerpo que más trabaja en el día,  merece descanso nocturno evitando encandilarla utilizando  luces tenues y bien dirigidas.

La iluminación deberá ser puntual: reflectores ocultos que iluminen las copas de los árboles, rasantes que marcan senderos de luz en el pasto, puntuales que señalan las bellezas resaltantes, alguna escultura o una azalea florecida. Pequeños artefactos tipo hongos o tortugas alumbrarán los senderos sin deslumbrar.

Va un consejo: no gastes en artefactos caros y trabajados, cuanto menos se los vea, mejor. Solo nos interesa ver sus efectos lumínicos. Mirar lo que se desea mostrar: lo bello, el camino, el tejado, la arboleda.

En la historia quedan los antiguos portones con aldabas grandes, las puertas de los pueblos medievales con puentes levadizos ya que visitantes indeseados hubo en todos los tiempos.

Los “barrios jardines” de hoy se erigen en regiones cuyo desarrollo social lo permite. Allí da gusto vivir sin la agresiva vista de las rectas murallas y puntiagudas rejas. Seguramente, la economía de sus habitantes permite recurrir a otros mecanismos de defensa.

Las plantas y las flores las ubicarás estratégicamente ocultando los puntos débiles de tu arquitectura, los rincones  y sitios para resaltar sus fortalezas, como marco presentador.

Arrimadas por los muros, en pirámide descendente: primero las plantas altas, luego las medianas cubriendo los tallos, formando manchas amplias de colores, luego las alineaciones de flores quizás para terminar con los tapizantes o cuberturas  a ras del suelo, piedrezuelas, cortezas de árboles. Composición de  grupos y colores. Muchas plantas de pocas especies y no al revés.

Hasta la próxima. Y como siempre a disposición de los lectores para compartir pensamientos, experiencias y opiniones.

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