Edición N° 405 - Enero 2017

Joseto Cubilla, el “Arquitecto de las Américas”, en el podio de la XX BAQ con la Vivienda Takuru

 
  • “Yo no quiero ser un arquitecto ecológico o que me etiqueten de esa manera”

  • “El proceso de esta casa es muy fuerte, la tierra se convierte en muro y luego en espacios habitables”

  • Proceso constructivo de la vivienda en el que se utilizaron dos sistemas: el tapial, tierra comprimida apisonada que no genera impacto en el ambiente, y la fabricación de ladrillos de tierra por lo cual no es necesario la quema de árboles.

  • “Tenemos que empezar a entender nuestro territorio de tal manera que podamos ser más eficientes y más amables con el ambiente haciendo arquitectura”

  • “Lo ecológico o bioclimático debe ser el inicio de todo, no el fin de la arquitectura. Es la esencia, al final creamos espacios para las personas”

  • “Manejamos la idea de generar proyectos bastante sencillos desde el punto de vista proyectual pero muy fuertes desde el punto de vista de conexión con el lugar y acorde a nuestro clima”

  • El arquitecto José Cubilla, con quienes colaboraron en la construcción de la Vivienda Takuru en Piribebuy, “en el Paraguay profundo, pasando algunas comunidades campesinas encontramos este hermoso sitio de tierra colorada, cocoteros y takurues”.

 

El premio Arquitecto de las Américas fue otorgado por la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos y en la XX Bienal Panamericana de Quito lo logró en la categoría Diseño arquitectónico

El 2016 ha sido especial para el arquitecto José Cubilla dado que su trabajo recibió el reconocimiento nacional e internacional lo cual le dio una inmensa alegría, pero nunca comparable a la llegada de un nuevo miembro a la familia pues además de los logros profesionales recibió el premio mayor, el regalo más preciado: a su tercera hija. La pequeña llegó coronando un año de grandes satisfacciones, según comentó a Mandu’a en la charla que mantuvimos en su estudio.  Lo que se dice un año redondito. Así que el equipo de Mandu’a le hace llegar, a través de estas páginas,  las más sinceras felicitaciones con el augurio que la “cosecha” (de obras y premios) no termine.

“La Vivienda Takurú, formó parte del grupo de quince obras que el curador local de la BAQ, arquitecto Lukas Fuster, envió al Concurso Bienal, uno de los ejes del evento. Esos trabajos fueron -junto con otros proyectos de arquitectos de toda América- fueron evaluados por los jueces de cada categoría y la obra mía fue una de las distinguidas en la de  Diseño Arquitectónico. Y es la primera vez que Paraguay obtiene un premio en esa categoría, en otras ediciones fueron premiadas en Rehabilitación y reciclaje, las obras Teletón de Solano Benitez  y Vivienda WF de Miky González Merlo, ambas con el primer premio. Yo en este entonces era coordinador por Paraguay y llevé esos trabajos. Luego pasé la posta a Sonia (Carísimo) y a Lukas (Fuster) para que tengan oportunidad de ir a ese evento, y así surgió la invitación  a participar con Takuru”, comentó el arquitecto Cubilla.

Los trabajos enviados desde todos los puntos de América fueron expuestos durante los días que duró la Bienal, y tras ser evaluados el jurado de cada categoría seleccionó los que a su criterio fueron los mejores. 

“Es una obra que nos pone muy felices. Es una obra en la que tratamos de implementar una forma de construir vernacular o tradicional, cómo implementar eso en nuestro tiempo, en la que realmente existe un mensaje, el de poder producir el menor impacto en los lugares en donde uno interviene. Ese mismo criterio se utilizó en el edificio San Francisco (premiado en la última edición de la Bienal Interamericana de Arquitectura y Urbanismo realizada este año en San Pablo y finalista del premio Mies Crown Hall Architecture Prize de la Facultad de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois). En la casa Takuru fuimos más allá de usar ladrillo. Creímos conveniente, en sitios tan alejados de la ciudad como éste, ver la posibilidad de usar todo lo que tiene el lugar. Con la tierra de una excavación -que se transformó en un tajamar para los animales de la familia- construimos la vivienda para una familia campesina numerosa, en Piribebuy, en el Paraguay profundo, en el Paraguay adentro, pasando algunas comunidades campesinas, encontramos ese lugar muy lindo y pensamos en esta propuesta.

El proceso de esta casa es muy fuerte, la tierra se convierte en muro y luego en espacios habitables.

Además de utilizar dos sistemas constructivos, el tapial  (tierra comprimida, apisonada que no genera impacto en el ambiente) y la fabricación de ladrillos de tierra -con lo que no estamos quemando árboles para ello sino que estamos usando la misma tierra cruda- producimos un ladrillo y un muro y eso repetimos en una forma que construimos espacios. Hasta la cubierta está ideada con ese criterio dado que pensamos en bóvedas. Con el mismo ladrillo diseñamos las cubiertas para no tener que traer chapas ni tejas de otro lado. De modo que toda la casa se construye sacando los materiales del mismo sitio. Además implementamos el reciclaje del agua a través de un sistema de tratamiento en el cual recolectamos las aguas negras de la vivienda en una especie de cámara que va depurándose mediante un sistema de camalotes y decantación, dado que hay un arroyo muy lindo abajo y queríamos preservarlo. Es más, esa agua tratada con el  sistema de canales va a una huerta primero y después al arroyo ya limpia y sin  olor,  y el camalote transforma esa agua para poder usarla.

Otro sistema que implementamos en esta casa -ya que estamos generando una vivienda ecológica, verdaderamente ecológica en el sentido del poco impacto al lugar- es la ventilación por subsuelo, conocida como pozos canadienses, en la que se capta el aire de afuera y  en el subsuelo, como una serpentina, se transforma en varios grados menos.

Es un sistema de geotérmica superficial  que por un sistema de ventilación cruzada, se colocan unos caños cerámicos en el subsuelo, a dos metros de profundidad, entonces el aire caliente del exterior que ingresa se transforma en un aire fresco porque a esa profundidad la temperatura es constante. Además,  los muros de tierra son muy frescos. Entonces tenemos un microclima soñado en el interior sin necesidad de un aire acondicionado, sin utilizar energía eléctrica, lo que nos parece realmente interesante.

Es realmente una arquitectura sostenible...

Lo que pasa es que esa palabra está de moda, muy en boga. Vemos edificios inteligentes o sostenibles o sustentables con certificados que lo avalan; pero también podemos ver una pequeña vivienda hecha por los pueblos originarios que como los ayoreos generan unos habitáculos frescos con verde en el techo y usando lo mínimo del bosque y sus viviendas no tienen green card o ISO 9.000, y ellos son los que se merecen

A eso es lo que nos referimos, a lo que es en verdad sostenible o sustentable más allá de si es un edificio de 20 pisos o una simple vivienda

Asimismo. Pasa que hoy día aparecen arquitectos o estudios que son ecológicos o bioclimáticos, como carta de presentación,  como expresiones de marketing, cuando eso debe ser el inicio de todo, no el fin, es lo que pertenece intrínsecamente a la arquitectura, es la esencia, pues, al final, creamos espacios para las personas. El arquitecto tiene que generar espacios para que ellas vivan mejor, no es que tenga que hacer ex profeso una casa ecológica, yo no quiero ser un arquitecto ecológico ni que me etiqueten de ese modo, porque no existe, el arquitecto tiene que hacer arquitectura que de por sí, de hecho, tiene que ser ecológica, teniendo en cuenta el causar el menor impacto posible en los lugares. Siempre hablo de esto con mis alumnos y trato de ser consecuente con lo que digo y con lo que hago. Vivimos en un mundo donde se está más ocupado, por lo menos en Latinoamérica, en generar ciudades más para invertir que para vivir, y perdemos un poco ese sentido de pertenencia, de entender los lugares, de desarrollar una arquitectura acorde  a un cierto lugar, queremos copiar siempre y a veces traemos malas copias.

Y se vuelve poco funcional y práctico, lindo sí…

Claro. Un pintor puede poner un ojo en un lugar y la boca en otro como Picasso o un escultor puede hacer una rueda cuadrada para significar que los tanques no se muevan o algo así, pero nosotros los arquitectos tenemos que hacer que funcionen, tenemos la gravedad, tenemos el peso y si hacemos una rueda, ésta tiene que rodar

Y tienen que estar en función de la gente

Por supuesto. Nuestro oficio tiene mucho que ver con lo constructivo, tenemos que tener ese conocimiento de los materiales de cómo trabajan, cómo se adecuan a los lugares. A veces traemos materiales de afuera carísimos y en nuestras narices tenemos los mejores, de eso también, perdemos un poco la noción…

Tal vez sea una cuestión cultural, no valorar lo que tenemos, creer siempre que lo de afuera es mejor, que se es más importante por importar materiales para construir, es una actitud que hay que modificar en los clientes tal vez…

Si. Yo no estoy de acuerdo en el nacionalismo a ultranza, vamos a construir solo con productos nacionales, no.  Yo creo que hay buenísimos productos, buenísimos materiales y buenísimos arquitectos afuera que pueden venir, pero lo que pasa es no vienen los mejores productos, viene el que es más barato y el que no dura tanto… Pero de todas maneras creo que somos privilegiados por los materiales que tenemos, si se indaga en los trabajos que hacemos se encuentra que queremos generar  un espacio digno y de nuestro tiempo, no estamos pregonando volver a la casita o al rancho feliz, queremos ofrecer espacios frescos con arquitectura contemporánea, usamos los materiales que la gente conoce y están adaptados a nuestro clima, a nuestro tiempo y genera a su vez mano de obra y se distribuye realmente el dinero. Por ejemplo, unas simples bachas que se hacen fuera de Asunción incorporando la piedra  y salen 300 mil guaraníes, contra el granito que se trae del Brasil o la Argentina, que sumando alcanza 5, 6 millones de guaraníes, y esos 300 mil te puedo asegurar que quienes la hicieron, con esa plata hacen una fiesta el fin de semana y no necesitan venir a Asunción, tienen sus lugares. Lo que pasa que venimos todos a las ciudades y quedamos colgados en la periferia. Lo que hay que hacer es potenciar a esa gente que sabe trabajar la tierra o a los que saben trabajar las telas como en San Miguel, o lo que saben trabajar el cuero…o cualquier otro material. Creo que  tenemos que empezar a entender nuestro territorio de tal manera de poder ser más eficientes y más amables con el ambiente haciendo arquitectura.

Cuando un cliente les pide un diseño, ¿da las pautas o deja al arbitrio de ustedes? O al proponerle su estilo de hacer arquitectura ¿cómo reacciona?

Sería  un gravísimo error que el arquitecto tenga que imponer sus ideas por  lo que él simplemente cree, eso es muy subjetivo, yo creo que el arquitecto debe, necesita, se alimenta de los deseos, de los sueños de las personas, porque vos me pedís una vivienda y tenés el sueño de que la cocina sea de esta forma etc. etc. Lo que creo es que hay que tener cuidado y que cuando damos una respuesta en base a los deseos y los sueños seamos muy honestos en lo que creemos. Hay un eslogan que dice -y muchos creen a pie juntillas- que el cliente siempre tiene la razón, es un paradigma, yo no creo eso, yo creo que tiene un sueño, un deseo, que nosotros queremos  interpretar y darle lo mejor para que cumpla ese sueño, ese deseo. Si tiene la razón para qué estamos nosotros, tiene que construir nomás ya. Creo que hay una confusión con respecto a eso. ¡Por supuesto que tienen criterio y gustos!, eso es muy subjetivo y no se discute. Las personas que vienen al estudio creo que incorporan ese deseo de tener un espacio esencial con los materiales que nosotros manejamos y esperan una respuesta a un proyecto en base a esos deseos y esos sueños. Nosotros tenemos que transmitir también nuestra filosofía cómo creemos… Si me piden un vidrio curvo que vi en Italia, por ejemplo, le digo que no entiendo para qué, todo lo que cuesta traer hasta acá, una fortuna, solamente por un capricho, ahí entra la decisión del cliente de hacerlo y del arquitecto de darle el gusto; o cuando me piden una casa a lo Versalles (como la del ex presidente Rodriguez), entonces uno lo va educando, le va explicando que el techo inclinado casi plano se usa en países donde hay nieve que tiene un peso y eso por gravedad se desliza, acá no tenemos nieve. Si quiere una casa colonial, a mi me encanta la casa colonial,  lo que hare es incorporar los conceptos de este estilo, los techos altos, las puertas altas, los muros anchos la galería, pero no lo voy a reproducir porque eso se hizo allá lejos, en la colonia; pero te voy a interpretar y vamos a hacerlo, pero puesto en nuestro tiempo, con lo que disponemos, con lo que la gente conoce, con los maestros que tenemos que son excelentes. No existen más los artesanos de antes que trabajaban las molduras como vemos en todas las fantásticas viviendas antiguas que tenemos, ya no están más esos artesanos, hacer eso tiene un costo inmenso, habría que traer a un italiano o algo así o descubrir alguien que lo pueda hacer,  eso no es sostenible porque lleva un platal hacer una moldura cuando lo que se necesita es un espacio para vivir.

En ese educar un poco al cliente ¿cómo reacciona?  ¿lo acepta?

Los arquitectos cuando estamos convencidos de algo  creo que somos bastante seductores en muchos aspectos, creo que estamos seduciendo con ideas, seducir en el buen sentido, no el de convencer, sino entender porqué creemos que lo que proponemos es acorde a los tiempos que manejamos y acorde a lo que creemos que se necesita en este tiempo; por lo menos en el estudio manejamos esa idea del menor impacto posible, de generar proyectos bastante sencillos desde el punto de vista proyectual pero muy fuertes desde el punto de vista de conexión con el lugar, espacial, y acorde al nuestro clima.

Respecto a la Vivienda Takuru ¿Cuál es el fundamento del premio?

Es un jurado internacional el que elige entre una gran cantidad de proyectos los que consideran los más representativos en cada categoría. Y en nuestro caso, los fundamentos tienen que ver con los conceptos que comentábamos recién, el  del menor impacto, una casa económica, una casa que se implanta en un lugar como Piribebuy, es fresca, con ventilación por subsuelo,  tiene todos los ingredientes que, yo pienso, hizo que sume al proyecto en sí y se adecue a lo que postula la categoría Diseño arquitectónico. Aunque yo le había dicho a Lukas que me parecía debía entrar en la categoría de Hábitat, jamás me imaginé que me darían un premio por diseño arquitectónico, sí me lo figuraba en Hábitat, pero él se plantó y entró en Diseño.

Pero estamos muy contentos. A mí me satisface mucho. Es que este año, también se realizó en Quito la reunión mundial Hábitat III donde se habló mucho sobre qué estábamos haciendo en el mundo como arquitectos, como urbanistas, y estaban realmente empapados con la idea, con la propuesta de cómo manejarnos con todos estos nuevos conceptos de la densidad, con los problemas medioambientales; y en medio de eso gana esta casa. Es un mensaje muy lindo para nosotros que estamos en una búsqueda, porque al final esta es una casa experimental, que tiene esa búsqueda.

Este fue tu año de premios…

Si, fue impresionante. En el Congreso de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos me dieron el premio Arquitecto de las Américas que no me lo esperaba.

Cabe recordar que según el acta del jurado, el arquitecto Cubilla fue elegido porque  “entre los méritos acumulados para obtener el premio Arquitecto de las Américas pueden señalarse obras premiadas por su trabajo con estructuras de hormigón visto, cerramientos de ladrillos artesanales trabajados con esmero que permitieron ser seleccionados en la X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y urbanismo , en San Pablo, Brasil en 2.016 y Premio Nacional de arquitectura emergente por la Asociación Paraguaya de Arquitectos y Comisión Bicentenario; Bienal Iberoamericana de Arquitectura en Lima. Ha obtenido premios en concursos de arquitectura tanto a nivel público y privado. Entre los destacados el Ministerio de Agricultura y Ganadería en donde se demuestra su capacidad para congeniar lo patrimonial con la nueva arquitectura. En lo privado logró el primer premio en el Concurso de Ideas Arquitectónicas / Concurso Privado / Bernardino Caballero, un proyecto tratado en su composición en tres volúmenes que albergan 160 departamentos de diferentes tipologías sostenidos por una gran plataforma que cubre otros programas como áreas de oficinas, área comercial y áreas de recreo y estacionamiento, en Asunción”.

Sobre el tema señaló: “Me asusta un poco, fueron cuatro premios este año pero el premio mayor fue la llegada de mi tercera hija, que ahora ya tiene cuatro meses, fue un año bastante productivo. En cuanto al Congreso Panamericano y el Premio Arquitecto de las Américas, fue una invitación de la Asociación Paraguaya de Arquitectos. Fue un evento que me sorprendió por la organización, los invitados que asistieron, las charlas, las ponencias presentadas. Yo hablé sobre algunos conceptos que me parecieron interesantes comentar y expuse algunos trabajos realizados como La casa del pescador, galardonada en una Bienal Iberoamericana,  el Edificio San Francisco que resultó finalista  del prestigioso premio MCHAP (Mies Crown Hall Architecture Prize, de la Facultad de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois) seleccionada entre una lista de 230 obras construidas en toda América por los arquitectos más famosos del mundo, por citar algunos, Álvaro Siza, Frank Ghery, Herzog & De Meuron, Shigeru Ban, Elemental, Morphosis, Javier Corvalán y Solano Benítez.

Para cerrar, nos gustaría que corones lo que fue este año para ustedes

El premio de la BAQ lo dedique al estudio y a quienes trabajaron y trabajan conmigo, porque algunos ya no están -tuvimos gente de afuera interesada en lo que hacemos- y a la familia. Y el de Arquitecto de las Américas dediqué a todos los colegas del Paraguay, un premio logrado por primera vez en el país y que hayan elegido a un paraguayo me pareció muy importante para el gremio. Y con respecto al año en su conjunto, debo confesar que en un momento me sentí un poco abrumado, es que sucedió todo muy junto, fueron muchos viajes, muchas idas y vueltas, no me cayó la ficha tan rápido. Apenas ahora lo está pasando. Por supuesto valoramos todo lo que recibimos y nos pone felices porque consideramos que estamos en un muy buen camino. Yo me considero un arquitecto verde,  pero no por lo ecológico ni por los dólares (risas), verde porque estamos en proceso de maduración, estamos predispuestos siempre a aprender, queremos crecer y en el Paraguay tenemos  unos referentes increíbles, no necesitamos mirar hacia  afuera, tenemos arquitectos excepcionales de los que podemos estar muy orgullosos, que están produciendo mucho para el país tal vez de una forma más silenciosa. Y estamos en la universidad para poder trasmitir lo que uno cree y también aprender. Que otros vengan y puedan cambiar o mejorar lo que uno trasmite, es un poco el objetivo, el retroalimentarse, el entablar un crecimiento en todo sentido. Y me parece importante que se conozca el trabajo de todos. Me entristece que un colega supertalentoso no tenga un trabajo, me parece un desperdicio porque esa mente es como una máquina que no trabaja, y cuando aparece un profesional que puede realizar un trabajo increíble o una arquitectura increíble que beneficia a todos, a la sociedad, a la ciudad, al gremio, no solo al cliente, deberíamos ver de esa manera, abierta. No encerrarnos en un feudo y considerar que uno es el sumun y los arquitectos tenemos mucho de eso, de creer que somos los ídolos del mundo; creo que hay que ser más humildes y compartir los conocimientos, muchas veces uno aprende de una simple conversación o de observar al maestro constructor, de las palabras de una persona sabia, de todo se aprende, es lo que creo. Y en ese tren de aprendizaje y conocimiento, a mi me encanta cuando se publican fotos del proceso de construcción, queremos mostrar resultados pero a veces el proceso te cuenta mucho y en esta casa, Takuru, es mucho más interesante el proceso que en esta obra  es muy fuerte, porque la tierra se convierte en muro y en espacios, porque es una forma de trasmitir y de contar nuestra filosofía de la arquitectura.  

 

Perfil

Presentamos una breve reseña de la trayectoria y los logros del arquitecto José Eduardo Cubilla López, “Joseto” para los amigos.

Nació en Asunción en 1969. Graduado con titulo de arquitecto en 1994, por la Universidad Nacional de Asunción. Realizó posgrados en  Arquitectura Contemporánea en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, y en Experimentación Proyectual, en la Facultad de arquitectura y urbanismo de la Universidad del Nordeste, Argentina.

Desempeñó una interesante labor en el campo de la docencia en diferentes universidades latinoaméricanas, Europa y Estados Unidos y estuvo al frente de diversos talleres, seminarios y conferencias tanto en el país como en exterior.

Es profesor en la Facultad de Arquitectura, diseño y arte de la Universidad Nacional de Asunción

A su obra edificio San Francisco, le caben varias condecoraciones.  Además ser finalista del Mies Crow Hall Americas Prize también subió el podio de los ganadores en la  X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo realizada en San Paulo 2016.

Otros galardones obtenidos en el camino de su ejercicio profesional son el Premio a la Trayectoria otorgado por el Grupo Paraguay Eventos y Emprendimientos. El primer premio en el Concurso privado de ideas arquitectónicas Bernardino Caballero y en los privados del Colegio Francés y Casa Modiga.  Premio de la VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo / Cádiz 2012  con la Casa del pescador en Villa Florida y finalista en este evento con la obra Establecimiento Ganadero Ñandubay en Misiones Paraguay. Premio Nacional por Arquitectura Emergente designado por la Asociación Paraguaya de Arquitectos y la Comisión del Bicentenario.  Premio del Concurso nacional de anteproyecto de arquitectura para la restauración y puesta en valor de los edificios del Ministerio de Agricultura y Ganadería (en el centro histórico de la capital paraguaya), del conjunto de edificios del Ministerio del Interior. Premio Cabildo 2007 por el Concurso de ideas  de arquitectura y patrimonio convergencias. Finalista en la IV Bienal iberoamericana de Arquitectura 2004 Vivienda social de los últimos diez años.  Finalista en el Primer Concurso Virtual de Arquitectura Latinoamericano, UIA (Unión internacional de Arquitectos), MNBA (Museo Nacional De Bellas Artes) Y ARQ21 en la categoría Vivienda Unifamiliar.

Sin olvidar el premio Arquitecto de las Américas otorgado por la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitecto en ocasión del Congreso de la institución realizado en Asunción en noviembre pasado y destacando que es la primera vez en los años que un profesional paraguayo lo obtiene. 

 

Memoria Takuru

Takuru … del guaraní termitero o colonia de las termitas. Comúnmente están a metros del subsuelo. La parte superior es un dispositivo de ventilación, que además hace sombra para que el termitero se refresque.

Piribebuy, lugar histórico y rural a 80 km de Asunción. Vivienda para una familia numerosa del interior ¿Como habitar un lugar de una belleza  natural extraordinaria?

Tierra colorada, cocoteros, y ¡¡takurues!!

Nos parece fundamental decodificar el sitio y entender su aura.

El silencio del lugar.

Determinar su capacidad de carga y generar el menor impacto.

Comprender los estratos del lugar, sus capas, las dinámicas de los suelos, los vientos, los fluidos, las texturas, los colores, la topografía, la flora y el cielo.

Proponemos una vivienda de tierra.

Materia que se vuelve geometría, artificio.

Construcción que surge del lugar.

Muros y bóvedas. Suelo que se vuelve techo.

De  la excavación de una gran fosa, (reservorio de agua para el ganado) obtenemos la materia prima.

Una vivienda austera, económica y amable con el entorno, donde el 85 por ciento del volumen de la construcción  es extraído en el lugar.

Nos interesan las construcciones vernaculares, tradicionales, llenas de sabiduría, pertinentes y económicas.

Sensibilidad con el lugar, inercia térmica, sombras y penumbras en un clima particular, son algunas de las premisas de partida.

Un sistema constructivo que retomamos del pasado, pero desde el profundo conocimiento de la materia.

Fabricamos ladrillos compactados de tierra cruda del lugar para los muros  interiores y bóvedas.

Construimos tapiales  de 40 cm en muros portantes, exteriores, obteniendo una excelente inercia térmica.

En paralelo con la ventilación cruzada convencional, se adopta  un sistema de ventilación por el subsuelo, conocido como pozo provenzal que permite igualar la temperatura del aire exterior con la del subsuelo de la vivienda, que permanece constante durante todo el año en un rango entre los 18 y los 21 grados.

Esto permite, tanto en invierno como en verano, utilizar la energía geotérmica en sustitución de los sistemas de climatización convencionales (aire acondicionado, estufas), manteniéndose la temperatura alcanzada en el interior gracias a los gruesos muros de tierra.

Tratamos las aguas negras y grises con un sistema de fitodepuración, que consiste en el tratamiento de las aguas servidas mediante la acción biológica de las raíces de determinadas plantas acuáticas.

Utilizamos el camalote (Eichhornia Crassipes), una planta muy extendida localmente con un gran rendimiento en la depuración.

El sistema consiste en la introducción del efluente en un estanque, que contiene dichas plantas cuyas raíces inyectan oxígeno al agua contribuyendo a la acción de las colonias de bacterias aeróbicas contenidas en las mismas..

Utilizamos  madera de quebracho en los pilares, material eterno de la naturaleza.

Las puertas y muebles provienen de especies reforestadas y los pisos son de piedra arenisca  de canteras de la zona.

Las aguas de lluvia de las cubiertas  son canalizadas por un sumidero que la distribuye a las huertas de la familia ubicadas en las zonas más bajas del lugar.

José Cubilla                                                                               

 

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