Edición N° 401 - Septiembre 2016

La Casa Curutchet, el legado del “maestro” suizo en la Argentina

 

 

La Casa Curutchet, una construcción de 1949 situada en La Plata y que lleva la firma de Charles Le Corbusier (1887-1965), fue declarada Patrimonio de la Humanidad por el comité de la Unesco, junto a otras 16 construcciones del arquitecto.

La vivienda, única construcción realizada en la Argentina por Le Corbusier, fue diseñada por el célebre arquitecto suizo a pedido del médico Pedro Domingo Curutchet.

Le Corbusier mantuvo una fluida relación con la Argentina a lo largo de varias décadas a partir de 1930, y su influencia se detecta en el edificio de la Biblioteca Nacional construido sobre la calle Agüero.

La candidatura de la Casa Curutchet, ubicada en Avenida 53 al 320 entre 1 y 2, fue presentada no sólo por Argentina sino también por Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, India y Japón.

En su diseño innovador, la Casa Curutchet reúne los principios fundamentales de la arquitectura de Le Corbusier, desde la fachada libre y la construcción sobre pilotis, hasta la inclusión de una terraza jardín y un funcionamiento integral a medida del hombre.

La casa se despliega sobre una superficie de 9 por 20 metros, entre medianeros y frente a la Plaza Rivadavia, generando un diálogo entre el contexto y la casa, a través de un parasol frente a la terraza de la fachada norte que se integra a la línea de edificación de las viviendas vecinas.

Su construcción fue empujada por el deseo de Domingo Curutchet, un médico platense que ganó prestigio por sus avances en el campo de la cirugía dental y su peculiar temperamento, que lo llevó a renegar de las instituciones sanitarias de la época y a operar a sus pacientes en habitaciones y consultorios que alquilaba en el pueblo de Lobería, donde ejerció su profesión por varios años hasta que se radicó en La Plata.

Obsesivo y meticuloso como en su labor, para construir su residencia platense el médico hizo un relevamiento entre los más reputados arquitectos locales como Jorge Ferrari Hardoy o Antonio Bonet -un español radicado en Bueno Aires- hasta que decidió contactar a Le Corbusier.

El arquitecto suizo, que además de esta obra dejó en la Argentina múltiples discípulos y varios proyectos urbanísticos, aceptó el ofrecimiento pero dejó en claro que no viajaría al país, por lo que designó a Amancio Williams a cargo de la dirección de la obra, quien no cobró nada en concepto de honorarios a lo largo de los seis años que duraron los trabajos.

El diseño de Le Corbusier contempla una edificación desdoblada en dos volúmenes independientes: por un lado el sector destinado a consultorio sobre el frente y por el otro, hacia atrás, la zona de vivienda, ambos espacios articulados por el patio y la rampa de acceso que se inicia en la puerta de entrada organizando la circulación interior en forma de paseo ascendente.

Fascinado con los resultados del proyecto, Curutchet le escribió a Le Corbusier: “La jerarquía de la obra fatigó los cerebros (...). El público general va comprendiendo cada vez mas esta obra que les pareció tan extraña al principio. Esta es ‘la obra de Le Corbusier’; me honra ser el propietario. Así lo digo y quiero que se repita. Usted puede hacer cualquier indicación que será cumplida y agradecida. Es y seguirá siendo su casa”.

La vivienda, erigida entre 1949 y 1953, sumó visibilidad en el 2009 cuando fue escenario de la película El Hombre de al lado, dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, que narra en clave satírica pero con toques de suspenso un interminable conflicto entre dos vecinos por una pared medianera.

En la actualidad, funciona como la sede del Colegio de Arquitectos de La Plata, institución que la alquila a los herederos del dueño original.

Las construcciones de Le Corbusier integradas al listado de la Unesco sintetizan la arquitectura del siglo XX, desde la casa que levantó para sus padres en 1924, hasta El Cabanon, de apenas 12 m2, en Roquebrune-Cap-Martin, Francia.

La delegación argentina que acompañó la candidatura de la Casa Curutchet está integrada por el embajador ante la Unesco, Rodolfo Terragno; el secretario de Patrimonio Nacional del ministerio de Cultura de la Nación, Américo Castilla; Miguel Ángel Hildmann, en representación de la Cancillería; Gladys Pérez Ferrando (Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos); Claudio Catera y Paola Gezzi (Icomos Argentina); Julio Santana (Casa Curutchet); y Karina Cortina (Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires).

 

 

 

Fuente

www.gacetamercantil.com

 

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