Edición N° 411 - Julio 2017

La vivienda copó el Mies 2017

 

El premio ha reconocido la relevancia de la vivienda colectiva en los complejos residenciales DeFlat Kleiburg y Navez-5

El premio Mies van der Rohe apostó por el reciclaje social. Fue otorgado a los estudios NL architects y XVW architectuur, responsables del rescate de un vetusto y gris edificio residencial construido en los años sesenta en Ámsterdam -un ejemplo de arquitectura con visión social-  y amenazado con ser derruido: DeFlat Kleiburg. Es la primera vez que el galardón se entrega a un proyecto de renovación de un edificio ya existente.

Con 500 apartamentos, 400 metros de largo y once niveles de construcción, de fachadas reticulares, el bloque de viviendas DeFlat Kleiburg es ejemplo de un urbanismo idealista de los años sesenta que la realidad dejó en evidencia. Estos grandes bloques se convirtieron en guetos imposibles de dominar y poco a poco se fueron demoliendo. En esta ocasión, los estudios holandeses junto con el promotor, Kondor Wessels Vastgoed, en vez de optar por tirar abajo el edificio, cambiaron el concepto de apartamentos seriados por el de apartamentos abiertos a cambios y mutaciones de acuerdo a las necesidades de sus habitantes.

El premio Arquitecto Emergente fue para otro proyecto de viviendas colectivas, esta vez en las inmediaciones de Bruselas, en el municipio de Schaerbeek. Se trata de Navez-cinco unidades de vivienda social, obra de los despachos bruselenses MSA/V+.

El presidente de la fundación, Daniel Mòdol, destacó que los dos galardones “inciden en la visión y misión social de la arquitectura”.

En el ideario del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea-Premio Mies van de Rohe, una de sus metas es el “mejor entendimiento del papel cultural de la arquitectura en la construcción de nuestras ciudades”, y en la última edición este objetivo se ha hecho muy visible al premiar, tanto en la primera categoría como en la de Arquitecto Emergente, dos obras de vivienda social, a lo que hay que añadir que es la primera vez que el premio se otorga a una obra de rehabilitación. Un mensaje claro sobre la necesidad de construir una sociedad solidaria y respetuosa con su historia y patrimonio, relevante en un momento sociopolítico en el que parece que es el mercado el que dirige muchas de las políticas europeas y pone en peligro valores logrados con gran esfuerzo en Europa. Nada es ajeno a la política y la arquitectura tampoco.

Tras darse a conocer los premiados, el comisario europeo de Cultura, Tibor Navracsics, destacó en un comunicado el “potencial creativo y de calidad de la arquitectura contemporánea europea”. Asimismo, señaló el respaldo de la Comisión Europea con el desarrollo sostenible urbano y los valores de la contribución de la arquitectura al bienestar de la gente”.

Michel Magnier, director de Cultura y Creatividad, DG de Educación, Juventud, Deporte y Cultura de la Comisión Europea, y Daniel Mòdol, presidente de la Fundació Mies van der Rohe, entregaron a los ganadores los premios de 60.000 € (premio principal) y 20.000 € (premio al arquitecto emergente) el 26 de mayo en el Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona.

 

El galardón

El Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea-Premio Mies van der Rohe, o simplemente, Premio Mies Van der Rohe, es un galardón concedido por la Unión Europea y la Fundacio Mies van der Rohe desde 1988.

Tiene carácter bienal y su principal propósito es reconocer y recompensar la calidad de la producción arquitectónica en Europa. Es uno de los más prestigiosos de arquitectura en Europa.

En cada edición el jurado designa entre las candidaturas dos obras: una que recibe el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea en consideración a su calidad conceptual, técnica y constructiva, y otra que recibe la Mención Especial Arquitecto Emergente.

Tanto el ganador del premio como de la mención especial reciben una escultura que evoca el Pabellón Alemán de Mies van der Rohe, el auténtico símbolo de este premio. Considerado una de las mejores obras arquitectónicas del siglo XX, el Pabellón encarna los principales objetivos que persigue la institución de este premio: excelencia e innovación en términos conceptuales y constructivos.

El jurado también selecciona entre las candidaturas obras ejemplares que son objeto de una publicación y de una exposición.

La Fundació publica un catálogo de cada edición del Premio, donde se presentan las obras seleccionadas.

La Fundació Mies van der Rohe fue creada en 1983 por el Ayuntamiento de Barcelona, con el objetivo inicial de llevar a cabo la reconstrucción del Pabellón Alemán, diseñado por Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969) para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

Además impulsa el debate, la difusión y la sensibilización sobre temas de arquitectura y urbanismo contemporáneos, promueve el estudio de la obra de Ludwig Mies van der Rohe y del Movimiento Moderno.

Atendiendo a sus fines, lleva a cabo diferentes actividades como premios, congresos, conferencias, exposiciones, talleres e instalaciones.

 

El jurado y sus motivos 

Formaron parte del jurado los arquitectos Stephen Bates (Reino Unido), Gonçalo Byrne (Portugal), Peter Cachola Schmal (Alemania), Pelin Dervis (Turquía), Dominique Jakob (Francia), Juulia Kauste (Finlandia) y Malgorzata Omilanowska (Polonia).

Los dos proyectos premiados han sido seleccionados de una lista de 355 obras de 36 países europeos, de entre las cuales el jurado eligió y visitó a cinco finalistas: el Museo Memorial de Rivesaltes, el Museo de Katyn en Varsovia, el DeFlat Kleiburg en Ámsterdam, el Kannikegården en Ribe y el Ely Court en Londres, acompañado por los autores de las obras, que también impartieron conferencias abiertas al público.

“Al visitarlo el jurado quedó convencido por la calidad de los espacios y la buena ejecución de la aparentemente poca arquitectura. Es un ejemplo de mínima intervención pero muy inteligente”, expresó la directora de la fundación, Anna Ramos quien explicó que, además, tuvo muy claro desde el principio en esta edición su intención de “buscar la arquitectura ordinaria pero heroica, la que es capaz de emocionar y mejorar la vida de la gente”. En ese sentido, aplaudió que el premio haya recaído en un edificio de viviendas, un sector “a menudo poco reconocido en la historia de los premios”.

DeFlat Kleiburg ha sido valorado por ser un esfuerzo colectivo de los futuros inquilinos. El concepto arquitectónico era transformar el megabloque en un edificio residencial contemporáneo con flexibilidad por lo que refiere a la planificación interna y creando un nuevo valor para la calle y el paisaje, pero con la mínima intervención posible. Lo consideraron como algo “heroico y corriente a partes iguales. Desafía las soluciones actuales de la crisis de la vivienda en las ciudades europeas, donde a menudo la única ambición es construir el mayor número de viviendas año tras año, mientras que la cuestión más profunda sobre qué tipo de vivienda debería construirse queda sin respuesta. Kleiburg nos ayuda a imaginar un nuevo tipo de proyecto arquitectónico, que responde a cambios de patrones y estilos de vida del siglo XXI. En esta búsqueda, la revitalización de las tipologías del pasado es tan relevante como la experimentación con nuevos modelos aún sin testar en esta cruzada, como puede ser la transformación radical de edificios ya existentes”.

El proyecto inspira la reflexión sobre la nueva y compleja realidad de la vida contemporánea. Propone nuevas formas de “viviendas asequibles”, que se suman a lo que es universalmente una oferta compleja y de múltiples capas (que van desde los alquileres totalmente subvencionados hasta la propiedad compartida y los modelos de alquiler-compra) ofreciendo opciones a la gran mayoría de personas que tienen algo de dinero pero que no pueden acceder a la propiedad convencional. Se trata de un espacio habitable de bajo coste (1.200 € por m2), una fantástica nueva opción que no existe actualmente.

Respecto de la mención especial Arquitecto Emergente, el jurado consideró que el estudio MSA/V+, en su obra Navez, un edificio en el  norte de Bruselas (en la ciudad de Schaerbeek), resolvió de manera brillante las limitaciones constructivas y económicas de proyecto y su emplazamiento: cinco pisos en una esquina muy pequeña en la entrada del norte de la capital belga, y “apreció la alta calidad de los pisos, que son únicos y todos proporcionan luz natural de todas las orientaciones, espacios al aire libre, vistas impresionantes y dinámicas espaciales”.

Los arquitectos también fueron meticulosos al integrar el inmueble al barrio y al trabajar en la petición de crear un punto de referencia en el área. El despacho belga ha trabajado la vivienda social con una doble ambición de las autoridades locales: representar el esquema de revalidación urbana con un referente en la entrada de la ciudad y proporcionar apartamentos modélicos para familias numerosas. El cliente es la ciudad de Schaerbeek, uno de los 19 municipios de la región de Bruselas-Capital.

 

Recuperando la memoria de Bijlmermeer

De Flat es una renovación innovadora de uno de los edificios de apartamentos más grandes en los Países Bajos llamado Kleiburg, ubicado en Bijlmermeer, uno de los barrios con más historia urbana contemporánea planificado en los años sesenta por Siegfried Nassuth. El edificio original estaba compuesto a partir de un juego de repetición de piezas hexagonales y tenía la firma del arquitecto Fop Ottenhof.

Dado su estado ruinoso, en el 2011 se convocó un concurso para rehabilitarlo. El consorcio De FLAT rescató el edificio de la demolición convirtiéndolo en un Klusflat, lo que significa que los habitantes renuevan sus apartamentos por sí mismos.

Un ejemplo de recuperación brillante, frente a los siempre demagógicos discursos contra los edificios de la modernidad, como ocurre en Londres con inminente derribo de los apartamentos de Robin Hood Gardens, o las demagógicas explicaciones del propietario de la Casa Guzmán, o algunos responsables justificando el derribo anterior, argumentando que los edificios que mejor resisten son los que se pueden readaptar.

Este proyecto es un ejemplo sobresaliente por muchas cosas entre otras: por todo lo que significa de compromiso ciudadano, (un colectivo que se empeño en salvar el edificio de la piqueta) por lo que supone de apoyo a los procesos de rehabilitación y por lo que significa de relectura sobre la Modernidad.

 

NL Architects y XVW architectuur describen el proyecto

Kleiburg está situado en Bijlmermeer, una expansión residencial de Ámsterdam inspirada por el Ciam (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna).

A mediados de los noventa comenzó una operación de renovación: muchos de los característicos paneles de nido de abeja fueron reemplazados por la llamada sustancia suburbana, por “normalidad”.

Kleiburg era el último edificio en el área todavía en su estado original; en cierta manera, es el “último hombre de pie en la guerra contra el modernismo”.

La idea es renovar la estructura principal -levantadores, galerías, instalaciones- pero dejar los apartamentos sin terminar y sin amueblar: sin cocina, sin ducha, sin calefacción, sin habitaciones. Esto minimiza las inversiones iniciales y crea un nuevo modelo de negocio para la vivienda en los Países Bajos.

La mayoría de los intentos de renovación de los bloques residenciales en Bijlmermeer se habían centrado en la diferenciación. El objetivo: deshacerse de la uniformidad, “humanizar” la arquitectura. Para muchos, la repetición no estaba bien vista.

Pero después de tres décadas de individualización, fragmentación, atomización, parece una idea atractiva realmente fortalecer la unidad: ¡Renovar un Todo!

¡Es la hora de aprovechar lo que ya está ahí, de revelar y enfatizar la belleza intrínseca, de sublimizar!

En los años ochenta se habían añadido tres ejes, incluyendo ascensores adicionales: parecían “originales” pero introdujeron una verticalidad perturbadora. Resultó que estas adiciones de hormigón podrían ser eliminadas: los ascensores podrían ser colocados en el interior de los núcleos y la brutal belleza de los balaustres horizontales ser restaurada.

En las galerías la división entre el interior y el exterior era bastante defensiva: cerrada, no muy acogedora. Las partes cerradas de la fachada fueron reemplazadas por doble vidrio. Al abrir la fachada, la “interfaz” se convierte en portadora personal de la identidad de los habitantes, incluso con las cortinas cerradas.

El pulido de los balaustres pintados reveló la suavidad sensacional del hormigón prefabricado: ¡mejor que el travertino!

Originalmente los espacios de almacenamiento para todas las unidades se encontraban en la planta baja. Los trasteros impenetrables crearon una “zona muerta” al pie del edificio. Colocando el almacenaje en cada piso podríamos liberar la planta baja para la vivienda, activándola para crear una base social e integrando la “bestia” en el parque.

Se formaron las conexiones más generosas, de doble altura, entre ambos lados del edificio, creando unas relaciones escénicas.

La iluminación de la galería tiene una tendencia a ser muy dominante en la percepción de los edificios de apartamentos con un solo acceso cargado. La intensidad de las lámparas que iluminan las puertas delanteras de los pasillos al aire libre domina el brillo de las unidades individuales. El brillo “bernstein” de los apartamentos es “oscurecido” por una pantalla de luces frías. Pero, ¿y si las luces de la galería funcionaban con detectores de movimiento de ahorro de energía? Las unidades individuales ahora definen la apariencia. ¡Cada transeúnte se convierte en una estrella fugaz!

 

Los artífices

NL Architects fue fundada en 1997, en la era “superdutch” (La generación denominada “superdutch” que se contrapuso con desenfado a una tradición conducida desde siempre por el pragmatismo y la austeridad, cualidades heredadas de una cultura comercial y protestante. Se trataba claramente de una pequeña elite favorecida por una política de gobierno que decidió promover y proyectar al país en el exterior a través de los edificios) por Pieter Bannenberg, Walter van Dijk, Kamiel Klaasse y Mark Linnemann, quienes se habían reunido y comenzado a colaborar en la Universidad Técnica de Delft. Hoy NL Architects está encabezado por Bannenberg, van Dijk y Klaasse.

Después de haber recibido la atención internacional con su primer proyecto “WOS8” en 1998, NL Architects recibió el Premio Instituto de Arquitectura de Holanda (NAi) (Rotterdam) en 2004 por “BasketBar” en la Universidad de Utrecht. El jurado quedó impresionado por la arquitectura informal y la “inventiva con la que los arquitectos se habían acercado al mandato muy banal”. En 2005 NL Architects ganó el premio al arquitecto emergente del Premio Mies van der Rohe por su inusual híbrido de cafetería y campo deportivo.

En el 2007 ganó el primer premio en la competición para diseñar el foro de Groninger por el voto popular. En el 2008, una vez más, causó un revuelo y estableció su nombre con “Sound Shower” en la Bienal de Arquitectura de Venecia.

Sus trabajos son difíciles de describir en pocas palabras, ya sean salvajes, humorísticos, experimentales o radicales. El factor crucial es siempre lo que puede surgir más allá de los parámetros de diseño requeridos y qué potencial inesperado ofrece. Ellos mismos describen su arquitectura como un “remix de la realidad”.

XVW architectuur fue fundada en el 2010 por Xander Vermeulen Windsant, arquitecto por la Universidad Técnica de Delft en el año 2004. Un elemento clave en su enfoque es el concepto de “residencia”, en el sentido de permanecer en un lugar determinado, “residir”. Su objetivo es crear un diseño que establece una poderosa conexión entre el entorno espacial y su propósito, para el que el edificio y su arquitectura asumen un papel secundario y sostenible.

 

Navez 5: descripción de los arquitectos

Encargado por la ciudad de Schaerbeek, este proyecto de vivienda cumple la doble ambición de las autoridades locales: representar el esquema de revalidación urbana con un hito en la entrada de la ciudad y proporcionar apartamentos ejemplares para familias numerosas. El edificio desarrolla apartamentos pasivos y luminosos y establece un diálogo con la infraestructura y el barrio patrimonial.

Ubicado en una de las principales entradas de Bruselas, el edificio es una operación de vivienda social y un proyecto emblemático para la nueva identidad de ese barrio. Proporciona una base sólida y cómoda para familias necesitadas y se ubica con un ángulo abierto, dando la bienvenida a los viajeros que ingresan a la capital. Aboga por un fuerte deseo de arquitectura para todos.

Esta construcción de una sola pieza cierra un bloque triangular escarpado, y desarrolla una fachada de ladrillo con textura suave que juega con la luz del siempre cambiante cielo de Bélgica. Esta escritura resuena con el entorno, lleno de detalles, edificios de estilo art decó y se levanta ante la impresionante infraestructura vial y ferroviaria.

Como la mayoría de los proyectos en Bruselas, el edificio tuvo que enfrentarse a un contexto fascinante pero difícil. Para hacer frente a la parcela pequeña, irregular, ruidosa y principalmente orientada hacia el norte, el edificio utiliza características arquitectónicas clave. Desarrolla apartamentos largos doblados alrededor de un patio abierto al sur y una escalera compleja que se entrelaza con escaleras individuales, permitiendo movimientos volumétricos internos y vistas kilométricas al paisaje circundante. Las articulaciones de los planos, intrincadas como encaje, y la sección progresiva, pasando de medios pisos a dúplex invertidos, proporcionan a todos los apartamentos con luz de cuatro orientaciones, espacios al aire libre, vistas impresionantes y numerosas experiencias espaciales.

Siendo parte visible de un esquema más amplio, grandes expectativas, locales y regionales, se pusieron en este edificio. Se siguió un proceso participativo exhaustivo para establecer un diálogo con los habitantes y las diferentes administraciones competentes. Permitió explicar, desarrollar y modificar las cuestiones urbanas y arquitectónicas, disminuyendo los conflictos recurrentes en Bruselas y permitiendo superar las estrictas normas de construcción.

Debido a que el edificio alberga a personas necesitadas y a que la vivienda social no debe ser tratada de manera diferente a la construcción más prestigiosa, el proyecto se desarrolla con el fin de proporcionar una base sólida para vivir. La construcción es cómoda y perenne, se puede dormir bien y clavar clavos en las paredes.

Con envolvente super aislante, aislamiento acústico, triple acristalamiento, ventilación equilibrada con recuperación de calor del aire de escape y paneles solares para la producción de agua caliente, el edificio es pasivo: 15 kwh/m2. La comodidad de los habitantes y el bajo consumo son garantizados, mientras que todavía son capaces de abrir todas sus ventanas.

Los costes de mantenimiento se han reducido al máximo evitando el aire acondicionado a través de la exposición calibrada, permitiendo la luz natural en casi todos los espacios y por la ausencia de un ascensor, que los habitantes no notaron, su ascensión facilitada por la espacialidad y poderosas vistas.

Se desarrollaron detalles especiales, evitando los puentes térmicos y las formaciones de los obreros para ensamblar las sutiles ladrilleras blancas para obtener esta textura fuerte pero lisa para jugar con la luz y rendir homenaje a las fachadas art-deco del patrimonio de la zona.

El edificio fue terminado con ladrillos pegados blancos. En combinación con la luz solar alterna, el acabado da a la fachada una textura particular. Se desarrollaron formaciones obreras para ensamblar las sutiles ladrilleras blancas con el fin de obtener esta textura fuerte pero lisa para jugar con la luz y rendir homenaje a las fachadas patrimoniales art-deco de la zona.

 

Los autores

Los responsables de la obra ganadora del premio Arquitecto Emergente, los estudios MSA / V+, a cargo de los arquitectos Benoit Moritz, Jean-Marc Simon, Alain Simon y Julien Deloffre.

 

Fuentes

www.plataformaarquitectura.cl

www.arquitecturaviva.com

www.obrasweb.mx

www.metalocus.es

http://diariodesign.com

http://noticias.infurma.es

http://tectonicablog.com