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Año XXXVI - N° 422 - Junio 2018

Editorial

 

Urge investigar el contrabando de cigarrillos de Tabesa

El  gobierno del presidente Horacio Cartes, con el afán de atraer a inversionistas extranjeros, pregona que en el manejo de la cosa pública en nuestro país hay transparencia y, sin embargo hay evidencias de que su empresa tabacalera produce cigarrillos que ingresan de contrabando sobre todo al Brasil, pero también en Estados Unidos de América, Argentina, Chile y Colombia, entre otros países. Sin embargo aquí ni la Secretaría de Tributación (SET) del Ministerio de Hacienda, ni Aduanas, ni la Contraloría General de la República ni la Fiscalía General del Estado, ni la Policía Nacional habrían investigado una realidad imposible de no ver ni negar.

A pesar del volumen de impuestos que paga esa empresa, unos 70 millones de dólares al año, atendiendo al tamaño de lo que sale de manera ilegal, lo que abona no superaría el 15 por ciento de su venta. Lo que dejaría de facturarse y por ende de tributarse estaría entre 400 y 500 millones de dólares. El Paraguay pierde a doble vía: por no ingresar ese inmenso importe a las arcas públicas y por la nefasta imagen que se proyecta al mundo.

El gobierno del Brasil es el que más en serio toma el contrabando de cigarrillos desde Paraguay. Y con razón. Lo que se “desliza”, de noche, sin que los “controles” paraguayos nada vean ni escuchen, por el Lago de Itaipú y buena parte de la frontera seca de nuestro país, en materia de cajas de cigarrillos destinados al mercado brasileño, es cuantioso. Se estima allí que alrededor del 80 por ciento de lo que la empresa Tabacalera del Este S.A. (Tabesa) produce va a parar en manos de fumadores de San Pablo y otras grandes ciudades. Si se considera que el volumen de fabricación anual es de unos 60.000 millones de cajetillas, según publicaciones locales basadas en fuentes brasileñas, se tiene ya idea de lo que esto representa en evasión de impuestos también para el país vecino.

Debido a esa situación, el Brasil monta cada tanto grandes redadas para detener y procesar a los que operan en intrincadas redes de contrabando de cigarrillos paraguayos. A pesar de ello, no pueden contener la avalancha de cajetillas que invade buena parte de su territorio.

Ni siquiera los Estados Unidos de América, que se supone posee sistemas de control mucho mejores y donde la corrupción carece de la fuerza que tiene en América Latina, se salva de recibir cigarrillos que no pagan impuestos. El Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), a través de un operativo que involucró a dos empresarios norteamericanos que se “interesaron” en los cigarrillos de Tabesa, comprobó la existencia del tráfico ilegal desde Paraguay. Los que se metieron en las intimidades del modus operandi relataron sus constataciones al Departamento de Justicia norteamericano y el poderoso The New York Times divulgó la información.

Mientras tanto, el vocero de la empresa insiste en que la producción está destinada solo al mercado local. Y que lo que se hace con lo que se compra de ella no es ya del ámbito de su responsabilidad.

Allí es donde aparece la irresponsabilidad cómplice de los organismos de control del Estado paraguayo explicable solo por el poder que ya ayer poseía el hoy presidente Cartes. Si ya antes los cigarrillos salían del país sin control alguno, hoy lo hacen con mayores garantías de impunidad por ser el Jefe de Gobierno su propietario.

Con hechos como estos donde la principal autoridad del país, lejos del discurso oficial que pregona transparencia, es la que no respeta el ordenamiento jurídico en materia de pago de impuestos para obtener mayores ganancias, el Paraguay no será nunca un país viable. Siempre va a ser considerado como contrabandista. El discurso no respaldado por hechos tiene que terminar ya que, en la práctica, se escucha, pero no se cree.

Es necesario, entonces, cambiar el actual estado de cosas. Si el nuevo presidente de la República quiere poner orden, recaudar más, mejorar la imagen del Paraguay y hacer que incluso los poderosos se adecuen a las leyes vigentes, tiene que tomar medidas para que se investigue lo que Tabesa evade. La voluntad política es clave para enfrentar una situación de impunidad de larga data.

La tarea de investigar requiere la cooperación interinstitucional del Ministerio de Hacienda a través de la Secretaría de Tributación, la Fiscalía General del Estado, la Dirección Nacional de Aduanas, la Contraloría General de la República y la Policía Nacional.

Ante la inminencia de un nuevo periodo del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo se vuelve impostergable asumir la realidad que se vive hasta hoy y aunar voluntades para enfrentar y derrotar al contrabando de cigarrillos. El Paraguay saldrá ganando no solo porque habrá más dinero proveniente de los impuestos para salud, educación, obras públicas, seguridad y otros sectores sino también porque su imagen ante el mundo se restaurará considerablemente.

 
 

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