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Año 41 - N° 489 - Enero 2024

Editorial

Será un año con desafíos

Para el gobierno y los gobernados, cada año que empieza a correr sobre los días tiene sus desafíos propios. Es cierto que hay que enfrentar los problemas que se han venido arrastrando a lo largo del tiempo, pero también que en el escenario aparecen nuevas situaciones que inciden en la marcha general de una Nación.

En el mundo, con una realidad de guerras en curso de futuro impredecible, el creciente enfrentamiento de las potencias hegemónicas, el deterioro general de las economías con el consiguiente retroceso de la calidad de vida, las migraciones masivas, el incremento de gobiernos populistas y la generalizada pérdida de valores humanos, el panorama universal no es alentador.

Si la mayor parte de los años anteriores se iniciaba con pronósticos esperanzadadores, al 2024 le acechan negros nubarrones que pueden aumentar la velocidad del viento de las tormentas vigentes.

Al Paraguay, si bien geográficamente es mediterráneo, también le alcanzan los coletazos del mundo globalizado. Con un Mercosur debilitado y desorientado; vecinos poderosos en la cuerda floja, sobre todo la Argentina donde ha asumido un gobierno completamente diferente en concepción y en acción; intereses binacionales que negociar -renegociación de Itaipú, peaje de hidrovía-, nuestro país es el de mayor estabilidad.

Dentro de todo esto se presentan los graves problemas que afronta el Paraguay: clase política corrupta, el poder detrás del poder, parlamento-aplanadora,  economía que no despega, costo de vida cada vez más elevado por más de que el índice inflacionario oficial sea bajo, narcotráfico agresivo que corrompe a los que deben combatirlo, inseguridad proveniente de la pobreza y la ineficacia judicial-policial, sistema judicial cautivo de los políticos y la corrupción, reforma educativa que no llega nunca, atención de salud deficiente, recaudaciones de impuestos destinados al despilfarro y a muchos empleados frutos del clientelismo y otros males cotidianos.

El gobierno ha dado mínimas señales de su intención de afrontar con entereza algunos de los obstáculos acuciantes del país. La dispersión del clan Rotela y otros peces gordos atrincherados en la cárcel de Tacumbú y el ataque frontal a un poderoso elenco del narcotráfico en Canindeyú son signos positivos. El tiempo dirá si ha sido eficaz o solo fue un golpe efectista.

La atención nocturna de la salud ha sido un buen paso, pero insuficiente. Los hospitales claman por medicamentos, insumos hospitalarios y más personal para responder a la demanda sanitaria.

La ciudadanía espera que esas respuestas se consoliden y que las demás demandas sociales se encaminen a una solución.

No será un año fácil por los factores externos e internos. Con esta perspectiva será necesaria la permanente actitud crítica y la movilización ciudadana para que el gobierno esté al servicio del país y no de uno, o unos pocos.

 

 
 

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