Edición N° 392 - Diciembre 2015

Noti Mandu'a

 

Viena planea construir el edificio más alto del mundo hecho con madera

 

Evolucionar desde las cabañas de madera de nuestros antepasados a los rascacielos bajo el ideal del respeto al ambiente y la sostenibilidad. Eso es lo que quieren lograr los impulsores de Hoho, un edificio de 84 metros que, cuando esté listo en el 2018, será el más alto del mundo construido con madera.

El coste del proyecto se estima en unos 60 millones de euros y su filosofía responde al concepto de “todo bajo un mismo techo” dado que pretende reunir el trabajo, el ocio y la familia en un mismo lugar, ofreciendo servicios de hostelería y restauración, apartamentos y oficinas para alquilar y dedicando también un espacio a las áreas de salud, belleza y bienestar. Un concepto de ciudad inteligente que encaja bien en el entorno en el que está previsto levantar estas torres de madera: Seestadt Aspem, en Viena, un lugar precursor del desarrollo urbano sostenible y el uso responsable de los recursos.

“Personalmente, pienso que es absolutamente necesario reducir el consumo de energía en la industria de la construcción, y por esta razón el interés en construir con madera es cada vez mayor”, explica Gert Walden, jefe de prensa de RLP Rüdiger Lainer + Partner, el estudio de arquitectura  que ha diseñado el proyecto.

Según esta empresa, en la construcción de este edificio, hecho en un 75 por ciento con madera, se emitirán 2.800 toneladas de CO2 menos que en una estructura de hormigón, lo que equivale a conducir un coche 40 kilómetros cada día durante 1.300 años.

La idea de HoHo consiste en dos torres hechas en un 75 por ciento con madera, una de ellas con una altura de 84 metros y dividida en 25 pisos. Para reforzar esa impronta ecológica, el plan es usar solo maderas producidas en Austria, donde el 47 por ciento del territorio está cubierto de bosques. Para los pilares se usará madera de haya, mientras que las paredes y los techos emplearán pícea, un árbol parecido al abeto.

El uso de la madera y la instalación de paneles solares permitirán que el edificio pueda ser considerado pasivo en lo que respecta al consumo de energía, es decir, será prácticamente autosuficiente en cuanto a la calefacción y refrigeración.

Según Walden, el consumo energético en el edificio será de 15 kWh/m²/a (Kilowatios hora por m² útil al año), mientras que el consumo medio en Europa es de 130 kWh/m²/a.

El proyecto es una idea de Caroline Palfy, directora ejecutiva de la promotora austríaca Cetus Baudevelopment, quien asegura que la razón principal por la cual se escogió la madera como material principal fue por los beneficios medioambientales que aporta en comparación con otros materiales, como el acero o el hormigón.

 

 

 

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