Edición N° 402 - Octubre 2016

Noti Mandu'a

 

 

Primer parque urbano bajo tierra del mundo

Bajo tierra, escondido en el subsuelo de un mercadillo abandonado en el sur de Manhattan, una antigua estación de tranvías pronto albergará un subterráneo oasis verde, un proyecto inspirado en el famoso parque Highline de Nueva York y que verá la luz en el 2020.

Es el Lowline, ideado en 2011 por el arquitecto y ex ingeniero de la Nasa James Ramsey, que tras el éxito del Highline vio en la abandonada estación de tranvías del Bajo Manhattan el lugar perfecto para construir este innovador bosque vanguardista.

“El Lowline será el primer parque subterráneo de todo el mundo”, explicó la directora adjunta del proyecto, Robyn Shapiro, y afirmó que desde que el plan cuenta con el beneplácito del Ayuntamiento de Nueva York, el jardín “podría abrir sus puertas entre el 2020 y el 2021”.

El futuro parque interior recorrerá hasta tres cuadras bajo tierra, donde ahora se encuentra la antigua terminal del puente de Williamsburg, inaugurada en 1903 y que canceló su servicio en 1948. De momento, una primera demostración del espacio se exhibe en el antiguo mercado de la calle Essex, que alberga la prueba.

Este “laboratorio” piloto costó 200.000 dólares, que sus fundadores lograron gracias a una campaña de Kickstarter (sitio web de micromecenazgo para proyectos creativos mediante el cual se ha financiado una amplia gama de esfuerzos, que van desde películas independientes, música y cómics a periodismo, videojuegos y proyectos relacionados con la comida)  y se puede visitar todos los fines de semana hasta marzo de 2017.

El equipo directivo del proyecto tiene hasta el verano (estadounidense) de ese año para recaudar los fondos necesarios para la construcción del proyecto final, que cuenta con un presupuesto aproximado de 70 millones de dólares.

Las obras empezarían en otoño (estadounidense) del 2018, cuando el actual propietario del espacio, la Autoridad Metropolitana de Nueva York (MTA, por sus siglas en inglés), ceda la licencia del lugar.

En el “Lowline Lab” -esta primera prueba que no está aún bajo tierra pero sí en un espacio cerrado y oscuro- se pueden apreciar hasta 3.000 tipos de plantas distintas, experimento que servirá “para estudiar y determinar qué tipo de plantas crecen mejor bajo tierra”, subrayó Shapiro.

¿El secreto para mantener con vida y bien nutrida toda esta vegetación subterránea? Una innovadora tecnología de fibras ópticas y espejos consigue filtrar la luz solar desde la azotea del edificio hasta las plantas del interior.

Así, en la calle “se instalarán colectores de luz solar a lo largo de todo el día que reflejarán la luz de forma homogénea para todo el espacio bajo tierra”, señaló la directora adjunta del proyecto impulsado por los arquitectos James Ramsey y Dan Barasch.

La cantidad de luz absorbida a diario posibilitaría, a su vez, que la vegetación que se depositará en el Lowline hiciera su fotosíntesis de forma natural, ya sean los distintos tipos de plantas o los árboles de distintos tamaños. Desde el consistorio, el proyecto, que se presentó por primera vez en el 2011, se ve ya como un gran impulso para Nueva York y sus escasas zonas verdes.

 

Fuentes

Agencia EFE

https://es-us.noticias.yahoo.com

 

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