Edición N° 425 - Septiembre 2018

Noti Mandu'a

 

 

Dante Turrini, casi cinco décadas en el mundo empresarial

Hoy siente satisfacción y felicidad al ver a sus hijos y nietos continuar con lo que ha logrado a través de los años. Considera que la honestidad, el respeto y la integridad son valores que los jóvenes deben hacerlos parte de su vida, “les llevará muy lejos”.

Un largo camino recorrido, con sus luces y sombras, gratificaciones y tropiezos, pero nunca bajando los brazos. Es el industrial Dante Turrini, 83 años, creador de varios emprendimientos aún vigentes en el mercado local.  Tal vez pionero en el rubro del vidrio en nuestro país y uno de los que han creído en Mandu’a desde sus inicios y han acompañado el crecimiento de la revista.

Tienen cuatro hijos que lo acompañan en las empresas familiares y catorce nietos, algunos de los cuales van dando sus primeros pasos en ellas.

Las empresas del Grupo Turrini, como nos detallaría más adelante, están adheridas a distintos gremios según el rubro, como Aluvi (Cámara paraguaya de la industria del vidrio), UIP (Unión Industrial Paraguaya), entre otros.

 

Su historia

Dante Turrini Civalleri nació en Omegna, una ciudad del norte de Italia. Llegó al Paraguay a finales del año 1947 con trece años, junto con sus padres y su único hermano de apenas tres años.

“Mi padre había sido contratado por el Gobierno paraguayo para prestar servicios técnicos a la CIT, posteriormente Antelco y hoy Copaco. En esos avatares, mis estudios quedaron truncos en el segundo curso de la secundaria. Aquí tuve que aprender el idioma y equiparar las materias de historia y geografía del sexto grado. Continúe estudiando hasta el primer curso de contabilidad que lastimosamente tuve que abandonar, pero que me sirvió mucho en la vida.

A los 17 años ingresé como ayudante del taller de telefonía en Antelco, luego fui designado a la sala automática donde participé en todos los trabajos de la ampliación de ese entonces en que había 4000 abonados. Hice un curso de “Técnico en telefonía” dictado por profesionales españoles de la Unión Internacional de Telecomunicaciones-UIT, organismo de las Naciones Unidas, que duró tres años. Beca mediante, me capacité un año en Francia. Al volver me nombraron jefe del taller y del laboratorio del IPT (Instituto Paraguayo de Telecomunicaciones). Fui supervisor general de enseñanza y profesor de telefonía. Daba clases en la Escuela Militar, en Transmisiones y en la Policía Nacional. Tras las experiencias y conocimientos adquiridos me di cuenta de que podría ser capaz de emprender actividades productivas por mi cuenta por lo que me retiré de la empresa estatal. Con amigos y familiares formé varios emprendimientos exitosos, especializados en comunicaciones, centrales telefónicas y radio. Fueron las primeras empresas privadas de ese rubro que tuvo el Paraguay”.

 

¿Cuándo y cómo inició Agpar?

- La unión familiar lideró la formación de Agpar en 1971, empresa que dirigí por casi cuatro décadas. Dejé mis proyectos personales y profesionales para transitar otro ramo que asumí con coraje, era un nuevo desafío ingresar a este apasionante mundo del vidrio con mi compañera Martha quien me ha apoyado siempre, y ahora con mis cuatro hijos y nietos que están dando sus primeros pasos en el mundo empresarial.

 

¿Tiene otras empresas a su cargo?

- Hemos formado un holding al que llamamos Grupo Turrini, con la intención de trascender y perpetuar la sociedad familiar. La más antigua de las empresas es Tricotex SRL, fundada por mi suegro Federico Nettl en el año 1953. Con más de 65 años dedicada al rubro textil procesando telas y confeccionando prendas para comercializarlas al por menor y mayor. La sede está en las calles Eduardo Víctor Haedo entre Hernandarias y Colón. Otra es  Adhesivos Industriales SRL dedicada al envasado y fabricación de adhesivos industriales y cualquier otro producto químico utilizado en la construcción. También manufactura membranas de polietileno expansivo. Se ubica en  J. Augusto Saldívar, km 23. A ellas se suman Imcopar SRL que es el centro de distribución de productos para la construcción y de ferretería, ya sean importados o fabricados localmente, situada sobre la avenida Mariscal López, en Fernando de la Mora. Y A.C., una sociedad anónima dedicada a la fabricación, comercialización y distribución de perfiles de acero, productos metalúrgicos, perfilaría de aluminio y otros relacionados, situada también localizada en J.A. Saldívar km 23.

 

¿Cómo observa la administración a cargo de la segunda generación en Agpar?

- En realidad ya estamos con la cuarta generación en nuestra empresa. Mi suegro fue el primero, luego vine yo como su sucesor. Mis hijos son la tercera generación con los que estoy trabajando desde 1980, (desde antes de que terminen el colegio). Ahora mis nietos están empezando. Es una gratificación inmensa. El propósito del hombre, creo, es perpetuarse en la historia… ver a mis hijos y nietos continuar con lo que he logrado construir me llena de felicidad.

 

¿Qué anécdotas rescata de su experiencia en el campo empresarial?

- Ahora, contemplando el camino recorrido, parece que todo sucedió ayer. No puedo mensurar el tiempo transcurrido, lo que sí me vienen a la mente son todos aquellos que me ayudaron a crecer, aquellos primeros clientes y funcionarios muchos de los cuales ya han partido. Recuerdo la primera importación de vidrios que se ubicó en el depósito construido según las normas internacionales convirtiéndose en el único de ese tipo en el país; a nuestra sucursal central albergando nuestra fábrica con la primera templadora vertical y todo lo que implicó la mudanza a la planta industrial en Capiatá; y tantos otros logros con personas con quienes crecí y con quienes construimos la empresa que hoy tenemos. Ahora nos encontramos montando nuevas máquinas de última generación y gran tamaño para vidrios, con lo que invertimos y apostamos al crecimiento y a la innovación. Ampliamos nuestras oficinas, abrimos nuevas sucursales, somos licenciatarios exclusivos de Blindex en el Paraguay y la única empresa con certificación OMC del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (Intn). Mucho camino andado, mucho por qué estar orgulloso. Trabajar con la familia no es fácil. Ser el padre y a la vez el jefe es todo un reto. No ha sido fácil, seguimos haciéndolo y siempre buscando el equilibrio en las relaciones.

 

¿Qué consejos podría dejar a los jóvenes que emprenden un negocio?

- Perseverancia en todo lo que se propongan, la vida hoy es difícil y hay muchas distracciones. Los jóvenes se desalientan fácilmente ante los obstáculos naturales, quieren lo rápido y fácil pero no se dan cuenta de que la satisfacción plena llega como resultado de un arduo trabajo y un largo recorrido.

Compartir, enseñar con paciencia es aprender juntos. Formar a los colegas y subordinados es muy gratificante. Los jóvenes hoy creen saberlo todo, les aconsejo tengan la humildad para escuchar a quienes pueden aportar mucho a su vida profesional y personal, a pesar de que a veces crean que es una pérdida de tiempo o aburrido. La honestidad, el respeto y la integridad son valores que, acompañados con el compromiso personal,  les llevará muy lejos, atesoren, cultiven y háganlos parte de su vida.

 

 

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