Edición N° 431 - Marzo 2019

Noti Mandu'a

 

 

Semblanza de Sigfrido Maluff Rosas

Falleció el pasado 17 de febrero a los 92 años.

El empresario de origen concepcionero, hijo de Salim Maluff y Adelina Rosas, ambos inmigrantes libaneses, nació el 11 de octubre de 1926. Pasó su niñez y juventud en su natal Concepción, ingresó a la Academia Militar. En su calidad de teniente primero participó en la revolución del 47. Luego le llegó el exilio en la ciudad argentina La Esperanza donde para sobrevivir se dedicó a plasmar en el papel anécdotas del enfrentamiento y por las noches, a cantar tangos.

A su regreso al país se instaló en Asunción dedicándose al comercio en general. En su paso por el rubro de la construcción instaló una planta industrial, a la que denominó Cerámica Paraguaya, con personal llegado de distintos puntos del país.

La fábrica fue creciendo y en 1967 amplió las instalaciones convirtiéndola  en la más moderna de la época.

Al mismo tiempo se ocupó del mejoramiento de la escuela Profesor Emilio Ferreira, ubicada en la zona, a la que dotó de nuevas aulas y de una oficina totalmente equipada para la dirección del establecimiento escolar, que lleva en sus paredes una placa de gratitud a su benefactor.

La mayoría de los caños utilizados para las obras de Corposana, Copaco, el Hospital del Instituto de Previsión Social y otras obras, fueron proveídos por su planta industrial lo que requirió aumentar el plantel de obrero, convirtiéndose en una gran fuente laboral.

Se dedicó personalmente en supervisar toda la producción de modo que lo manufacturado estuviese en optimas condiciones, cumplía a cabalidad su rol de director de la empresa.

Asimismo, ideó e implementó una fábrica de pisos de baldosas y fundó otras empresas dedicadas a la agroganadería y al sector inmobiliario.

Fue presidente de la Cámara paraguaya de la Industria cerámica, de la Unión Libanesa, del Club de Leones, del Jockey Club del Paraguay y su fanatismo por el Club Nacional lo llevó a la titularidad de la entidad deportiva durante casi tres lustros.  

Aún con sus 92 años, ejercía  activamente su rol de cónsul honorario de la República Árabe Siria, preocupado por los acontecimientos ocurridos en Siria, ayudando a quienes emigraban de ese país rumbo al nuestro, en la tramitación de documentos proveyendo inclusive alojamiento y comida. 

Además, como cónsul, encabezó, junto con la colectividad sirio libanesa, la reconstrucción de la escuela República Árabe Siria ubicada en San Lorenzo, dotándola de aulas nuevas, tinglado multiuso y una biblioteca totalmente equipada.

Cerámica Paraguaya fue auspiciante de la revista Mandu’a desde sus inicios.

A su viuda Nidia Dumot Martinez e hijos, María Eugenia, Ricardo, Ramiro, Luis María y Nelson, les damos nuestro más sentido pésame, deseándoles fortaleza y resignación.

 

 

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