Edición N° 399 - Julio 2016

“Rompiendo el sitio” el Gabinete de Arquitectura se alzó con el León de Oro

 
  • Otro aspecto del proceso constructivo

  • Los integrantes del Gabinete de Arquitectura en la ceremonia de entrega de los premios de la Bienal de Arquitectura de Venecia, sosteniendo su León de Oro.

  • En esta etapa del proceso constructivo se observan las costillas del encofrado sostenidas por el andamio.

  • Encofrado semi terminado

  • Módulo

  • Colocación de los módulos y envarillado

  • Detalle de los módulos

  • El encofrado visto de frente

  • Solo falta sacar el andamio

  • Terminada la construcción “Rompiendo el sitio”.

  • Paolo Baratta, presidente de la Bienal, Matteo Renzi, primer ministro de Italia y Alejandro Aravena, comisario de la Muestra internacional, observando la obra del Gabinete de Arquitectura.

  • Solano y Gloria en el estudio de Asunción junto con sus colaboradores y el León de Oro.

 

A la Mejor Participación en la Muestra Internacional Reporting from the front. Brilló como una “estrella” más entre otras del mundo de la arquitectura como Tadao Ando, Renzo Piano, Richard Rogers, Peter Zumthor y David Chipperfield, sólo por nombrar algunos de ellos. La obra impresionó por su genialidad constructiva.

Aunque la invitación para participar en la Muestra Internacional Reporting from the Front-Reportando desde el frente, llegó a nombre del arquitecto Solano Benitez, fue el estudio Gabinete de Arquitectura, del que son socios también la arquitecta Gloria Cabral y Solanito Benitez, el que se hizo presente en la decimoquinta edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia con la construcción denominada Breaking The Siegue-Rompiendo el sitio que fue considerada lo mejor de la muestra internacional por  “aprovechar los materiales simples, el ingenio estructural y la mano de obra no calificada para acercar la arquitectura a comunidades marginadas”.

La obra no solo impresionó por su genialidad constructiva, sino que recibió el León de Oro para la Mejor Participación en la ceremonia inaugural del evento, el pasado 28 de mayo.

Desde Mandu’a felicitamos por este reconocimiento a una labor de investigación en la disciplina, que no es de ahora, sino que viene desarrollando desde hace mucho tiempo el Gabinete de Arquitectura con el arquitecto Solano Benitez al frente, labor concretada en las obras realizadas que ya ha merecido otros premios internacionales.

Aquí la amena y siempre interesante charla con Solano Benitez, previa a su viaje a la  India para el homenaje al gran arquitecto indio Charles Correa a un año de su fallecimiento. Giró en torno a lo que es Rompiendo el sitio y sus derivados. 

 

¿Cómo surge la participación del Gabinete de Arquitectura en la Bienal?

- En primer lugar, la Bienal funciona como una especie de sismógrafo, palabra que suelen usar para medir lo que ocurre en la disciplina. La de Venecia es una Bienal de arte que tiene muchísimo tiempo y un derivado de ella es la Bienal de Arquitectura  que se convirtió en un capítulo aparte, por lo que se intercalan, la Bienal de Venecia de Arte con la Bienal de Arquitectura. Si ésta funciona  como sismógrafo o como medidor del estado del arte significa que en general la Bienal contrata una persona o establece un vínculo con un curador a quien le asigna la tarea de revelar estas cuestiones disciplinarias, cuál es el estado de avance de la disciplina en el mundo. Y este curador en particular, de acuerdo a su interés, decide invitar a participar quien considera interesante hacerlo. De forma tal que, como este es el escenario principal del sismógrafo  disciplinar, estar convocado para la Bienal de Arquitectura de Venecia significa realmente que lo que uno hace está en la lupa y bajo la observación de la disciplina como de interés. Nosotros hemos estado invitados en otras oportunidades, bajo la curaduría de Chipperfield (David) que fue dos versiones atrás (2012), y participamos en una exposición colectiva que hizo Paraguay, porque la bienal de Venecia tiene dos capítulos muy marcados. Uno lo que el curador señala como camino y elige a los participantes que tiende a mostrar y otra cómo en cada país esta idea central de la curaduría, de alguna manera aterriza, se enraíza, etc. Nosotros hemos intentado participar en la Bienal de Chipperfield. Recibimos invitación, lo cual ya es un honor, pero no lo pudimos cerrar, estábamos trabajando en esa época con el arquitecto Rafael Iglesia. En la Bienal de (Rem) Koolhaas, que fue la anterior (2014), participamos integrando la selección paraguaya. Paraguay tuvo finalmente una representación país aunque ésta haya estado levantada por el colectivo individual Aqua Alta que se encargó de propiciar la participación de nuestro país, porque como todos sabrán a nuestro gobierno en particular no le interesa, a los sucesivos gobiernos hasta hoy, no les ha interesado dar un sitial importante a la cultura, a lo que somos y lo que hacemos acá, esa es una inversión que no se ha permitido. Finalmente, somos electos por el nuevo curador, el arquitecto chileno Alejandro Aravena.

Participan entre 80 y 90 países y Alejandro en particular hace una selección de unos 80 invitados de todo el mundo que convoca para esta Bienal en la que bajo el titulo de Reporting from the front figura el entendimiento que como sociedad planetaria estamos  en dificultades, estamos en problemas y cómo la disciplina es capaz de enfrentar la indiferencia para adaptar al cuerpo social desde el accionar  de los distintos estudios. Entonces es una selección curatorial de unos 80 invitados donde están los estudios  más importantes de todos el mundo. El solo hecho de recibir esta invitación y participar de esta convocatoria ya es una causa de honor importante, el resultado final de todo esto sí es absolutamente aún más entusiasmante.

 

Lo que realizaron bajo el título Rompiendo el sitio  se denomina proyecto, obra, instalación… y ¿qué significa?

- Lo que pedía el curador en dos hojas A4 fue una descripción precisamente. Si el nombre de la Bienal es Reporting from the front-Reportando desde el frente, desde el lugar donde se produce el enfrentamiento contra la indiferencia, la incapacidad, contra el así nomás, etc. etc. Lo que Alejandro pedía era de alguna manera esa acción que se estaba desarrollando a favor del abandono de la disciplina de su rol transformador social y en ese sentido fuimos convocados y lo que hicimos fue una presentación inicial que se llama Breaking the siege que sería Rompiendo el sitio; significa que precisamente nosotros como disciplina, hemos construido un cuerpo protocolar acerca de qué debemos hacer, cómo debemos construir y con qué debemos construir, muy acotado, muy rígido. Ese cuerpo protocolar, ese manual de ejercicio desatiende las posibilidades de la gente que no llega a alcanzar el costo de acción de ese protocolo, es decir, si yo no tengo dinero para construir entendiendo que en Paraguay el costo de una construcción relativamente normal está en el orden de los 300 y 400 dólares el m2, si yo no tengo ese dinero la disciplina no tiene nada que decirme porque ella estructuró unas reglas muy feroces en torno a la materia que tenemos y el tipo  de procedimiento constructivo, a qué es lo que se puede y lo que no con esos materiales. Entonces, esta tradición, que en la realidad estimula el piloto automático de la languidez intelectual, hace que la gente no intente dar nuevas respuestas porque se refiere simplemente al protocolo, a la ley, a la norma que establece que esto se hace así y que no hay ninguna otra posibilidad fuera de eso, de hacerlo.

 

Cuando decís de la gente ¿de quién hablás?

- De la disciplina, de los arquitectos, de los profesionales que trabajan en esto. Entonces, la disciplina está en estado de sitio, se encuentra rodeada por una serie de normas y de  avances, etc, etc, que impiden dar respuesta de otra manera o en otra condición. Por ende, de lo que se trata Rompiendo el sitio es mostrar que aún la tradición más severa, como por ejemplo con el material más recurrente a nivel global como es el ladrillo que tiene 3500 años de antigüedad sobre el planeta,  es decir 3500 años de protocolo de cómo se trabaja exactamente con el ladrillo, y qué se debe hacer y qué no se debe hacer, nosotros planteamos una propuesta innovadora que modifica la grilla de partida  limitante y otorga  oportunidades de construcción a la gente. Si pensamos en realidad lo que hicimos, dispusimos 1872 ladrillos, y 1872 ladrillos  en un aparejo normal es decir colocados en el sentido de los doce, utiliza 60 ladrillos por m2, 1872 ladrillos dan 31 m2 de mampostería común, si dividiésemos 31 metros por 2,40 que es la altura tradicional de una habitación, haríamos una habitación con esos ladrillos, según el protocolo tradicional, de 3, 25 por 3,25 por 2,40 de alto. Entendiendo esto tendríamos guardado adentro de este espacio una capacidad de 24 m3, es el volumen que guardaría acá. Con los mismos 1872 ladrillos nosotros hemos construido un volumen de 185 m3. Esa es la muestra de cómo, utilizando la inteligencia, los materiales contemporáneos, las posibilidades -se diría- de hibridar procedimientos, encontrar nuevos motivos para el amparo de las personas. Aun así, lo que hemos hecho en Venecia, igual que todo lo que hacemos en el Paraguay, se ampara inicialmente en comparaciones hibridas de otros procesos de cálculos porque tiene que poder estar calculado antes de poder construirse y tienen que estar verificadas las hipótesis antes de poder hacerse. Pero en realidad lo que va a significar el verdadero  momento de interés no es ahora que hemos levantado y construido esto, sobreviene al final de la exposición cuando en noviembre, una vez que se termine la Bienal, nosotros sometamos a prueba de carga la estructura hasta romperla, cuando esto pase es que finalmente  vamos a saber a ciencia cierta cuánto trabaja, cómo está funcionando, qué es lo que aporta realmente la materialidad, el ladrillo funcionando de esa manera  con el hormigón con el acero, etc. etc. Hasta ahora, todo lo que se hizo entra dentro de hipótesis hibridadas de cálculo pero el verdadero conocimiento aparecerá a partir de que rompamos eso. Rompiendo  eso liberamos un potencial para la disciplina y la posibilidad de convertirnos en fórmula otra vez, en un nuevo protocolo, entendiendo que lo que lo mejor que le puede pasar a ese nuevo protocolo es ser roto una vez más en avance por alguien que nuevamente sea capaz de levantar  la meta un poco más. Con esto, yo creo que nosotros lo que finalmente estamos haciendo, cuando nos preguntan ¿qué es lo que construyeron, es una casa, es un hotel, un spa, una capilla, etc.?,  es explicarle a la gente que los materiales pueden ser convocados en su máxima condición  de austeridad refiriéndolos exclusivamente a su rol estructural como el estadio perfecto de austeridad y hecho esto con destreza, la emoción que libera es de tal carácter que ese espacio se convierte potencialmente en un definidor de cualquier tipo de espacialidad vinculada a la exaltación, al buen vivir, etc. Si nosotros entendemos que las villas de Palladio, inicialmente eran la manera cómo él interpretaba que los templos podían ser parte de la exaltación de la espacialidad, que podían ser parte de la vida doméstica y cotidiana, con más razón lo que está ahí puede ser para cualquier programa.

 

Entonces, Rompiendo el sitio es una construcción…

- En 1936, Magritte hizo una obra que es la pintura de una pipa y escrito en francés al frente de ella una inscripción decía Ceci n’est pas une pipe, esto no es una pipa. Lógicamente no era una pipa, era el dibujo, un cuadro de una pipa, era reflexionar acerca de la imagen, del significado. Cuando uno se va a una bienal es imposible que los arquitectos que estén ahí construyan necesariamente el fragmento de su obra y por lo general todos tienden a traer maquetas, planos, videos, PowerPoint, trayendo alguna manera de mediatizar, es decir utilizando otros medios. La fotografía, un arquitecto no hace fotografía pero recurre a ella para explicar su obra, pero esa fotografía no es la arquitectura es una no-arquitectura. Lo que nosotros hemos hecho no es una bóveda, no es una bóveda en el sentido de que nosotros no buscamos construir una bóveda, nosotros lo que estábamos construyendo es una estructura de barra de ladrillo que para que alcance la inercia mínima maximizando el tamaño hemos circunscrito nuestro accionar a la catenaria que es la forma de transmisión perfecta de la compresión; la catenaria es una cadena, cuando se toma una cadena de las dos puntas esa curva que hace para abajo es la curva más perfecta de transmisión de compresión. Hemos tomado una catenaria, la hemos puesto al revés y hemos reducido  al límite posible la cantidad de ladrillo y de concreto para hacer esa construcción. Lo que hemos hecho es una construcción que no es una bóveda, es una estructura de barra de ladrillo que adquieren las formas catenarias en su interés de sintetizar mejor todos los esfuerzos, es una construcción.  Lo que nosotros hacemos como arquitectos es disponer los materiales en construcción en amparo de la habitabilidad de los seres en cuanto humanos. Nosotros nos hemos abstenido de mostrar la generalidad de nuestros trabajos, como la mayoría de los otros arquitectos mostrando planos, fachadas, cortes, maquetas, etc. y hemos construido y hemos mostrado cuál es la esencia de nuestro oficio que es el acto de construir. De todas  maneras, no hicimos más que el equivalente a una pieza de 3,25 x 3,25 x 2,40 y sin embargo hemos ganado el León de Oro.

 

¿Cuánto tiempo les llevó construir y cuanta mano de obra necesitaron para ello?

- El proceso fue muy largo, porque uno de los motivos por los cuales no pudimos participar de la edición anterior a la cual fuimos invitados es la particular y problemática situación de Venecia. Es una ciudad que se construyó sobre la laguna, evidentemente es un territorio de relleno sostenido por pilotes con edificios muy antiguos. Entonces, intentar construir algo allí es un dolor de cabeza  impresionante porque Venecia es un patrimonio y tienen expertos  patrimoniales para todo que  impiden que uno descargue peso en las paredes, que impiden que uno descargue peso en el suelo, que impiden muchas cosas porque nadie sabe en realidad esa pared cual es la capacidad portante que tiene o cómo era su cimiento en realidad, o si está bien o si está mal; entonces, ingresamos dentro  de un proceso en donde, primero presentamos proyectos, etc. que iban encontrándose con la negativa de los ingenieros patrimoniales en Venecia, hasta que al final hemos dado vuelta, les hemos pedido un número o peso, algo, alguna noticia que nos puedan dar y nos dieron finalmente un peso posible de descarga a suelo que era muy pequeño;  lo que hicimos entonces fue dividir en dos ese peso, en cada uno de los lugares donde toca esta no bóveda hemos puesto una zapata que distribuya el peso lo más homogéneamente posible en los alrededores y hemos construido el máximo espacio que permitía el peso que nos daban como referencia. Todo fue un proceso muy largo, y en realidad la preparación de la obra y los cambios que sufrieron hicieron que en el proceso de gente involucrada trabajemos con los ingenieros de Fhecor Ingenieros Consultores, un grupo español muy importante en ingeniería estructural y con el ingeniero Hugo Corres, que es el director de ese estudio y a su vez el director del Instituto Torroja, uno de los mejores lugares de investigación del concreto armado del siglo 20 y lo sigue siendo en el actual. Como nos pedían tantas variaciones, llegó un momento en que era imposible seguir pidiéndoles la participación porque también derivaban en muchos días, las respuestas. Entonces, Gloria, especialmente, se entrenó. Ellos se tomaron el tiempo de explicarle los procedimientos y calculamos acá, era la propia Gloria la que hacía los cálculos que se chequeaban en España y se aprobaban en Italia. Todo este proceso fue muy intenso de negociación y un tanto largo. Pero la obra en sí se construyó en cinco días; de nada a que esté construida esa maravilla solo tardó cinco días. Luego, lo que hicimos fue esperar otros cinco días más para que el concreto de alta resistencia inicial que utilizamos alcance los valores mínimos requeridos para que eso esté. Finalmente, al cabo del cuarto día lo que se hizo fue sacar la base del encofrado y utilizar el propio encofrado, se colgó el encofrado que sostenía la estructura y esa fue una primera prueba de carga que pasamos ampliamente y hecho esto se liberó y se inauguró el día de la habilitación de la Bienal.

 

En definitiva ¿cuánta mano de obra llevó la construcción?

- Estos procesos son muy veloces. Si vos pensás que aquí, allá o en cualquier parte del mundo, un oficial albañil construye entre 6 y 12 m2 de mampostería de 15 por día estamos hablando que toda esa cantidad de mampostería debería poder construir un oficial y un ayudante en dos días y medio. Hagámoslo complicado, pongamos altura… cinco días es tiempo perfecto para allá, para acá, en cualquier parte. Lo bueno de esta experiencia es que mucha gente señala que la híper especificidad que se da en distintos lugares invalida los aportes, entonces hace que alguien que haya desarrollado algo en algún lugar sea solo para esa cultura, ese lugar. En el caso del ladrillo, es un material que es absolutamente global: cuando hablamos de sofisticación, ninguna máquina ni la del ETH (Escuela Politécnica Federal de Zúrich) ni la del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ni la de ninguna universidad de punta supera la capacidad de supinación, pronación, traslación o rotación que tiene todo ser humano en sus manos, es decir entendiendo esto que es finalmente viendo con otros ojos, rompiendo la tradición, uno se da cuenta del potencial que uno tiene entrenando a su gente, explicando cómo es, etc.  Nosotros no nos remitimos a hacer el dibujo y ver que los otros construyan nosotros diseñamos los procesos de construcción para que eso sea posible en ese tiempo y utilizando esos conocimientos que hemos desarrollado acá es que pudimos hacer eso también allá.

Yo fui antes para que los presupuestos no tengan índice de pánico, Gloria (Cabral) estuvo durante la construcción para que se pueda hacer como se tenía que hacer y Solanito acompañó el desencofrado y el resto del montaje de la obra en los días finales; tuvimos presencia en el proceso previo, en la construcción y en el desencofrado y puesta en marcha.

En definitiva trabajaron seis personas.

 

¿En ese tiempo y con esa cantidad de gente construyeron toda esa obra?

- Si (risas), ¿por qué pensás que te estoy mintiendo?

 

No, no es eso. No es que crea que mentís, es que viendo esa estructura  tan enorme, que parece tan difícil de armar en ese tiempo y con esa cantidad de personas… Uno se imagina que es tiempo y hacerla allá, que no es lo mismo que acá,  tal vez sea más complicado de lo aparentemente parece ser

- Es absolutamente complicado. Y nadie que no tenga el suficiente conocimiento  de cómo son los conocimientos podría encarar algo como esto. Eso requiere que hayamos estado en la fase previa, explicado qué, cómo, mostrando cómo hicimos, cómo ellos pueden hacer. ¿Qué es lo que falla en nuestro país y en cualquier parte del mundo?, no es la mano de obra. La mano de obra es mano de obra aquí y en Ulán Bator, lo que fallan son las cabezas, cuando éstas dicen que no se puede o no se debe o cualquier otro no, no hay forma de superar ese miedo por desconocimiento que establece la cabeza. ¿Qué es lo que nosotros mostramos en esto?, es rompiendo el sitio, rompiendo el cerco, mostrándole a la gente que nuestra gente, que es menospreciada por inútil, incapaz, etc., etc., es igual que en cualquier otra parte del mundo y que pueden hacer cosas maravillosas siempre y cuando las cabezas sean capaces de  imaginar una condición distinta para ello.

 

¿Qué significa para ustedes haber logrado este premio?

- Lo que pasa es que el premio hace como una mirada muy exitosa a este tema y haberlo obtenido aparentemente es algo importante. Yo supongo que cuando un seleccionador convoca a diez u once jugadores para que participen en su equipo y que ese equipo sea realmente una selección importante y que alguno de ellos meta un gol, es lo que se espera nomás de ellos. Algunos jugadores que están ahí, como hacia Chilavert que metía goles, ya sea un defensa como Gamarra que también metía goles, ya sea un delantero, cualquiera está en condiciones de poder alcanzar el logro o la meta y de ganar un premio. De hecho estábamos en una selección mundial donde 70 de los mejores arquitectos del mundo fueron convocados para mostrar su trabajo, cualquiera que estuviera allí aspiraba a ganar ese premio y lograrlo, no es que apareciera de la nada. Nosotros sabíamos perfectamente lo que estábamos haciendo y sabíamos dónde nos estábamos poniendo.  Para nosotros significó el final de un esfuerzo que trabajosamente lo emprendimos y dio resultado positivo, pero no es que nos tomó de sorpresa, porque te repito, si en esa mesa, si en esa exposición estaban los mejores y todos los nombres que ustedes normalmente publican, lo lógico es que alguno de ellos tenga que salir, tenga que ser; el ser convocados a participar significa que el trabajo de uno está a la misma altura.

Pero lo que particularmente significa una alegría para nosotros es que una vez obtenido el premio, poder dedicarlo  y poder decir que si nosotros nos consideramos investigadores,  gente que proyecta construye y está vinculada a los procesos de aprendizaje desde la intención de producir conocimiento, le debemos todo ese proceso de aprendizaje, toda esa maravilla de producción de conocimiento a quienes nos hicieron de maestros, nuestro maestro carpintero, nuestro maestro albañil, nuestro maestro mayor de obra, la gente que en este país -donde es mucho más fácil estar en un semáforo que haciendo de malabarista allá arriba a 47 grados de sol- sacrificadamente y con el máximo esfuerzo va construyendo el concilio social, a esa gente le podemos dedicar y eso es motivo de mucho orgullo y por eso colgamos inmediatamente la banderita ahí arriba, porque era como decir que era para nuestra gente, la que finalmente nos permitió, usando su inteligencia  y su conocimiento, poder avanzar y eso sí es un motivo de mucha celebración; el resto por supuesto es interesante, participamos de la escena mundial,  ya lo veníamos haciendo. A partir de los premios anteriores que hemos recibido participamos de la academia aquí y en cualquier parte del mundo y son indicadores de que nuestro trabajo es considerado disciplinarmente como importante.

El haber ganado  nos permite dedicar y dedicar a esa gente, a nuestra gente que día a día es capaz de construir una sociedad mejor mostrando como ejemplo su máximo esfuerzo, es mucho más fácil sostener un revólver y salir a conseguir dinero como sea que estar parado haciendo un techo con 48 grados de calor, eso requiere mucha decisión de integrar una sociedad y no de depredarla.

 

¿La invitación para participar fue para Solano o para el Gabinete de Arquitectura?

- Hoy somos tres socios, Solanito el más joven, Gloria, de edad intermedia y yo soy el mayor, lógicamente he comenzado  esta manera de entender  y de practicar la profesión hace mucho tiempo,  en este momento lo hacemos en sociedad. Inicialmente lo que la curaduría intentaba mostrar es que nosotros no somos bovedólogos, que no somos especialistas  en bóvedas sino que tenemos una trayectoria de trabajo y de aportación a la disciplina que cubren muchos años, esos muchos años me consideran inicialmente a mí, en el pasado; pero tiene un presente donde hoy Solanito y Gloria son parte del Gabinete de Arquitectura y si bien es cierto que la invitación inicial vino a mi nombre lo que nosotros hicimos allá fue construir como Gabinete.

La participación fue una invitación a mí y el premio fue para el Gabinete.

 

¿Qué es el Gabinete de Arquitectura hoy?

- Sigue  siendo una sociedad  que intenta desde el proyecto, la construcción y los procesos de aprendizaje, producir conocimientos. Somos investigadores, somos considerados especialistas en hacer lo que no sabemos hacer es decir un investigador  conoce  el limite disciplinar no como techo sino como suelo para, desde ahí intentar ir más lejos y ofrecer mas oportunidades. Eso es lo que hacemos tanto en los proyectos, como en la construcción, como en los procesos de aprendizaje en los que estamos involucrados trabajando con alumnos, estudiantes de distintas escuelas, somos una sociedad que ejerce el mando disciplinar irreductible que es velar por la habitabilidad de los seres en cuanto humanos, nuestra manera de custodiar la habitabilidad es desde la aportación. Nosotros no somos una oficina profesionalista, no somos una empresa, no nos interesa lucrar disciplinarmente, no somos comerciantes de  servicios, lo que intentamos es ofrecerles oportunidades para que puedan satisfacer sus necesidades, y en eso hay, naturalmente, involucrada una relación económica detrás pero no es el motor de nuestros haceres, no pensamos en crear la oficina y tener más encargos y construir más m2 que no signifiquen nada.

 

¿Cómo ves a la arquitectura paraguaya, qué perspectivas tiene?

- Hay una frase  de Paulo Mendes da Rocha que me gusta mucho que es mucho antes de que las ciudades se vuelvan feas es la gente la que la hace. Nosotros tenemos la posibilidad de un ejercicio extraordinario como cualquiera lo tiene en cualquier parte. ¿Cómo vamos a estar en los próximos años? Depende de nuestra propia gestión. Si nosotros no somos tan sumisos al dinero, si nosotros no estamos tan pendientes de ganar más rápido para acumular más plata y depredar más rápidamente lo que tenemos para ir a comprar calidad de vida al extranjero como fruto del ejercicio de ese mal ejercicio disciplinar, yo creo que podemos llegar a estar fantásticamente bien. Si seguirnos siendo tan sumisos al dinero vamos a seguir teniendo ejes corporativos, vamos a seguir teniendo zonas de ministerios, vamos a seguir teniendo kilómetros de autopistas que no significan una mejor ciudad, que no significan una mejor sociedad, que no significan absolutamente nada. Creo que la mirada y la atención está puesta en nosotros, en nuestra  capacidad de comprometernos y de resolver esto; si somos capaces de atendernos y descubrirnos fraternalmente próximos vamos a ser capaces de accionar buscando el bien común y no ya el privilegio propio; si logramos hacer así vamos a tener una mejor sociedad, y una mejor sociedad y mejores personas van a terminar haciendo mejor arquitectura. Si no logramos hacer eso, necesariamente, por más que tengamos una inmensa cantidad de dinero disponible hoy porque nos prestan plata etc. etc. vamos a construir la peor de las sociedades porque en exclusividad vamos a tratar de construir la exclusión del otro.

 

Vos y otros arquitectos que tienen esta línea de pensamiento y haceres son docentes de la Facultad de Arquitectura ¿cómo ven en general al estudiante, aceptando esa línea de pensamiento, tendiendo hacia ella o mirando hacia otro frente?

- Vivimos en tiempos donde es ignorante solo aquel que decide serlo. La facilidad de llegar a la información es signo de nuestro tiempo. Con un teléfono, con una computadora uno está en contacto con las mejores bibliotecas del mundo, bastaría dejar de ver un poco de porno para poder estar en contacto con lo mejor del avance humano a nivel planetario. Disponiendo eso ¿qué es lo que necesitamos si eso está al alcance de la gente?, lo que necesitamos es una sociedad que sea capaz de enseñar fraternidad, potenciar el esfuerzo de aquellos que quieren construir una situación distinta haciéndolo, y premiando a esa gente, es probable que demos buenos signos para que más gente trate de hacerlo y seamos más eficientes. Si solamente premiamos a los que patean pelota, si solamente premiamos -y son notables- las chicas que se pasean en pelotas y solamente es importante aquel que tiene dinero no importa de donde haya aparecido y como lo haya robado con tal de que la cantidad sea importante e imponente, necesariamente estamos destruyendo la posibilidad que tenemos de supervivencia en el tiempo. Entonces, claro que para nosotros es importante que nuestra disciplina tenga un rol, porque amamos nuestra disciplina, lo que sabemos hacer, etc., pero mucho más importante que la formación de un arquitecto es la formación de un ciudadano arquitecto, un ciudadano que sea capaz de comprometerse con su tiempo y su sociedad para desde ahí construir un cuerpo social mucho mejor, que mejore la vida de las personas y siendo las personas mejores aspiren a tener un mejor escenario donde vivir, a tener una mejor ciudad; si no hacemos eso, repito, estamos y vamos mal.

Lo que necesitamos es un ejercicio pleno de libertad, significa que si yo entiendo que puedo no doblegarme ante el valor del dinero si yo logro entender que finalmente no es lo mas importante en el mundo poder comprar o poder tener algo, sino que ser es mucho más importante que tener, si yo logro hacer ese ejercicio de libertad donde puedo decidir entre una cosa y otra libremente y puedo intentar llevar una vida, construir una vida diferente, entonces sí voy a tener una mejor sociedad y así voy a tener, finalmente, una mejor arquitectura.

Pero lo que necesitamos  fortalecer es, precisamente, un estado de libertad según el cual cada persona sea valorada de acuerdo a sus capacidades y no estemos siempre a la búsqueda de un tipo de ciudadano que consuma un tipo de comida, que se vista con un tipo de ropa, que tenga un tipo de diversión, que escuche un solo tipo de música, que aspire a tener una sola manera de tener una casa, etc. etc. eso es renunciar a todas las demás posibilidades que tenemos. En la medida en que seamos capaces de ejercer la libertad vamos a empezar a construir diferente, una sociedad y una arquitectura totalmente diferente, una ciudad y una arquitectura distinta.

Al finalizar nuestra charla Solano nos detalló brevemente su viaje a la ciudad de Calcuta donde se realizará el recordatorio al gran arquitecto Charles Correa: “Es un honor que me hayan elegido para formar parte del homenaje que le rinden al mejor y más importante arquitecto de la India a un año de su muerte, para disertar en el evento principal del recordatorio. También aprovecharé el viaje para establecer contactos y así posibilitar futuros proyectos.  Pero lo más importante es estar ahí en ese acto de recordación a Charles Correa, es un gran honor para mí”.

 

 

Los destacados en el mundo de la arquitectura 

La XV Bienal de Arquitectura de Venecia, una de las máximas citas de la disciplina, cuenta con la participación de 88 estudios de arquitectura -152 arquitectos-  de 37 países distintos, todos trabajando en torno a la dirección impuesta por el título Reportando desde el frente.

De los más de cien arquitectos que exhiben sus obras en la muestra internacional, David Barragán, Solano Benitez, David Chipperfield, Norman Foster, Kazuyo Sejima, Francis Keré, Renzo Piano, Richard Rogers, Ryue Nishizawa, Shigeru Ban, Eduardo Souto de Moura, Tadao Ando, Wang Su, Simón Vélez y Peter Zumthor son ganadores del Nobel de Arquitectura, el Pritzker (incluido Alejandro Aravena,  curador de esta edición) y de otros tantos premios internacionales de arquitectura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Revista

Ver ediciones anteriores

Suscribete

Y recibí cada mes la revista Mandu'a

Suscribirme ahora