Edición N° 402 - Octubre 2016

Una demostración de que lo alternativo es altamente viable en la construcción

 

 

Estudiantes de la especialidad Construcciones civiles exhibieron proyectos de viviendas mínimas unifamiliares realizadas con materiales reciclables, lejos de las luces y del show de las megaconstrucciones de otros años

El Colegio Técnico Nacional de Asunción realiza todos los años una exposición denominada Expotécnica, en donde muestran los trabajos del alumnado de los tres años de la media de todas las especialidades, como parte del plan de estudios. Una de ellas, Construcciones civiles, es la que nos convocó hasta la institución dado que 84 alumnos del área repartidos en equipos han exhibido catorce proyectos no usuales en nuestro medio: se trata de viviendas mínimas unifamiliares cuyo sistema constructivo se basó en materiales de desecho y con algunas otras características: desmontables, permanentes y transitorias.

Para conocer los detalles, conversamos con la profesora arquitecta Graciela Alvarenga, coordinadora de la especialidad; y los profesores arquitectos Rubén Cáceres y José Luis Pino Meza, ambos a cargo de la materia Proyecto y dibujo técnico. Son los docentes que han guiado a los alumnos en esta experiencia, profesionales de la construcción con títulos de posgrado e involucrados también en la enseñanza universitaria.

 

La Expotécnica

Se trata de la culminación de un proyecto educativo que realiza todos los años el CTN en donde se exhiben trabajos de los estudiantes de las ocho especialidades: “Cada año se elabora un proyecto educativo que desarrollamos con los alumnos de los tres años de la media, con la particularidad de que los que cursan el último año deben plasmar lo que han aprendido en todo ese tiempo en un trabajo. Este año surgió la idea, teniendo presente el tema de la inundación y que familias enteras han tenido que abandonar sus hogares y durante ocho meses vivieron en plazas, parques y patios, bajo techos inadecuados. La intención nuestra fue ver qué podíamos hacer para paliar esa situación urgente y que esas personas pudieran tener una vivienda digna; pero también surgió el tema ambiental por el material utilizado para su construcción, materiales de desecho, cubiertas, plástico, chatarra de vehículos, entre otros.  Así que se manejaron dos ejes: vivienda para personas  de escasos recursos y en situación de emergencia y el cuidado del ambiente”, explicó la arquitecta Alvarenga.

Reforzando esta idea, el arquitecto Cáceres señaló: “Otro aspecto que fuimos descubriendo a lo largo de este trabajo es que el componente reciclado también permitiría ir limpiando un poco más la ciudad. Hubo equipos que trabajaron con contenedores, otros con chasis de ómnibus en desuso. ¿Qué hacemos con todo eso? Y con las cubiertas, con los envases de plástico, con los tetrabrik. En el caso de este elemento fue usado como reflectante del calor, del sol, las tejas de botellas de plástico, y como aislante  de la humedad debajo de ellas o en el exterior de las paredes en el caso de los palés, sirve para que no pase el frío, el calor, la humedad. Vale decir que se han conjugado el aspecto técnico y el aspecto ecológico en estos proyectos que involucran sistemas nuevos, alternativos, de bajo costo y autoconstruibles”.   

 

¿Viviría en una casa así?

Iniciaron el estudio y la investigación sobre el tema teniendo como norte la construcción de viviendas temporales destinadas a los afectados por las inundaciones, pero luego se preguntaron por qué no permanentes también. Y así se plantearon las dos opciones. “Una vez planteada la idea se les dejó abierta la posibilidad de diseñar viviendas temporales y viviendas permanentes. Y decidieron hacer los dos tipos, para personas que viven en zonas costeras como las que no, de forma tal que hubo proyectos de casas desmontables, sobre pilotes, con la idea de la autoconstrucción, utilizando un sistema constructivo alternativo, es decir con materiales no tradicionales como son los desechos”, indicó el arquitecto Cáceres.

“Este tipo de vivienda sirve para los asentamientos -no importa dónde sea, puede ser en el área de la Gran Asunción donde las personas viven en condiciones infrahumanas o en otras zonas del país, sea en franjas costeras o no- por la facilidad para construir pues no se necesita mano de obra calificada,  con conocimientos básicos y la guía de algún profesional, ellos mismos pueden levantar su casa con desechos que se encuentran en cualquier parte, como tacuaras, botellas de plástico, neumáticos en desuso. Es aplicable en cualquier superficie”, acotó la arquitecta Alvarenga.

“Más allá de un trabajo académico, también hubo intención de hacerles ver la realidad en que vivimos y si bien la conclusión del proyecto es una cuestión técnica, también les permitió tener contacto directo con una situación de la que el país no escapa: la pobreza y situaciones de crisis. En el aspecto técnico debían investigar si era viable o no construir con ese tipo de material y la durabilidad de esa construcción. Inclusive se enfrentaron a una pregunta muy fuerte: ¿Viviría acá? ¿Viviría en una casa como esta? No fue fácil porque siempre se trabajó con materiales tradicionales que tienen sus ventajas pero también muchísimas  desventajas en lo que hace a la humedad, mano de obra calificada que hay que formar. En este caso, lo alternativo genera resistencia, porque es eso, alternativo, pero para demostrar que se puede usar hay que mostrar y es justamente lo que se hizo con esta experiencia y esta exposición, que técnicamente es viable. Lo demostraron a través de maquetas digitales y reales en escala pequeña aunque también se atrevieron a realizar dos modelos de vivienda a escala 1:1. La intención también fue brindar a los chicos la posibilidad de que sea una experiencia propedéutica, pedagógicamente hablando, que les sirva para otras experiencias de la vida,  que genere soluciones prácticas en cosas que Paraguay necesita”, dijo el arquitecto Pino.

 

¿Existe la idea de llegar a algún organismo público para materializar las propuestas?

- Creemos que este tipo de construcción puede servir para que el Estado, pueda dar respuesta al problema de la vivienda.  Ahora mismo, en el proyecto RC4 están construyendo casas con la tecnología tradicional, si nos hubiéramos adelantado un poquito en el tiempo tal vez se hubiera podido probar con este prototipo de vivienda donde al Estado le puede salir más barato y cumplir con el objetivo de dar respuesta a mayor cantidad de personas en este tema. Aunque hay que tener en cuenta un componente sobre el cual el Estado debe trabajar y es la reacción del sector al que se le propone este sistema constructivo. Como todo cambio, generaría una reacción de las personas ante la eventualidad de utilizar material alternativo  y se muestren reacias por el poco valor del material. En este sentido, los mismos alumnos, cuando lanzamos el proyecto se mostraron reacios.

 

¿Cuánto tiene que ver la difusión?

Mucho. Una idea es hablar con Mario Ferreiro para hacer una exposición en la Municipalidad a fin de que la gente vea, tenga contacto con lo que se hizo, y otra es compilar todos los trabajos en un pequeño libro digital  de manera que se pueda descargar de la web de tal forma que sirva ¿por qué no?  como consulta  bibliográfica como a nosotros nos sirvieron investigaciones que hicieron otras personas y ser generador de otras ideas.

 

¿Trabajaron también sobre de tema del costo de cada unidad?

- El trabajo en sí consta de tres partes, una investigación respecto del tipo de material, ejemplo de viviendas en otros lugares, el proyecto en sí, el proceso constructivo, y luego el cómputo y presupuesto del costo que tendría, su durabilidad, todo está previsto, es una investigación completa y los costos varían  entre 8 y 20 a 30 millones de guaraníes, que sería la vivienda utilizando un contenedor  por ejemplo o el chasis de ómnibus. Aquí lo importante es la condición de vida que tendrían, ya no lo harían bajo la carpas, el techo de zinc o eternit, hule, y con el agua a sus pies, dado que el sistema constructivo que se emplea tiene una pequeña elevación con material aislante en el piso, en el techo, en las paredes,  levantadas sobre pilotes utilizando como base cubiertas rellenas de hormigón, tacuaras, karanda’y, botellas de plástico, en algunos casos para los cerramientos se usó el bagazo, desecho de la caña de azúcar; mezclando con cemento y arena se hace un ladrillo alivianado para paredes. Como se ve, todos materiales de la zona y de bajo costo.

Algunos, incluso, tenían la posibilidad de usar esos ladrillos que se podían encastrar unos con otros y no necesitan mezcla, también los pilares tenían una guía que permitían el encastre. Se hicieron casas desmontables, como el de las confeccionadas con chasis de ómnibus. Con una grúa se muda la casa aguas arriba, por ejemplo, en caso de necesidad.

Y con los contenedores se hicieron variantes. En este caso, hubo personas que pidieron los datos a los chicos que realizaron ese proyecto para contactar con ellos dando prueba de que el proyecto era viable y eso hace que tenga más pie ese tipo de trabajo, es decir que cualquier persona adopte este material para su vivienda, como ya se implementó en otros países.

 

¿Y de cuantos ambientes son las propuestas?

- Se analizaron casos de otras partes del mundo, Suecia, Noruega, China. Ellos estudiaron el sistema constructivo para ver si era aplicable acá y lo desarrollaron de acuerdo a nuestras necesidades. Nosotros estudiamos la composición familiar de quienes utilizarían las viviendas, la mayoría tienen cinco hijos, otras  incluyen a los abuelos y vimos que a dos dormitorios, como eran los proyectos, se agregó uno más así que las casas son de tres dormitorios, y el baño es seco. 

 

¿Hubo otra experiencia similar en la institución?

- Esto forma parte de un ejercicio académico que se llama proyecto educativo de área de todas las especialidades y como resultado de eso se expone. En el 2009 se hizo algo parecido, era para un asentamiento, pero aunque el tema del asentamiento, aunque parezca similar no lo es porque ahí se trata de urbanización, se piensa en conjunto, el de este año es prototipo de vivienda unifamiliar con propósito de autoconstrucción. Se trata de un módulo que uno puede aplicar en cualquier terreno. Es individual, es dar una respuesta inmediata a un problema puntual aunque se pueda apuntar a solucionar o paliar el tema del déficit de viviendas en el país.

 

¿Les gustó trabajar con materiales alternativos?

- Inicialmente no. En realidad fueron obligados porque, como ya dijimos, forma parte de un ejercicio académico que sí o si había que hacer para egresar, no era una decisión de ellos.  Y al plantear no estaban muy convencidos del tema. Les motivaba más lo que se hizo en años anteriores. No les atraía porque les parecía que no había una complejidad que manejar, pero esas complejidades ellos no dimensionaron, y sí lo es porque hay mucho de qué hablar. Y el trabajo de ellos está reforzado en los planos técnicos, proceso constructivo, cómputo, incorporar todo a la obra; algo que siempre se hizo con material tradicional ahora el material era alternativo. Pero finalmente se sintieron satisfechos, trabajaron mucho y se dieron cuenta que la complejidad no proviene solo del uso de material tradicional, sino que depende de muchos factores.

En realidad, la resistencia de ellos se basaba en que el año pasado el tema se basó en las megas construcciones y ahora presentarían ¿una casita?, decían. Inclusive algunos padres tampoco aceptaban, sostenían que este año bajaría el nivel en comparación de lo que se expuso el año pasado, que nos reduciríamos en buscar trabajar con elementos tirados en la basura, que sus hijos no tendrían una formación de calidad, etc.

Cuando en realidad para esto lo que se necesita es mucha creatividad, hacer algo lindo con material de desecho. Y aparte, este ejercicio es mucho más real que el del año pasado, más acorde a nuestra realidad, a  situaciones que nos toca vivir. Lo otro es  más el show, el esnobismo, las luces. Acá se trabaja, además de lo creativo,  la investigación, se alienta la capacidad de indagar, de investigar, de preguntar, de buscar formas más convenientes para el sistema constructivo y un cambio de visión hacia esos materiales que antes eran basura y hoy con ellos se puede construir una vivienda digna. 

Para todos estos trabajos contaron con nuestra guía y en casos, también con el acompañamiento de sus padres, que con el avance de los trabajos se dieron cuenta del valor del proyecto.

 

Fue una experiencia positiva entonces

- Al final se despertaron del letargo. En la exposición se encontraron con mucha gente que valoraron los trabajos, los exalumnos les felicitaron, les pareció excelente, “es mejor que lo que nosotros hicimos” les decían y finalmente se dieron cuenta y aceptaron que lo que hicieron era muy importante y valioso. Además recibieron los plácemes de las autoridades del colegio, de los padres, que quedaron con la boca abierta ante lo realizado no solamente en el tema de la construcción sino también en lo que a medioambiente se refiere. Y creemos que sirvió para concienciar a esta generación, este grupo que sale llevarán presente el tema de la conciencia ambiental en todo sentido, esto es aprender para la vida, aprender haciendo, investigando.

Finalmente, como cuerpo docente de la especialidad, conseguimos el objetivo que era el de plantear el proyecto de una vivienda mínima para personas de escasos recursos y damnificados por las crecientes y concienciar a los chicos acerca de la utilización de materiales alternativos y cómo ir limpiando el planeta sin gastar mucho. Para  nosotros es una gran satisfacción haber conseguido el objetivo, al principio muy a regañadientes, porque terminaron muy entusiasmados y agradecidos, recibieron felicitaciones, tenemos la prensa escrita que nos acompañó en todo momento.  Era cambiar la mentalidad. Que en el caso de la construcción de las viviendas sociales por parte del Estado, no necesariamente tiene que ser siempre de ladrillo, techo de teja, revoque, sino que puede cambiar a otro sistema constructivo, a otra tecnología. 

 

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