Edición N° 402 - Octubre 2016

Argentina y el Nordeste

 

Invasión Uber en la arquitectura

El debate Uber ya inunda varios campos de la vida contemporánea. En el caso de los taxistas, se entiende, salieron al cruce reclamando contra la competencia desleal y alarmados por la amenaza de la pérdida de fuentes de trabajo. El día que piquetearon media Ciudad, de camino al diario, escuché por la radio los esclarecedores comentarios del urbanista y sociólogo Fabio Quetglas sobre este tema. El intentó tener una mirada más abarcativa y puso el tema en términos de “soluciones de movilidad” y bien común.

“Uber es la gran oportunidad para pensar un aspecto de nuestra movilidad urbana, porque la resistencia de los taxistas puede tener aspectos legítimos pero no puede ocultar los déficits que ese servicio tiene”. Según cuenta Ariel Hendler, también en la actividad inmobiliaria desembarcaron estas nuevas tecnologías que permiten hacer más eficientes y confiables las operaciones, motivo por el cual fue uno de los temas recurrentes que se escucharon en las conferencias del Tercer salón inmobiliario de Zárate-Campana.

Otra amenaza del tipo Uber, pero en este caso basada en los avances del diseño y la tecnología, puede presentar la iniciativa del empresario Julián Aróstegui, “Una casa (Habitar contemporánea)”, organizada por el decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo, Daniel Silberfaden.

La idea consiste en diseñar un sistema de casas que tuvieran variantes y se pudieran construir como autos, en serie, rápido y bien. Para eso, Silberfaden llamó a un concurso invitación que tuvo quince finalistas, de los cuales solo cinco terminarán de definir los prototipos que se venderán “llave en mano” en todo el país y en los países limítrofes. Los autores cobrarán, además del honorario inicial, un porcentaje por cada vivienda vendida durante los primeros cinco años. El sistema posibilitaría menores costos de producción y obtener más cantidad y velocidad en “soluciones de vivienda”, pero también redundaría en menores honorarios profesionales y en menos oportunidades laborales para el resto de los arquitectos.

Usando los conceptos de Fabio Quetglas, “permitir Uber sin regulaciones es no comprender el rol del Estado, y prohibirlo por presiones sectoriales es no comprender el mundo contemporáneo”. Y habría que agregar que, en nuestro caso específico, podría significar no entender nuestras necesidades y urgencias más extremas.

 

 

Berto González Montaner

Editor general ARQ Clarín

19.04.16

 

Revista

Ver ediciones anteriores

Suscribete

Y recibí cada mes la revista Mandu'a

Suscribirme ahora