Edición N° 450 - Octubre 2020

CIVIS, POLIS & URBIS

 

Según información del año 2019 de la DGEEC (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos) la población del Paraguay es de 7.152.703 habitantes. De esta población, el 62,1% es urbana y el 37,9% es rural. Esto significa que vivimos en ciudades 4.441.823 personas.

A este dato cuantitativo debemos agregar un aspecto cualitativo. Es en las ciudades donde se dan las principales actividades de administración y de gestión del funcionamiento y del desarrollo de los sectores público, social, empresarial, educacional, cultural y político del país.

Es notable sin embargo constatar que en nuestro medio no se habla, no se analiza y no se discute el tema de La Ciudad. Que es un tema central para cualquier país y para cualquier sociedad. Los medios de prensa locales se ocupan de la política, de la economía, del fútbol, de sucesos internacionales, de justicia, de policiales, de actividades culturales, del espectáculo y de las actividades de la “society” -tan relevantes y trascendentales por cierto éstas-. El tratamiento del tema de La Ciudad a lo más que llega, por lo general, es a comentarios básicos y superficiales vinculados a algunos elementos sectoriales que tienen que ver con la misma -pero que no alcanzan ni remotamente para explicarla y para entenderla- tales como los “baches” de las calles, la “basura”, el tráfico, las administraciones municipales, los motochorros, los raudales, las inundaciones -solo cuando el agua ya le llegó hasta el cuello a los pobladores y por unos días nomás- y algunos temas más -como por ejemplo el Proyecto Metrobus, que nunca tuvo un análisis riguroso de parte de la prensa ni de otros actores-. Asimismo, las Organizaciones de la Sociedad y la Academia tampoco le dan la importancia debida al tratamiento solvente de La Ciudad.

Hombres reunidos bajo la sombra en una esquina del Centro de Asuncion

 

De los temas estructurales que hacen a La Ciudad -y que son causa y o efecto de todo lo bueno y lo malo que sucede en ella- no se habla. Menos aún se discute, se analiza y se saca conclusiones serias y válidas. Es que resulta imprescindible que entendamos que La Ciudad es un Sistema. Y además es un sistema muy complejo, que además es abierto y vivo. “La complejidad urbana obliga a analizar la ciudad desde una perspectiva sistémica que permita una mirada holística desde la cual las propuestas de solución a las problemáticas propias de cada ciudad sean más cercanas a la realidad local”.

Tal como ya nos enseñaba nuestro Maestro Rubén Pesci en la década de los 80 desde la “Revista Ambiente” (CEPA / FLACAM.), cuando andábamos por las aulas universitarias y posteriormente, desde los años 90 hasta hace poco, cuando tuvimos la oportunidad de elaborar los principales Proyectos de Desarrollo Urbano Sustentable para Asunción y para el Gran Asunción: el Plan Maestro de la Franja Costera y el Plan de Desarrollo Urbano Ambiental ASUNCION 2000, el Plan Estratégico Metropolitano de Asunción (PEMA) o el Plan ASU Viva.

Recordemos que un sistema es un conjunto de elementos relacionados que interactúan entre sí y que funcionan como un todo o que constituyen una entidad. Por eso, si decimos que La Ciudad es un hecho funcional o que es un hecho físico urbanístico o es un hecho territorial o es un hecho social o es un hecho político o es un hecho económico o es un hecho histórico o es un hecho cultural o es un hecho semiológico o es un hecho jurídico o es un hecho ambiental no nos estamos equivocando. Estamos en lo cierto. Es todo eso. Pero estamos viendo solamente un componente del sistema y no estamos viendo el todo el sistema. “Creo que es imposible conocer las partes, sin conocer el todo, como conocer el todo sin conocer específicamente las partes” decía Blais Pascal.

Resulta muy curioso que un asunto tan sencillo como el explicado sea de tan difícil comprensión y entendimiento en nuestro país. Hay 3 palabras clave -que vienen del Latín- que tienen directa relación con el significado de la palabra Ciudad: Civis, Polis y Urbis. Pero estas palabras se refieren a distintos componentes de la misma: la Sociedad -la ciudadanía-, el Gobierno de la Ciudad -la política- y lo Urbanísitico -la urbe-. Que son 3 componentes esenciales de La Ciudad, que constituyen un Círculo, que generalmente es Vicioso y que debemos saber convertir en un Círculo Virtuoso para posibilitar un desarrollo integral de la misma. Estas también son enseñanzas de nuestro Maestros, como Jordi Borja y Ramón Folch -y el mismo Pesci-., que los hechos ratifican con absoluta claridad.

Peatones de todas las edades circulando por la calle Palma en la zona del casco historico de Asuncion

 

Estamos acostumbrados a pretender que una persona -un Intendente o un Presidente- lo resuelvan todo. Estamos también acostumbrados a denostar y descalificar a “los políticos” -si bien es verdad que algunos méritos han acumulado para recibir estas consideraciones, salvo las honrosas y esperanzadoras excepciones de la norma-. Es decir, creemos que la Polis debe solucionarlo todo. Y ese es nuestro gran error de Craso. Las ciudades que funcionan y se desarrollan -y los países también- no lo hacen por arte de la magia o por la aparición de un milagro. Lo hacen porque han sabido articular y hacer funcionar estos componentes. Entonces aquí entra el rol activo de la Civis, que es condición sinequanon si queremos ir para adelante. El desarrollo del “Capital Social” -Bernardo Klicksberg y otros- y el involucramiento de las organizaciones de la sociedad -la Civis- son imprescindibles para el desarrollo sustentable -Desarrollo Social con Crecimiento Económico y Cuidando el Ambiente-. No existe otro modo.

Sería interesante entonces que nos preguntemos de dónde han salido los políticos de nuestro medio -y sus respectivas organizaciones por supuesto-, que constituyen la Polis. Vinieron todos en un Crucero o en un gran Ovni? La respuesta es obvia. Salieron de nuestra sociedad -de nuestra Civis-. Entonces, son producto de lo que produce nuestra sociedad. Ergo, si nuestra Civis produce esta clase de Polis significa que no está funcionando demasiado bien. Y que sería muy oportuno, útil y prudente ponernos a analizar también este componente esencial de La Ciudad que es la Civis.

Ciudades como Curitiba, Barcelona, Copenhague o Medellín -o países como Dinamarca, Corea, Singapur o Taiwán- no están como están porque sí nomás. Están como están porque han trabajado mucho -no tienen de regalo el petróleo de los países árabes- y han sabido gestionar y articular ese Círculo Virtuoso entre Civis, Polis y Urbis. Lo cual nos genera una enorme envidia sana. Y alguna esperanza.

Tratándose de una gran construcción colectiva todo esto, la primera y gran pregunta que debemos hacernos es: ¿Queremos hacerlo?

 

Autor: Arq. Gonzalo Garay.

 

 

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