Edición N° 448 - Agosto 2020
Cómo llegará Asunción al 2037 – Quinto Centenario –
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Situación del transporte público. Vista de usuarios del servicio de transporte utilizando una parada de ómnibus
Material enviado a Mandu’a por la arquitecta Mabel Causarano quien junto con Vladimir Velázquez están al frente de un equipo interdisciplinario que realiza un estudio con miras a los 500 años de la capital paraguaya, proyectando el futuro de la ciudad.
La arquitecta Mabel Causarano y Vladimir Velázquez Moreira lideran un equipo interdisciplinario -integrado además por los arquitectos Federico Franco Troche y Bernardo Bozzano y el ingeniero Roberto Lima Morra- que avanza proyecciones para el quinto centenario de la fundación de Asunción, tomando como base la gestión de los últimos seis gobiernos municipales.
El estudio, de carácter voluntario dado que no cuenta con financiación pública ni privada, indaga sobre los procesos que desembocan en el actual escenario urbano, a partir de 1991 cuando asumió el primer gobierno municipal electo en democracia; y analiza y compara las promesas electorales de los seis candidatos ganadores refiriéndolas a las variables funcionales (movilidad, manejo y disposición final de los residuos sólidos), sociales (dinámica demográfica) y ambientales, resultantes de la gestión municipal (población de funcionarios, presupuesto) y las variables que intervienen en la gobernabilidad (marco legal, composición de la Junta municipal, planificación, entre otras), las formas de acción ciudadana, la composición actual de la población asuncena, por edad y sector social, de cara a las promesas electorales de cambio.
Adonde hemos llegado y cómo.
Asunción sufre un proceso de decadencia demográfica, involución funcional y debilitamiento institucional. Ante el desempeño municipal de las tres últimas décadas y las condiciones actuales de la capital, cabe preguntarse: ¿Cuáles indicadores permiten suponer que en los próximos 17 años se revertirán la decadencia demográfica, el deterioro físico y el debilitamiento institucional acumulados? ¿En base a cuáles supuestos podríamos aspirar a una calidad de vida comparable con la de otras capitales de la región?
Antecedentes.
La idea surgió en un encuentro organizado por el Colegio de Arquitectos del Paraguay (CAP), para conversar sobre los proyectos viales promovidos por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, Mopc, en particular del puente a Chaco’i y el viaducto que cercena el territorio del Jardín Botánico.
Durante la gestión del intendente Samaniego, el actual titular del Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (Muvh), arquitecto Dany Durand, sugirió elaborar un programa conmemorativo de los 500 años de Asunción, idea que retomó recientemente, en su carácter de ministro. A los responsables de este trabajo les pareció conveniente visualizar el futuro hacia el cual la ciudad se encamina y la imagen que presentarían sus arroyos, calles, plazas, monumentos y el Centro Histórico.
La ausencia de indicios de mejoras en el estilo de gestión municipal y la escasa incidencia de los reclamos ciudadanos, por su carácter coyuntural y fragmentado, permiten suponer la continuidad de las tendencias que han modelado el paisaje urbano. Por dicho motivo, se pensó proyectar los principales indicadores sociodemográficos, funcionales e institucionales al 2037, considerando dos horizontes temporales intermedios: 2023, coincidente con la Asunción de un nuevo gobierno nacional y el cumplimiento del plazo para la renegociación del tratado de Itaipú, de vital importancia para el desarrollo del país; 2030, año de referencia del Plan Nacional de Desarrollo 2030, fecha límite para el cumplimiento de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y la asunción del noveno gobierno municipal del período democrático.
La recolección de datos fue lenta y trabajosa a causa de la falta de registro de las gestiones anteriores, la desactualización de la información municipal y la demora institucional en la respuesta a las solicitudes.
La Junta Municipal de Asunción no respondió a la consulta presentada a través del Portal, incumpliendo la obligatoriedad establecida en la Ley 5282/14, de Acceso a la información pública y transparencia gubernamental.
Tampoco existen datos desglosados sobre la economía urbana ni proyecciones sociodemográficas al 2037.
Una excepción destacable al modus operandi municipal y nacional es la Dirección general de estadísticas encuestas y censos (Dgeec), cuyas respuestas y aportes, en tiempo y forma, la posicionan como referente de lo que debe entenderse por servicio público.
La agenda internacional.
El país está comprometido con el cumplimiento de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS 2015-2030) y de la Nueva agenda urbana (NAU, 2016).
El ODS 11 plantea “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”, mientras la NAU apunta a una ciudad compacta, inclusiva, resiliente, segura, participativa y sostenible.
Transcurrido el primer quinquenio de los tres establecidos como horizonte temporal, el país no dispone de la línea de base de la mayoría de los indicadores de los ODS, a fin de evaluar los avances y logros de las metas pactadas.
Los ítems y las proyecciones abren caminos para responder a los siguientes interrogantes: De cara a las limitaciones encontradas, ¿es factible visualizar el futuro de la ciudad? En caso afirmativo, ¿cuáles serían las condiciones sociales, funcionales e institucionales de Asunción en 2037? ¿Cuáles nuevas indagaciones podrían surgir de este estudio?
Se analizaron las seis sucesivas propuestas electorales, desde Carlos Filizzola a Mario Ferreiro, atendiendo, entre otros, al enfoque, los objetivos, los temas prioritarios.
El estudio, de carácter exploratorio, hace hincapié en las condiciones físicas y funcionales de la ciudad, la dimensión institucional y las relaciones políticas que permean los procesos. Según la disponibilidad de los datos, proyecta y perfila los escenarios futuros.
¿Desarrollo local?
A partir de 1991, los seis gobiernos municipales presentaron las llamadas “propuestas de gobierno”, bajo la forma de publicaciones impresas y, últimamente, versiones digitales; promesas que, supuestamente, se habrían convertido en políticas municipales impulsoras del desarrollo urbano.
En ellas pueden identificarse el enfoque asumido, los temas abordados, ciertas prioridades y, en algunos casos, referencias a las formas de ejecución. Los citados planteamientos se elaboraron en base a datos recabados, no pocas veces, mediante consultas con los futuros electores. Expresan una visión del futuro deseable para la ciudad y, en forma voluntarista, el modo de alcanzarlo o de encaminarse hacia él.
El deterioro de las condiciones físicas y funcionales de la ciudad coincide con el desgaste de la participación ciudadana y de la gestión municipal, alejada esta última de las buenas intenciones expresadas en la promesa electoral. En ningún caso, la ciudadanía exigió su cumplimiento; pareciera existir un acuerdo tácito, por el cual se acepta que la propuesta electoral sea un mero instrumento propagandístico, poco o nada relacionado con el ejercicio de gobierno. Los reclamos por parte de personas, grupos de vecinos, gremios, sindicatos, oenegés, han sido, en general, reacciones puntuales, motivadas por emergencias que afectan a intereses barriales o sectoriales. Una excepción es la acción promovida en contra de la tercerización del cobro de impuestos.
El análisis se detiene en: Las promesas electorales. Las condiciones actuales de la capital. Las características sociodemográficas, las desigualdades sociales, la fragmentación urbana y la segregación socioespacial. La capacidad de gestión de los seis gobiernos municipales (1991- 2019). La gobernabilidad, que incluye, entre otros, el marco legal, la participación ciudadana, la condición de capital y de cabecera metropolitana, los planes locales.
Ofrece cifras comparativas (demográficas y de movilidad) entre Asunción y el departamento Central, así como datos sobre las condiciones ambientales (diversas formas de contaminación y deterioro de los recursos naturales); la ocupación de los bañados; el aumento del parque automotor; el número de funcionarios municipales y su crecimiento por administración, en relación con la cantidad de habitantes capitalinos; el presupuesto y la ejecución presupuestaria.
Dinámica demográfica.
En las últimas tres décadas, la población asuncena ha crecido por debajo de la tasa nacional o ha decrecido, como ha ocurrido desde el 2007. Se prevé que continúe siendo negativa hasta el 2021 y que llegue al 0 por ciento en el 2022.
En 1992, los asuncenos eran 500.998; en el 2023 alcanzarían los 521.091 y en el 2030, los 531.724, vale decir, habrá unas 30 mil personas más de las que residían en la capital 38 años antes, situación que contrasta con la ocupación de los bañados y el crecimiento del departamento Central que alcanzará las 2.638.439 personas, seis veces más que la población capitalina, a la cual, en 1992, apenas doblaba.
Entre el 2001 y el 2006, Asunción presentó una tasa de crecimiento de 0,20 por ciento y 0,30 por ciento; entre 2008 y 2014, fue de – 0,08 por ciento y – 0,02 por ciento. En consecuencia, los once diputados electos por Asunción, en 1992 se redujeron a siete en el 2018, mientras aumentaron de 15 a 19 los diputados de Central.
Por su parte, la población de los bañados aumentó de manera progresiva.
En 1992, habitaban dicha zona alrededor de 11.500 familias, un total de 47.159 personas, el 9,41por ciento de la población total asuncena.
En el 2002, aumentó a 21.000 familias, un total de 94.098 personas, el 18,37 por ciento de la población total urbana.
Actualmente, ocupan los bañados alrededor de 26.000 familias que suman 136.219 personas, el 25,7 por ciento de la población capitalina. Las proyecciones al 2030 instalan en los bañados al 33 por ciento del total de habitantes de Asunción.
Mientras la tasa total de crecimiento de la población asuncena total fue nula o negativa, la de los bañados aumentó 2.8 veces en 26 años. Esta situación implicaría que la demanda de viviendas provenga de los sectores de menores ingresos, que son los que crecen en número (hoy son cerca del 26 por ciento de los asuncenos). Por tanto, es preciso develar la contradicción entre el auge de la construcción de edificios de departamentos, cuyos precios de venta y de alquiler pueden ser cubiertos por los sectores de ingresos medio altos y altos, y la disminución de las tasas anuales de crecimiento de estos, tendencia que se mantendría con una aguda incidencia social, económica, ambiental, espacial y política.
Tendencias demográficas por grupos de edades al 2030.
Disminuye la población de niños y adolescentes y aumenta la de adultos mayores. En el 2030 bajará en un 25 por ciento la población de 0 a 14 años, debido a factores como el menor número de hijos por hogar y la emigración de los sectores medios. Las otras dos franjas etarias, relacionadas con la etapa productiva, se incrementarán ligeramente en un 2 por ciento y 6 por ciento, respectivamente. El grupo de edad de 60 años y más se incrementará en un 37 por ciento.
Estas cifras muestran que al cumplir cinco siglos, Asunción será una ciudad con más pobres, menos jóvenes y más ancianos. ¿Qué implica el aumento de la población de la tercera edad? ¿Cuáles son las demandas que, correlativamente, también se incrementarán? ¿Cómo se está preparando Asunción para garantizar, por ejemplo, el derecho a la movilidad (peatonal y transporte público) a una población adulta mayor?
El departamento Central sigue siendo el destino migratorio más importante del país, no solamente para los expulsados del campo, sino también para los que abandonan Asunción. Los niños y adolescentes aumentarán un 16 por ciento, los de 30 a 59 años lo harán en un 20 por ciento y los que superan los 60 años, en un 130 por ciento.
En síntesis, en el 2030 en Asunción habrá más pobres, menos niños, igual número de adolescentes y jóvenes, un poco más de adultos y muchos más adultos mayores; mientras que, en el departamento Central, aumentará la clase media, habrá más niños, adolescentes y jóvenes, muchos más adultos y aún más personas de la tercera edad.
Esta situación no ha sido encarada en las propuestas electorales ni es considerada en las políticas públicas nacionales ni municipales, a pesar del impacto en la calidad de vida urbana, en términos de demanda de servicios, infraestructura y equipamientos colectivos.
Movilidad.
El crecimiento del parque automotor privado es un indicador que alude a la calidad y cobertura del transporte público. A menor calidad y cobertura, mayor uso del vehículo privado (coches y motos).
En 1998, el 35,1 por ciento de los hogares de Asunción contaba con transporte propio y el 25.1 por ciento los del departamento Central. En términos absolutos, representaban 43.942 y 68.964 hogares, respectivamente. Tras 20 años, en el 2018, el número de hogares asuncenos con transporte propio aumentó al 65,5 por ciento y en el departamento Central, pasó al 67,6 por ciento. En términos absolutos, en el 2018, 89.798 hogares de Asunción contaban con transporte propio y sumaron 353.295 de Central. Hubo un aumento de 45.766 hogares asuncenos con transporte propio y de 284.331 hogares en el departamento vecino.
La construcción de puentes y viaductos por parte del Mopc materializa la opción en favor de la movilidad privada y exime al Estado de la prestación de un servicio clave en términos de inclusión, equidad y calidad ambiental.
Economía urbana y presupuesto municipal.
No se dispone de datos desglosados a nivel municipal ni departamental sobre la economía formal, lo cual inviabiliza el diseño y la aplicación de políticas de desarrollo urbano.
La informalidad incluye a los comerciantes que ofrecen productos -muchos de ellos con marcas falsificadas o de contrabando- apostados en las veredas del Centro Histórico, en las inmediaciones de los grandes equipamientos (Palacio de Justicia, terminal de ómnibus, mercados, centros comerciales y otros) y en los cruces con semáforo, a los “limpiavidrios”, “cuidacoches” y “carriteros”.
La informalidad se alimenta además de las evasiones impositivas por parte de locales que no expiden facturas y de los pequeños comercios barriales que no disponen de patentes comerciales.
Salvo durante la gestión de Carlos Filizzola, no se registran intentos de regular la ocupación de los espacios públicos, ni se cuenta con datos confiables acerca del número de ocupantes, su localización ni los rubros comercializados; tampoco se realizan controles sanitarios para el expendio de productos alimenticios en la vía pública.
La investigación muestra la evolución del presupuesto municipal, la relación presupuesto/dinámica poblacional, la población de funcionarios, las personas en situación de pobreza, la variación del número de contribuyentes, el pendularismo metropolitano.
Un análisis posterior podría ahondar en los factores que incidieron en la composición del presupuesto, atendiendo a la inflación y variación del precio del dólar, identificar los patrones que se mantienen y los que cambian, las fuentes y las aplicaciones (Ley de Capitalidad, royalties, Fonacide/Fondo nacional de inversión pública y desarrollo) y el desempeño tributario, de modo a ahondar en la proyección de las tendencias, en materia de capacidad de gestión y de resultados.
“Cuéntame un cuento”.
Es común en el país hablar desde el plano de la ficción, seguir el libreto de una obra colectiva que se repite en cada elección.
La elaboración de planes es parte del libreto ficcional, que sustituye al sistema de planificación. Los planes son documentos que sirven de muletillas discursivas, sin incidencia en la gestión de gobierno. En lugar de construir un sistema de planificación que oriente la acción pública, defina y compatibilice los proyectos, proliferan las “unidades de proyecto”, volcadas a acciones específicas, a medida de la coyuntura, dependientes de la Intendencia y autónomas con respecto a las direcciones funcionales.
La situación se agrava ante la continua merma de la autonomía local, debilitada por el Estado central, a través de obras inconsultas y medidas legales que despojan al municipio de funciones constitucionales.
El proyecto político municipal, alineado con el del gobierno nacional, es la generación de enclaves (barrios cerrados para los sectores medio altos y guetos para los más desfavorecidos).
La ocupación de los espacios públicos por el comercio informal y las víctimas de las inundaciones, son una faceta de la privatización encubierta, que exonera al Estado del cumplimiento de sus funciones e induce a adquirir cámaras de seguridad, generadores eléctricos, motos, automóviles de segunda mano, a sustituir la plaza y la calle por los centros comerciales.
La población asuncena acata sumisa el imperativo del “sálvese quien pueda”, convertido en ideario político. Para las quejas y los reclamos, están las redes sociales y los programas radiales.