Edición N° 434 - Junio 2019

Cómo podría ser la nueva cara de Notre Dame

 
  • La catedral parisina, antes del incendio.

  • Réplica de Le Stryge. La compañía holandesa concr3de propone utilizar la impresión en 3D para reconstruir la catedral.

  • Studio NAB. Invernadero bajo la cubierta.

  • Fuksas Architects. Propone crear una estructura contemporánea que dialogue con el estilo gótico de la catedral.

  • Alexandre Fantozzi. Sugiere la utilización de vitrales en toda la cubierta.

  • Kiss The Architect, de Londres. Propone un diseño atrevido y surrealista.

  • Mathieu Lehanneur. Sugiere la reconstrucción de un techo adornado con una gran llama dorada.

  • Vizum Atelier de Bratislava. Presenta la aguja como una torre de luz, coronada por un rayo de luz que brillará hacia el cielo.

  • David Deroo. Su idea para el techo rompe con la estructura clásica de la catedral gótica.

  • Vincent Callebaut. Apuesta por un diseño discreto y sobrio, titulado “Palingénesis”.

  • Miysis Studio 3D. Respetaría el estilo original del edificio y al mismo tiempo sería representativo de nuestro tiempo.

  • Summum. Convertiría el ático de Notre Dame en un parque conmemorativo.

  • Studio TJOA. Apuesta por un fénix que se levanta sobre sus propias cenizas. Y una aguja revestida en paneles de cobre.

  • Ulf Mejergren Architects. Plantea una piscina sobre el techo. La aguja ya no está.

 

Diferentes propuestas para reconstruir la icónica catedral parisina corren como la pólvora por las redes sociales

Ahora que han pasado más de un mes desde el incendio de Notre Dome, ahora que Norman Foster ya se ha pronunciado al respecto y ha desmentido que la infografía del Times sea suya, ahora que ya no quedan brasas... Ahora, y sólo ahora, es cuando toca recapacitar e idear soluciones arquitectónicas constructivas (y nunca mejor dicho) sobre el futuro de la aguja y las bóvedas de la gran dama gótica.

Casi al mismo tiempo que el primer ministro francés, Édouard Philipe, anunciaba el concurso internacional de arquitectura mediante el cual Francia seleccionará el proyecto de reconstrucción, expresando que el gobierno de su país no quiere replicar el pasado, “por lo que se está buscando una nueva imagen adaptada a las técnicas y los desafíos de nuestra era”. Con el anuncio, muchos arquitectos y diseñadores han puesto manos a la obra, e incluso antes de que se mencionara el concurso ya trabajaban en el nuevo concepto del histórico edificio, y han publicado sus propuestas en las redes sociales (el equivalente al viento en el siglo XXI).

Tal fugacidad nos ha demostrado que los límites de la creatividad y de los nuevos programas de diseño arquitectónico en 3D no tienen límites.

Lo que no está tan claro todavía es si la aguja de Notre Dame debería recuperar el aspecto que Viollet-le-Duc le confirió en el siglo XIX o si esta debería reemplazarse por una que se integre y distinga de manera clara y armónica como dictan las reglas del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), una organización mundial no gubernamental asociada con la Unesco, a la cual asesora sobre el modo más correcto de restaurar edificios declarados Patrimonio de la Humanidad.

 

Los diseños

En las redes sociales, arquitectos y artistas de distintas partes del mundo han colgado sus propuestas para dar a la “Dama” de París un nuevo rostro.

Concr3de

A medio camino se encontraría la propuesta formulada por la compañía holandesa Concr3de, que sugiere, en lugar de copiar los elementos, “falsificarlos” con una impresora en 3D. Para ello utilizarían el propio material abrasado por el incendio (piedra caliza y ceniza de la madera) y le devolverían a su aspecto original.

Como muestra ya se han apresurado a imprimir con materiales similares una réplica de Le Stryge, la icónica gárgola alada que reposaba desde la restauración del siglo XIX sobre el techo de la catedral.

 

Studio NAB

Aunque la idea altruista presentada por Studio NAB tan sólo pretende ilustrar su pensamiento, relacionado con la necesidad de que Notre Dame se convierta en un espacio “verde y para todos”, lo cierto es que parece buena idea aprovechar la oportunidad de construir un lugar de referencia donde la conservación y el enriquecimiento del patrimonio esté interrelacionado con “la ecología, la igualdad de oportunidades, la protección de la vida, la reintroducción de la biodiversidad, la educación de las conciencias y la solidaridad, símbolos fieles a los valores de Francia”, tal y como recuerda el estudio parisino.

La propuesta transformaría el techo de la catedral en un invernadero y la aguja funcionaría como un colmenar.

 

Studio Fuksas

Por su parte, Massimiliano y Doriana Fuksas plantean crear una estructura contemporánea que dialogue con los elementos antiguos: una especie de elevado pináculo hecho con un cristal de Baccarat, que, como el techo, puede iluminarse por la noche y llenarse de luz.

“El nuevo elemento será un faro de esperanza para el futuro en la noche de París”, expresan al respecto los arquitectos de Studio Fuksas.

También el arquitecto ruso Alexander Nerovnya apuesta por un techo de vidrio, que compartiría protagonismo con una estructura de aguja más tradicional para no perder la conexión entre lo antiguo y lo moderno.

 

Alexandre Fantozzi-AJ6 Studio

Un único elemento -vidrieras- utilizaría AJ6 Studio, tal y como explica en su Instagram Alexandre Fantozzi, socio creativo de este estudio de arquitectura con sede en São Paulo, quien recuerda que son la principal característica gótica y “representan la conexión entre la tierra y el cielo”. Utilizando materiales de última tecnología, proyectarían una cubierta y una torre de vitrales que con sus transparencias dejarían entrar al interior de la catedral gran cantidad de luz natural. Esta se filtraría a través de las coloridas vidrieras (fabricadas por una reconocida y tradicional fábrica francesa) durante el día y por la noche la cubierta se retro iluminaría con su consiguiente espectacularidad visual. “No hay nuevas características arquitectónicas, no hay elementos de intervención (rediseño), no hay ego, no hay aspiraciones artísticas”, concluye su argumento el socio de AJ6 Studio, que se refiere al proyecto como La Couronne Divine, una grandiosa corona para la catedral.

 

Kiss The Architect

Un tanto más atrevida y surrealista es la solución que comparte en su Instagram el estudio colaborativo Kiss The Architect, fundado por el arquitecto chipriota Dakis Panayiotou. Arcos, bolas, una escalera central... ¿Quién da más?

 

Mathieu Lehanneu

Como una provocativa performance, así ha ideado el diseñador francés Mathieu Lehanneur su propuesta, en la que replicaría -en clave contemporánea- el propio incendio del pasado día 15 de abril. Algo así como convertir en arte la catástrofe.

 

Vizum Atelier

También llamativa ¡y muy visual! es la aguja de luz que alcanzaría el cielo (al igual que perseguían los constructores góticos) del equipo eslovaco Vizum Atelier. “En tiempos góticos, los constructores intentaban alcanzar el cielo, Le Duc (arquitecto francés del siglo XIX) lo intentó también y se ha acercado. Ahora es posible hacerlo realidad. Una corona ligera que conecta el cielo con la tierra”, indica el estudio con sede en Bratislava, en una publicación en Instagram.

 

Deroo David

“Humilde pero innovador, delicado, hermoso y comprometido, creado por personas altamente capacitadas alrededor de una mesa común”, así es como desea el artista y arquitecto Deroo David que sea el proyecto ganador, y así es como lo ha explicado en un artículo para BD Architecture titulado How can we re-build the past for a new future.

En un fragmento de texto, que ha publicado en su Instagram junto a una infografía de BNuts Visual, también habla de la audacia que ha de tener el núcleo cultural de Francia para avanzar mientras se mantiene la imagen atemporal de la Dama.

 

Vincent Callebaut

La respuesta del arquitecto de París Vincent Callebaut busca unir la ciencia, el arte y la espiritualidad inspirado en la biomímesis (ciencia que estudia a la naturaleza como fuente de inspiración de nuevas tecnologías innovadoras). El diseño -titulado Palingénesis (del griego palin, “de nuevo”, y génesis, “nacer”)- espera establecer una relación simbiótica más justa entre los seres humanos y la naturaleza apuntando a unir la nave de la catedral, el techo y la nueva aguja. Hay un jardín debajo de un cristal tridimensional.

 

Miysis Studio 3D

El diseño que presenta respetaría el estilo original del edificio y al mismo tiempo sería representativo de nuestro tiempo. El estudio ha mantenido las dimensiones y volúmenes del techo original y apuesta por un diseño exterior discreto y sobrio que no distorsiona la silueta del edificio.

 

Summum Architecture

La firma española con sede en Francias sugiere utilizar el área directamente debajo del nuevo techo para crear un invernadero.  Convertiría el  ático de Notre Dame en un parque conmemorativo, con colores púrpuras en memoria del fuego y que actúa como santuario de los animales y los insectos que viven amenazados en las ciudades.

 

Studio TJOA

Esta oficina de diseño multidisciplinario con sede en Colorado, apuesta por un fénix que se levanta sobre sus propias cenizas. Proyecta una aguja moderna que está hecha completamente de paneles de cobre con fundición de arena la cual emerge de un techo ennegrecido en recuerdo del incendio.

 

Ulf Mejergren Architects

El estudio de arquitectura sueco propone construir una piscina sobre el techo de la catedral, creando así “un nuevo espacio meditativo con vistas inigualables sobre París”, según señalan en su sitio. “Creemos que la Catedral luce mejor sin la aguja (...). La aguja ya no está pero las doce estatuas de los apóstoles que fueron guardadas durante la restauración y pudieron escapar al fuego pueden volver a ubicarse sobre el techo como guardianes alrededor de una gran piscina que ocupe todo el techo”, dice el anuncio del estudio con base en Estocolmo.

 

Fuentes
www.traveler.es
www.elsalvador.com
www.lasexta.com
www.elpais.com.uy

 

 


El debate sobre Notre-Dame que interpela a Occidente

Primero fue el miedo, después el estupor, a esos sentimientos los siguió la tristeza y luego la resignación. Finalmente, como de Francia se trata, vino el debate.

Pocas horas habían pasado desde que los bomberos extinguieran el último foco del pavoroso incendio que estuvo a punto de devastar la catedral de Notre-Dame, en París, cuando algunas de las mayores fortunas del país comenzaron a hacer pública su intención de donar cientos de millones de euros para su reconstrucción.

Aunque no todos reparaban en el hecho de que la recuperación de un edificio histórico, que comenzó a construirse en 1163, depende menos del dinero que de una mano de obra artesanal mucho menos frecuente que los euros; el auténtico debate no se debió a quién tenía que hacerse cargo de los costos -¿el Vaticano? ¿el gobierno francés? ¿la Alcaldía de París? ¿los fieles católicos? ¿alguna empresa de seguros?- sino a cómo debe realizarse la reconstrucción. Es decir, si debe procurar devolverle al edificio el aspecto que tenía al momento de desatarse el incendio o seguir un criterio arquitectónico contemporáneo, que deje una marca de nuestro tiempo en una catedral que, de no mediar ninguna tragedia, seguirá siendo venerada por los siglos.

En una discusión intelectual que a muchos recuerda la acalorada polémica que rodeó a la construcción de la cristalina pirámide del Louvre -en los años 80, durante la presidencia de Mitterrand-, arquitectos, historiadores y expertos en arte y patrimonio han venido intercambiando opiniones sobre las características que debería tener el nuevo techo de la catedral y si debería incluir una nueva aguja que reemplace a la icónica derrumbada durante el incendio, construida completamente en madera en el siglo XIX. Este es quizás el principal punto de debate, por lo que varios historiadores recordaron que la aguja perdida no era la realmente original, que debió desmontarse en 1786 por temor a una caída. En 1840, el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc se propuso construir una réplica en madera, pero como contaba con información muy parcial sobre el diseño original, la construyó siguiendo el estilo neogótico de la época. Así nos lo recuerda el excelente blog elbarroquista.com, que se ha venido ocupando del debate.

Varios proponen que la nueva aguja sea de cristal, y presentan como ejemplo la nueva cúpula del Reichstag, el Parlamento alemán rediseñado por Sir Norman Foster. Sin embargo, precisan ciertos arquitectos, el cristal es más representativo del siglo XX que de esta época.

Detrás de un aparente debate sobre estilos, se encuentra, en realidad, una polémica mayor sobre el valor de la arquitectura y el significado del arte, la religión y los monumentos, sobre nuestra relación con ellos, sobre el legado, sobre nuestra huella en la Tierra. En un edificio considerado el alma de Francia, el aspecto que asuma en el futuro le hablará a las próximas generaciones sobre cómo era y qué anhelaba aquella de comienzos del siglo XXI, cuando Notre-Dame casi se pierde. Se entiende así porqué el debate es tan central para Europa y para todo Occidente.

 

Fuente
Javier Navia
www.lanacion.com.ar

 

 

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