Edición N° 387 - Julio 2015

“Concebir una ciudad es una cuestión política y el objeto de la arquitectura”

 

Paulo Mendes da Rocha, Pritzker 2006

 

 “El objeto de la arquitectura no es modificar formas de hacer la misma cosa. Su objeto es cambiar la cosa en sí, la manera de cómo habitar. La propia ciudad es la gran escuela. Por lo tanto, el tiempo libre es la ciudad”

 

Un grande el señor Paulo Mendes da Rocha. Su sencillez, su humildad y su sabiduría lo hacen grande, reconocido mundialmente, distinguido con el Pritzker -entre otros premios-, uno, si no el más, de los más importantes galardones del mundo de la arquitectura. Y nada más acertado que presentar esta nota haciendo nuestras las palabras del mexicano Mauricio Rocha al finalizar la “previa” de la primera sesión del conversatorio del AMERICAnodelsud: “Todo lo que hablamos se concentra en dos palabras muy importantes en la arquitectura, en que en la disciplina hay que ser éticos y políticos, la arquitectura por sobre todas las cosas es ética y política con oficio y qué mejor que este momento de nuestro encuentro, este momento de reflexión sea con el gran trabajo y la profunda arquitectura del maestro Paulo Mendes da Rocha”.

Y entre aplausos y aclamaciones subió al escenario el arquitecto brasileño  para iniciar el conversatorio, en su idioma vernáculo. Ese arquitecto que minutos antes había entrado al hall del Gran Teatro del BCP como una más de las tantas personas iban llegando al evento, sin séquito, sin reflectores, sencillo, afable, que conserva una extraordinaria lucidez y quien con sus conceptos sobre la arquitectura y otros temas, maravilló a la platea.

Frente a él, el arquitecto Solano Benítez inició el conversatorio de esta manera:

 

Solano Benítez: Buenas noches señor  Mendes da Rocha. Es un privilegio. En nombre de todos, quiero agradecer su presencia aquí, que para nosotros siempre es un motivo de inmensa alegría.

Paulo Mendes da Rocha: Yo quería saludar a todos, con mucho afecto. Estoy muy apasionado por el Paraguay. Estuve por acá muchas veces y siempre quedo muy impresionado por lo que he visto, desde la primera vez. ¡Cómo son extraordinarias las experiencias, si puedo así decir, de construcción y arquitectura, cuyo resultado es de una espacialidad inesperada!, en particular, las cosas que hace nuestro querido Solano. Yo insisto en decir esto, principalmente por la sencillez del material, aparentemente modesto -el ladrillo- y la excepcional calidad resultante en el disfrute de la geometría y la inteligencia humana. Es muy interesante como síntesis de todo lo dicho, o sea… aquello que es más simple, más rudimentario y que está más a mano, es la mejor virtud que uno puede tener para realizar las cosas que se desean. En rigor, no hay necesidad de grandes ingenios, grandes técnicas o grandes tecnologías para la vida cotidiana, mientras, es bueno considerar que esto tiene un valor sorprendente, con mucha lírica y mucha poesía, justamente porque en este momento convivimos con la mejor expresión  de lo que el hombre pudo ver hecho por sí mismo, por su ciencia y su técnica, …como los vuelos interplanetarios…, ese contrapunto entre la vida cotidiana y los proyectos que tenemos, es el que otorga dimensión a nuestras dudas. Toda conferencia… todas las ponencias, sufren en mi opinión, un poco de esto. Nosotros siempre estamos envueltos por una verdadera atmósfera mágica y que nunca fue tan fuerte en el género humano. Tengo la imagen de nosotros llegando, en retrospectiva, a nuestros orígenes, entendiendo que el mundo siempre fue una sorpresa, pero nunca como, de hecho, lo es ahora porque somos conscientes de que estamos vivos en esta pequeña roca de materia, desamparados en el universo. ¡Hoy nadie duda más de esto! ¡Antes nunca hubo esa conciencia! por lo tanto, yo valoro, y mucho, reuniones como estas que pretenden unirnos son indispensables y deben ser momentos de mucho placer.

SB: Paulo. Así la gente va creer que te invitamos solo para que hables bien de nosotros, pero no lo fue. Quiero compartir con todos algunas cosas que leí sobre tu vida y que tuve la oportunidad de conversar contigo antes. Recuerdo que naciste en Victoria y que fuiste a vivir a San Pablo cuando eras muy niño… y que vivías en un espacio en condominio con muchas personas y que en esta casa ampliada de tu infancia, había una pareja de españoles a la que hacías de cartero y de lector de sus correspondencias. Por lo tanto, sé que conocés el español desde tu niñez y que lo hablás muy bien. Quiero que comprendas que yo tampoco hablo bien el portugués, pero que al intentar hacerlo estamos buscando un lenguaje común para conversar acerca de cuestiones importantes como la “conciencia del desastre” que interesa a todos. Recuerdo una frase tuya: “Mucho tiempo antes de que una ciudad se torne fea, son las personas las que se afean”; ¿decías así?

PMdR: Si, puede ser que sí.

SB:¿Es esa la conciencia de la que hablás?, ¿nadie puede tener “conciencia del espanto” sin poseer antes otra condición…, una previa?

PMdR: Nosotros somos muy amigos. Estamos acostumbrados a charlar así en un café. Sin embargo, te quiero avisar que hay miles de personas que nos miran ahora, por lo tanto, tengamos cuidado con lo que vamos a decir.

SB: Por eso es que yo solamente te miro a vos.

PMdR: Hablaré en portugués por un motivo, porque creo que vos deberías tener el placer, a pesar de no hablar muy bien el portugués, de oír a un brasileño hablando. Yo creo que eso es interesante.

SB: Mucho.

PMdR: Vamos imaginar lo contrario. Vos sos el que está en San Pablo  o Río de Janeiro y en la calle todos están hablando el portugués brasileño. Eso, entre nosotros, es muy interesante considerar. En rigor, poco a poco, hablarás mejor la lengua. Estoy seguro.

SB: Yo creo. Pero entonces ¿dónde es que se inicia aquel proceso en el que la ciudad se transforma en aquello que nosotros no queremos?, ¿cómo es que la ciudad, si la imaginamos como la sumatoria de nuestros deseos, también se transforma, a veces, con el tiempo, en una forma de espanto?

PMdR: Bueno. Yo no sé si deberíamos derivar hacia la filosofía, que es siempre interesante, delirante o causal. Pero de cualquier manera, no podemos dejar de pensar que nuestros proyectos siempre fueron contrariados. Tengo la impresión que se podría afirmar lo siguiente: la magnitud, la dimensión inconmensurable de la esperanza y de la belleza en los proyectos humanos como tesis, son de tal porte, que soportan en rigor una fuerza contraria. He visto instituciones genéricas… como la paz, la paz que es ¡encantadoramente deseable y solo se ve guerra! Por lo tanto, esa contradicción que queda marcada en la educación desde la infancia, forma parte, creo yo, del proceso de transformación que a todos nos gustaría ver realizarse. Observo como si estuviésemos en el umbral de la realización de este deseo. Nadie más quiere saber de guerras. La última ya fue una cosa absurda. No fue ni una guerra, fue una cosa horrible, de persecuciones a grupos humanos y actos así. Pero yo pensé, y ya dije algunas veces, me gustaría insistir hoy aquí para ustedes, y una vez más, que ahora estamos convencidos de que nuestra vida y nuestra capacidad de preguntarnos sobre la naturaleza y sus fenómenos es de un orden tal, ya realizado, que podríamos serenamente decir que tenemos “su conciencia”, todos los hombres del planeta. Eso es lo que importa. Las cosas se transformaron muy rápidamente ante nosotros y cuando digo nosotros, quiero decir, principalmente, ante nosotros los americanos, porque los 400 años que nos constituyen no son nada. Lo que se cuenta, de los episodios muy bien descritos de las navegaciones en la época, de 500, 400 años atrás…eso en medida de tiempo no es nada. El hombre fue atacado por las cosas que decía… el señor Galileo sostenía que la tierra giraba alrededor del sol y los navegantes comprobaron que era así. Ese hombre fue condenado a la hoguera, en cambio nosotros hoy estamos recompensando con 1 millón de dólares al premio Nobel para los físicos y para tales otros descubridores. El mundo cambió en 400 años en el sentido que se desarrolló en la mente de los hombres una nueva conciencia sobre la verdadera condición del planeta en el universo y de nosotros, los que estamos vivos en él… al mismo tiempo como los habitantes de este planeta cuya historia conocemos, aprendemos en su orígen, transcurrir, etc., por lo tanto, América, en general, tiene una importancia muy grande en esa configuración o reconfiguración de la conciencia humana actual. Tenemos una responsabilidad con ello. Mirá el desastre europeo, porque yo considero un desastre. Europa no consigue rehacerse con absoluta dignidad, absoluto brillo, de los horrores de la última guerra. La Unión Europea no consigue hacerlo. Sentimos mucho placer y alegría al ver a Grecia decir: “Yo no estoy de acuerdo”, porque no debe ser de esa forma puramente mercantilista, midiendo cosas como crecimiento. Pero, ¿crecer en qué? La economía no debe crecer, debe cambiar la cualidad,  ¡hay mucho que rever! América se alinea, necesariamente, con esta reflexión como una nueva conciencia sobre el tema. Para que no perdamos el norte, lo que nos está convocando es la arquitectura. América dice con mucha claridad lo que todos ya sabían… considerando que el planeta, la naturaleza de por sí no es habitable, que necesita ser transformada para realizar el efectivo hábitat humano, cuya esencia es una ciudad. Se puede conocer, viajar por los desiertos, pero no se puede habitar en el desierto. No se puede habitar en el corazón de una selva. Ella dejaría de ser una selva. Vivimos en ciudades y una vez más, nuestra América como modelo, considero que debería ser ejemplar. Nosotros, los pueblos de esta América Latina, tenemos que estar más unidos que nunca, porque la división en países, tal y como está, es de una arbitrariedad estúpida, frente a la realidad del planeta en el universo. Hoy tenemos que responsabilizarnos por la división de este territorio y de algo que como idea se discute mucho: los países. Tenemos que navegar los ríos y en países como los nuestros  esto no se puede hacer en soledad. Un río sale de un país, pasa por otro, regresa. Tenemos que hacer proyectos de común acuerdo, de colaboración ¡Tenemos que hacerlo, con seguridad! Yo creo que es deseable, y estoy seguro de que todos así lo creen, conectar el Atlántico con el Pacífico con vías férreas, ferrocarriles, etc., muchas veces y en varios sitios y posiciones, y cruzar esa red de navegación fluvial fundando nuevas ciudades. Por lo tanto, el desastre de las ciudades indica…bien…,  yo puedo jugar también a que esto tiene una cierta exageración, pero el desastre de las ciudades señala exactamente su importancia. Es tan fundamental, tan vital y tan indispensable como figuración de transformación de la naturaleza para nuestra vida, que es atacada de todas las formas por la especulación inmobiliaria, por la podredumbre de los intereses humanos, los más mezquinos. Nunca fue tan vulnerable. No se puede imaginar una criatura ejemplar que no sea vulnerable porque si está preocupada en defenderse, ella misma se transforma en agresora, ¿no es así?, por lo tanto, la aparente fragilidad del lugar es justamente aquello que para nosotros es una esperanza.  Contemplemos esta ciudad, particularmente Asunción…maravillosa por la orilla del río. Ella no puede quedarse “in natura” (en estado natural). Es necesario que sea transformada y construida. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es crear la esperanza, la alegría de nuestra vida. Tenemos mucho por hacer. Alguien dijo esto aquí y yo la voy a repetir porque es fundamental; está claro, por tanto, que no es la sabiduría la que va a resolver, es la política con la que desataremos la sabiduría. La cuestión de concebir una ciudad es una cuestión política y es para nosotros la cuestión fundamental como objeto de la arquitectura, hoy en día. Esa fue la introducción al tema que yo quería hacer.

SB: Es una conversación preparada. ¿Ya estaba en tu cabeza?

PMdR: No hay nada mejor que confesar que yo estaba atento, preocupado en encontrarlos. No puedo hacerlo con banalidad; sin embargo, debo decir que es una preocupación que hoy no me sale de la cabeza, la cuestión que el tema del objeto de la arquitectura es la ciudad.

SB: Si la ciudad es la depositaria de los deseos, Paulo…se trata de aquello que nosotros queremos, ¿es ahí que vos empezás a conectar con la política?

PMdR: ¡Sí! Exactamente. Ella es la depositaria de los deseos, incluyendo los peores deseos. Por eso es que se  pudre en partes, se degenera.

SB: Eso es interesante. Nosotros siempre hablamos de un cuento de Borges que nos gusta.

PMdR: Si, lo hablamos. Yo he dicho degenerar y te acordaste.

SB: El cuento, solo para que la gente lo recuerde...

PMdR: Cuenta.

SB: Se llama El informe de Brodie. Borges imagina un misionero, un hombre religioso que...

PMdR: ¡No! Es un científico, un explorador...

SB: … Que se perdió en la selva. Él encontró una tribu llamada los “yahoos” que tenían muchas particularidades pero con una condición de barbarie muy marcada, porque una de las primeras cosas que perdieron fue la capacidad de recordar…, nadie era hijo de nadie porque nadie podía establecer una relación entre un acto amoroso y nueve meses de gestación después, un niño; así que olvidar...olvidar aquello que somos es aquella degeneración.

PMdR: Como estamos aquí reunidos, principalmente con los jóvenes, la palabra, la idea de escuela surge inexorablemente entre nosotros, en este momento. A mí me gustaría decir que estoy convencido y cuando digo que estoy convencido en una reunión como esta es porque yo no estoy muy convencido, es para preguntar lo que ustedes piensan, porque yo creo que es muy desagradable ser y, principalmente, presentarse como dogmático o dueño de la verdad. Es una manera de decir cuando digo estoy convencido, me siento muy atraído por la idea que cuando uno pone en la balanza, lo que es verdad, que la arquitectura tiene que considerar la geografía, la historia, la antropología, la lingüística, las ciencias exactas, la mecánica de las construcciones, la mecánica de los suelos, entonces, el arquitecto es un sabio universal, lo que es imposible… yo no sé lo que ustedes piensen de la convicción que tengo, de que la arquitectura es una forma peculiar de conocimiento y que está en desarrollo desde el origen del hombre, desde que decidimos dos o tres personas vivir juntas, desde que elegimos un abrigo, una caverna. Esas decisiones para sobrevivir, exponen que una cantidad infinita o total del conocimiento está envuelta en ese momento. Esto es muy interesante si consideramos que el tema de la escuela y de la educación es primordial en la cuestión que observamos de América o  de el mundo y la necesidad de construir, la navegación de los ríos, la contención de las aguas, la conexión, por ejemplo, del Atlántico con el Pacífico que nos va a unir, etc.,  obligando a la construcción de la paz en Latinoamérica. Entendiendo esto así es que se puede ver que la arquitectura es una forma peculiar de conocimiento y tiene una importancia, por lo tanto, fundamental en el espacio de la universidad y de la educación en general. Desde niños, la enseñanza está muy atrasada en todo el mundo; yo tengo tranquilidad en decir esto porque no soy el único en decirlo. He escuchado muchos comentarios al respecto y se tiene hoy conciencia de que esa es la gran revolución que está en nuestro horizonte inmediato. No se puede enseñar arquitectura, cómo hacer arquitectura… lo que se puede hacer es educar a un arquitecto.  La arquitectura, entonces, tiene una importancia fundamental en el campo de la universidad, porque ella no dispone de las otras áreas de conocimiento, ella las solicita; solicita la urgente revisión de problemas éticos, solicita la urgente revisión de los estatutos, de las herramientas, de los instrumentos, de la instrumentación política del ejercicio de lo que es una república democrática representada por el pueblo que elige su portavoz, para que sea eficaz ese proceso en la ejecución de los “auto deseos” de la humanidad, de todos nosotros. Esto resalta la gran transformación que tenemos que imaginar como trabajo que podemos emprender de verdad en el ámbito de las escuelas; pero no en el sentido que ya nos hizo fracasar tantas veces, cerrando, como si fuera un grupo los profesores, los arquitectos, las escuelas de arquitectura, al contrario, para abrirse al universo. La universidad revolucionará el espacio de la enseñanza y la divulgación del conocimiento, naturalmente, brindará frutos cada vez mejores si llegamos desde la primera educación de los niños. ¡Que nunca más se mande a un niño a callar la boca, cuanto más ruido mejor! ¡Que nunca más se espere que la escuela sea el local donde se enseñe a un niño a cortar corazones como carteles y  pintarlos de rojo porque es el día de las madres! Es mejor atar una piedra a una cadena y enseñarle lo que es la fuerza de gravedad, algo que cualquiera entiende de inmediato; es mejor inclinar una regla y mostrar lo que es un plano inclinado y que una esfera gira, etc.; es mejor soplar una veleta, que el niño comprende todo, porque el comportamiento de la materia, la mecánica elemental de la física -del primer capítulo de la física elemental- … la mecánica, la palanca y el plano inclinado, ponerlos al alcance de los niños, de aquellos  que todavía no saben nada y tienen todo por comprender. Otra cuestión que creo sería revolucionaria en el área de la enseñanza es no decir que la escuela es donde uno va a enseñar a otro. Las escuelas deben ejercitar a aquellos que ahí están reunidos para develar, hacer aflorar el conocimiento que saben. Esa es una cuestión interesantísima. Si lo imaginás, vas a llegar a la convocatoria del inconsciente, es decir, a lo que uno guarda en su inconsciente para hacer que surja en la urgencia de hacer cualquier cosa; que se entienda eso en las escuelas, desde el principio, es de importancia fundamental para que seamos objetos de nuestro propio estudio de la naturaleza. No sé… ¿puedo continuar?...

SB: Estás comunicándolo perfecto... Podés, claro, ¡por supuesto!

PMdR: Es para crear un diálogo, pero tal vez para concluir. Lo que es interesante, por otro lado, dentro de este mismo razonamiento, es decir que todo esto ocurre en un momento en que tenemos conciencia también que el mundo, este planeta, no soporta que se duplique la población. Las estadísticas muestran que, en un periodo de tantos años, se puede estimar, que el planeta no lo puede hacer, que nosotros no conseguiríamos sobrevivir en él con una súper población. Estamos regulando la natalidad, controlándola y eso cambia las relaciones entre masculino y femenino. Estamos frente a nosotros mismos, nuevos, como siempre fue, pero no con tanta velocidad, esta es una razón que distingue el momento actual. Y la otra es que ahora ¡todos lo saben! ¡Los dogmas o creencias ya no nos sirven más, no se sustentan! Sabemos perfectamente lo que somos, dónde estamos y al mismo tiempo, cómo es ese horizonte. Para concluir esta aproximación…

SB: El capítulo de la escuela…

PMdR: Si. Como ya sabemos… todo esto puede llevar a una visión triste, a una visión de luto, a una visión negativa. Se debe decir, no obstante, que no es así. En este mismo momento que estamos viviendo existe un instrumento, del tamaño de esto que tengo en la mano, que está en Marte enviando noticias, a los propios científicos, lo que me da muchas esperanzas, revelando tantas cosas… ¡esto es lo que me da esperanza!. También lo hacen con un gran sentido del humor, porque lo llamaron Curiosity, que envía noticias, y curiosidades. … Estaciones orbitales, laboratorios, etc., nos hacen ver que ya no es una fantasía absurda, o una pura fantasía, cualquier cosa que uno puede decir en cuanto al futuro que, sin duda, aunque no es ahora, estamos ensayando expandir la vida humana en el universo. Este hábitat que tan mal hemos construido aquí, nuestras ciudades, están podridas (como se dice en castellano), este hábitat lo tenemos que construir en el universo y con seguridad nuestras ciudades serán rápidamente transformadas en verdaderas maravillas. Ya no habrá más falta de drenaje, contaminación de las aguas, porque es eso lo que los arquitectos van decir, es decir, lo que el saber arquitectónico va a decir, no los arquitectos como una comunidad; vale decir que ese saber, que esa forma peculiar de conocimiento dice y dirá, con la fuerza política de la valoración de esta expresión humana, cada vez más en el ámbito de las ciudades, en este gran teatro de nuestra vida, con eficiencia, para que, de hecho, transformemos esto en un éxito. Se pueden hacer preguntas un poco tontas en encuentros como este, es común preguntar: ¿Que es la arquitectura? ¿Cuál es el objeto de la arquitectura? Sin embargo, como si fuese uno de esos programas de curiosidades en la televisión, uno puede aceptarlas como un juego, lo que no deja de tener su inteligencia al intentar responder, entonces, que el objeto de la arquitectura -como si alguien les pregunta ¿qué piensan ustedes?-, podría ser…hacer brillar el éxito de la técnica, y que, justamente, el río podrido y la casa que arroja sus desechos en él, no es. Yo creo en la revolución de la educación y en la importancia de la escuela de arquitectura en el ámbito de la universidad.

SB: ¿Podrías explicar la implicancia de la palabra escuela? Solo para continuar con el tema.

PMdR: ¿Aquello que yo te dije? Pero eso todos saben...

SB: ¡No! No todos lo saben.

PMdR: Es que yo hablaba con Solano el otro día y conversamos sobre eso, pero todos lo saben. Cuando yo lo supe, cuando yo aprendí, me quedé bastante impresionado. La palabra escuela, viene del griego “scholé” y literalmente quiere decir “tiempo libre”. Por lo tanto, la idea de escuela es la conquista del tiempo libre, donde uno puede reflexionar con tranquilidad, al contrario de estar obligado a aprender. La escuela no puede ser dogmática. La escuela es un foro de discusiones en el sentido absolutamente dialéctico.

SB: Me atrae el pensar en ese tiempo libre de hacer escuela, de tener la posibilidad de que esto sea así. La última vez que nos vimos en San Pablo, hace apenas unos meses, los paulistas estaban con aquel problema de agua, que no disponían de ella y que había algunas dificultades a causa de la sequía. Para mí fue revelador el que mucha gente dijera…“bueno, ahora que tenemos escasez, debe cada quien tener un depósito de agua, cada casa tiene que tener el suyo”…pero… ¿cada casa tiene que tener su agua y su propia alcantarilla? ¿Es así como la gente debería prepararse para que futuro? ¿Nosotros no tendríamos que hacerlo en otra condición?

PMdR: Es lógico. Nadie tiene que economizar agua de esa manera tonta. Tenemos que ver lo que vamos hacer. El mundo todo está muy preocupado con eso. Pero, ahora, para salir un poco de la seriedad, pero sin salir de la verdad, porque esto es un hecho verdadero. Yo tengo un amigo médico, ilustre, joven, mucho más joven que yo, muy inteligente y muy gracioso. En una ocasión, no sé porque surgió ese cuento de que es necesario tomar agua, que uno tiene que tomar agua. El me dijo, con seriedad, no como anécdota, que las personas no deben, absolutamente, tomar agua a no ser que sientan, de hecho, sed. Nuestro organismo está hecho de 90 por ciento de agua. Nosotros no necesitamos beber agua. Y hoy día, justamente, cuando falta agua, observamos que todos llevan consigo una pequeña botella cuando caminan por la calle. Eso no se hacía antes y no es necesario. Pero la cuestión del agua es, evidentemente, y ¡claro que lo es!, muy seria. Ilustres sabios, como ese médico, afirman serenamente que si no sentís sed, no hay necesidad de beber agua.

SB: No… pero me gustaría abordar el tema con una dimensión política.

PMdR: La cuestión del agua es una de las más serias en el mundo. Pero eso es, justamente, lo que dije, que la súper población del planeta ya no es soportable. No es solo el agua, faltarán zanahorias, etc. Por otro lado, nuestros hábitos ya están -y mucho- degenerados. La idea de la carne, como nosotros la consumimos, con los pastos para el ganado... Hay muchas cuestiones, muy serias y muy objetivas, que transformarán todo esto. Pero, ya estoy preocupado con el modo en que esta charla se va desarrollando, porque estoy hablando demasiado.

SB: No… no…

PMdR: Mi único propósito, de cualquier manera, es que los que están aquí también puedan sacar sus conclusiones de lo que estoy diciendo. Yo soy, como arquitecto, muy infeliz, porque no vi nada de lo quería ver hecho, en absoluto. Nuestras ciudades, particularmente hablo de San Pablo, es un cuadro de desastres. No podemos olvidar tampoco que hablamos de América, pero qué diablos… esto aquí es un país... un territorio que fue creado, desarrollado, configurado…, los países, las ciudades…, por una política eminentemente colonialista, de evidente extracción y depredación; que la población de Brasil es 50 por ciento -ya fue mayor- de negros, negros que fueron vendidos como esclavos, es decir, solo podíamos esperar un desastre horrible. Es muy conmovedor y prometedor recordar eso. Estamos concientizándonos y dirigiéndonos, no hacia una idea de un proyecto ideal para sacar fotografías ni para dar premios a un arquitecto; estamos dirigiéndonos por el camino de una corrección política de los horizontes que determinan cómo transformar la naturaleza en habitable, porque por sí sola no lo es. Eso es muy estimulante y remite a la universidad y al tema de la educación. Eso es lo que quiero decir como “esperanza”.

SB: Estos hechos colectivos son totalmente contrarios a aquella condición individual. A veces nosotros hablamos y uno se queda…

PMdR: Mirá, te digo una cosa que puede parecer chistosa y empezaremos a debatir. …Se habla de espacio público y de espacio privado. Por lo tanto, apelo a esa idea porque es corriente para todos. En mi opinión, desde el punto de vista de ese saber del arquitecto y no de la arquitectura, de esa forma peculiar de conocimiento tan interesante que se llama arquitectura, o urbanismo si quieren, no existe la posibilidad del espacio privado. Si es espacio... la palabra espacio ya quiere decir que es público, si no, no es espacio. Piensa si no es verdad que el espacio más privado que uno puede imaginar, que cualquiera puede imaginar, es la propia mente… entonces, un poeta hace una poesía y se queda callado y listo, se acabó… está gozando del espacio privado…la primera cosa que él hace es editar la poesía, escribirla, materializarla y transformarla en música y en cosas así… por lo tanto, la idea de espacio es cualquier cosa que sale de uno… ¡pública! Nosotros queremos publicar todo lo que se pueda, eventualmente, volverse privado en nosotros, ¡hasta la maldad!…por eso existe la figura del asesino y no quiero decir que al asesino le gusta matar… él mata. Esta cuestión de la individualidad es muy seria y no es un tema para mí. Seguramente lo es para un psicólogo, un filósofo o un neurólogo. Hoy la neurología, la neurociencia, están fantásticamente desarrolladas. No lo sé, pero yo no admito nada que sea privado.  Solo mírenme aquí ahora, ¿qué tengo yo de privado frente a ustedes?

SB: Cuando no entendemos que nosotros somos el otro, aparece la segregación y la idea “interés social” como distinción posible, podríamos preguntamos, ¿se puede tolerar electricidad de interés social? … ¿sería aquella que hace que la lámpara se prenda, y a veces no, porque es para los otros, los que no soy yo?, ¿o agua de interés social, que puede infectar, y a veces no?, ¿aquello no puede ser ni enunciado así, solamente atendiendo a la condición de lo particular? …hay una técnica para hacer la luz, que desconoce estas diferencias

PMdR: ¿Se puede duchar en el mar individualmente? Creo que no va funcionar.

SB: Hay una técnica para conseguir agua para todos…Hay una técnica para conseguir una condición que sea para todos…Hay una manera de hacer que el hombre tenga la administración de sus recursos, ¡no únicamente para sí mismo! Es esa una condición que atenta contra nuestra posibilidad de vivir juntos en el planeta

PMdR: Sin duda, sin duda. Tiene que volverse habitable y será bellísimo. Podemos imaginar esto, por lo que en 400 años, que no son nada, se logró esa transformación.

SB: Pudimos mucho...

PMdR: No es nada en la historia del hombre. Son 10.000 años. Esos son los tiempos de nuestra transformación, millones de años…, las especies, la edad del universo. Nosotros no tenemos condición de medir muchas cosas, lo que para nosotros se llama tamaño, la dimensión determinada de esto y de aquello y la idea, que a pesar de todo, no sabemos, es muy bonita. Es muy interesante, y quizás sea el mayor estimulo, jamás lo sabremos, pero lo que sabemos podemos gestionarlo de este o aquel modo.  Esta es la dimensión política de las decisiones y la materialización, la realización de estos proyectos, de estos horizontes, de estos deseos  que están en el ámbito de la arquitectura, de la construcción de las ciudades. También puede no existir más eso de desdoblarse en el futuro, ¿quién sabe? Alguien reirá y dirá: “Imagináte que ellos tenían arquitectos, un hombre que decía cómo”…. Predecir el futuro no es el caso, pero predecir el futuro inmediato es indispensable. Hace parte de nuestra propia supervivencia. Por lo tanto, sí nosotros tenemos que tomar medidas inmediatas para sobrevivir, a eso llamamos proyectos inmediatos. Tenemos que cuidar la forma cómo esto puede desencadenar que aquello que uno presumió hasta aquel instante, pueda tener un futuro prometedor, tanto como sus acciones posteriores. A eso es lo que se le llama proyecto. El proyecto no es finito. El proyecto va más allá de esas preguntas que no se responden, y en broma, digamos que vamos a hacerlas. El objeto de la arquitectura es amparar la imprevisibilidad de la vida y no definir el proyecto. Es lo que hicimos al hacer este auditorio, preocuparnos por aspectos de la funcionalidad, porque es una cuestión de física, porque la luz camina en línea recta, uno sabe cómo hacer, etc., es fácil, pero nadie dice que eso tiene que ser así exactamente para siempre. Aquí podés hacer lo que quieras… después podés tener un concierto sinfónico, una obra de teatro, una conferencia como ésta...

SB: El espacio está para eso.

PMdR: Por tanto, nuestros ríos, ustedes que están acá…

SB: Sobre el río Paraguay...

PMdR: Con este río Paraguay. Nosotros en San Pablo tenemos el río Tietê que desagua en el río Paraná que se une con el Paraguay más adelante... Existe un proyecto en Brasil -que lo contaré para los más jóvenes, mis amigos van disculparme porque yo hablo siempre de esto- que es un proyecto muy antiguo, que no se decide accionar, en el altiplano central del continente que está en Brasil. En los estados de Mato Grosso y Goiás nacen ríos que van para el norte y desaguan en el río Amazonas…muchos… los más importantes, tal vez, son confluentes, dos ríos, el Araguaia y el Javaés, que forman una cuenca llamada Tocantins-Araguaia, y que incluso crearon la isla Bananal, la isla fluvial más grande del mundo. Otro sistema es el de la cuenca Paraná-Uruguay que, por ejemplo, nace en el estado de San Pablo, donde es muy importante el río Tietê que desemboca en el Paraná, que se une al Uruguay y desaguan en la cuenca del Plata. Hay proyectos con varias alternativas para un canal que conecten estos dos sistemas. Así, navegarías desde el Amazonas hasta el Plata ¡Ya se puede decir que sería una segunda costa interior en el continente! Vean ustedes lo que eso desencadenaría en la organización del trabajo…en lo agroindustrial, en los cruces de los ferrocarriles con los que se conecten, del Atlántico al Pacífico, las ciudades que se puedan fundar como lugares de trabajo y de alegría de la vida activa del hombre que, seguramente, evitaría que una San Pablo tuviese 20 millones de habitantes porque eso es un absurdo, que no tiene sentido. Aparentemente, por lo que sabemos hoy, es una aglomeración exagerada en relación a la idea de disfrutar de un gran territorio con todas estas circunstancias de una geografía extraordinaria. Esto puede ser visto por nosotros como un horizonte encantador, principalmente ahora que uno consigue ver en una pantalla, vía satélite, el plano del lugar que uno quiere. En la antigua cartografía, ¿ustedes ya imaginaron lo que era trazar la cartografía? Investiguen. Las escuelas no hacen esto, deberían hacerlo. Cartas antiguas, de 400, de 300 años de esta nuestra América que no era tan conocida en Europa. Es algo fantástico. Uno tenía que medir “a pasos”, hacerlo igual para la construcción normal de la ingeniería común, lo que los topógrafos tenían que hacer con reglas y miradores, y hoy uno hace con rayo láser, por lo tanto, esa facilidad, digamos, esos modos expeditivos de enfrentar problemas cruciales para transformar la naturaleza en habitable, nos hacen ver que, ya no es la construcción en sí el gran tema, es la reflexión, es lo que vamos hacer, porque, en rigor, podemos construir cualquier cosa.

SB: Ese proyecto de las cuencas, solo para conectarlo con la vida, porque las personas piensan siempre que el conocimiento es un hecho distinto al transcurrir de la vida de las personas; pero cuando hablás de este proyecto, estás hablando de uno que conociste desde niño. Tu padre, el ingeniero Paulo Menezes Mendes da Rocha, estuvo haciendo aquellos proyectos, trabajando en la universidad hasta el año 1947. Cuando él se jubiló, yo creo, alrededor del año 1948, vos empezaste a estudiar en la Mackenzie. Entonces, aquello que veías en relación con el trabajo de tu padre, era aquel proyecto que ahora nos estás describiendo, de la unión de las cuencas, de las diferencias entre el nivel central cerca de lo que hoy es Brasilia, y de cómo las aguas se podrían comunicar. Yo creo que aquello tiene un condición especial, que no es solamente llegar al conocimiento aquí en la cabeza, también se funda el conocimiento en el corazón, que por el caso particular viene de esa manera de observar lo que tu padre estaba haciendo.

PMdR: Ahora es el momento en que los que hablamos en portugués decimos “o pau vai comer”. Digo esto porque yo no estoy de acuerdo con ello, con esa idea de que yo lo sé por causa de mi padre. Es necesario ver lo que él mismo dijo, mi interlocutor, que era profesor, él era un profesor de la Escuela Politécnica, él dictó dos o tres clases por semana durante treinta años para cuatrocientos alumnos. No lo sé yo porque soy el hijo solamente, porque solamente lo aprendí de mi padre. Nada tiene que ver esto. Hasta de otro modo, puedo decir que estudié arquitectura ¡para no hacer lo mismo que mi padre!

SB: No…yo sé...yo sé.

PMdR: Porque esta historia que vincula a uno y su familia, etc.… y todos los etc. y que están determinados por ejemplo… Yo estoy más a favor de aquello que… Imagináte… porque existen muchos ejemplos…que para que nosotros amemos más que cualquiera a un gran escritor, en su biografía debe haber un padre alcohólico,…la madre que mató al cuñado,…qué sé yo. Y esas biografías son maravillosas… Es necesario no olvidar que un hombre como Dostoievski, y eso me acuerdo porque, lo leí,…hurtaba de la bolsa de su mujer para jugar ya que era adicto a los juegos de azar…Las virtudes morales no siempre tienen mucho que ver con la sabiduría.

SB: Pero no estoy hablando de eso Paulo.

PMdR: Ocurre a menudo que una madre costurera, que tiene dos o tres hijas, y que siendo una madre ejemplar como se dice, yo ya vi a muchas decir “no, yo no quiero ni ver una máquina de costura, ¿sabés por qué?, mi madre cosía todo el día” y cosas así...

SB: No, no es por eso. Es por la forma que vos tenés de aproximarte a la naturaleza, incluso, a esa idea de transformar la naturaleza, por la diferente manera de percibir desde una aproximación de una escala doméstica extendida muy particular, y tener por habitual una conciencia de la existencia de una dimensión que se proyecta hasta lo geográfico.

PMdR: Sin duda.

SB: No estoy hablando de que aquello sea un veredicto, o una sentencia, pero sí que es una manera posibilitante…vos conoces las ideas y la dimensión de lo que lo hace…vos, aún de niño, lo estás percibiendo. En algún momento, no por una cuestión de genética, madura. Nadie nace inteligente genéticamente.

PMdR: No, vos decís la idea del buen ejemplo. Una vez más digo que nosotros los americanos tenemos esa responsabilidad evidente con lo que está ahí en el mundo, con la geografía y con la conciencia que tenemos sobre esto, ¿por qué?, porque entre otras cosas, es la forma evidente en la que podemos construir la paz de América Latina. Es el mayor privilegio y debe venir antes que cualquier otra cosa.  Un instrumento de la construcción de esta paz sería la realización de algunos de estos proyectos que cambiarían completamente la cuestión de la superpoblación de las ciudades, de los desencuentros, entre la producción y el mismo conocimiento del lugar y de la naturaleza. Estos proyectos solo se pueden hacer en sociedad, y esto va a unirnos y a “allontanare”, como se dice en italiano -poner en lejanía-, la idea de conflicto y de pelea. Nosotros no tendremos más fronteras si esto pudiera establecerse. Sería para todos nosotros, sin duda, una gran novedad en el mundo, un continente que abolió la idea de guerra y que construyó la paz, porque esta expresión, que es muy linda, no surgió de la nada. La paz por sí sola no existiría. El hombre tiene esta vocación, parece, cuando no se deja llevar por la vulgar agresión. Por lo tanto, la paz no puede existir por existir. Ella es deseable, pero tiene que ser construida. Ella no caerá del cielo. Nunca. Al contrario, son las bombas las que caen del cielo. Nosotros aquí estamos hablando simplemente, sin negar lo del AMERICAnodelsud, y tenés razón en esto, pero en este caso, presente, la América del Sud y ¿porque no la América del Norte? Sería mejor las dos Américas, ¿por qué no? Sin duda, hay muchas cosas ejemplares en la historia americana y muchas cosas que no lo son, somos los habitantes del planeta, pero en esta América que es muy notable, en su Caribe, en México, qué está en la América del Norte ¿México es América del Sud o del Norte? nos hacemos preguntas así.

SB: Yo creo que es del sud...

PMdR: Tengo, desde hace mucho tiempo, la certeza, tal vez porque haya nacido en un puerto marítimo, que la idea de “puerto”, es muy interesante en la educación. Aquello que uno vivencia, en el espectáculo que en una ciudad portuaria se crea… tengo la impresión de que en los hombres, y de muy niños, desarrollan una confianza en el trabajo. La ciudad portuaria no duerme. Los barcos atracan a las 3 de la mañana y zarpan del puerto a la media noche; no se pierde un minuto en el atraque en el muelle, y todo esto hace, que la ciudad tenga un fragor de trabajo ininterrumpido y, principalmente, de conocimiento y de confianza. Esto se ve mucho en el puerto de Victoria y en la mayoría de los puertos. Este episodio de un barco que vale una fortuna para un grupo inversor, para el armador, para el capitán del barco, en soledad con la propia máquina, el propio ingenio y la carga que está allá. Entre tanto, en esas bahías delicadas…, la de Santos es así, o la de Victoria del Espíritu Santo, sale una pequeña barca que va allá afuera antes de que el barco entre… el comandante deja su barco en las manos -en el caso de mi tierra- de un “capichaba”, y aquel niño que es hijo de pescador, que ahora es maestro, pone el barco en el puerto; para salir pasa lo mismo, y entrega el barco al capitán… allá, afuera. El hombre confía en estos actos..., el marinero conoce quien sabe y quien no sabe sobre los mínimos detalles de las corrientes, vientos, calados... Nosotros, hoy..., los invitados que estamos acá..., al subir a un avión no sabemos quién está adentro. Nosotros fuimos creados para confiar en el otro.

SB: Yo también creo que...

PMdR: Nosotros estamos condenados a confiar en el otro.

SB: Nuestro oficio también tiene ese optimismo como condicionante. Nadie que sepa que él avión va caer…, va a subir a un avión.

PMdR: No. Creo que sepan que puede caer y suben porque saben que van hacer de todo para que no caiga. Pero puede caer.

SB: Así es..., claro.

PMdR: El hombre es muy increíble. Esa cuestión del viaje, que es muy popular… Yo tuve una experiencia maravillosa. Una vez me senté al lado de un hombre que venía de Recife. No recuerdo porqué yo iba pasar por Río de Janeiro para después ir para San Pablo. Ya hace muchos años. Yo había percibido que esa persona a mi lado era distinta, como se dice, diferente.

SB: Extraño...

PMdR: Si, extraño. Empecé a conversar con él y supe que él iba a Río de Janeiro -e inclusive que era su primer viaje en un avión-, para participar de una asamblea de Alcohólicos Anónimos porque se recuperó del alcoholismo. Una sociedad de Recife le envió un pasaje a ese compañero para que exhibiese eso como ejemplo. Me contó que subía a un avión por primera vez. Yo me callé, no conversé mucho, pero me quedé mirando... y en algún momento vi una cosa increíble, algo que no se ve con mucha frecuencia, algo bellísimo. El día estaba muy claro y allá, lejos, había una nube oscura debajo del avión, que podría estar a 2 o 3 mil metros, cinco mil metros del avión, que estaba a 11 mil metros de altura. Llovía allá, no resistí y le dije a él -que no sacaba sus ojos de la ventana-: “Mira, allá está lloviendo”. Él se quedó quieto y dijo: “No. ¡Sólo llueve desde arriba!”. Él no podía entender aquello. No podía imaginar bien lo que estaba pasando. Estaba sentado, inmóvil, en aquella silla. Fue muy increíble este vuelo, este que uno hace de modo tan frecuente. Esta popularización instrumental de todas las virtudes del conocimiento, un simple viaje de Metro que cruza una ciudad. ¡Es tan lindo! Uno baja allá.... y cruza una ciudad. Tenemos todo para transformar nuestras ciudades. El futuro del estudiante de arquitectura es muy prometedor, pero no busquen aprender, busquen educarse con estas reflexiones en torno a nuestra condición con el planeta y con la política. ¿Qué hacer? Podemos actuar para que todo esto suceda, cuanto podamos. Por lo tanto, una vez más, un fuerte abrazo y felicitaciones por la idea del AMERICAnodelsud.

SB: ¿Ya tenés ganas de terminar? Creo que aún no.

PMdR: No, no, pero desde ya, con esta idea de convocar a los estudiantes de la América Latina para empezar desde la América Latina, y para todo el mundo a poder discutir los destinos, los horizontes, de nuestro interés. No se trata del éxito profesional de los arquitectos. Eso es otra cuestión. ¡¿De qué otra cosa más interesante nosotros podríamos hablar?!

SB: Es siempre un privilegio hablar contigo Paulo. Yo intento, hacer algunas aproximaciones de manera insistente y distinta, disfrutando escucharte y sabiendo que vos sos quien elige el tema, y siendo para todos evidente que es un lujo el escucharte. Voy a volver sobre una preocupación recurrente…Intento acercarlo aquí…, en lo que es, “la manera en que hoy piensan las personas que es posible solucionar los problemas… el problema energético por ejemplo;… promoviendo en su auxilio colectores solares propios para su propio abastecimiento”. ¿Cómo pensar sobre esto? En una charla me decías: “Nosotros no tenemos que promover la instalación de estas pequeñas estructuras… pero, sí de infraestructuras… por ejemplo en el espacio… para cosechar el sol como en granjas,…y después enviar la energía a la Tierra, para que sirva para todos.

PMdR: Yo no lo sé, pero los científicos lo sabrán. Yo solo puedo ver lo inmediato, y sé que está muy de moda mandar que cada uno arregle sus propios problemas.

SB: Aquello es igual a la cuestión del agua y de los tanques en cada casa... Yo creo que siendo así renunciamos a la idea que podamos producir con un hacer que se funda en la técnica, y con una manera que hoy pueda ser sostenible y que no agreda..., pero…lo que no podemos es renunciar a la posibilidad de imaginar que el tema tiene que ser resuelto para todos.

PMdR: Claro. Si. La energía solar parece infinita, hasta cierto punto, en nuestros horizontes. No habrá problema porque no se puede olvidar que una semilla cae en la tierra y después de algún tiempo vos levantás la mano y sacás un mango, todo eso es posible gracias a la energía solar, la fotosíntesis, etc. No hay dudas que es una gran esperanza la energía solar que está ahí y existe la posibilidad de captar eso y de aplicarla en las ciudades.

SB: Encausando... Lo que planteo es el compromiso de imaginar siempre colectivamente. Que no sea una posibilidad lo que un individuo desarrolle solo para él, como algo privado, como de lo que empezaste hablando y que tiene su expresión en la infraestructura también.

PMdR: No hay dudas. Nosotros estamos en el mundo, en él vivimos, y al mismo tiempo en él vamos resolver estos temas. Pero, es indispensable ver las cosas como son, principalmente cuando las afrontamos delante de los jóvenes.

La cuestión es política, de actuar políticamente. Donde la ciudad está más frágil, sin duda, es en la dimensión política de la gestión. Inclusive la idea de ocupación de los arquitectos jóvenes que se reciben, al servicio público, que es palpable en todas las ciudades, en San Pablo lo es, sin duda; estoy seguro que aquí también debería ser así. ¿Sería un departamento o una secretaría de parques y jardines de una ciudad como esta? ¿Sería la oficina, el instituto, la secretaria de planeamiento de una ciudad como esta? Nosotros tendríamos que trabajar para el colectivo sin excluir; es clara la posibilidad de la aplicación individual de nuestro saber para la “casa de Juan”, pero no es ese el horizonte fundamental del tema. Es un tema político. La idea, vean ustedes, el tema de la casa popular que es tan común para todos en nuestros horizontes. Hoy yo les digo, una vez más para alertar, y lo estoy diciendo no como quien sabe, sino para preguntar: ¿Qué piensan ustedes sobre esto? Hoy es una estupidez hablar de “casa popular” porque si es casa, ¿cómo uno hace para que sea popular?, ¿no tiene alcantarilla? Bueno, eso es inadmisible en una ciudad. Tiene que haber conexión con la red de alcantarilla. ¿No posee agua en la canilla?, ¿y esa agua no tiene que ser tratada y potable?, ¿cómo uno puede producir agua popular? No podés. ¿Agua semi podrida? ¡Imposible! Hay que tener luz eléctrica. No existe kilowatt popular ¡O es kilowatt o no lo es! Y así para adelante. ¿Construir una casa con pinta de pobre para decir que la casa es popular?, hay que hacerla contemporánea. Un individuo no puede construir un Metro. El transporte público es popular y es una cosa excelente. Movido a energía eléctrica… Algunos conceptos que llegan muchísimo a nuestro universo -muy violentamente- como las ideas de dar solución con la construcción de casas populares son una estupidez.  Nosotros tendríamos que hablar más sobre eso y yo les recuerdo a ustedes, por ejemplo, un hecho que nos produce felicidad en Brasil. Hace muy poco tiempo, hace un año, se creó, porque antes no existía, un Ministerio de la Ciudad y ahora existe ese ministerio. Miren lo que ese ministerio puede hacer, junto con los otros ministerios, para establecer una política nítida y claramente divulgada para la población en cuanto los objetivos de la ciudad. Por lo tanto, tener donde vivir es el principal privilegio. La virtud principal de una casa es su dirección. Si uno no tiene Metro en la puerta, escuela accesible, etc., diversión, bares, restaurantes, teatros, cine, tampoco tiene casa. La casa así no existe. Por lo tanto, la verticalización es una virtud sublime y nueva y es el ascensor el que permitió esa posibilidad. ¿Es posible, entonces, imaginar algún otro diseño que no sea ese de la especulación inmobiliaria y de la construcción de lo que se da en llamar “ciudad contemporánea”? Observen que es una estupidez aplicar esa virtud en la matriz anterior, en terrenos que fueron creados para construir casitas. Se tienen que sacar las casitas, los trazados de las calles, etc. Ese es el trabajo de los ministerios, de las secretarías, de los servicios públicos y de los asociados a los intereses privados, el de crear este nuevo diseño de ciudad.

Si no hubiera un nuevo diseño como perspectiva, tampoco tendría sentido la existencia de escuelas de arquitectura, ¿para inventar qué? Ese no es el objeto. El objeto de la arquitectura no es modificar formas de hacer la misma cosa. Su objeto es cambiar la cosa en sí, la manera de cómo habitar. La verticalización es un ejemplo genérico. ¿Cuáles son los instrumentos que tenemos para reconfigurar la espacialidad del gozo de la vida? ¿Qué hay de aquellas otras preguntas que no se hacen? Uno puede bromear: ¿Cuál es el objeto de la ciudad, el objetivo de la ciudad?, ¿por qué construir una ciudad? Y contestamos, hicimos eso para poder dialogar. La propia ciudad es la gran escuela. Por lo tanto, el tiempo libre es la ciudad. Ustedes pierden horas para ir trabajar..., circunstancias infames que niegan la idea de cualquier diseño, en el sentido de la palabra “diseño”, para la ciudad contemporánea y para el horizonte de la arquitectura. Esta es la problemática del momento, que como dije, no me hace muy feliz porque nada de esto fue posible. Tarda, pero es en el futuro que uno espera lo mejor del campo del conocimiento. Se trata de un campo de indagación, no es un campo de cosas ya realizadas. Y la indagación está en este sentido, en lo que pensamos, en aquello en lo que reflexionamos y que está en esta dirección, en la de conseguir diseñar una ciudad muy feliz donde las personas conversen con las otras, donde las personas tengan tiempo para ir al teatro, etc.

SB: La propia palabra conversar, tiene una doble raíz. “Cum” que significa juntos y “versare” que significa dar vueltas. Es la idea que nosotros, en un hacer coordinado, podemos solucionar las cosas y salir en amparo de aquella condición que comentaste, de la imprevisibilidad de la vida. Como una oportunidad para ser feliz… juntos. Eso es conversar.

PMdR: Ese es el objeto de la arquitectura, digamos, como forma peculiar de conocimiento. Pero les digo, con toda amistad y franqueza, que tengo dificultad en presentarme como alguien que sabe hablar y pensar en estas cosas. Espero que todo esto sea, antes que nada, una fiesta para celebrar el AMERICAnodelsud que es lo que se inaugura aquí. Este es el instrumento de intercambio para conversar sobre todo esto. De cualquier manera, por lo que yo sé, para cualquier lugar del mundo..., para cualquier húngaro, para cualquier belga o veneciano. Principalmente los venecianos…los holandeses, que son hombres de las aguas. Conocer, porque es América, antes que nada, un hecho notable en el conocimiento universal. Conocer la ciudad de Asunción. Sería una maravilla. Pueden invitarlos, porque no hay nada más interesante que se pueda imaginar que observar Asunción. Inviten al arquitecto holandés Jo Coenen. Hay muchos allá, pero Jo Coenen es una figura interesante. Tenemos a Koolhaas también, pero Jo Coenen es una figura muy interesante. Me hizo visitarle cuando estaba en la función denominada “Arquitecto del rey”, que en este caso era reina. El había sido invitado para ocupar ese cargo, imagínense ustedes,  por eso hablamos tanto de esto, de política, durante muchos años. Y ese cargo existe de verdad. Se trata de un instituto riquísimo que tiene una sede fantástica, con muchos funcionarios que gestionan los intereses de la Nación, de la mano del rey, en este caso, de la reina. En cuanto a lo que van hacer, no se trata de aprobar un proyecto en la intendencia… Es la parte más amplia del proyecto, puesto que Holanda es un país construido dentro del agua. Todo lo que uno hace acá influye en el otro allá. Y allá existe esta figura y esta institución. ¿Ustedes pueden imaginarlo? Por eso yo imagino lo que Jo Coenen podría decirnos aquí. O sea, este nuestro conversatorio de hoy, que tengo la impresión que es maravilloso  y tiene un aire así un poco delirante. ¡Al contrario! se trata de una reflexión, es decir, yo presumo que es al contrario. Son reflexiones hechas basadas, eminentemente, en la experiencia humana. El río. Esta ciudad. América. La navegación. Vean a Holanda,…vean a Venecia. Creo que a los venecianos podríamos invitarlos para nos visiten también. Uno u otro. ¡Al mundo! Nosotros encantaremos al mundo -a pesar de todo- si dijéramos que tenemos conciencia de que vamos transformar las cosas…, porque hasta hoy, por muchas razones, incluso por nuestra herencia de política colonial sobre la ocupación del espacio, nos atrasamos. Y me gustaría avisarles, ahora, que ellos también están atrasados, porque esta dificultad de la constitución efectiva de la Unión Europea, yo la veo mucho como el resultado de la imposibilidad de aquellos países de vivir sin una política colonialista. Observen ustedes que España no sabe qué hacer con los hombres de Marruecos. Están todos allá, son oprimidos, no tienen casas. Francia no sabe qué hacer con los de Argelia. Los holandeses no saben qué hacer con los negros de Sumatra y Borneo que están por todas partes y he visto escenas de desprecio entre negros y holandeses. …Pero ellos son holandeses, hablan holandés. Eran colonias de Holanda.  En fin, hasta hoy Europa no sabe, efectivamente, vivir sin la opresión del uno sobre el otro. Por lo tanto, todo esto, viniendo desde un discurso de acá, de América, como de quien adquirió conciencia enfrentando, efectivamente, los problemas de las instalaciones humanas en la geografía, en tan poco tiempo, en 400 años, es muy interesante, desde el punto de vista del conocimiento universal, sobre nuestra condición humana en el planeta y en el universo. Vean al Curiosity. En el fondo, esto era lo que yo les quería decir a ustedes… y aún así tengo mis dudas sobre ello, que nada de esto es verdad…

SB: Quisiera además compartir, reflexionando sobre aquello que también solés decir,…que en nosotros se refleja una admiración en el mirar a la naturaleza, pero que nadie queda emocionado al prender una luz, que es un acto extraordinario.

PMdR: De la naturaleza, de jugar con la naturaleza. El fotón y todo eso. Luz es naturaleza. Los cables. Si, por eso hablé de la educación de los niños. Uno debe empezar con la física elemental, con los fenómenos que están alrededor. ¿Qué niño no sabe lo que es una tetera hirviente, o cómo la llave gira para abrir la cerradura de la puerta? Otra pregunta es, ¿nosotros nacemos arquitectos? Todos nacemos en una casa con ventana, con puerta, con escalera y puerta para la calle, etc.

SB: Sobre esto, escuché una reflexión tuya, recordando un momento en que los senadores y diputados inauguraban Brasilia. Ellos quedaron aterrorizados. Venían de esta descripción que relatás, de una casita, con puerta y con ventana, siempre de un solo piso. Pero ahora todas las moradas tenían una dimensión que ya no era aquella que imaginaban como una posibilidad de habitar. Cuando fueron y enfrentaron la situación… surgió la pregunta: ¿qué diablos es esto? interrogando a Lucio Costa sobre el porqué todos los edificios de habitación tenían seis pisos, el por qué de ese tamaño, él respondió: “Lo que pasa es que yo pensaba que seis pisos era la máxima altura en la que una madre podría abrir una ventana y decir: “¡Juanito, vamos a almorzar!”, “¡Juanito, tenga cuidado!”. Aquella condición de la verticalización también es una condición que debe ser trabajada de manera profunda en esta relación.

PMdR: Sin duda ninguna. Nadie vive en un departamento -me parece- de forma agradable, en un departamento de 80m² o 60m². No puede ser muy pequeño. Esta es otra interrogante. Es absurda la idea de una casa de 30m². Pero, ¿y con treinta pisos de altura?, ¿hay sentido común en ello? Es difícil establecer reglas, pero sabemos que no es agradable, que no es confortable, que no es justo con los niños.  El hecho que Solano mencionó de “Juanito, es hora de almorzar” es verdadero. Los senadores de Brasilia invitaron gentilmente a Lucio Costa, cuando fueron a vivir a Brasilia, a que respondiera algunas preguntas. Uno de ellos le preguntó: ¿pero cómo es que ustedes los arquitectos determinan las cosas?, ¿por qué las súper manzanas, donde están las habitaciones la altura de los edificios está vacía en la parte de abajo?, ¿y por qué la planta baja de las casas es alta, que abajo está el jardín, la entrada de los ascensores y las edificaciones tienen seis pisos? Y Lucio respondió eso: “Me parece que es la distancia máxima en mayor altura en la que una madre podría abrir la ventana y decir: “Juanito, es hora de almorzar, que es la hora de comer”. De verdad, el respondió esto. Todos rieron mucho pero sin duda es verdad. Es una cuota razonable para convivir con el suelo, con los niños. Hace parte de la arquitectura no permitirse dejarse llevar por un delirio vano de decir que hice un edificio de ochenta pisos, incluso porque es muy fácil hacerlo. Se puede ver en todos lados. El problema está en que nadie está interesado en trabajar allá arriba. La verticalización no es conseguir un record de altura o de excentricidades constructivas. Ese no es el tema. No hay nada más extraordinario que el puente Golden Gate. El puente colgante es una belleza, el último que hicieron, dada la perfección de los cables, la actualización tecnológica de hoy, que yo vi, está en Estambul y es simplemente, una maravilla. Primero, porque la parte transitable no es tan exigente, porque no hay ferrocarriles, es solo para autos. Su carga es ligera. Segundo, la delicadeza y la eficiencia de sus cables hacen que en la niebla, que es muy común en la madrugada de aquél Bósforo extraordinario, que no se vea el puente, solo las luces de los autos pasar para el otro lado. Es una cosa fantástica, de belleza extraordinaria en el sentido de hacer brillar el éxito de la técnica, del ingenio humano, de la arquitectura. Aquel puente es una belleza. Son cosas así que deberían animar nuestra mente. Y ahora sí, tengo la impresión de que ya finalizamos.

SB: No, por favor. Insistiendo sobre la figura del agua corriente. Para todos es recurrente sentir el éxtasis frente a la imagen de una cascada, pero el hecho de abrir un grifo, de tener agua potable en la casa, es conmovedor.

PMdR: Si, el agua corriente,… ¡debe ser! Imaginá vivir en las cuevas, sin luz, con una madre que escucha a un niño llorar por la noche y no sabe qué hacer, no sabe si una serpiente lo está comiendo o qué es lo que le pasa. No tiene una luz para prender. La luz es una cosa fantástica. No tenían una heladera para abrir o cómo calentar un biberón. ¿Cómo era la vida? Una imagen interesante para nosotros, ahora que, inclusive, recordamos lo de Guernica. El señor Picasso cuando pintó aquellos horrores, o cuando quiso pintar el horror para estigmatizar al Nazismo, al bombardeo de la ciudad de Guernica, pintó niños desvicerados, burros destripados y caballos mutilados; pero en la esquina izquierda, arriba, hay una lámpara y poca gente comenta eso. Él mostró también la profunda maldad de destruir la luz eléctrica de aquella ciudad pobre y pequeña, que sin embargo, ya la tenía. La barbarie de la destrucción no es solo de la naturaleza paisajística es también del ingenio humano, porque para nosotros, y una vez más, entra el vigor de ser americanos y de ser nosotros los participantes, los personajes de esa aventura extraordinaria de apenas 400 años. Una vez más recordamos que inauguramos algo muy interesante para el mundo, las ciudades que haremos aquí. Vamos a invitarlos a todos para verlas.

SB: O para hacerlas. Paulo, recordando aquella condición de estar cerca de la escuela, trabajando en la universidad. Todos nosotros, los amigos que vos conoces aquí en Paraguay, trabajamos en estas escuelas. Yo quería, sin protocolo, expresarte, que para todos nosotros sería un verdadero honor y privilegio que aceptases un pedido que te hago ahora. Lo hago porque es importante para nosotros, los profesores que estamos en la escuela pública; queremos que, con la ayuda del decano y el vicedecano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción -¿conocés a Ricardo Meyer, y al vicedecano Mendoza?-, pedirte que aceptes el título y la medalla de doctor honoris causa que en tu persona nos enaltece a todos en nuestra escuela ¿Lo aceptás?

PMdR: Acepto con mucha honra, incluso imaginando que tal vez no lo merezca. En este momento, me tomo la libertad de asumir, como profesor emérito de la Universidad de San Pablo, el transmitir mis saludos en nombre de toda la USP a los gentiles profesores y amigos de esta Universidad extraordinaria en nuestra América.

SB: Con esta medalla; queremos testimoniar la infinita generosidad de que estés compartiendo con nosotros. Creo…tenemos todo por agradecer y todo por construir desde aquí y en adelante.  Gracias Paulo por tu presencia.

 

 

 

 

 

 

 

Texto de las Llamadas

¡Cómo son extraordinarias las experiencias, si puedo así decir, de construcción y arquitectura, cuyo resultado es de una espacialidad inesperada!, en particular, las cosas que hace nuestro querido Solano. Yo insisto en decir esto, principalmente por la sencillez del material, aparentemente modesto -el ladrillo- y la excepcional calidad resultante en el disfrute de la geometría y la inteligencia humana

 

La magnitud, la dimensión inconmensurable de la esperanza y de la belleza en los proyectos humanos como tesis, son de tal porte, que soportan en rigor una fuerza contraria

 

 

El mundo cambió en 400 años en el sentido que se desarrolló en la mente de los hombres una nueva conciencia sobre la verdadera condición del planeta en el universo y de nosotros, los que estamos vivos en él… al mismo tiempo como los habitantes de este planeta cuya historia conocemos, aprendemos en su orígen, transcurrir, etc.

 

 

Europa no consigue rehacerse con absoluta dignidad, absoluto brillo, de los horrores de la última guerra. La Unión Europea no consigue hacerlo

 

 

Lo que nos está convocando es la arquitectura. América dice con mucha claridad lo que todos ya sabían… considerando que el planeta, la naturaleza de por sí no es habitable, que necesita ser transformada para realizar el efectivo hábitat humano

 

 

Tenemos que navegar los ríos y en países como los nuestros  esto no se puede hacer en soledad. Un río sale de un país, pasa por otro, regresa. Tenemos que hacer proyectos de común acuerdo, de colaboración ¡Tenemos que hacerlo, con segu

ridad!

 

Asunción…maravillosa por la orilla del río. Ella no puede quedarse “in natura” (en estado natural). Es necesario que sea transformada y construida. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es crear la esperanza, la alegría de nuestra vida

 

 

El desastre de las ciudades indica…bien…,  yo puedo jugar también a que esto tiene una cierta exageración, pero el desastre de las ciudades señala exactamente su importancia. Es tan fundamental, tan vital y tan indispensable como figuración de transformación de la naturaleza para nuestra vida, que es atacada de todas las formas por la especulación inmobiliaria, por la podredumbre de los intereses humanos, los más mezquinos

 

 

A mí me gustaría decir que estoy convencido y cuando digo que estoy convencido en una reunión como esta es porque yo no estoy muy convencido, es para preguntar lo que ustedes piensan, porque yo creo que es muy desagradable ser y, principalmente, presentarse como dogmático o dueño de la verdad

 

La arquitectura es una forma peculiar de conocimiento y tiene una importancia, por lo tanto, fundamental en el espacio de la universidad y de la educación en general

 

Las escuelas deben ejercitar a aquellos que ahí están reunidos para develar, hacer aflorar el conocimiento que saben

 

La universidad revolucionará el espacio de la enseñanza y la divulgación del conocimiento, naturalmente, brindará frutos cada vez mejores si llegamos desde la primera educación de los niños

 

Es mejor atar una piedra a una cadena y enseñarle lo que es la fuerza de gravedad, algo que cualquiera entiende de inmediato; es mejor inclinar una regla y mostrar lo que es un plano inclinado y que una esfera gira, etc.; es mejor soplar una veleta, que el niño comprende todo

 

¡Los dogmas o creencias ya no nos sirven más, no se sustentan! Sabemos perfectamente lo que somos, dónde estamos y al mismo tiempo, cómo es ese horizonte

 

No se puede enseñar arquitectura, cómo hacer arquitectura… lo que se puede hacer es educar a un arquitecto.  La arquitectura, entonces, tiene una importancia fundamental en el campo de la universidad, porque ella no dispone de las otras áreas de conocimiento, ella las solicita

 

Tenemos conciencia también que este planeta, no soporta que se duplique la población. Las estadísticas muestran que, en un periodo de tantos años, se puede estimar, que el planeta no lo puede hacer, que nosotros no conseguiríamos sobrevivir en él con una súper población

 

 

La palabra escuela, viene del griego “scholé” y literalmente quiere decir “tiempo libre”. Por lo tanto, la idea de escuela es la conquista del tiempo libre, donde uno puede reflexionar con tranquilidad, al contrario de estar obligado a aprender. La escuela no puede ser dogmática. La escuela es un foro de discusiones en el sentido absolutamente dialéctico

 

Yo creo en la revolución de la educación y en la importancia de la escuela de arquitectura en el ámbito de la universidad

 

No existe la posibilidad del espacio privado. Si es espacio... la palabra espacio ya quiere decir que es público, si no, no es espacio

 

En esta América que es muy notable, en su Caribe, en México, qué está en la América del Norte ¿México es América del Sud o del Norte? nos hacemos preguntas así

 

Con esta idea de convocar a los estudiantes de la América Latina para empezar desde la América Latina, y para todo el mundo a poder discutir los destinos, los horizontes, de nuestro interés. No se trata del éxito profesional de los arquitectos. Eso es otra cuestión. ¡¿De qué otra cosa más interesante nosotros podríamos hablar?!

 

 

Hoy es una estupidez hablar de “casa popular” porque si es casa, ¿cómo uno hace para que sea popular?, ¿no tiene alcantarilla? Bueno, eso es inadmisible en una ciudad. Tiene que haber conexión con la red de alcantarilla. ¿No posee agua en la canilla?, ¿y esa agua no tiene que ser tratada y potable?, ¿cómo uno puede producir agua popular? No podés. ¿Agua semi podrida? ¡Imposible! Hay que tener luz eléctrica. No existe kilowatt popular ¡O es kilowatt o no lo es!

 

 

La cuestión es política, de actuar políticamente. Donde la ciudad está más frágil, sin duda, es en la dimensión política de la gestión

 

 

El transporte público es popular y es una cosa excelente

 

 

¿Cuál es el objeto de la ciudad, el objetivo de la ciudad?, ¿por qué construir una ciudad? Y contestamos, hicimos eso para poder dialogar. La propia ciudad es la gran escuela. Por lo tanto, el tiempo libre es la ciudad

 

 

Espero que todo esto sea, antes que nada, una fiesta para celebrar el AMERICAnodelsud que es lo que se inaugura aquí. Este es el instrumento de intercambio para conversar sobre todo esto

 

 

Esta dificultad de la constitución efectiva de la Unión Europea, yo la veo mucho como el resultado de la imposibilidad de aquellos países de vivir sin una política colonialista

 

Hasta hoy Europa no sabe, efectivamente, vivir sin la opresión del uno sobre el otro

 

 

¿Nosotros nacemos arquitectos? Todos nacemos en una casa con ventana, con puerta, con escalera y puerta para la calle, etc

 

Sin duda ninguna. Nadie vive en un departamento -me parece- de forma agradable, en un departamento de 80m² o 60m². No puede ser muy pequeño. Esta es otra interrogante. Es absurda la idea de una casa de 30m²

 

¿Y por qué la planta baja de las casas es alta, que abajo está el jardín, la entrada de los ascensores y las edificaciones tienen seis pisos? Y Lucio respondió eso: “Me parece que es la distancia máxima en mayor altura en la que una madre podría abrir la ventana y decir: “Juanito, es hora de almorzar, que es la hora de comer”

 

La barbarie de la destrucción no es solo de la naturaleza paisajística es también del ingenio humano

 

 

Una vez más recordamos que inauguramos algo muy interesante para el mundo, las ciudades que haremos aquí. Vamos a invitarlos a todos para verlas

 

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