Edición N° 378 - Octubre 2014

¡Felicidades, papá!

 

Joaquín Salvador Lavado, el popular Quino, se alzó con el galardón de la XXXIV edición del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Recibirá el premio, junto con los demás ganadores de las distintas categorías,  el 24 de este mes, en una ceremonia a realizarse en Oviedo, España.

El humorista argentino, nacido en Mendoza en 1932, era el claro favorito del jurado, presidido por Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, que dudó hasta el último momento entre el periodista mexicano Jacobo Zabludovsky, el filósofo Emilio Lledó, la periodista congoleña Caddy Adzuba y el biólogo español afincado en Estados Unidos Francisco José Ayala,  y finalmente se inclinó por el creador de “Mafalda” destacando  “los lúcidos mensajes de ‘Quino’, que siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento” y ha apreciado “el enorme valor educativo” de su obra.
El humorista y dibujante, cuyo personaje más conocido cumple medio siglo este año, optaba a este galardón junto con otras  22 candidaturas de catorce países.
El premio está dotado con una escultura diseñada por Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, 50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia.
El galardón de Comunicación y Humanidades, ha sido concedido, entre otros, a Annie Leibovitz, Shigeru Miyamoto, The Royal Society, los diarios El País, El Espectador y El Tiempo, Luis María Anson, la Agencia Efe, Václav Havel, la CNN, Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus Enzensberger y Ryszard Kapuscinski.

Su trayectoria

Quino publicó sus dibujos por primera vez en 1954, en el semanario bonaerense “Esto es”. Fue diez años más tarde cuando creó a la niña más famosa de las tiras cómicas, “Mafalda”, una chica que “intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo”, según la propia definición de su autor.
El reconocimiento le llega el mismo año en que se celebra el 50 aniversario de la creación de la popular historieta, que ha sido traducida a más de 30 idiomas y llevada al cine y la televisión.
“A los premios uno llega cansado, sería mejor que te los dieran cuando eres joven”, dijo Quino, de 81 años, pero añadió que “siempre halagan”.
En una conferencia de prensa en Buenos Aires, el dibujante se mostró satisfecho por recibir de España un premio que le remite directamente a su familia.
“En mi casa se hablaba andaluz, yo también”, recordó Quino, que atribuyó parte del éxito internacional de su personaje más popular a las influencias del ambiente de inmigrantes que vivió en su infancia.
“No sé que diría ahora (Mafalda) sobre el premio”, dijo Quino.
Su candidatura al “Príncipe de Asturias”, propuesta por el catedrático de Geografía y demógrafo Rafael Puyol, ya había despertado la simpatía de muchos de los 18 miembros del jurado antes de que iniciasen las deliberaciones en Oviedo (norte de España).
Hijo de andaluces emigrados a la Argentina en 1919, Quino adoptó la nacionalidad española en 1990, y alterna su residencia entre Madrid y Buenos Aires.
Quino alcanzó la fama con las tiras de Mafalda, un personaje nacido para una campaña publicitaria frustrada que empezó a publicarse en 1964 en el semanario Primera Plana, de la capital argentina.
En esa serie, Quino reflejó el mundo de los adultos visto desde los ojos de un grupo de niños en el que la protagonista era una niña preguntona, inteligente, irónica, inconformista, preocupada por la paz y los derechos humanos, que odia la sopa y ama a Los Beatles.
Las historias de este personaje contestatario, que llegó a Europa en 1969 de la mano del Premio Príncipe de Asturias Umberto Eco, quién la definió como una “heroína iracunda”, se han publicado en diarios y revistas de todo el mundo.
En 1973, Quino dejó de dibujarla, aunque el interés por Mafalda ha seguido vigente hasta la actualidad, con sus libros reimprimiéndose y adaptándose a las nuevas tecnologías, disponibles en formato digital.
Tras esa etapa, se entregó a un humor más ácido y negro, destinado en mayor medida a un público adulto y que ha ido recopilando en su colección de libros de humor. Entre los más recientes se encuentran ¡Qué presente impresentable! (2005), La aventura de comer (2007) y ¿Quién anda ahí? (2013).
Los “Príncipes de Asturias” enviaron un telegrama al humorista gráfico para felicitarle por el premio y destacaron “la creación de personajes extraordinarios que a través de sus viñetas y con humor han interpretado el mundo con espíritu crítico y transmiten valores educativos de dimensión universal”.
Para los miembros del jurado, presidido por el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, Mafalda es “inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible”, sueña con un mundo “más digno, justo y respetuoso con los Derechos Humanos” y los “lúcidos mensajes” que Quino transmite a través de su personaje siguen “vigentes” 50 años después de su nacimiento.

Obra y estilo

La obra de Quino ha sabido sumar con acierto dos sentimientos difíciles de mezclar en un solo mensaje; pesimismo y humanidad. Los protagonistas de Mafalda suelen ser gente normal haciendo su vida, con aderezos de realismo mágico, surrealismo y caricatura vital cotidiana. Ha sabido hacer de este personaje, a priori una tira de apariencia infantil, una denuncia adulta en mayúsculas. Fruto de su tiempo, a la pequeña Mafalda le importa más la política mundial que a los adultos de ahora; a Manolito le seduce tanto el dinero como a la mayoría. Adultos en cuerpos de niño en un mundo de interrelaciones en esencia extrapolables a cualquier contexto.
Ácido y cínico casi a partes iguales, recurre a la denuncia del absurdo y la miseria, a la condición humana, a los abusos de autoridad, a la lógica, para criticar el mundo de las crisis económicas. Chistes para criticar la realidad. Ante esta denuncia, pese a todo, un trato humano para las víctimas del mundo, hipismo realista en blanco y negro.

 

Fuentes
http://www.elmundo.es
http://www.elperiodico.com

 

 

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