Edición N° 376 - Agosto 2014

“Fundamentals” otorgó el León de Oro a Phyllis Lambert

 

La Bienal de Venecia distinguió a Phyllis Lambert con el León de Oro a la Trayectoria en la 14ª Muestra Internacional de Arquitectura “Fundamentals”.

Según ha señalado el comunicado de prensa de la Bienal, “Se le reconoce internacionalmente por su continua contribución al avance de la arquitectura contemporánea, y por su preocupación por los problemas sociales de la conservación urbana y el papel de la arquitectura en el ámbito público”.

Phyllis Lambert es arquitecta, escritora, curadora y directora fundadora emérita del Canadian Centre for Architecture (CCA), de Montreal. Su creación combina la rara visión  con generosidad poco común para preservar los episodios cruciales de la herencia de la arquitectura y estudiarlos en condiciones ideales.
Pero Lambert es más conocida por su papel fundamental en la puesta en marcha del Edificio Seagram de Mies van der Rohe en Nueva York; su impacto en el curso de la historia de la arquitectura no puede ser ignorada.
Sin su participación, una de las pocas realizaciones en el siglo XX de la perfección en la tierra -como es el edificio Seagram- no habría sucedido.
“Mi vida comenzó con mi participación apasionada en la creación de un edificio de gran calidad arquitectónica en Nueva York, es decir, el edificio Seagram. La filosofía que un edificio expresa puede traspasarse hacia una sociedad y ayudar a moldearla”.
Con el Seagram completado, Lambert se convirtió en una ciudadana activista de Montreal, “revitalizando barrios, viviendas de interés social, y mediante la consulta pública ayudó a democratizar el proceso de la planificación urbana”. Estos intereses también se manifiestan en sus obras publicadas, que “incluyen trabajos pioneros sobre la fotografía, la conservación y arquitectos líderes, así como los textos críticos de las ciudades de Montreal y Nueva York”.
Su publicación más reciente, el edificio Seagram, es una historia cultural de la ciudad de Nueva York que ha sido aclamada por los críticos

El Centro Canadiense de Arquitectura

Es un museo de la arquitectura y el centro de investigación de lo que fue el Golden Square Mile en Montreal, Quebec, Canadá.
El Centro  está situado en la Casa  Shaughnessy construida por Thomas Shaughnessy y finalizada por William Thomas Tutin, un arquitecto de Montreal, en 1876. En 1989 se integró un nuevo edificio diseñado por Peter Rose,  Phyllis Lambert y Erol Argun.
Recibió el Premio de Honor de Arquitectura del Instituto Americano de Arquitectos y Medallas del Gobernador General en Arquitectura en 1992.
La mayoría de las habitaciones de la mansión se han restaurado a su estado original de 1874. El centro ofrece visitas adaptadas a grupos específicos y programas educativos para niños.
Posee vastas colecciones de libros y objetos que muestran varios aspectos del entorno de la construcción y determinados aspectos del diseño industrial. Dentro de las colecciones generales, cuenta con colecciones especiales, tales como las relativas a los juegos de arquitectura para niños, exposiciones universales y de arquitectos importantes como Ernest Cormier, Peter Eisenman, Erickson Arthur, John Hejduk, Cedric Price, Aldo Rossi, James Stirling y el artista Gordon Matta-Clark.
El CCA realiza espectáculos regulares para la investigación sobre cuestiones temáticas, diferentes aspectos de sus colecciones, y alberga exposiciones itinerantes de otros museos. También cuenta con una extensa librería, una sala de conciertos, y unos jardines bien planificados.
El jardín ofrece una serie de esculturas que representan elementos arquitectónicos como frontones y columnas. En mayo pasado recordó su 25 aniversario y lo celebrará el día 25 de cada mes hasta mayo del 2015 con una variedad de nuevas actividades, publicaciones y eventos.

El Seagram

Solo cuando están en construcción revelan los rascacielos la audacia de su estructura y la impresión producida por las estructuras de acero que se elevan hacia el cielo es irresistible.
Mies van der Rohe, 1922

Ubicado en el 375 de Park Avenue, en Nueva York, el Edificio Seagram (1954-1958), abrió nuevos caminos para los edificios urbanos de oficinas. Fue proyectado en colaboración con Philip Johnson.
Con 39 pisos en 157 metros de altura, es uno de los primeros rascacielos del movimiento moderno en los Estados Unidos.
Toda la estructura se construyó de acero, siendo lo realmente novedoso el hecho de que Mies pensara que la estructura debía ser visible.
La normativa americana anti-incendios obligaba a recubrir el acero con un material resistente al fuego como el hormigón, lo que  el arquitecto quería evitar a toda costa.
Mies usó perfiles doble T de bronce, a modo de columnas no estructurales, para sugerir la estructura interior, como división de las grandes ventanas de cristal. Una falsa estructura de bronce cubre pues la estructura real interior. Su tipología deja en evidencia la estructura en la fachada, cumpliendo a la vez un rol ornamental.
Este método de construcción usando un interior de hormigón para soportar un edificio no estructural ha sido desde entonces usado comúnmente, siendo un modelo utilizado ampliamente en el estilo Internacional.
Mies diseñó su edificio a la manera de las columnas antiguas, con basa (entrada y hall), fuste (bloque principal de oficinas) y capitel (la parte superior del edificio que sirve como remate a la composición).
El Edificio Seagram constituye un símbolo del mundo industrial e ilustra el lema del arquitecto ‘Menos es más’.

 

Corea del Sur también se llevó un León de Oro

La exposición “A vista de pájaro: la península coreana”, que compara las arquitecturas de las dos Coreas en los últimos 100 años, ha conseguido el León de Oro a la mejor participación nacional en la 14ª Bienal de Arquitectura de Venecia.
Es la primera vez que gana el León de Oro en la Bienal de Venecia, de arte y arquitectura. En 1993, el premio lo recibió el pabellón de Alemania, en el que participó como correpresentante Paik Nam-june, un videoartista internacional de origen surcoreano.
Corea del Sur participó por primera vez en este evento, en 1986,  con un pequeño estand dentro del pabellón de Italia. Y con un estand independiente, a partir de 1995, año del centenario de la Bienal. Por aquel entonces, con el objeto de conseguir el pabellón nacional, Paik Nam y Kim Seok-chul, el arquitecto surcoreano que lo construyó, habían enviado una carta, para enfatizar la legitimidad del pabellón surcoreano, al alcalde de Venecia, quien tiene el derecho de seleccionar los pabellones, alegando que “si un día, se inaugura una exposición conjunta de las dos Coreas, usted puede recibir el Premio Nobel de la Paz”.
Con el objeto de establecer una exposición conjunta este año, Cho Min-Suk  intentó ponerse en contacto con el régimen comunista para organizar su participación en el pabellón de Corea, aunque no logró una respuesta positiva de Corea del Norte.
Cho ha recopilado pinturas, fotografías y carteles de propaganda norcoreanos, a través de los hombres de negocios y arquitectos occidentales.
No menos de 29 equipos participaron en esta exposición, dividida en cuatro temas principales: “La reconstrucción de la vida”, “Estado monumental”, “Fronteras” y “Tours utópicos”.

Por primera vez Chile logra un León de la Bienal

El jurado de la 14 Bienal de Arquitectura de Venecia, decidió premiar con el León de Plata, uno de los galardones mayores de la muestra internacional,  al proyecto del pabellón chileno del arquitecto Pedro Alonso y el diseñador Hugo Palmarola, denominado “Monolith Controversies”. Se trata de un trabajo de investigación de más de siete años que recibió la felicitación de las autoridades chilenas de cultura que destacaron: “Este es un reconocimiento a la arquitectura chilena: se posiciona en un circuito curatorial internacional, no sólo como obra, sino como proyecto de investigación, académico”.
El pabellón chileno pone en valor un hito olvidado en la historia de la vivienda social en Chile: la instalación de la KPD, una fábrica donada por la Unión Soviética en 1972 para construir edificios de departamentos tras el terremoto que azotó al país en 1971.
La elección de la pieza busca enfocarse en un elemento tan fundamental de la arquitectura global en el siglo XX como es la pared de hormigón, pero por sobre todo, mostrar cómo este mismo elemento se convirtió en Chile en un intenso objeto de controversias, de alta carga simbólica.
Durante la inauguración de la KPD, Salvador Allende y el Embajador Soviético pusieron sus firmas en el hormigón fresco, acción que lo convirtió en un bloque único, el que se instaló más tarde en la entrada de la nueva fábrica, ubicada en El Belloto, Quilpué.
Tras el Golpe de Estado en septiembre de 1973, la fábrica pasó a manos de la Armada, que borró la firma de Allende y agregó al panel un retablo de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús, además de dos lámparas coloniales. Luego del cierre de la KPD, este panel quedó abandonado.
Alonso y Palmarola decidieron rescatar esta historia y llevarla a Venecia.
“El panel es una suerte de testigo directo de lo que pasó, es un testigo material que sintetiza y simboliza. Cuando un presidente firma un panel de esta forma, hace algo similar a lo que hizo Marcel Duchamp (*) con el urinario, toma un objeto ordinario producido en masa y lo transforma en un objeto único, en una obra de arte”, explicó Pedro Alonso.


Cien años de arquitectura

La XIV edición de la Bienal de Venecia, que se clausurará el 23 de noviembre, pretende dar una visión del pasado, el presente y el futuro de la arquitectura al recorrer cien años de esa disciplina que ha alcanzado en un siglo un lenguaje universal.
Bajo el lema “Fundamentals”, el arquitecto holandés Rem Koolhaas, que en el 2000 recibió el premio Pritzker, propone como curador de la bienal veneciana indagar en las contradicciones de un siglo identificado con la pérdida de “lo nacional” y la expansión de la globalización.
“En un siglo no ha surgido un único arquitecto sino la arquitectura”. Todas las naciones se han visto obligadas a acomodarse a las condiciones dictadas por el desarrollo mundial, al efecto de la modernización”, explicó Koolhaas.
Para ilustrar ese proyecto propuso en los imponentes 3.000 metros cuadrados del Arsenal y en la sugestiva zona de los Jardines tres eventos: “Absorbiendo la modernización de 1914 a 2014”, al que contribuyen los 65 pabellones nacionales, “Elementos de Arquitectura”, una exposición preparada por el mismo curador de la Bienal y “Monditalia”, una suerte de taller de trabajo sobre Italia con conferencias, espectáculos y charlas dedicadas a la historia de la península.
Curiosa y a la vez sorprendente resulta la exposición en la zona de los Jardines dedicada a los elementos de la arquitectura que analiza suelos, ventanas, puertas, tabiques y hasta los baños, con la reconstrucción de aquellos empleados durante el imperio romano.
“Italia es un país emblemático, con una historia increíble, tesoros inimaginables, genial en todas las artes, notables capacidades que no logra utilizar”, indicó el arquitecto holandés.
Después de varias bienales dedicadas a lo contemporáneo, el certamen mundial, indaga en la historia e imagina su futuro.
“No he querido concentrarme en la arquitectura del presente sino indagar su pasado y su futuro. Estudiar sobre cómo absorbe los golpes de la historia”, aseguró el curador que trabajó por dos años con un equipo de 187 personas.
A pedido del curador, 19 países indagaron sobre la anulación de las “características nacionales” a favor de un lenguaje global.
Entre ellos figura Japón, una las economías más poderosas en la década del 60, influenciada por el mundo occidental, azotada por la contaminación y eje de experimentos de arquitectura moderna.
Francia se interroga sobre las contradicciones de la arquitectura francesa del siglo XX, desde los gloriosos años 30 hasta los grandes conjuntos de edificios modernos que se transformaron de residencias soñadas en lugares de reclusión.
El equipo creativo australiano Félix-Giles-Anderson + Goad, presenta once proyectos no construidos que van desde una catedral en el centro de la ciudad a un refugio activista en las copas de los árboles, todo con imágenes y animaciones de voz en off.

Eventos anexos

La fundación holandesa sin fines de lucro Global Arts Affairs Foundation (Fundación Global de Asuntos Artísticos) ha convocado a un grupo de 100 arquitectos de más de 40 países, para participar en el evento anexo “Time Space Existence”, donde 100 arquitectos discuten la relación entre “Tiempo-Espacio-Existencia”.
En la lista figuran personalidades de la talla de Ricardo Bofill, Norman Foster y Eduardo Souto De Moura, los cuales con ideas, investigaciones y realizaciones miden el estado actual de la arquitectura y se interrogan sobre dudas y conceptos filosóficos relativos al tiempo, el espacio y la existencia.
En total han sido programados 22 eventos anexos, repartidos por toda la ciudad de los canales.

 

Fuentes
www.latercera.com
www.plataformaarquitectura.cl
www.metalocus.es
www.elnuevosiglo.com.co

 

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