Edición N° 497 - Septiembre 2024

Hormigonado en climas cálidos

Recomendaciones de CECON para un trabajo eficiente

El vaciado de concreto en climas cálidos presenta varios desafíos que pueden comprometer la calidad y durabilidad de las estructuras si no se manejan adecuadamente. Factores como la alta temperatura, la velocidad del viento y la baja humedad pueden acelerar la evaporación del agua en la superficie del concreto, lo que incrementa el riesgo de contracción plástica y fisuras prematuras. Este fenómeno ocurre cuando la superficie del concreto pierde agua rápidamente antes de que se complete el fraguado, impidiendo una correcta hidratación del cemento y afectando la resistencia final del material.

Para mitigar estos riesgos, es crucial adoptar buenas prácticas durante el proceso de hormigonado. Monitorear las condiciones climáticas es fundamental para anticipar problemas y aplicar medidas preventivas. Proteger la superficie del concreto recién colocado con lonas plásticas es una estrategia eficaz para evitar la rápida evaporación y la aparición de fisuras.

Además, realizar el vaciado en horas de menor calor, como en la tarde o noche, puede ayudar a controlar mejor el proceso y evitar prácticas incorrectas, como arrojar agua adicional sobre la superficie, lo que altera la relación agua/cemento y puede causar futuras patologías en la estructura.

El curado adecuado es otro aspecto esencial. Este debe realizarse aplicando un rocío fino de agua, lo que permite mantener la humedad necesaria sin excederse en la cantidad de agua. Este procedimiento garantiza una correcta hidratación del cemento y, por ende, la integridad y durabilidad de la estructura.

El éxito del hormigonado en climas cálidos no es casualidad, sino el resultado de una planificación cuidadosa y la aplicación de técnicas precisas, tal como lo recomienda CECON. Estas prácticas aseguran la calidad y longevidad de las construcciones, incluso en condiciones climáticas adversas.