MAH. Arquitecto, ¿en qué consistió su posgrado en Harvard?
JCC. Estuve haciendo una maestría en diseño urbano, con el apoyo de una beca Fulbright, entre los años 2011 y 2013.
La terminé con una tesis sobre los efectos de las infraestructuras de gran porte que se construyeron en la triple frontera: Itaipú, el puente de la Amistad, etc. y desde ese momento vengo trabajando en esa línea que es la relativa a la infraestructura de gran porte como vector de transformación urbana y territorial o sea, qué pasa en un territorio cuando se construye un puente, una represa binacional o se funda una nueva ciudad como Ciudad del Este, etc.
MAH. ¿Podría referirse a su conferencia, llevada a cabo en abril pasado en Harvard, sobre la condición urbana contemporánea en el Paraguay?
JCC. En realidad fue un panel que formó parte de un evento mayor llamado The Paraguay Harvard Conference 2019, organizado fundamentalmente por paraguayos que están estudiando en Harvard en este momento, por citar dos nombres: María Bertha Peroni, que es una arquitecta egresada de la Fada y que acaba de recibir su diploma. Ella hizo exactamente el mismo curso que yo, lo acaba de terminar; y un colega y gran amigo, Rob Watson, que es un ciudadano americano el cual estuvo en el Cuerpo de Paz de Paraguay y ahora está de vuelta en Harvard. A ellos se sumaron un colectivo importante de gente, becarios de Becal.
Ese evento tuvo varias mesas, una sobre energía, sobre urbanismo, y en ese contexto yo sentí la obligación de dar un pantallazo general de la situación urbana en Paraguay que sirviese como una presentación y paño de fondo para las conversaciones que dieron después varios panelistas y el público. Yo hablé de la noción de diez ideas, de las cuales cinco son características y cinco son desafíos que describen la situación contemporánea en Paraguay.
Me voy a referir primero a las características. La primera de ellas es que somos un país urbano, creo que es una condición que a veces se nos pierde en el debate público, al describir al Paraguay o pensar en el Paraguay; porque Paraguay ha sido históricamente un país predominantemente rural, ha sido un país en el cual los commodities, o la condición primaria, han sido siempre como un gran peso y, sin embargo, cuando uno ve nuestra serie histórica y los datos duros que tenemos, en realidad hemos cruzado el umbral de tener más gente en ciudades que en áreas rurales en 1992; y ese número solo ha ido creciendo y no hay ninguna perspectiva de que vaya a disminuir en el futuro, sino que cada vez vamos a ser más urbanos.
Creo que es importante empezar a posicionar esa noción en el debate público porque hay toda una serie de capacidades y potencias a nivel de academia, a nivel de Gobierno, que hay que desarrollar para enfrentar esa nueva condición. Si nos seguimos imaginando que somos un país meramente rural o meramente productor de productos primarios estamos un poco desprendidos ya que, como les decía, desde el 92 -hace 27 años- hemos cruzado ese umbral; en el 92, el censo arrojó la cifra de 50,7 viviendo en áreas urbanas y 49,3 por ciento, en áreas rurales y para el 2019 la proyección era de 62,1 por ciento de nuestra población ya viviendo en áreas urbanas.
Una reflexión importante es que esos números pueden, inclusive, ser más altos dependiendo de cómo se considere. En el trabajo citaba dos autores, Neil Brenner, que es un profesor de Harvard, habla de cómo inclusive territorios que no son propiamente considerados ciudad están transformados en función de actividades que se desarrollan a partir de centros urbanos, todo un gran campo de soja, digamos, no es normalmente descripto como ciudad pero está transformado ese territorio a partir de actividades productivas controladas y articuladas desde ciudades; entonces, mira el territorio con esa mirada, inclusive una porción más significativa de lo que puramente no se considera ciudades es urbano o está urbanizado.
Hay otro autor que es muy interesante, un señor que se llama Garamond, tiene desarrollado un texto que se llama “La nueva ruralidad” y lo que señala en ese texto es que también, inclusive lo que denominamos tradicionalmente como rural y que tiene esa imagen de bucólico, apartado, etc., hoy en día está contaminado de condiciones urbanas, a través de tecnologías como el celular, el acceso a internet por móviles o en el contexto especifico del Paraguay, empieza a haber montadoras de moto y la gente puede movilizarse y puede comunicarse en el territorio de otra manera. La reflexión de Garamond es que inclusive sectores que nosotros definimos rurales ya están contaminados, por decirlo de alguna manera, de la forma de vida, de pensar, de producir y de comunicarse propias del ser urbano.
En definitiva, este país, desde 1992 ya tiene más gente viviendo en espacios oficialmente definidos como ciudades que en el campo e incluso aquellos espacios que tradicionalmente se definen como área rural que están fuertemente imbuidos o fuertemente influenciados por lo que ocurre en las ciudades o por las tecnologías que usamos en las ciudades; entonces, como todo en algún grado ya está urbanizado, está afectado por la vida urbana, resulta muy importante que eso quede claro en la agenda pública, para que podamos empezar a entrenar, a nivel de academia, a nivel de Gobierno, las capacidades que hacen falta.
La segunda condición o característica que tenemos es que es un país joven, una porción significante de la población es joven, en el 2015 el 31 por ciento tenía 15 años o menos y el 63 por ciento estaba entre 15 y 64 años de edad y solamente el 6 por ciento de la población era mayor de 65 años. Aparte de esa condición de juventud estamos entrando en lo que se denomina condición de bono demográfico que es el momento económico en el cual hay más gente de la población económicamente activa contribuyendo a la economía que viviendo de la jubilación o de pensiones por decir de alguna forma; es un periodo histórico en cada sociedad al cual estamos entrando en este momento y, sin embargo la realidad que tenemos es que para capitalizar esta oportunidad histórica, para aprovecharla tenemos que tener una inversión fuertísima en educación. En términos generales sabemos los desempeños, en general en el Paraguay son malos, Cuando se han hecho, por ejemplo, los test de Pisa que son estas pruebas internacionales de desempeño, mayormente el Paraguay no sale bien clasificado, su desempeño en educación no es bueno. Y este es un aspecto clave para que podamos capitalizar positivamente la característica de tener mucha población joven. También hay que decir lo opuesto: si no hacemos esta tarea, en el futuro vamos a tener un problema mayúsculo: un segmento muy grande de la población despreparado por mucho tiempo.
Y hablando específicamente de qué significa eso para lo urbano, es una discusión social en general, concretamente en el término de discusión urbanística es poner especial atención a la potencia y a la distribución de dar equipamientos públicos a colegios, escuelas, guarderías, universidades, bibliotecas, teatros, etc. que permitan que la gente cultive talento de forma a desarrollar su potencial.
MAH. Usted se refiere solo al aspecto material, no al aspecto humano ¿verdad?
JCC. La reflexión general para la sociedad o economista o de cualquier sector de la sociedad es que somos una sociedad joven que estamos entrando en esto del bono demográfico pero para el bono demográfico debemos tener gente preparada y talentosa. Talento tenemos lo que no tenemos es formación. Ahora, cuando uno baja esto a la mirada de un urbanista y de materia de edificios o infraestructura, la cuestión es que esa infraestructura, espacios como éste, es donde la gente pueda entrenarse y formarse.
Aramí. ¿Lo que está diciendo es que falta mucho, que cómo se va a educar a la gente si no hay lugares?
JCC. Sí. No hay. Y tenemos que pelear porque haya y porque estén distribuidos de una forma más o menos equitativa y que sean accesibles. El ejemplo que yo siempre doy, que es uno de los mayores orgullos que tenemos acá en el Cidi (Centro de investigación, desarrollo e innovación de la Fada) es que nosotros tenemos graduados y colaboradores y ex colaboradores que ahora están o han estado en universidades como Harvard, Berkeley, London School of Economics. Talento bruto en el Paraguay hay “a patadas” (a montones), lo que hace falta es espacio en donde la gente se pueda, de alguna forma, entrenar en gimnasia de alto nivel para llegar a una de estas instituciones y terminar sus cursos. Y en este sentido, a nosotros nos toca estar en la Universidad Nacional pero también estamos hablando de la red pública de colegios, colegios técnicos y también universidades e instituciones privadas. Una discusión que necesitamos tener claridad como sociedad es que esa inversión es un imperativo para que podamos aprovechar esta oportunidad porque o si no se nos va a ir y esta chance se puede, eventualmente, llegar a convertir en un problema, porque lo que hoy tenemos es mucha gente joven que puede contribuir muchísimo en los próximos 40 a 50 años si es adecuadamente entrenada; y si se nos escapa esta oportunidad, en los próximos quince años lo que vamos a tener es muchísima gente con bajo nivel educativo que va a tener una esperanza de vida muy larga todavía a la cual va a tener que asistirse. Para poder aprovechar esta oportunidad nuestra educación es un factor clave.
MAH. Quisiera que nos explique esa situación.
JCC. Cuando una sociedad entra en la fase de bono demográfico el balance entre los aportantes y los que reciben apoyo es positivo, hay más gente trabajando en activo que gente recibiendo beneficios sociales o siendo mantenida porque es un niño, por ejemplo; la parte de la población económicamente activa que aporta es superior.
Pero para aprovechar ese momento esa población tiene que estar entrenada, formada, capacitada, etc.
Aramí. Claro, porque los contribuyentes son profesionales, tienen que ser profesionales, idealmente.
JCC. Digamos que idealmente sí. En algún momento hay otra reflexión, decir cuál es el sentido de la formación de talentos en alto nivel o en la economía creativa en un país como Paraguay que es un país de commodities y nosotros siempre hacemos el énfasis que tenemos sobrada evidencia, hubo muchos ciclos históricos. Paraguay ya fue el país de la yerba mate, del tanino, del algodón, ahora es el país de la soja, entre otras cosas, pero qué pasa: este año mismo la soja tiene problemas por la cotización.
¿Cuál es la forma en que una sociedad se hace resiliente, o se hace más fuerte ante esos cambios? Tiene que diversificar su matriz productiva y una de las formas claves para ello es tener gente formada y creativa inventando cosas, no depender únicamente de materia, digamos. Como digo, ejemplos históricos ha habido muchísimos. Tanto para hacer que la economía sea más resiliente en general como para aprovechar en particular esta cuestión del bono demográfico es fundamental que concentremos nuestro esfuerzo en mejorar los equipamientos educativos y la calidad, la inversión en educación.
Y en ese sentido específicamente yo doy un punto muy concreto que es que necesitamos mejorar la calidad del gasto de los fondos del Fonacide (Fondo nacional de inversión pública y desarrollo), los fondos que se dan vía municipio a escuelas, fundamentalmente a infraestructura y merienda escolar.
La sugerencia o el reclamo que hago en este punto concretamente es el siguiente: en este momento según mi entendimiento, puedo estar equivocado, la ley del Fonacide sólo permite gastar en rubro 500, en inversión física, sólo puedo pagar con Fonacide ladrillo, cemento, losa, etc. y no se puede pagar proyecto. Cuál es el problema que eso implica: que la mayoría de los municipios no tiene cuadros técnicos entrenados para hacer un proyecto ejecutivo de digamos un colegio técnico informático o de mecánica diésel es un proyecto relativamente sofisticado, no es la Nasa pero es un proyecto complejo que requiere cierto nivel de sofisticación en la capacidad de desarrollar ese proyecto ejecutivo y los municipios tienen la plata para construir pero no tienen la plata para contratar proyecto.
MAH. ¿Hay que cambiar la ley?
JCC. Soy de la opinión de que, como sociedad, deberíamos discutir cómo ajustar esa ley del Fonacide. El punto que planteo es el siguiente: en general, en el Paraguay, cuando hablamos, por ejemplo, del problema que tiene el Fonacide se hace muchísimo énfasis en el lado de la corrupción, que seguro hay, no quiero minimizar o hacer que no exista porque sería una inocencia pero, sin embargo, quiero resaltar que se habla muy poco de la necesidad de ayudar, asistir y fortalecer los cuadros técnicos municipales y de permitir que se contraten proyectos de calidad. Sin eso… porque ese es otro de los problemas que tenemos en el Paraguay como vivimos enamorados de la idea de que es un país pequeño y pobre y que nuestros problemas derivan de esos dos factores y, eventualmente, de que somos corruptos, nunca entramos a discutir el espacio de las capacidades técnicas que no tenemos; me explico: es muy raro que usted abra el diario y lea que lo que los municipios necesitan para que la plata del Fonacide funcione son proyectos de calidad, y yo estoy convencido de que es una de las cosas que hacen falta. Hablando específicamente de la mejora de la educación para aprovechar la cuestión del bono demográfico, hubo un espacio de oportunidades concreto que nosotros vemos y es esta mejora del gasto del Fonacide a través de, por ejemplo, permitir que se contraten proyectos de calidad, que se contrate fiscalización y que se fortalezcan los cuadros técnicos.
MAH. Una vez escuché que más grave que la corrupción es la incapacidad, creo que eso también se puede aplicar perfectamente al caso del Fonacide.
JCC. Yo creo que sí. Creo que el Estado nacional, y yo hablo desde la universidad pública, tiene problemas en todos lados pero creo que uno de los sectores más frágiles hoy en día son los gobiernos locales los que tienen menos preparación, herramientas, cuadros, gente, y entonces, insisto, como estamos en este eterno dilema que describimos, que el problema del Paraguay es la pobreza, la contención o el argumento o contraargumento que hago es que en general no somos pobres, es que estamos pésimamente administrados, pésimamente gestionados y sí una parte de eso es corrupción pero mucho de eso es falta de capacidades.
Otra cuestión, en términos de características, es describir al Paraguay como un país diverso. Otra de las narrativas dominantes del Paraguay -en la calle, de cultura popular, de sentido común- es que el Paraguay es un país racial, étnica y culturalmente homogéneo y no lo es. En realidad, solo en culturas indígenas hay como 19 colectivos y luego las olas migratorias como las comunidades menonita, japonesa, italiana, aparte de nosotros que, digamos, de alguna manera somos latinos autóctonos guaraní ibéricos por decirlo así, pero es mucho más complejo y mucho más diverso.
Las comunidades nativas no son todas guaraníes, está el mundo ayoreo, lengua, muchas comunidades, y el propio mundo no indígena; el paraguayo es diverso, entonces me parece que hay que empezar a entender que esa diversidad es una característica nuestra. Y al mismo tiempo de que somos un país diverso enfrentamos importantes desafíos relativos a segregación, basado en identidad étnica y cultural especialmente con relación a los nativos del país y nosotros creemos que en ese sentido, hablando especialmente de urbanismo, las políticas públicas pueden ser especialmente relevantes al promover la integración entre miembros de diversos grupos étnicos o culturales.
Espacios públicos, espacios educacionales, entre otros, pueden contribuir a crear lugares donde se promuevan intercambios positivos entre personas que vienen de perfiles socioculturales diferentes.
Tenemos un trabajo de investigación que estamos haciendo en el Chaco, en varias ciudades pero principalmente en Filadelfia que es un espacio de muchísima diversidad étnico cultural; está la comunidad menonita, hay barrios latinos donde viven paraguayos, brasileños, hay barrios indígenas, y es como que cada barrio está segregado por su grupo étnico cultural y los espacios de contacto cotidianos de grupos socio étnicos culturales diferentes normalmente son puramente relaciones laborales e instrumentales; en otras palabras, nos encontramos en la fábrica, nos vemos en la fila de la cooperativa, poco más que eso.
Creo que hay un espacio de enriquecimiento mutuo muy grande si se promueve la interacción de gente de grupos culturales diferentes. Un ejemplo concreto positivo de este tipo de integración en Filadelfia es el colegio público de la gobernación, en él hay niños y jóvenes de todos los grupos interactuando y yo creo que la visión de niños que crecen de esa manera, obviamente terminan siendo diferente a que si cada uno está en un colegio completamente distinto o no tiene oportunidades de contacto uno con otro.
Siempre remarco también, porque me parece muy importante, que esos niveles de segregación étnicos culturales tan fuertes no solo existen en Filadelfia, también acá, en el área metropolitana. La segregación espacial y cultural o sociocultural, o económico cultural como quieran llamarle, es tanto o más fuerte cuando nos referimos a la Chacarita, que uno no puede entrar si no lo hace con alguien del barrio, por citar un extremo de la escala social; y por citar el otro extremo es que uno a ciertos barrios cerrados no puede acceder si no deja su cédula a la entrada o lo hace invitado por alguien. Tampoco quiero dejar la noción de que la segregación es propia de Filadelfia, es algo propio de Paraguay.
MAH. Del Paraguay y del mundo en ese aspecto porque ese fenómeno que usted señala de los barrios cerrados se da incluso, no sé si hasta ahora, en Estados Unidos y en la Argentina, a cacharrata.
JCC. Sí señor. Y es una tendencia muy fuerte y muy preocupante porque de alguna manera también eso ocurre. Ese desgaje es un problema para la ciudad cuando los sectores que tienen más influencia económica se desprenden del destino común del resto de la ciudad, de alguna forma es decir bueno, listo, si no podemos influir en la ciudad tipo resolvamos nuestro pedazo y el resto que… Desde cierto punto de vista uno entiende la decisión pero desde otro punto de vista, para la ciudad -como en todo- es muy complicado. Eso en el Paraguay como en todos lados, como usted dice.
MAH. Leí que la segregación de los barrios cerrados incluso es dañina para los pobladores de esos espacios porque se sienten aislados, temerosos, no se animan a salir de su “gueto”, etc.
JCC. Sin duda. Yo estoy completamente convencido de que la separación de personas que tienen perfiles diferentes no termina trayendo nada bueno, en general las cuestiones más interesantes y los espacios de convivencia y mayor creatividad siempre, en general, tiene que ver con diversidad, de eso no me cabe ninguna duda.
La otra característica, de la cual hablaba en la conferencia, es que el Paraguay es un país próspero y desigual al mismo tiempo, parece paradójico pero es lo que pasa. Dependiendo de con quién uno hable y en qué momento lo haga, por un lado se habla maravillas de la macroeconomía, la moneda estable, la inflación baja, los bonos con buena cotización, etc. que son condiciones objetivas, que son verdades; y al mismo tiempo uno puede también describir ciertos barrios, ciertos grupos sociales súper dramáticos, necesidades básicas insatisfechas, carencias alimentarias, bajísimos niveles de educación, etc. Lo que permite articular estos dos relatos es la inequidad, ni uno ni otro relato son mentiras y el puente que permite que las dos cosas que parecen opuestas sean verdad simultanea es la inequidad.
El Paraguay es un país muy desigual. En la presentación está la paradoja de “pobre país rico” y esta cuestión de la inequidad, tratando siempre de ser lo más justo posible, lo más ecuánime posible sí es cierto que la pobreza se ha reducido significativamente en las últimas décadas.
MAH. ¿Qué se ha reducido?
JCC. La pobreza. En especial se ha reducido significativamente la pobreza extrema según información y datos oficiales del Banco Mundial y de organismos multilaterales y de la propia Dirección General de Estadísticas y Censos. Los datos oficiales apuntan a que hubo una reducción significativa de la pobreza en general y de la pobreza extrema en particular. Sin embargo, a pesar de que eso estuvo bien, de que ha mejorado, la inequidad sigue siendo alta y esa inequidad puede medirse de varias maneras. Dos clásicas son la cuestión de los ingresos, el porcentaje de paraguayos que viven con menos de un salario mínimo o con menos de un millón de guaraníes, y otra es, por ejemplo en el caso del Paraguay, un indicador clásico es la inequidad en términos de acceso a la tierra. El Paraguay es uno de los países más desiguales del mundo en términos de concentración de la tenencia de suelo.
Tratando de ser históricamente correctos esa es una secuencia histórica que viene desde la Guerra del 70; y toda esta venta de latifundios o sea enormes porciones del Estado paraguayo se transfieren a manos privadas, tanto en el Chaco como en el Alto Paraná, etc.
MAH. Según la antropóloga Branislava Susnik, que vivió tantos años acá en el Paraguay, era propio ya en el siglo 18 ese alto sector de gente que no era propietaria, pero yo sé que se acentúa después de la Guerra del 70.
JCC. Usted tiene razón, eso casi es motivo para otra entrevista. Hay una cuestión central en la formación del Estado nacional que es el momento en el cual las comunidades indígenas reciben de don Carlos Antonio López el título de ciudadanos y se les saca la tierra en el mismo acto jurídico.
MAH. Pero eso es en el año 1847…
JCC. Por ahí, exacto.
MAH. Pero ella, la antropóloga, se refiere a un estudio sobre el siglo 18, 1700 y tantos.
JCC, Que ya había mucha concentración.
MAH. Que ya había mucha concentración y había mucha gente sin tierra.
JCC. Lo único que creo se añade a lo que hemos discutido en términos de inequidad en la concentración de suelo o la inequidad en términos de salario o inclusive el propio hecho de la pobreza extrema, son cuestiones relativamente ya discutidas. El aporte a la discusión es la noción de que la inequidad también puede ser medida por el acceso a bienes o servicios colectivos, por ejemplo esta noción del derecho a la ciudad, el derecho del servicio público o a ambientes saludables.
MAH. Explique mejor ese acceso al derecho a la ciudad.
JCC. En el Paraguay, y en muchos países, por muchos años discutimos en extensa profundidad sobre el déficit de vivienda que teníamos y la necesidad de mejorar esa situación, eso fue mucho tiempo nuestro foco de discusión o uno de los focos principales de discusión y el problema tiene ese ángulo; está bien preocuparse por la vivienda, hay que tener una política pública para facilitar el acceso a la vivienda digna; pero más allá de eso lo que pasa es que la ciudad como espacio le provee a la gente de oportunidades de crecimiento que traspasa su vivienda; entonces, ella provee o una buena ciudad o una ciudad que está planificada, le provee a sus ciudadanos oportunidades de esparcimiento, de recreación, de oportunidades de acceso a la educación, acceso a empleo, acceso a servicios de salud y espacios de recreación y cultura y toda esa infraestructura. En una ciudad es más fácil de pagar esa infraestructura costosa como este espacio, como una universidad nacional, porque hay más gente, más usuarios y hay más contribuyentes que están sosteniendo y esa mayor densidad de personas trabajando juntas, intercambiando ideas, etc. facilita la innovación, el intercambio económico, la formación, facilita un montón de cosas; entonces, con todo lo que considerábamos importante a la vivienda hay que entender que fundamental y radicalmente lo que la gente busca en la ciudad cuando viene, cuando migra, paradójicamente no es la vivienda, lo que viene a buscar son todas estas oportunidades asociadas a la densidad y a la oportunidad de la vida en la ciudad.
MAH. Mejores condiciones de vida.
JCC. Por supuesto. Y lo más loco de todo, lo más potente -porque hay toda una línea de discursos que yo me atrevería a decir casi reaccionario, “no, que viene esta gente burra del campo a la ciudad y se quedan en la Chacarita”, digamos, inclusive a veces bordeando el racismo “ah, no, estas comunidades indígenas que me llenan la calle”, o lo que sea-, lo interesante de eso es que si usted ve el caso del Paraguay -y muchos casos alrededor del mundo- es que estas comunidades migrantes forman una parte muy vibrante de la actividad económica y en general, excepto tragedias personales que hay en todos lados, hay violencia, droga, discriminación, la policía te puede meter una bala porque sos de la Chacarita, etc., hay un montón de condiciones muy duras, pero sacando esas condiciones muy duras del medio lo cierto es que, efectivamente, las familias progresan, materialmente, intelectualmente, lo cierto es que sus hijos terminan teniendo más oportunidades que la que ellos tenían y eso en el caso específico del Paraguay se ve de la siguiente manera muy fuerte: la pobreza extrema en el Paraguay está radicalmente concentrada en las áreas rurales. Por ejemplo, no recuerdo ahora la cifra pero podemos ver la cifra oficial que si mal no recuerdo es que cerca del 70 por ciento de la pobreza extrema en el Paraguay esta en áreas rurales. ¿Y qué significa esto? En general hay un fenómeno por el cual la gente que migra, que va, pelea y busca oportunidades, esa es la gente que tiene innovación, creatividad, movimiento y todavía hay un axioma de un profesor que escribió El triunfo de la ciudad, y habla de que no es que las ciudades producen pobreza, las ciudades atraen pobres porque es gente que está buscando oportunidades, de una manera que si usted o yo estuviésemos en la situación de ellos buscaríamos; y yo, en mi caso personal me permito hacer la nota de una manera análoga a lo que yo hice en otra escala. Porque yo estaba acá y me esforcé, busque mi beca y me fui, allá yo era un migrante buscando oportunidades como los “perros” que vienen de Mbuyapey a la “Chaca” a buscar trabajo en una herrería. Yo creo que por una cantidad muy larga de tiempo la discusión del Paraguay sobre esta cuestión el derecho a la vivienda tendió a ignorar que en realidad la gente sí necesita vivienda pero que si la tiene que elegir vivirá en un lugar feo que le ponga en contacto con más oportunidades. Entonces, tenemos que discutir políticas públicas de vivienda que permitan el acceso a la ciudad, porque lo que la evidencia demuestra es que si la gente tiene vivienda que permita acceso a la ciudad en general va a terminar mejorando porque tiene energía, tiene empuje, tiene ganas y garra. Sin embargo, también tenemos evidencia y cito el ejemplo concreto -uno ve las reacciones y a veces son durísimas- de un barrio construido en Itauguá, creo que fue por Itaipú, y no digo con el ánimo de criticar sino de dar el ejemplo real. Se construyeron las viviendas, 300, se les ofreció a las comunidades de la Chacarita y de los bañados. Mucha gente quedó allá, pero otras abandonaron esas casas y volvieron. Yo le puedo asegurar que ese no es un hecho aislado, toda equis organización del Estado, organización civil paraguaya, el Comité de Iglesias y otro montón de gente que han producido viviendas, tiene ejemplo de que se construyó muy lejos y que esas construcciones terminan siendo abandonadas, o sea, cuando la gente tiene que elegir entre tener trabajo o tener casa, va a buscar tener trabajo, siempre ha sido así.
MAH. Y cada vez más porque cada vez se tarda más tiempo. Yo tengo una empleada que vive en Itauguá y tarda casi tres horas en llegar a mi casa y cuando llueve tarda hasta más de cuatro horas en volver a su casa.
JCC. Bueno, mire, ahí justamente está eso. El transporte público de calidad es otra dimensión del derecho a la ciudad o el derecho a la vivienda digna en cercanías de las oportunidades, o el derecho al transporte público de calidad que permita moverse en tiempo razonable y no quemar toda tu vida yendo y volviendo del trabajo, son dos dimensiones de la misma problemática.
MAH. Si no nos escapamos demasiado ¿quisiera referirse al transporte público de calidad?
JCC. El transporte público de calidad es crítico en la vida de la gente y parece que en el Paraguay la gente todavía eso no registra lo suficiente, pero sí lo registra y como sufrimiento, no sabe qué hacer al respecto. Le digo lo siguiente: ahora mismo hay gente que trabaja ocho o nueve horas por día y tiene cuatro horas adicionales de ida y de venida, o tal vez o cinco horas adicionales.
Aramí. La mitad de la jornada laboral.
MAH. Duplica el tiempo.
JCC. Y eso tiene una serie de efectos prácticos. Nosotros tenemos dos niñas de tres y cuatro años, mi familia y el tiempo que yo paso con mis hijas diariamente es temprano por la mañana o al volver del trabajo a las siete, les hago la cena, estoy con ellas, juego, les pongo a dormir, que se yo. Una madre o un padre que añade todas esas horas significa que sale de su casa a las cuatro de la mañana y vuelve a su casa a las diez o las nueve de la noche, en la práctica significa que su vida familiar básicamente no existe y la otra cosa es que cualquier posibilidad de que esa persona siga estudiando, se ponga a pensar en un emprendimiento propio, en un negocio, en una idea, se desvanece como humo, no hay posibilidad de que eso exista.
Entonces, en ese sentido, el transporte público de calidad es clave. Como nosotros en el área metropolitana, de Asunción, y en el Paraguay en general no tenemos trasporte público de calidad hemos todos, y me incluyo, tratado de resolvernos la vida individualmente, eso implica que hoy la flota de auto vehículos en el Paraguay es barata, son autos usados que es lo que la gente puede comprar con mucho sacrificio y con mucho costo y eso tiene, otra vez, una serie de problemas. ¿Cuál es el efecto total de esto sobre la sociedad? Como sociedad, la capacidad de producir innovación, riqueza, niños bien criados, etc. se reduce significativamente porque estamos quemando esto en unos niveles de ineficiencia que son brutales y a nivel de individuo la posibilidad de que la gente prospere y mejore su condición de vida se reduce dramáticamente, es un problema muy grave, yo creo que esa es una de las cuestiones fundamentales que tiene la gente y que todos tenemos que entender como sociedad es que hay ciertos problemas colectivos comunes, como la movilidad urbana, en los cuales no es posible pensar que uno tenga una respuesta individual.
Hay otra forma de describir a la sociedad paraguaya y es que ésta es una sociedad que constantemente construye, renuncia a construir nada colectivo y dice: yo voy a tener mi auto, Ande no funciona, voy a tener mi generador, me cortan el agua, voy a tener mi pozo, eso no tiene salida, no es una solución.
MAH. Quiero adelantarme un poco. El Mopc anunció que cambiaría totalmente el proyecto Metrobús por una vía de seis carriles, incluso el artículo decía que del Metrobús no quedará ni el nombre ¿Qué opina al respecto?
JCC. Me preocupa mucho. He escrito un artículo al respecto*.Me produce una preocupación muy grande el tema del Metrobús por varios motivos, voy a señalar algunas de las cosas que dice ese artículo. El primer motivo de preocupación es que el proyecto Metrobús siempre se concibió en el marco de otros proyectos, por ejemplo el de las oficinas de Gobierno que se están construyendo en el puerto y que de alguna manera pretende concentrar casi todos los ministerios en ese único punto; y el correlato infraestructural, o una de las patas del correlato infraestructural, de poder tener a todos esos funcionarios juntos en ese mismo lugar era que tenía que haber un sistema troncal de transporte público de alta eficiencia, de alta capacidad como un metrobús para que la gente pueda llegar. Ahora lo estamos construyendo y abandonando el metrobús y no sé qué vamos a poner en su lugar.
Aramí. Tiene que haber un barrio que sea estacionamiento entonces, si no...
MAH. ¿Pero qué opina sobre el proyecto de seis vías?
JCC. Yo soy vecino de la ciudad de Fernando de la Mora, creo que el proyecto Metrobús tuvo muchos problemas en su ejecución, fue un proyecto que se ejecutó mal, creo que la empresa, yo desconozco los detalles finos del contrato y todo eso pero vi, como ciudadano común que pasaba por al lado de la calle, que la obra tuvo accidentes, que ómnibus se han caído en la zanja, vi que hubo descoordinación porque al mismo tiempo se está haciendo la obra de cloaca en mi ciudad y el Metrobús asfalta y la cloaca rompe y la cloaca asfalta y el Metrobús rompe, hubo una serie de problemas graves y también afectó los intereses de los frentistas, y que algunas de esas cosas ni siquiera tienen nada que ver con el Metrobús sino tienen que ver con una expropiación previa impaga que se hizo mucho antes, con la ampliación de la ruta.
Hay toda una serie de problemas en la ejecución. A mí me preocupa profundamente que por esos problemas en la ejecución se abandone el proyecto, yo creo que el proyecto en sí tiene consenso técnico desde diversos autores. Las primeras personas o el primer informe técnico que hablaba de un corredor del metrobús uniendo San Lorenzo con el centro de Asunción es un informe de la Jica, de la Cooperación japonesa si mal no recuerdo es del año 1984; y todos los estudios posteriores siempre confirmaron que el corredor Mariscal Estigarribia-centro de Asunción es el de mayor tránsito en el área metropolitana, seguramente la ciudad cambió en 30 años; fundamentalmente, el futuro de esta ciudad pasa porque estos corredores metropolitanos, y hoy no solo Mariscal Estigarribia, están el acceso sur, la avenida Artigas, etc. son corredores de movilidad de alta eficiencia y nosotros no tenemos ni la densidad poblacional, ni somos la cantidad de gente de Manhattan. En general, los números de área metropolitana de Asunción no condicen con, por ejemplo, un metro.
MAH. Usted se refiere a un subterráneo.
JCC. Sí señor. En general los números de una ciudad como Asunción o como Curitiba no dan en términos de pasajeros, en termino de volumen de negocio para pagar un sistema como el metro como tendrá San Pablo, o Buenos Aires. Entonces la opción adoptada por las ciudades intermedias, y muy exitosamente, como Curitiba es el metrobús. Es un sistema de BRT, Bus Rapid Transit o sea de ómnibus en carril exclusivo con tiquetado independiente, ¡qué sé yo! toda esa historia; y eso es básicamente un consenso, digamos, Me atrevería a decir que no hay una sola autoridad técnica que haya puesto en entredicho que como alternativa técnica esa es la mejor. A mí lo que me asusta es que estamos confundiendo una ejecución mala con un proyecto malo, una ejecución mala tiene que llevar a las medidas que hagan falta, si hay que romper contrato con la empresa, si incumplió hay que multar a quien sea, hay que pagar a los frentistas lo que se le debía desde hace 30 años y darle compensaciones porque se va a cerrar la ruta, hay que hacer lo que tenga que hacerse correctamente, pero a mí y creo que a nadie de la sociedad le han dado una prueba de que el proyecto en sí como concepto esté mal y me preocupa mucho que no seamos capaces de distinguir una cosa de la otra.
MAH. Pero hay otra cosa que le quiero decir respecto del metrobús. Su esencia es disminuir la excesiva cantidad de ómnibus que tenemos haciendo el carril exclusivo y que los ómnibus sirvan para alimentarlo y eso que refirió en relación a que no haya un solo metrobús sino tres o cuatro para poder completar el servicio y con una cantidad mucho menor de ómnibus se puede ofrecer un servicio mucho más eficiente.
JCC. Es correcto.
MAH. Y por otro lado, hacer que la gente se apodere de un sistema práctico y disminuya eso a lo cual hizo referencia, al hecho que la gente busca una solución individual, personal, al problema comprando un vehículo, sea coche, moto o lo que fuere, y realmente lo que hace es ampliar el problema. Eso para mí también es fundamental en el tema del metrobús.
JCC. Sí, sí.
Aramí. ¿Usted cree que ese fue el error más grave en la ejecución, que la capacidad de implementación fue el motivo principal?
JCC. Voy a hacer un disc cleaner (limpiar el disco) como se dice. Yo no soy especialista en transporte, soy un experto en diseño urbano, ese es mi título. Yo estudio infraestructura en general como vector de cambio, me interesa estudiar por ejemplo cómo se construyó la represa en el lago de Yacyretá y cómo cambiaron todas las ciudades del lado argentino y paraguayo en función a eso, ese es el tipo de cosas que me interesa y me apasiona. Eventualmente le diría, le puedo pasar el número de verdaderos expertos en movilidad, aunque sí le puedo dar mi opinión de ciudadano de Fernando de la Mora y mi artículo, eso ya es público*. Yo creo que ahí hubo principalmente problemas a nivel de ejecución y me permito decir una cosa, también es una reflexión general. El Metrobús nos enfrentó a carencias sistemáticas que tenemos en el Paraguay. Por ejemplo, en este país, sin hacer una afirmación taxativa, quiero ser responsable, hay problemas con los catastros de servicios. Si yo me voy a Essap y le pido el plano actualizado de las redes de agua y cloaca no lo tiene y es información muy precaria, lo mismo vale para el tema de la energía eléctrica, para catastro urbano y para cualquier cosa.
MAH. Lo que pasa es que también el servicio de agua en gran parte de la Gran Asunción es privado.
JCC. Estamos de acuerdo, pero el tramo en el que estábamos somos cien por ciento Essap, o sea Fernando, San Lorenzo.
Aramí. El sector del metrobús.
JCC. Totalmente. Lo que digo es que, insisto, como nosotros vivimos diciendo que el problema del Paraguay es que es un país chico y pobre, no nos ponemos a ver que en realidad lo que somos es un país muy desordenado, muy mal organizado, con bases de datos muy malas que no permiten hacer políticas públicas correctas.
MAH. El hecho de que el ministerio ofrezca de pronto una solución como la de los seis carriles, que de ninguna manera es una solución, nos indica incapacidad…
JCC. En función de la opción del trasporte público está demostrado que un carril de ese sector mueve mucha más gente con mucha mejor calidad y menos impacto ambiental que seis carriles de coches, o sea, yo me mantengo en esa posición. Con mucho respeto disiento completamente con el señor ministro; pero más allá de que él tenga una posición con respecto a eso y yo tenga otra, creo que lo que es importante destacar es que sea cual fuere el proyecto que se haga nos vamos a topetar con los mismos problemas. Suponga que decimos que vamos a dejar el Metrobús, tiramos todo a la basura y viene el proyecto de los teleféricos, igual no hay catastro, igual no hay información, igual los gobiernos municipales no tienen gente capacitada.
Quiero ser lo más preciso posible. El tren de cercanías es un proyecto que conozco, ya he visto varias interacciones, ya vi un poco el material y me parece muy acertado el proyecto que une Ypacaraí, Luque con el centro de Asunción siguiendo las trazas de la vía antigua del tren y usa una tecnología de trenes ligeros o trenes livianos; es una máquina que más bien parece un tranvía -en los moldes del tranvía urbano de Barcelona- y esa misma máquina puede andar, digamos, despacito en áreas urbanas, como a 30-35 kilómetros por hora y cuando está un poco fuera de la ciudad puede acelerar a 60, una cosa así, son máquinas muy eficientes. Y ese proyecto me parece súper razonable. El que no me parece razonable y resaltando que no soy experto en transporte pero que por todo lo que conozco y sé no estamos ni en los umbrales de capacidad de pagar, es un tren elevado. Casi no conozco ningún proyecto de tren elevado en el mundo que haya sido un éxito y conozco muchos proyectos, sí, que están citados en el artículo, como de funiculares urbanos de transporte público. Pero en realidad se usan en lugares con topografías muy accidentadas como Bolivia, Colombia, el propio Brasil, en Río de Janeiro. Uno tiene una comunidad en una ladera muy inclinada y tiene que conectarla con el centro de la ciudad y tiene sentido hacer un funicular urbano, en el caso de Asunción yo no veo dónde. El otro día hablábamos de eso con unos amigos y yo les decía que el único lugar donde yo me imagino un funicular, es una broma pero es en serio, es entre Altos y San Bernardino, pero con fines turísticos, no con fines de movilización masiva, o por decir otro disparate, entre Itá Pytã Punta y Clorinda, pero también insisto, mucho más como una solución turística de integración entre los pueblos hermanos y los países y no como una solución masiva de transporte público: Los únicos lugares del mundo que yo conozco que se usa teleférico como transporte público es cuando la topografía es súper dramática, que no es nuestro caso.
La quinta característica que tenemos, la de un país con una economía creciente que tiene necesidad de diversificación. Como decíamos, al Paraguay, y con justicia, se le presenta internacionalmente como un país rico, próspero, y ese crecimiento ha sido históricamente muy fuertemente dependiente de commodities y esa es la historia de todo este país. Lo que hablábamos hace rato, ha habido ciclos que fueron del tanino, de la yerba mate, del algodón, el ganado estuvo siempre presente, en este momento es la soja y ahora estamos viendo las vulnerabilidades de una caída en la cotización. Los diarios mencionaban que entrarían mil millones de dólares menos debido al cambio de cotización de este año. Yo siempre hago la siguiente resalva, creo que no hay ningún problema en ser un país productor de alimentos o de energía limpia, eso está bien, creo que el Paraguay por sus condiciones climáticas y de territorio, una de sus vocaciones naturales es ser un país que produce commodities, pero sí quiero remarcar que es muy peligroso imaginarse el futuro como una acentuación lineal del presente.
Si hoy el país es rico porque vende soja y lo único que se nos ocurre para el futuro es vender más soja vamos a estar en problemas, algunos que pueden ser externos como que caiga la cotización externa de la soja, etc. y otros necesariamente van a ser internos y es que para poder seguir creciendo vamos a tener que seguir desmontando, vamos a tener que seguir expulsando a comunidades indígenas, es decir la generación de una serie de conflictos sociales, ambientales que nos dejan embretados. Pero si queremos empezar a pensar en nuestro futuro, sin angustia o con menos angustia, con menos conflicto, tenemos que ser capaces de imaginar un futuro en el cual una parte cada vez más relevante de nuestra economía no dependa pura y exclusivamente de la producción primaria y en ese sentido rescatamos la necesidad de la diversificación de la economía; y ahí las ciudades y la economía creativa son una cuestión muy importante por todo lo que veníamos hablando, que las ciudades proveen o nos dan el derecho a la convivencia con el diferente derecho a equipamiento educativo, y eso incrementa el número de personas que tienen grado universitario, que tienen posgrado, que tienen patentes, que abren negocios y eso fomenta y crea riqueza de otra manera que no sea puramente produciendo o exportando productos primarios que es lo que hacemos ahora. Lo primero que tenemos como desafío urbano concretamente es que nuestro patrón urbano predominante es expansivo y en baja densidad.
MAH. Sobre ese tema quiero hacerle una pregunta. En la segunda mitad del siglo XX el crecimiento de Asunción y el área metropolitana se llevó a cabo sin ningún proyecto urbano; como consecuencia, al ser loteadas las propiedades rurales, porque era prácticamente semi rural toda el área metropolitana, se robaron plazas y calles convirtiendo el trazado en un verdadero laberinto. ¿Qué propone como solución a este hecho?
JCC. Su punto tiene varias facetas, en la primera hay una discusión de justicia, reparación y derecho, esa es una dimensión de la discusión.
MAH. La ley establece que las calles son públicas, que no se pueden vender, alquilar, donar, nada de nada.
JCC. Y también establece la imprescriptibilidad, se puede reclamar. Estoy totalmente de acuerdo con usted de que hay una dimensión de esa discusión que es simplemente que las autoridades en el ejercicio de sus funciones sean municipales, de contraloría o lo que sea, o Estado nacional o Dirección general de catastro se pongan a recuperar estos bienes.
Han habido microcasos casi anecdóticos: una calle que se abrió cerca de Santísima Trinidad, de cien metros o algo así. Al día de hoy hay muchas seccionales coloradas que siguen ocupando plazas, yo diría que uno de los gestos de buena voluntad del partido Colorado hacia la sociedad paraguaya es devolver esas plazas.
MAH. Usted es muy generoso.
JCC. Estas dinámicas son muy fuertes, como son dinámicas tienen ideas.
MAH. ¿Y las calles? Asunción y la Gran Asunción están llenas de calles robadas y de medias calles usurpadas.
JCC. Estoy de acuerdo con usted pero hay dos problemas diferentes ahí y quiero tratar de separar porque son dos dimensiones diferentes de un problema cuyo resultado final es la forma urbana en que vemos. Una, usted explico y dijo que la ciudad se hizo sin proyecto y yo me permitiría una pequeña precisión; se hizo sin un proyecto general, entonces la descripción del proceso real que ocurrió es que probablemente cada propietario individual con algún agrimensor hizo el ejercicio de tratar de sacar la mayor cantidad de lotes posibles.
MAH. Por lo que tengo entendido, la única ley que existía era la de loteamientos la cual establece que un porcentaje, a partir de determinada dimensión, tenía que quedar para espacio público y aparte las calles. Entonces que pasó: las autoridades, para sí mismas (y también militares, policías, seccionaleros) primeramente se apoderaron de los espacios públicos, cuando terminaron con ello comenzaron a apoderarse de las calles con lo que finalmente convirtieron a la ciudad en un laberinto o sea toda Asunción y la Gran Asunción porque eso ocurre en toda la Gran Asunción.
JCC. Por eso, si me permite. Seguro que lo que usted dice ocurrió pero también lo que yo quiero resaltar, porque la conversación que estamos teniendo de vuelta es si todos los problemas del Paraguay se resumen en corrupción o no, es un poco la dinámica que tenemos en este momento. Lo que digo es sí, corrupción ha tenido, ha producido su impacto negativo, todo eso que usted dice es cierto pero adicionalmente hay una discusión que es técnica aparte de la discusión de la corrupción y yo hago este esfuerzo de remarcar las dos dimensiones de la discusión porque ante la corrupción yo como experto urbanista no puedo hacer mucho, puedo irme a las calles como un ciudadano a participar de un movimiento de escrache o puedo buscar documentos históricos que indique que se hizo un loteamiento y fulano o mengano se quedó con esa propiedad pública, eso puedo hacer como especialista pero no puedo actuar como juez o fiscal, aunque sí puedo señalar los problemas técnicos que hubo y si usted me permite me voy a concentrar en este lado.
Usted decía, y yo quiero decir porque es un discurso predominante, que es importante dar una pequeña precisión. El discurso predominante es que se hace sin planificación, la contrapropuesta que hago es se hizo sin una planificación general.
Digamos que un propietario tenía, como usted dice, su quinta, su terreno rural o periurbano y va y lotea, parcela el suelo y vende por lote, ese ejercicio real normalmente lo hacia ese señor con algún agrimensor como mucho, raramente un arquitecto porque arquitectos en el Paraguay hay a partir de los sesenta y algo; o sea, una de las cosas que siempre digo, los diseñadores urbanos más potentes del Paraguay son los agrimensores, o sea son los ingenieros, los topógrafos agrimensores que hacen proyectos así como los arquitectos de las caricaturas “arquitecto dame la fachadita”, así es “fulano, acá esta la estancia del tío, la quinta de don fulano, ‘sacámena’ un poco la mayor cantidad de lotes posible”, ese es el nivel de discusión y el problema es que en la autoridad municipal que tiene la potestad legal de aprobar o rechazar ese proyecto de urbanización no hay directrices generales que seguir para el plan de la ciudad; esta tierra sí se puede lotear, esta tierra no se puede lotear porque está en un humedal, en una reserva ambiental o es un cerro, o que esa autoridad diga “mire, está bien su proyecto pero esta calle me va a tener que poner acá porque la otra calle viene acá” y tenemos que garantizar la continuidad de las calles; y esa es una discusión en la que tiene que haber un actor en el poder público que converse con el agrimensor, con el arquitecto urbanista o el ingeniero, verdad, en el desarrollo inmobiliario de esa pieza, y eso tampoco existió. Quiero destacar porque no existió en el pasado y tampoco casi existe ahora.
MAH. Yo he notado que el centro de Asunción hasta la calle Perú está cuadriculado y todas, o casi todas, las calles son de una mano hasta, incluso, pasando unas cuadras Perú o sea hasta la Asunción de 1940 más o menos. Y a partir de ahí comienza el desastre, lo que quiere decir que hasta ese momento existió un plan de desarrollo o algún plan, algo existió y por eso es que toda esa zona está toda bien hecha.
JCC. Sí, por citar un caso, barrio Obrero es un barrio planificado…
MAH. Es de la década del treinta.
JCC. Por eso es un ejemplo, digamos; pero lo que yo planteo o lo que planteamos acá es que las fuerzas que se pusieron en movimiento son otras porque también…
MAH. Eso que usted señala es posterior al cuarenta.
JCC. Es posterior, porque en esa ciudad de los treinta y cuarenta que usted dice, tecnológicamente el tren, el tranvía, eran muy importantes, moverse en la ciudad tenía cierta escala. A fines de los cincuenta y sesenta, el modelo de movilidad ya cambia, pasa a ser el transporte individual o colectivo, en camión, en bus, en microómnibus, eso se combina con una cuestión muy agresiva, el problema fundamental de nuestra ley actual de loteamientos es que permite colocar en venta suelo que no tiene ninguna infraestructura, entonces usted puede, desde que deje las calles y ceda las plazas, a veces ni eso, como usted dice, pero en las reglas de la ley si hace el proyecto todo correctito conforme a la ley, se aprueba el proyecto, cede al poder público, a la municipalidad, las calles, las plazas y el espacio de escuelas e hizo todo respecto a la ley pero no tiene que poner empedrado, no tiene que poner agua, no tiene que poner cloaca, no tiene que poner luz, usted no tiene que poner nada y la realidad práctica eso es en Paraguay y en los barrios metropolitanos la gente compra su terreno, lo paga en cuotas, construye su casa por parte y después construye su barrio entero, se pasa la vida entera de comisión vecinal en comisión vecinal haciendo pollada proempedrado, procloaca, procapilla, proescuela, protodo.
MAH. Ha ocurrido incluso que en alguna ocasión se ha diseñado bien pero después, sobre el diseño las autoridades han dicho “pero para qué queremos una avenida acá si con una calle ya es suficiente”, caso de la avenida De la Victoria, por ejemplo y entonces hicieron la calle nomás pero no la doble avenida y ese espacio fue invadido por los propietarios que avanzaron y se convirtió en lo que es hoy. Y tanto es así que cuando Evhany intentó construir la doble avenida, hizo dos cuadras y después tuvo que mantener como estaba, lo mismo ocurrió en Lambaré, sobre la avenida Cacique Lambaré, exactamente igual, el mismo fenómeno. Y en esos casos se había planificado y no se cumplió.
JCC. Está bien, pero insisto, eso sería de vuelta fundamentalmente la cuestión: corrupción, mala gestión, incapacidad de gestión, incapacidad de implementación.
MAH. Y mala visión también, total, para qué queremos.
JCC. Ahí usted me da la razón, justamente por eso digo que hay que cambiar la mirada de un país urbano y próspero.
La reflexión, ¡claro!, y decir eso. Este modelo que está establecido o permitido por la ley de loteamiento que permite lotear cualquier cosa, humedales, arroyos, y también hay incumplimiento de reglas porque hay una ley de aguas que dice que debemos preservar márgenes de los arroyos que no se cumple. Pero más allá de eso, la ley permite vender lotes que no tienen infraestructura y eso indica que la gente va a tener que pasarse la vida construyendo, no solo su casa sino su barrio y esa es la realidad metropolitana predominante.
¿Cuál es el problema de esto? Dos. Uno, que por un lado la gente más pobre de la sociedad tiene que pagar una parte enorme de esos costos porque en general los municipios no consiguen pagar nada, el municipio de Capiatá, el municipio de J. Augusto Saldívar no tienen capacidad de empedrar una calle, a menos que haya una comisión o que venga un ente binacional a pagarle eso; y por otro lado, complementando, es que es muy difícil atraer capital, negocio y esfuerzo a lugares como por ejemplo el centro histórico de Asunción, ¿porqué? porque es demasiado barato, demasiado fácil y no tiene demasiado riesgo o es poco riesgo comprar una propiedad periurbana, lotear casi como uno quiere, casi sin ningún interlocutor con quien discutir y poner eso en venta. Es un negocio bueno, de bajísimo riesgo, de bajísimo esfuerzo, entonces estamos perdiendo capitales y energía que podrían reinvertirse en lugares como el centro histórico, o sea, es tan bueno el negocio que es muy difícil competir con eso. Para el privado que es el capitalista es muy bueno el negocio y para el ciudadano de clase media o media baja que paga eso es muy difícil. La persona que trabaja en su casa, en el servicio doméstico, que usted me decía, viene de Itauguá y vivirá en un loteamiento inmobiliario equis pagando 80 a 100 mil por mes de cuotas a 20 años, como la mayor parte de la gente, y ese es un problema, un problema ambiental, un problema económico y también es un problema social. En el marco del proceso de reparto de costo y beneficio de la urbanización es un proceso injusto, le carga la cuenta a la gente más pobre y permite mucha capitalización con poco esfuerzo a la gente que ya tiene, es una cuestión que hay que discutir.
Aramí. Arquitecto, lo que usted está diciendo acá, es lo que expuso sobre el patrón urbano.
JCC. De baja densidad, el patrón predominante de baja densidad.
Aramí. O sea, que la gente se va a vivir a lugares donde hay poca infraestructura, que no tiene acceso a salud, a servicios de transporte, que tiene que caminar tres kilómetros para llegar al colectivo.
JCC. Digamos, la mayor parte de la gente común. A mí me gusta mucho siempre tratar de recordar cómo opera la gente; la gente común forma familia, piensa comprarse un departamento en cuotas en el centro para vivir cerca de su trabajo o un lote en donde el diablo perdió un poncho a cuotas, en general termina comprando un lote lejísimo y soporta estas cuatro horas viajando como si fuera que no hay otra forma de vivir en el mundo, por supuesto que hay otras formas de vivir en el mundo.
MAH. Si tuviéramos solucionado el tema del trasporte sería mucho menos grave.
JCC. Por un lado si pero por otro lado yo insisto en esto, si fuera más exigente el proceso de vender suelo, si para venderlo uno tuviese que hacerlo con cloaca, agua, empedrado, etc. pasarían muchas cosas; primero, la gente no lotearía a la loca, porque hoy lotear es poner cuatro palitos en cada esquina y listo; segundo, los terrenos costarían más y la gente automáticamente ya no pondría lotes en venta, pondría departamentos, casitas menores, dúplex, etc.; y tercero, muchos capitales que hoy van hacia el negocio del loteamiento, o sea, es muy simpático también, en el Paraguay cuando hablamos del negocio inmobiliario casi el 90 por ciento es lotear, negocio inmobiliario no significa negocio del loteo, el negocio del loteo es una de las muchas dimensiones del negocio inmobiliario. Hacer departamentos de clase media, dúplex, casas de alquiler, todo forma parte del negocio inmobiliario, lo que pasa es que el negocio del loteo es tan bueno, es tan simple, requiere tan poco riesgo y da tanto beneficio que es demasiado fácil, es prácticamente imposible competir con eso.
MAH. Incluso, muchas veces es una forma de estafa porque la gente a veces se atrasa en el pago y termina perdiendo lo que invirtió, y le quitan de vuelta el lote.
JCC. Si, el siguiente punto que tenemos es esta cuestión del déficit cualitativo y el déficit urbano que tiene que ver con lo que acabamos de hablar. En el Paraguay, como les decía, venimos hablando muchísimo del déficit cuantitativo, es decir cuántas casas nos faltan, ese es el déficit cuantitativo, y un poco, en ciertos círculos técnicos, se habla del déficit cualitativo que refiere a las condiciones que tiene que tener una vivienda para ser digna. Cuando uno ve la definición de déficit cualitativo desde la Dirección de censo, algunos de los elementos de esa definición de déficit cualitativo son realmente inherentes a la casa, por ejemplo precariedad de materiales, hacinamiento, etc., esas son condiciones de la casa, no cuantitativas sino cualitativas. Yo puedo tener mi casa pero cualitativamente es horrible porque están entre seis niños en una pieza, no tenemos baño, los materiales son todos horribles, etc., esa es una dimensión de la discusión.
Al mismo tiempo, hoy en el Paraguay calificamos como déficit cualitativo el no tener acceso a redes de agua, a redes de cloacas, etc. y nuestro argumento es que en realidad deberíamos estar hablando de un déficit urbanístico, esos no son déficits cualitativos de la vivienda, eso es un déficit urbanístico que se relaciona con la condición previa que dijimos. Como permitimos construir una ciudad que no tiene infraestructura después vivimos en una ciudad a medias y lo más simpático de todo es que el modo preopinante que estamos haciendo ciudad es carísimo porque ponemos las casas, hacemos el empedrado, después nos damos cuenta de que no tuvimos cloaca, rompemos todo el empedrado y ponemos la cloaca, después nos dimos cuenta que el caño de agua había sido que ya no alcanza, rompemos de vuelta y volvemos a hacer, después tenemos que cambiar todos los postes porque hay que poner un transformador y rompemos todo de nuevo, o sea, como vivimos presos de esa mentalidad de que somos pobres, de que somos chicos, así nomás vamos a hacer las cosas y que tenemos que ahorrar, terminamos gastando fortunas. Es decir, mi argumento es que el efecto acumulado de dicha economía de “vamos a hacer así nomás rápido”-porque, como usted decía, “para qué pikó lo que tanto si nosotros somos luego chiquitos y no importa, vamos a hacer así nomás total no necesitamos luego nada”-de esa ineficiencia, son fortunas. Nosotros que nos describimos como pobres quemamos plata como si fuéramos ricos. Yo creo que es importante que empecemos a decir Paraguay es un país urbano y hay que decir eso sin vergüencita digamos, sin sentirse acomplejados, también en el foro público, así como se habla del déficit de vivienda hay que hablar del déficit urbanístico y los déficit urbanísticos son fundamentalmente eso, que hay gente que tiene casa propia inclusive, a veces una buena casa pero sigue siendo muy penalizada en términos de acceso a servicios, distancias, tiempo de transporte, etc.
El tercero es la cuestión de la capacidad de implementación en el sector público. En el discurso, en la narrativa pública, en cómo nosotros hablamos del Paraguay, siempre decimos “Paraguay, país pobre, no tenemos acceso a la plata, no tenemos acceso a créditos, tal y cual”, yo le diría, y casi le pido como un experimento social si usted quiere, que vaya y hable con gente de los organismos multilaterales de crédito y los donantes y en general el problema del Paraguay no es no tener acceso a líneas de crédito o no tener capital o no tener impuestos. Hay muchas cosas que se tienen que mejorar en ese aspecto también, pero nuestro principal problema es la capacidad de desarrollo y de implementación de proyectos buenos y esos son procesos largos que requieren un compromiso de políticas públicas.
Voy a hablar de una cosa positiva. Hicimos hace poco un estudio y hemos visto el impacto positivo, por ejemplo de Becal, en la cantidad de gente que estudió cursos de posgrado o maestrías en urbanismo, o en relación, en los últimos tres o cuatro años, creo que es lo que tiene el programa Becal y el impacto es muy positivo, pero también le puedo decir que escarbamos debajo de las piedras y es una comunidad pequeña, uno conoce personalmente a mucha gente que está en esto, también mandamos cartas a las empresas, a las instituciones públicas, buscamos muchísimo, consultamos a las instituciones que dan becas y todo para ver cuál es el pool de capital humano que hay, por ejemplo urbanismo en el Paraguay hoy en día, y creo que somos menos de 40 personas con maestría o doctorado.
MAH. ¿En urbanismo?
JCC. En el área de urbanismo en un sentido amplio e hicimos el cálculo mínimo de necesidades que tendría que tener un país como el Paraguay, cuántos técnicos hacen falta en las universidades públicas, las tres grandes áreas metropolitanas que tenemos: Asunción, Encarnación y Ciudad del Este, a lo mejor en el Chaco central y en las gobernaciones y para trabajar en los municipios y si los municipios pequeños no pueden pagar una o dos personas con este perfil, asociaciones de municipios por ejemplo, cada cinco o seis municipios que tengan unos profesionales que trabajen con ellos, y uno, haciendo ese cálculo conservador, necesita como 350 a 400 profesionales y hay 35 o 40.
Aramí. El 10 por ciento
JCC. Hay como el 10 por ciento y tenemos el 10 por ciento, o sea, mi punto es aplausos por Becal, hay que aplaudir de pie un proyecto de política pública que promueva la formación pero hay que entender que la escala de nuestra necesidad es mucho más grande y eso seguramente pasa por mandar más gente afuera, seguramente pasa por empezar a generar posgrados locales, tiene que haber maestrías, doctorados, así como en algún momento se creó la facultad de grado tiene que haber programa de posgrado permanente, pero mi interés, como les decía, como no soy fiscal o abogado, yo sobre el fenómeno de corrupción que mucho nos aqueja solamente puedo operar como ciudadano, como técnico sí le puedo decir que hay una dimensión técnica de esta cuestión; el agrimensor hace diseño urbano en el área metropolitana no un urbanista y también hay una cuestión que hay que reconocer, que necesitamos formar cuadros técnicos capaces tanto en empresas privadas, en la academia y en el sector público.
Siendo totalmente honesto, y también tratando de ser justo, ha mejorado mucho en los últimos cinco a diez años, hay un montón de profesionales jóvenes que han entrado por concurso, gente que se formó, pero la necesidad es mucho más grande en este momento. Yo casi le cambiaría el foco, el problema central del Paraguay con su macroeconomía y su estabilidad, no es que somos pobres, es que no tenemos la capacidad de ejecutar proyectos complejos porque tenemos muy poca gente formada y en un orden de proporción como el que estamos hablando, de uno a diez. Inclusive hay otro ejemplo que yo conozco ahora. Hay un grupo de ingenieros que fueron enviados a San Pablo por el Mopc y están haciendo ingeniería sanitaria, que es una de las ramas más importantes de la ingeniería para la discusión de la problemática urbana, es drenaje, agua, saneamiento, inclusive gestión de residuos sólidos, toda esa parte es ingeniería sanitaria y casi no tenemos cuadros de esa rama en el Paraguay. Entonces, esto tiene que entrar al foco del debate público, necesitamos invertir recursos en esto, necesitamos dejar de pensar que nuestro problema es que somos pobres y necesitamos dejar de pensar que el único uso digno y decente del dinero público es comprar ladrillo, como hoy está la ley del Fonacide, y yo hablé ya con mucha gente, con muchos amigos muy queridos que estuvieron en la formulación de eso y me explicaban que “lo que pasa es que no se termine contratando gente sin necesidad, para que no se contrate planilleros”; bueno, listo, pero entonces no contraten funcionarios permanentes, usted lo que necesita es tener la capacidad de contratar servicios de proyectos y servicios de fiscalización de obra con firma y responsable técnico y si se cae el techo, alguien pierde su licencia y va preso, o si no, no hay forma de que eso mejore, no hay manera y eso nos pasa a nivel de la escuela que usa fondo del Fonacide en un pequeño municipio del interior o nos pasa a escala nacional con el Metrobús, el problema es el mismo.
Nosotros vivimos obsesionados de nuestra pequeñez y de nuestra pobreza y no nos damos cuenta que lo que nos hace falta es entrenarnos, entonces nuestra conversación está mal situada.
Relacionado con eso viene el fortalecimiento de los gobiernos locales diciendo que desde el 91 nosotros entramos en un periodo muy positivo para los gobiernos locales porque hay elecciones directas, democráticamente, para bien o para mal el pueblo ha elegido quien administra las ciudades, ya no es más como antes, como fue en el periodo de la dictadura que era una imposición unilateral, eso es un fortalecimiento, hubo proyectos urbanos, un crecimiento y una mejora, y sin embargo hay un montón de trabajo que hacer para fortalecer los cuadros técnicos y también la calidad de la información en los municipios; inclusive rescato que el propio intendente de la ciudad de Asunción, hablando a las autoridades decía que tenían que contratar una empresa porque no tenían la capacidad de realizar la actualización de su propio catastro para cobrar impuestos y esa es una función natural de un gobierno municipal, ese fortalecimiento de los gobiernos municipales es crítico.
Y por último, y justamente el último punto es mejor información para mejores políticas públicas. Esa mejora de información es necesaria en todos los niveles. El país ha cambiado muchísimo. Si uno ve, como usted decía, hasta los cuarenta, cincuenta, sesenta era un país, la red urbana del Paraguay era una, fundamentalmente apoyada en el río como medio de la navegación y en la vías del tren, las ciudades más importantes de Paraguay estaban sobre las vías del tren, Asunción-Encarnación o por el río Paraguay, Concepción-Asunción-Pilar, etc. y del sesenta en adelante se reconfigura completamente con el desarrollo de Ciudad del Este, las represas hidroeléctricas, los puentes binacionales, este es un país completamente diferente y sin embargo tenemos carencias tan fundamentales como que el catastro nacional, a pesar de todos los esfuerzos y de las mejoras, sigue sin estar correcto y cerrado, hemos tenido un censo nacional en el 2012 que fue declarado nulo, estoy hablando muy responsablemente porque está publicado en el sitio web de la propia institución; entiendo que el estándar mínimo internacional es 95 por ciento de cobertura para hacer un censo y ellos llegaron a algo así como al 80 o 75 por ciento y finalmente quedó en la nada.
Eso también es otra cosa muy curiosa. Fíjese usted que nosotros vivimos apuntando el dedo, que la corrupción, que el político, que tal y cual pero no entendemos, creo que como sociedad, que hay ciertas condiciones estructurales que si no construimos no vamos a poder hacer nada. Un país que no sabe cuánto mide, que tiene más en escrituras que en territorio físico, que no puede producir una cartografía detallada, fina y ajustada de su realidad hoy y que no sabe cómo está, que no sabe cuánta gente tiene, qué capacidad va a tener de… si ni siquiera sabemos quiénes somos o cómo estamos, ¡qué esperanza tenemos de tratar de administrar algo!, no hay y no importa a quien le pongamos, eso es lo que tenemos que entender. Seguramente liderazgos mejores o peores ayudaran o empeoraran las cosas pero no sé, le podemos traer a Jesús también y ponerle ahí; y si le ponemos a Jesucristo de presidente y el tipo no sabe cuántos son los paraguayos y no hay catastro de las ciudades y no tenemos idea de nada, entonces es muy difícil promover políticas públicas o también es muy difícil que nos encontremos en un foro público todos y nos pongamos a conversar de qué es razonable o qué no es razonable, qué es adecuado y qué no es adecuado, es como que cada uno tira hacia su intuición o su interés.
Aramí. Usted está diciendo que lo que falta es información concreta que ayude a resolver…
JCC. Estoy completamente seguro y le doy, insisto, estos dos ejemplos completos: la cartografía de base del país y la situación de los catastros nacionales.
Aramí. ¿Y eso no se tiene que hacer hoy día con imágenes satelitales?
JCC. Sí, se tiene que hacer y de hecho nosotros también estamos trabajando en eso, pero más allá de la tecnología que sea -estoy totalmente de acuerdo con usted, el sistema de información geográfica, imágenes de satélites, drones, por ahí es el tema seguro- lo que resalto es que estamos en un país que en el siglo 21 tiene más territorio en escrituras que territorio físico que existe y hace veinte, treinta años que estamos discutiendo eso y parece que fuese un problema irresoluble, técnicamente yo le garantizo que no es un problema irresoluble, se tiene que resolver ese problema.
MAH. Pero es igual que el problema de las calles robadas, tiene que existir la decisión política de solucionar.
JCC. Politico-técnica, y para mí, en mi modesta opinión, tiene que haber una conciencia muy fuerte también porque cuando uno habla de estas cosas con el ciudadano común, ese pobre ciudadano común que ya trabaja ocho horas y se sube cuatro horas al ómnibus ya no tiene cabeza para pensar en otra cosa. Pero hay que entender que hay cierto umbral de problemas que nunca vamos a poder resolver si no tenemos un censo actualizado, si no sabemos cuánto mide el país, si no sabemos cuánto mide la ciudad, si no somos capaces de tener esas cosas no vamos a tener la capacidad de discutir razonablemente qué está bien hacer o qué es sensato o qué no es sensato hacer.
MAH. Una última pregunta. En el número 434 de Mandu’a, del pasado, hemos publicado un comunicado sobre el puente de Chaco’i y usted como coordinador del Cidi es uno de sus firmantes y quiero saber qué otra opción viable sugiere al puente.
JCC. Voy a tratar de ser lo más general y amplio posible. A mí, en general, lo que me interesa es cómo las infraestructuras afectan el desarrollo del territorio, ese es un interés amplio, no es que me interesa este puente en particular y hay dinámicas que son conocidas, le voy a dar un ejemplo. Hay ejemplos históricos, internacionales y locales. Cuando el Estado nacional invierte mucho dinero en una avenida, en una calle, construye un puente o lo que sea, las propiedades cercanas se valorizan sin contribución o sin trabajo de parte del propietario, ese fenómeno se llama plusvalía porque usted compró un terreno baldío y le hace muralla, le hace vereda, paga la conexión a la luz y su terreno se valoriza, y vende su terreno por mejor precio porque invirtió su tiempo, su trabajo y su dinero y obtiene sus utilidades como corresponde ¿verdad?. Pero hay otro fenómeno diferente que es cuando el Estado nacional, en la búsqueda de sus intereses hace una carretera, un puente, o lo que sea, pone una universidad al lado, indirectamente produce un efecto sobre el valor del suelo cercano y muchas veces ese efecto sobre el valor del suelo es positivo, como poner un asfaltado en frente es positivo. Voy a dar un ejemplo casi de caricatura pero para entendernos: si le pongo un vertedero, un relleno sanitario cerca, el precio va a caer y yo creo que sería justo que un propietario venga a pedir una compensación por pérdida de valor si es que en búsqueda del interés común hace falta poner un vertedero o un relleno sanitario cerca de la propiedad de alguien y le afecta negativamente, creo que todos nosotros que producimos basura tenemos que hacernos cargo y le tendríamos que compensar justamente a ese señor. Del mismo modo me parece que es justo y razonable que si la propiedad de algún propietario se beneficia desproporcionalmente de una inversión pública de enorme magnitud como esta, me parece que sería lógico que esa persona, personas o actores que se benefician devuelvan parte de la plusvalía que reciben. Esa es una discusión que en el Paraguay casi no existe y que tendría que haber para este caso y para muchos otros casos.
MAH. Permítame. Cuántas veces una ruta no puede comenzar o no puede terminarse porque hay terrenos que no fueron expropiados y se genera una gran discusión con el propietario. Sin embargo, al construirse esa ruta, el terreno se va a valorizar a lo mejor diez veces pero no existe una ley que contemple esa situación.
JCC. Tomemos el caso del Metrobús como ejemplo. El proyecto está financiado con un crédito internacional, se construye y ahora se ha abandonado. Finjamos por un momento que se va a construir. El efecto predecible de construirlo sería que los inmuebles que dan frente a la vía se valorizarían y yo le invito, porque eso es una cosa muy interesante, le invito a que pasee por Fernando, porque hay emprendimientos e inversiones muy grandes que se empezaron a hacer ya frente a las paradas que están todos colgados también, porque eso, igualmente es muy interesante; se habla mucho del efecto negativo sobre los frentistas pero nadie habla del efecto negativo en las personas que apostaron en invertir en relación al proyecto y que ahora están todos colgados, hay inversiones importantes ya hechas, tipo estructuras de hormigón de cinco, seis pisos que la gente estaba haciendo, emprendimientos comerciales de uso mixto, pensando en lo que venía y confiando en el Gobierno pongo esto y esto se está yendo al diablo. Finjamos por un momento que el Metrobús se va a hacer, el proyecto se financia con un crédito internacional, todas estas propiedades del frente se valorizan, si el Estado no tiene un marco legal y una práctica de recuperar parte del incremento del valor vía impuesto, de captura de plusvalía u otro mecanismo, los dos mecanismos clásicos de captura de plusvalía son que el propietario te dé plata -mi propiedad pasó de valer tanto a valer tanto y entonces yo voy a pagar un impuesto por eso-, esa es una forma. La otra que existe es yo doy suelo, yo tengo un terreno grande y viene esta ruta asfaltada que me lo valoriza, entonces yo cedo una parte de mi terreno, una parcela al Estado nacional o municipal en compensación por el incremento del valor.
En casos más urbanos, como el Metrobús, hay ciudades como Barcelona, países como España que a veces no te dan terreno, te dan metros cuadrados construidos o derechos de construcción, pisos para que vos pongas viviendas de interés social o viviendas de clase media, muy bien, independiente del mecanismo, el concepto que yo quiero presentar es el siguiente: si el Estado paraguayo construye -adquiere un crédito digamos de 400 millones de dólares- el Metrobús, todas las obras, todos los terrenos se valorizan, la gente hace su emprendimiento, obtiene estos beneficios, si el Estado no se esfuerza en recuperar parte de eso ¿cómo va a financiar el siguiente corredor? con otro crédito, el único mecanismo.
Entonces, los mecanismos de captura de plusvalía sirven para hacer, para convertir la inversión en infraestructura en un mecanismo de círculo virtuoso, o sea, yo estoy seguro que prestamos 500 millones de dólares, se hace un corredor del Metrobús, se valorizan todos los terrenos, por captura de plusvalía no vamos a recuperar los 500 millones de dólares, no importa, pero que se recuperen 100, que se recuperen 150, eso ayuda a financiar el segundo corredor y eso contribuye a financiar el tercer corredor.
Entonces, en este caso particular del puente, es cierto, el está muy cerca de esta propiedad terminal occidental y es predecible, es esperable que valoricen esos terrenos y sería lo justo y lógico discutir cómo esa empresa debería compensar o contribuir o hacer un mecanismo de captura de plusvalía siendo totalmente justos; por supuesto que no podemos pedir una regla específica para la terminal occidental, deberíamos estar discutiendo un marco general para que eso en general ocurra. Insisto porque o si no, ahora mismo nuestro marco de planificación y pensamiento es como que para cada obra grande que tenemos que hacer tenemos que buscar un crédito, no se nos ocurre que este incremento de valor de suelo, etc., puede generar ya efectos económicos positivos de crecimiento, que si capturamos ya una parte de eso, estamos ayudando ya a financiar la siguiente obra. O sea, bien administrada, bien gestionada, la ciudad, y el territorio, tiene capacidad en sí misma de producir riqueza que ayuda a generar más riqueza, que esta discusión debemos tenerla por este caso del puente. Si se va a construir tendríamos que discutir algún mecanismo de captura de plusvalía o tenemos que discutir algún mecanismo de cofinanciamiento, también puede ser eso, que el dueño del otro lado diga “no, mire, el Estado paraguayo pone 100, yo pongo 300, yo tengo inversores”, está bien, se entiende.
Pero más allá de eso, ahora se habla de un segundo puente con el Brasil en Presidente Franco, se habla de un puente con el Brasil entre Carmelo Peralta y Puerto Murtinho, todos eso lugares van a sufrir el mismo fenómeno que le estoy describiendo, por una infraestructura de escala nacional o a veces de escala internacional como estos puentes binacionales quien circunstancialmente es propietario, el dueño del terreno adyacente va a ver su obra, su terreno valorizado de una forma muy importante sin ningún esfuerzo de su parte, entonces es justo que discutamos qué mecanismo de compensación o captura de plusvalía para que el próximo puente, no tengamos otra vez que pagar de cero o sea integralmente con otro crédito, esa es la cuestión.
Aramí. O sea, usted no se opone al puente en sí, lo que se opone es a esto que está diciendo, este mecanismo de la compensación de plusvalía. O sea usted estaría de acuerdo si es que esto se respeta.
JCC. Yo le digo lo siguiente: hay dos cosas, primero así en general yo no siento que el puente, en el contexto general de las necesidades del área metropolitana, sea una prioridad; si usted me dice por ejemplo, necesitamos 400 millones de dólares para hacer otro corredor del metrobús en Artigas o 400 millones de dólares para hacer un puente que llegue a terminal occidental, yo diría, veamos qué cantidad de plata atiende a más cantidad de gente.
Aramí. Claro, la franja costera es mucho más importante, más imperiosa.
JCC. Por decir un ejemplo. Sin embargo, digamos bueno no, el señor de la terminal occidental es un empresario y un tipo enérgico y está apostando por el país, bueno, súper bien, pero entonces tenemos que discutir que si el Estado nacional va a poner 400 millones de dólares que van a impactar en la valorización de su suelo y de su vecino -porque no es una cuestión personal con este señor, todo el mundo está alrededor de esto-qué mecanismos de captura de plusvalía vamos a tener para que haya un reparto equitativo de costo y beneficio de este proceso de urbanización o decir el Estado nacional le otorga la licencia para que usted construya el puente pero vaya y busque inversionistas, se entiende, hay muchos mecanismos. Lo importante para mí es discutir dos cosas, una qué es prioritario para el área metropolitana de Asunción, cuál es la forma que produce más beneficios para más gente por unidad de dinero, y la segunda es si esto es algo que no es prioritario para la mayoría pero es importante para un actor empresarial muy vigoroso y muy emprendedor ahí tenemos que discutir cómo y quién va a pagar esa cuenta y de qué manera se van a distribuir esos costos para que no terminemos nosotros desviando una masa enorme de recursos públicos en un área metropolitana que tiene muchas carencias para beneficio de poca gente, esa es la cuestión que hay que cuidar y eso es también tema de debate público, esto deberíamos hablar entre muchos. Insisto, no es este caso, yo creo que ahora mismo deberíamos estar discutiendo en debate público qué va a pasar en la tierras alrededor del puente de Presidente Franco, qué va a pasar alrededor de las tierras del puente del Chaco, porque esta dinámica va a pasar allá también y nos va a pasar con el metrobús; entonces la narrativa normal es “ah, estos son los que vienen a poner el palo en la rueda” y no, no es eso, es que si esto se resuelve, insisto, la plata que se inyecta una vez recircula muchas veces, esa es la gran cuestión, si uno consigue volver a capturar parte del dinero invertido en esto que va a elevar el valor del suelo en un fondo de infraestructura que permita hacer otra infraestructura, estamos usando la ciudad como una máquina de generar recursos para la ciudad, que es otra cuestión. Vos hablas con todos los intendentes del Paraguay y todos te declaran que están en quiebra, que no saben de dónde van a sacar plata y la plata se saca de esto, de la valorización de suelo por inversión pública, de cobrar impuestos, de ahí viene, no de otro lado, no hay otra fuente posible.
Juan Carlos Cristaldo Moniz es el primer arquitecto paraguayo en alcanzar un Máster en el Graduate School of Design (GSD, Escuela de Arquitectura, Diseño Urbano, Planificación y Paisajismo), de la prestigiosa Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Su camino se inicia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción (Fada/UNA), de donde egresa como arquitecto en 2004, para luego iniciar una extensa formación en el exterior, en Argentina, Brasil y España. Su aceptación en Harvard se dio a comienzos del 2011, a través de una beca Fulbright.
En los años 2009 y 2010 formó parte del equipo de la Unidad de Proyectos Especiales (UPE), en el Mopc, oficina responsable de la implantación del Proyecto Franja Costera.
Proyectó el “Pabellón de oficinas en Itauguá”, diseñado y construido por su estudio de arquitectura Cristaldo, Silvero, Diarte – CSD, obra que fuera seleccionada como uno de los edificios paraguayos para la Bienal Panamericana de Quito.
En el año2014 formó parte como socio local del estudio Ecosistema Urbano para el desarrollo del Plan del Centro Histórico de Asunción (Plan CHA), hasta su conclusión y entrega a la Secretaría Nacional de Cultura.
Es coordinador del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad de Asunción (Fada/UNA), e investigador principal del Proyecto 60PY14.
Fotos: Mandu’a e internet