Edición N° 402 - Octubre 2016

Joan Clos: “La ciudad se está convirtiendo en un riesgo social”

 

 

Para el director de ONU Hábitat y exalcalde de Barcelona, “los barrios cerrados expresan patologías urbanas”

Joan Clos* es el director ejecutivo de la agencia Hábitat de Naciones Unidas desde 2010. Ha estado en Barcelona el pasado abril, ciudad de la que fue alcalde entre 1997 y 2006 para participar en la conferencia preparatoria de Hábitat III dedicada al espacio público. Organizada por las Naciones Unidas y el Ayuntamiento de Barcelona, la reunión es la penúltima etapa preparatoria para Hábitat III, tercera conferencia  de las Naciones Unidas sobre “Vivienda y desarrollo urbano sostenible” que tendrá lugar en Quito, Ecuador, del 17 al 20 de este mes. En la entrevista evita, por su cargo en Naciones Unidas, hablar de Barcelona, más allá de afirmar que el legado de su planeamiento la sitúa en una situación privilegiada en cuanto a cohesión si se compara con otras urbes.

 

¿Cuáles son los grandes retos de las ciudades? ¿En qué debería basarse la agenda urbana?

- En un triángulo entre tres planificaciones que deben ir juntas: la jurídica y política; la física, el urbanismo; y la económica y financiera, para que la actividad y el empleo de las ciudades no decaiga, que es uno de los retos de la convivencia ciudadana. Hay ciudades perfectamente diseñadas, pero vacías.

 

Usted da mucha importancia a la planificación, al urbanismo.

- La ausencia de planificación puede generar un riesgo incluso estratégico, de seguridad. Lo ves en la cara de amargura de la gente que vive en los suburbios (slums) de Asia, Latinoamérica o Asia, ves la tensión que representa vivir en pésimas condiciones entre la abundancia.

 

En la sesión inaugural alertó de la proliferación de los barrios cerrados.

- Es una fórmula cada vez más frecuente. En Barcelona no hay, pero en Madrid sí, y expresan patologías urbanas. Que la gente se vea condenada a vivir en barrios así es una prueba de la pérdida de calidad urbanística mundial. Una ciudad vallada y de baja densidad no es ciudad. Se convierten en ciudades dormitorio improductivas. El Estado no puede garantizar seguridad a los ciudadanos y se privatiza. Los barrios vallados rompen la estructura urbana transparente, la lógica de la movilidad colectiva, de la calle como espacio de convivencia.

 

¿En qué zonas del mundo se concentran?

-  En todo el mundo. Y no son solo barrios ricos, otras veces se cierran los pobres. Una favela, por ejemplo, donde no entras si no tienes permiso, es otra forma de barrio vallado.

 

Han presentado un informe sobre la pérdida de espacio público. ¿Qué supone?

- En las zonas de crecimiento el espacio público no llega ni al 25 por ciento, muy por debajo de lo que sería conveniente. Se pierde en capacidad urbana de integración, de creatividad, de acoger la diversidad, se hacen barrios más segregados que acaban siendo quemados o generando conflictos sociales. Si lo sumas al incremento de la inmigración estás aumentando el riesgo de explosión social.

 

El estudio muestra que los peores indicadores se dan en las ciudades más ricas y más pobres.

- Sí. Necesitamos sociedades capaces de generar clase media. Este es el gran riesgo: la gente va a la ciudad con esperanza de mejor futuro para ellos y sus hijos, pero las grandes estructuras no están produciendo capacidad de integrarles de forma productiva. Entonces la ciudad se convierte en un riesgo social, la primavera árabe no fue otra cosa que la revolución de la juventud desempleada.

 

El liderazgo de las ciudades y su planeamiento debería ser de los Ayuntamientos. ¿A quién hay que pedir responsabilidades?

- A los Estados, que son quienes facilitan los recursos a los Ayuntamientos. Es fundamental reclamar la responsabilidad del Estado en la calidad urbanística, establecer las reglas de juego. Y si los fondos no lo permiten hay un problema estructural: la gente va a las ciudades independientemente de si hay ayuntamiento: ni lo sabe ni le importa. Además, hay muchos que no tienen recursos y si llega un inversor le dejan hacer**. Las ciudades subsaharianas tienen de media seis dólares por habitante al año (aquí estamos en 1.500), no les podemos pedir que planifiquen, porque no hay ayuntamiento.

 

¿Cómo ve a Barcelona?

- Viendo las ciudades del mundo, a Barcelona la veo extremadamente bien y te das cuenta de la inmensa suerte del legado de nuestros antecesores, que tienen parte del mérito, las bases del urbanismo, el plan Cerdà, cuando no lo tienes te das cuenta de la relevancia para nosotros, la economía y la forma de hacer.

 

 

Fuente

http://elpais.com

(*) Nació en Parets del Vallès, Barcelona, el 29 de junio de 1949. Es doctor en medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Posee una distinguida carrera en el servicio público y la diplomacia. Fue dos veces alcalde de Barcelona, entre 1997 y 2006, después de haber sido concejal de la ciudad entre 1983 y 1987. También fue teniente de alcalde, a cargo de las finanzas y el presupuesto, lo que jugó un papel clave en los preparativos de los Juegos Olímpicos de 1992 en esa ciudad. Fue ministro de Industria, Turismo y Comercio de España y también embajador español en Turquía y Azerbaiyán. Su trabajo como secretario general de ONU-Hábitat consiste en ejecutar y direccionar la Nueva Agenda Urbana (NAU), de la manera más eficiente posible. Recibió varios reconocimientos, incluyendo la medalla de oro del Instituto Real de Arquitectos Británicos en 1999 por la transformación de Barcelona. En el 2002 ganó el Pergamino de ONU-Hábitat, un premio de honor del fomento de la cooperación global entre las autoridades locales y las Naciones Unidas. En el plano internacional, en 1998 fue elegido presidente de Metrópolis, la red internacional de ciudades y dos años más tarde, presidente de la Asociación mundial de ciudades y autoridades locales (Waclac por sus siglas en inglés, World Association of Cities and Local Authorities Coordination). Entre el 2000 y el 2007, se desempeñó como presidente del Comité asesor de las Naciones Unidas de Autoridades locales (Unacla), y entre 1997 y 2003, fue miembro del Consejo de municipios y regiones de Europa (Cmre).

(**) Un ejemplo de lo señalado por Clos es la empresa  Unicentro cuya construcción de su centro de compras en Lambaré, irrespetó toda norma ambiental existente permitiéndose incluso apropiarse de una calle de la ciudad sin que las autoridades municipales, ni la Secretaría del Ambiente (Seam), ni la Fiscalía del Ambiente  hicieran nada al respecto.

 

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