Edición N° 397 - Mayo 2016

Las arquitectas retratan a Zaha Hadid

 
  • Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal en Cincinnati.

  • Interior del Galaxy Soho en Beijín.

  • Casa de la Ópera de Guangzhou, en China. Se emplaza en una ubicación estratégica para el desarrollo cultural de Guangzhou y su innovador diseño unifica los edificios culturales del sector con las torres de finanzas del barrio Zhujiang.

  • Zapatos producidos con impresora 3D exhibidos durante la Semana del diseño de Milán.

  • “Kloris”. Es el nombre de esta escultura de Hadid que se pudo ver durante la exposición temporal de verano en la Real Academia de Arte de Londres.

 

Algunas de las profesionales que más han aportado a la arquitectura reciente en el mundo hispánico apuntan para este blog -“Del tirador a la ciudad”-cuál ha sido la impronta de la fallecida Zaha Hadid en su profesión. El resultado compone un retrato poliédrico y paradójico, una semblanza a 16 manos de la primera mujer en conseguir el Premio Pritzker.

 

Fuensanta Nieto

Española, docente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Europea de Madrid (UEM) y de la Universidad der Künste de Berlín

Quizá el hecho de que Zaha Hadid fuera tan diferente a mi propia forma de ser, modo de pensar y manera de hacer arquitectura sea lo que me hace valorarla con más distancia y objetividad. En ocasiones las obras que más nos sorprenden y hacen reflexionar son, paradójicamente, aquellas que consideramos más alejadas de los planteamientos a los que creemos sentirnos más vinculados. Eso las convierte en motivo de admiración. Me admiró siempre su determinación. Cuando la invité a dar por primera vez una conferencia en Madrid, a finales de los 80, ella aun no había construido ningún edificio, pero ya se mostraba enormemente exigente y orgullosa. Cuando con el paso de los años, tuve la oportunidad de visitar varias de sus obras, en Alemania, en España, en el Líbano, en Italia o en China, comprobé que esa determinación y enorme talento habían hecho posibles formas y espacios que antes nunca habían sido construidos. Sin duda Zaha es ya parte de la historia de la arquitectura, independientemente de la cuestión de género. Pero también lo es por haber sido la primera mujer en llegar a un lugar hasta entonces reservado solo a los hombres.

 

 

Carme Pinós

Española con obras muy premiadas. Ha sido profesora de universidades de, París, Roma, Columbia, Suiza

Por descontado Zaha Hadid tiene un lugar en la historia de la arquitectura, forma parte de un grupo reducido de profesionales que han creado la arquitectura de marca: esa arquitectura que toda ciudad que se precie no puede dejar de tener. Zaha tenía un lenguaje fuerte y propio que dominaba con una gran habilidad. Era capaz de diseñar unos zapatos, una biblioteca o cualquier objeto o edificio con las mismas líneas, siendo después el resultado unos zapatos reales o una biblioteca que funcionaba. No le fue fácil ser una arquitecta reconocida. Al principio, cuando ya sus diseños estaban cambiando la manera de ver la arquitectura, les era más cómodo a los que tomaban decisiones verla como una teórica que como una arquitecta. Hacía proyectos que después se los daban a otros. No fue hasta más tarde que se hizo creíble. Que esto fue debido a que era mujer o bien a su gran osadía, no lo sé, pero creo que a las dos cosas, ser mujer y genial resultaba imperdonable…

Por mi parte, le encontraba a faltar un compromiso con la arquitectura más allá de su valor formal. Añoro aquellos tiempos en que los arquitectos tenían un discurso social.

 

Fernanda Canales

Mexicana, proyectista, crítica y curadora de arquitectura

Creo que las mayores aportaciones de Zaha Hadid fueron las siguientes: ampliar las posibilidades formales y estructurales de la arquitectura y con esto redefinir el concepto de fluidez espacial. Lograr convertir unos dibujos radicales en edificios. Y abrir nuevos caminos en las discusiones de género. Considero que la estación de bomberos de Vitra en Basel fue la demostración física de que una fantasía podía no solo construirse sino ser domesticada. Para mí, su máxima enseñanza está en defender el proceso creativo a través del dibujo, que es donde su trabajo es no solo más valioso sino además irrepetible

 

Benedetta Tagliabue

Italiana, al frente del estudio EMBT, obtuvo, entre otros, los premios Stirling RIBA  2005 y  el Fellowship RIBA de arquitectura, otorgado por el Royal Institute of British Architects

Todas las ciudades del mundo han querido y quieren tener un edificio de Zaha Hadid... Creo que Zaha es el primer ser humano que ha sabido hacer desear su arquitectura en tantos lugares distintos… y ¡era mujer! Este hecho siempre me ha dado que pensar. ¿Somos las mujeres las más capaces de cruzar fronteras?

Recuerdo su última fiesta de cumpleaños en Londres, el pasado noviembre. Pude ir con mi hija Caterina. Zaha sentía curiosidad por Caterina. Se acordaba de ella de niña, en brazos a Enric, y me lo decía. Su fiesta estuvo dedicada especialmente a los jóvenes de su estudio. Montó una discoteca con el suelo luminoso y ella atendía a sus invitados sentada en una silla a pie de pista, como una reina. Todos, para saludarla, teníamos que agacharnos y hacerle así una natural profunda reverencia. Tres o cuatro niñas de unos diez años se turnaban para ir a abrazarla y hacerle cariños. Quizás unas jóvenes sobrinitas de Iraq, su tierra natal, tan orgullosas de la tía estrella... Sin embargo, normalmente, la reina, como en el ajedrez, aunque poderosa, siempre está sola.

 

María González

Española, integrante del estudio Sol89

En el verano del 2001, recién terminada la carrera, tuve la oportunidad de coincidir con Zaha Hadid durante hora y media en apenas cuatro metros cuadrados. Un amigo de la organización del célebre concurso del CCC (Centro de Congresos de Córdoba) me dijo que, por un imprevisto, necesitaba que recogiéramos a la famosa arquitecta a su llegada al aeropuerto de Sevilla y la lleváramos a Córdoba a presentar su proyecto ante el jurado. Llegó con su asistente, no reparó en nosotros ni en lo que había a su alrededor, se sentó aceleradamente en el asiento trasero del coche prestado para la ocasión y continuó una conversación que parecía haber empezado horas antes en cualquier lugar del mundo. Ella hablaba rápido con voz ronca y enérgica; él asentía y anotaba. En un momento del viaje se calló, la mediana de la autopista se había inundado de adelfas y dibujaba un trazo vigoroso y colorista en el vasto paisaje de cultivos que nos acompañaba. Dio un respingo y, entusiasmada, empezó a hacernos preguntas sobre aquella flor fucsia y exuberante. Allí sentada, con la mirada de quien descubre algo por primera vez tras ese instante de curiosidad explosiva, pensé que al fin reconocía a la Zaha Hadid cuyos dibujos me fascinaron en los años de estudiante, la creadora arrebatada que yo imaginaba al observar la geometría de sus proyectos. Tuve la sensación de que entré en el coche con una estrella y salí de él con una arquitecta.

 

Victoria Garriga

Española. Integrante del despacho de arquitectos Av62.

Ser mujer y arquitecta hoy implica ocupar activamente el espacio público indisociable del mediático. Zaha Hadid es quizás la única de su generación que aceptó el reto con todas sus consecuencias. A veces le recriminamos que no utilizase su talento y fuerza para transformar este espacio tan masculino antes de reinar en él. Quizás es nuestra responsabilidad como mujeres arquitectas tomar cierto relevo en ese duro camino que ella abrió.

 

Izaskun Chinchilla

Española. Es profesora en la Escuela de Arquitectura y en el Instituto Empresa, ambos de Madrid, y responsable del programa de estudios “Unit22” en la Escuela de Arquitectura Bartlett de Londres.

En 1979, Zaha Hadid decide abandonar la oficina dirigida por algunos de sus antiguos profesores, Office of Metropolitan Architecture, donde después de tres años ha conseguido el codiciado status de socia. Se instala por su cuenta en Londres. Con cerca de 30 años, es capaz de huir de la comodidad. En los siguientes diez años alcanza fama internacional con unos dibujos que no buscan reproducir las formas construidas que habitan nuestra memoria sino que consiguen presentar configuraciones espaciales que no resultarían fáciles de materializar con la tecnología constructiva aplicada hasta entonces y que preconizan el impacto que el desarrollo informático tendrá en la arquitectura. Estos diez años en la vida de Hadid, nos dicen que el acceso a la carrera profesional de la arquitectura es solo en parte, una meritocracia. Sus dibujos son únicos, sus ideas audaces, su decisión de abandonar OMA, arriesgada, pero sin el apoyo de una de las familias más acaudaladas de Oriente Medio y sin que los intereses de la industria informática coincidieran con los suyos, en sueño de Hadid habría sido más difícil de alcanzar. 

¿Qué precio tiene que pagar una mujer para ocupar un puesto entre esos arquitectos mundialmente reconocidos? Durante años, en parte por la biografía de las dos únicas mujeres que han recibido el premio Pritzker, Kazuyo Sejima y Zaha Hadid, se ha construido un mito en torno a la idea de que las arquitectas debían renunciar a la maternidad para tener una carrera prominente. Parece que la arquitectura internacional ha dispuesto solo un par de puestos en el Olimpo de los arquitectos para mujeres, parece que el requisito es claro: eliminen de su carácter y su biografía toda prueba de feminidad para que podamos olvidar, en lo posible, su pequeña particularidad. Si un sector profesional tiene más cautela a la maternidad que al tabaquismo es que es injusto y está equivocado.

La vida de esta profesional, que tan destacada aportación ha realizado al mundo de la arquitectura y que es ya un modelo alternativo para las mujeres del mundo árabe, permite que el sector se haga estas y otras preguntas, y que ojalá, defina con claridad la agenda y los retos que tiene por delante. ¿Existen mecanismos suficientemente democráticos para que el talento de los jóvenes se premie, se reconozca y de acceso a una actividad profesional sostenible? ¿Llegará el sector a otorgarle a las mujeres no el derecho a ser hombres, si no el derecho ejercer desde el pleno desarrollo de las capacidades femeninas? La muerte de Zaha debe ser la ocasión para derribar mitos: me gustaría haberla visto trabajando hasta la edad que hemos visto a Niemeyer y vemos a Eiseman, a ese Foster sano, ágil y apuesto con el que nos encontramos en tantos acontecimientos profesionales. El tiempo que se dedica a ser madre o padre, a tocar un instrumento, a viajar, a conseguir una vida afectiva plena o a cuidar nuestro cuerpo o el de otros, es un tiempo que nos hace mejores y que, como demuestran las desgraciadas paradojas biográficas nunca, jamás, debe calificarse como perdido.  

 

 

Fuente

http://blogs.elpais.com

Anatxu Zabalbeascoa

 

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