Edición N° 385 - Mayo 2015

“Lo más importante es sentir la pasión”

 

El conversatorio con tres exponentes de la arquitectura internacional, en el marco de la colecta solidaria AMERICAnodelsud, cerró con la participación del multipremiado arquitecto suizo Peter Zumthor quien con su presencia dio su apoyo a esta “causa disciplinar de la arquitectura” que pretende “promover sus fines, de integridad humana, restaurando la América y no del sud como territorio social donde radicar la equidad como razón fundadora del existir”. Toda la charla se desarrolló en inglés, pero con la ayuda de los traductores, pudimos extraer estos conceptos del arquitecto suizo.

Ya en el escenario del Gran Teatro del BCP, acompañado de la arquitecta Gloria Cabral y del arquitecto Ricardo Sargiotti, moderadores del conversatorio, Zumthor expresó: “Gracias por invitarme, es un verdadero placer estar en vuestro país. Gloria y Ricardo van a hacer preguntas. Hay una lista de temas en la pantalla derecha, ellos pueden preguntar cualquiera de esos temas o cualquier otra cosa. Si no les gustan mis respuestas, voy a responder de nuevo”, e invitó a la arquitecta Cabral a comenzar y ella lo hizo contando una anécdota:

Cabral: Lo primero que quiero decir es recordar la experiencia que tuve en tu oficina. Me acuerdo que, en una ocasión, en la oficina había un silencio profundo y en un momento dijiste ¡No! ¿Qué es ese sonido?, pregunté, y él dijo ‘es el tren’, y pensé ‘qué malo es el tren acá’. Y había sido que era un tren de juguete del nieto, y en ese momento el sonido se convirtió en música.

Zumthor: “El sonido es del tren de mi nieto favorito, cada vez que digo mi nieto favorito él me dice soy el único, porque el resto son todas niñas. Yo creo que todas las casas tienen un sonido y cada casa tiene un sonido específico. Lastimosamente muchas de las casas y los edificios tienen malos sonidos. Estoy parado aquí en el escenario y estoy escuchando ese sonido atrás, el del aire acondicionado, odio ese sonido. El sonido del tren de juguete vino del otro lado de la casa y tenía un sonido particular que se escuchaba dónde estábamos, era un ruido hermoso. Es una de mis misiones intentar que los espacios de los sonidos sean hermosos en las casas. Estoy hablando del sonido, no de acústica. En mi opinión, la acústica es algo a la defensiva. Hay sonidos hermosos en una cocina, hay sonidos hermosos en una estación de tren, hay terribles sonidos en el aeropuerto. Esa es una tarea que me dieron, cómo podemos mejorar el sonido de un aeropuerto”.

En la pantalla que había a la derecha del escenario, se vio la imagen de una casa.

Z: Quiero contarles sobre esta imagen donde se ve a mi abuelo, 1912, está parado al frente de la casa de su padre, es la casa de donde viene mi familia, cerca de Basel (Basilea), Suiza. Es una postal, y en la parte de atrás de la postal aparentemente mi abuelo escribió a una chica en Basel. Fue tan lindo conocerla en mi pueblo. Yo amo esta casa, ya no existe, la destruyeron para hacer algo moderno. En la parte de atrás de la casa había una cocina oscura, se ingresaba y se giraba a la izquierda. Cuando iba con mis padres era un lugar oscuro, prácticamente negro, había olor a paredes húmedas y a hombres viejos, pero cuando me acuerdo de esta cocina, pertenece a uno de mis más bellos recuerdos de cocinas”.

Sargiotti: Leí mucho sobre su trabajo y sobre las imágenes y creo que también incorpora perfumes, flores, sonidos. Decía que las imágenes eran más una imagen de multimedia que solo una imagen proyectada y lo que me interesa realmente como proyectista, como arquitecto, es saber cómo hace, cómo logra que esas imágenes aparezcan en el momento del proyecto cuando se necesita que salten a la vista.

Z: Qué es una imagen para mí. Hay una imagen de arquitectura, pero las imágenes más importantes para mí son las de mi infancia, cuando todavía no era un arquitecto, cuando pienso en cuando era un niño y pienso cuál fue mi primera experiencia con la arquitectura. En ese momento no lo sabía, pero cuando veía algo que me tocaba, que me parecía maravilloso, simplemente pasaba, y hoy me doy cuenta que ese fue mi primer contacto con la arquitectura. De niño, hacíamos una procesión de 10 kilómetros desde la iglesia católica de donde yo vivía hasta un monasterio, lo hacíamos rezando, íbamos a un monasterio benedictino que se llamaba Mariastein; contaba la historia que un niño cayó y la Virgen María lo rescató, nunca nadie vio eso. En el lugar, los monjes construyeron una capilla negra y ésta creo que es mi primera experiencia con un espacio arquitectónico famoso. Luego, se fueron sumando un montón de experiencias de mi niñez. Todos traemos esas imágenes, todos vivimos en casas, y eso se va sumando. Después de esta breve introducción voy a responder la pregunta.  Si tengo un nuevo proyecto, creo que hay dos cosas: el lugar y la utilización, no hay nada más. Cuando estoy con un proyecto y voy a un lugar pienso en el uso y ahí empiezan a brotar las imágenes; como seres humanos, todos tenemos esta hermosa capacidad de imaginar y esta es la base de mi trabajo; me pregunto por qué tengo que hablar sobre esto si es tan natural. A veces la forma de pensar tan académica puede ser un obstáculo. A mí me gusta pensar, pero me gusta sentir primero, las emociones no están sujetas al rigor académico. Esto viene de adentro. Las emociones, la intuición, saben mucho más de lo que nosotros podemos llegar a pensar y es lógico, es natural que eso sea así porque si alguien viene a dispararte no vamos a escribir un reporte técnico o un informe al respecto sino que actuamos por intuición. Un ejercicio que utilizamos en el estudio es que cuando estamos decidiendo sobre tal o cual proyecto, hay una regla que hay que seguir y es decir me gusta o no me gusta. Y otra cosa muy importante que hacemos es que para que un líder de opinión no influencie sobre los demás, tienen que tomar la decisión antes de votar  luego votan; una vez logrado esto, continuamos, y es ahí donde les pregunto qué sienten, por qué. Y es interesante porque las respuestas son diferentes antes y después de la votación. Ellos tienen que explicar porqué el sí y porqué el no, y tienen que dar una respuesta personal, no me gusta en tercera persona, me gusta saber lo que cada uno piensa, y es una forma de cuestionar lo propio todo el tiempo. Cuando responden yo pienso, yo siento, yo asumo la responsabilidad de lo que estoy diciendo. Pienso que los sentimientos respecto de la arquitectura son siempre personales.  Podés estar parado frente a un edificio que construiste hace 20 años y estás explicando por qué esto es bueno.

Mientras hablaba, se iban sucediendo distintas imágenes en la pantalla y él las iba describiendo.  Ante la imagen de la Capilla Bruder Klaus, explicó que era un modelo del paisaje de la ciudad alemana de Colonia, donde le comisionaron construir una pequeña capilla y la línea vertical que se veía, era la capilla. “Lo que me gusta es que el paisaje es tan fuerte que hace un 99 por ciento de la imagen, yo no hice, yo no cree el diseño, ya estaba ahí y pude crear un conjunto total ahí con la capilla”.

S: Hay otra pregunta que tengo sobre el punto, uno de los puntos que nos sugirió al empezar todo esto es cómo hacer un edificio, háganlo típico, porque después solo se va a poder apreciar. Y cuando pensás en la arquitectura de Peter Zumthor, la que conocemos,  lo último que hubiera pensado como para definirlo es lo típico sino en edificios particularmente especiales ¿en qué consiste esa transformación, en qué momento se produce?

Z: Veo algo interesante en las palabras típico y especial, también una similitud como en las palabras objetivo y subjetivo, y para ser aún más filosófico, algo más abstracto y algo concreto. Podríamos decir en todo caso que lo concreto se convierte en abstracto, lo abstracto en concreto pero no voy a hablar de eso. Pero sí quiero hablar sobre lo especial y lo típico. Le pedí esta consigna a los estudiantes, les dije a los alumnos que ellos podían elegir cualquier tipo de espacio interior: una cocina, una discoteca, un baño, un aeropuerto, lo que sea, lo importante es  el espacio y el sentimiento que uno tenga con el espacio y yo creo que en los espacios interiores es con lo que uno, o donde,  tiene más sentimientos.

Los estudiantes tienen sentimientos por la discoteca, quieren hacerla con un buen bar y otras cosas bonitas, y el ejercicio consistía en no hacerla especial, sino que hicieran lo típico, y eran hermosas. Eran tan hermosas que se convirtieron en especiales. Y esto es el atributo principal de algo, y se encuentra cuando se busca lo típico; y luego comienza el proceso de condensación. Uno conoce 7 discotecas, le gusta el bar de un lugar, la pista de otro y en ese proceso de condensación uno utiliza lo que más le gustó de cada una de esas discotecas que conocieron, y esa condensación es el impacto emocional y personal de cada uno en esos lugares.

S: Le preguntaba acerca de algo que escribió sobre una mañana de abril...

Z: Esa mañana de abril, cuando…  creo que en Londres, estuve hablando sobre la belleza y la presencia, y en la idea de trasfondo nuevamente pensaba cómo y cuándo ocurría que algo me parecía hermoso. Me puse en la búsqueda de la belleza, o sentir la belleza que muchas veces se da en una fracción de segundo y de nuevo en mis cuestionamientos, en mi trasfondo, me preguntaba: yo, como arquitecto, cómo puedo, o podría, provocar esta sensación de belleza.

En mi experiencia hay muchas cosas que provocan este sentimiento y así también hay muchas cosas que provocan lo contrario. Como arquitecto, la belleza está en la gente, es un sentimiento, pero están las cosas que provocan los sentimientos.

Uno de los primeros recuerdos que tengo de esa niñez es corriendo en un campo abierto con una serie de casas nuevas, yo estoy corriendo y me siento tan ligero (nunca volví a ser tan ligero, tenía 9 o 10 años).  Recuerdo el olor de grandes tuberías de concreto que estaban ahí para ser instaladas, recuerdo el olor, ese momento tan bello, y siempre lo recuerdo, capaz que tenga que ver con mi cumpleaños; y de alguna manera todo lo que trato de hacer, y no quiero sonar patético, pero es tratar de reproducir ese momento de felicidad tan grande que tuve en la niñez, en ese momento. Esa es mi historia de la mañana de abril.

C: Todos nosotros venimos de una casa ¿cómo es esa casa?

Z: La casa de donde yo vengo es del 51, la construyó mi padre, hizo un buen trabajo mi padre pero los marcos de la puerta, cuando ésta se movía, hacían ruido y los espacios de esta casa pequeña no tenían atmósfera, los arquitectos hicieron planos, la construyeron, y realmente a nadie le importó. La casa de mi padre y madre no es la de mi niñez, la primera imagen, lo que les conté de esa cocina, ésa es una de las casas de mi infancia. Tenía una sala que tenía una estufa antigua, con madera, que mantenía el ambiente caliente y agradable; entonces, realmente hay muchas casas de mi infancia.

Ahora quiero hablar de algo que ustedes ya saben, la arquitectura no solo es sobre pensar sobre el pasado, pero quiero venir de algún lado, la historia de lo que fui viviendo es mucho más grande que el presente, esto le pasa a todo el mundo, no hay nada especial.

Hay mucho de dónde venimos pero esto es la base para hacer algo nuevo, si hay algo sobre memoria no es para repetir, es más sobre crecimiento, vengo de algún lado, estoy yendo para algún lado.

C: Conocí tus proyectos en Harvard, hace poco hiciste el pavilion (Serpentine Gallery pavilion) ¿y quería saber cuál es tu relación con este tipo de edificios efímeros, que tienen una vida efímera?

Z: Yo creo que no hay futuro, el futuro es el presente y está el pasado, el futuro es una idea interesante, por lo menos para mí. Cuando yo me pregunto esto no veo gran diferencia entre lo que construimos en  Londres que estará ahí por una temporada u otras construcciones que van a durar para siempre. Creo que hay una gran belleza en una construcción, en un edificio que hasta mis tataranietos puedan venir a verlo y yo ya voy a estar muerto. Es verdaderamente hermoso hacer, construir algo que uno entrega al mundo y va a quedar ahí y aguanta todos los golpes del tiempo. Y hay momentos hermosos, momentos de primavera en abril, el olor a cemento y nunca volverán igual, también hermosos.

En la pantalla se vio una de sus obras en Inglaterra, una construcción alrededor de unos árboles, “es como un parque de retiro secular y estamos construyendo las primeras partes de concreto asentado. Esta casa es la que estamos construyendo, en el mismo lugar. En este proyecto no hice muchos dibujos con el lápiz pero hicimos muchos modelos con clientes. Cuando mostré esto en Londres alguien me preguntó, si esto va a ser algo como Stonehenge… entonces dije si esto en algún momento va a parecer un  Stonehenge… cometí un error.

C: Quiero escucharte hablar un poco más acerca de los modelos, de las maquetas, el 80 por ciento del estudio está dedicado a ellas, hacés modelos a pequeña escala.

Z: Hace como quince años me di cuenta que los estudiantes cuando dejaban de utilizar los lápices y pasaban a las computadoras llegaba un punto en que se perdía la escala y no sabíamos qué era, un cenicero o un árbol de la ciudad. Con las maquetas volvimos a introducir la escala. Se trata de escala  y de tres dimensiones. No hacemos maquetas de papel, las hacemos con materiales reales, en cada una de ellas tratamos de utilizar el material correcto que pueda transmitir la esencia material del proyecto.

Ahí las personas están dibujando (señalando una de las imágenes de la pantalla), están trabajando con las manos, yo sigo dibujando. Creo que cuando uno está dibujando, cuando uno está usando las manos, usa una inteligencia que no está en la cabeza, es inteligencia del cuerpo. Uso las manos, y de repente ellas hacen cosas que yo no sabía que podían hacer y empiezo a entender el proyecto de una manera diferente de lo que podía hacer en una computadora; o digámoslo de otra forma, la intuición ayuda a definir algo y yo creo que los artistas siempre supieron sobre esto. Así que no es nada especial.

En mi idioma hay una palabra muy interesante que significa entender; comprender o entender en alemán significa tocar, es así que uno puede comprender o entender lo que puede tocar y de ahí es que viene lo de las maquetas y también el modelo en tres dimensiones. Las maquetas tienen que tener un cierto grado de complejidad, no pueden ser simplemente papeles, tienes que tener distintos materiales con distintas luces puestos de distintas maneras para entender cómo este misterioso, este milagroso espacio va a ser;  porque para mí cómo funciona el espacio, sigue siendo un misterio. La mejor cosa que puede hacer un arquitecto  es un gran espacio. Entonces todo este tema de las maquetas no es realmente importante, lo importantes es poder imaginar ese espacio. Los dibujos de las maquetas en sí no es lo importante.

S: Tu enfoque educativo tiene que ver con tu pasado como ebanista, de doctor del mueble y tiene que ver con la cosa misma, ver las fases previas…

Z: Creo que hay muchas maneras de ser arquitecto, lo más importante es que yo sienta la pasión, uno debería sentir la pasión. Y yo personalmente, tengo la pasión de crear edificios y crear espacios. Trato de entender el espacio, para mi es sobre los materiales, es sobre el terciopelo rojo en el fondo (de escenario), que no está mal, con las luces que van para abajo, en el piso, es esto o es aquello, cómo se ve a la luz del día, o en este caso bajo la luz artificial, esto realmente es amplio y natural pero es misterioso y hermoso al mismo tiempo. Para mí el espacio es un vacío, es influenciado por membranas desde todos los costados, y este vacío misterioso de repente se transforma en energía, en atmósfera. ¿Qué tiene que ver con tu pregunta sobre educación? Si yo admiro esto es porque yo creo que es importante saber sobre materiales como en el caso también de la construcción, cómo debe ser la construcción, saber cómo se va a construir, cómo se va a crear. Cuando otro arquitecto tiene los materiales y está con la idea, yo le hablo de proporciones y de partes y esa es la parte fácil. La otra parte más desafiante es ver cómo crear con los materiales esta presencia. La pregunta es si una persona joven que estudia arquitectura ya puede interesarse en esto, una vez que te interesa esto es como una droga y luego va a hacer lo correcto.

Esta es mi casa -dijo señalando otra de las imágenes proyectadas-, pronto voy a estar ahí. Ahí es donde trabajo, no hay diferencia entre donde trabajo y donde vivo, es como una gran familia, por eso es que escucho el tren de juguete de mi nieto.

C: Recuerdo una vez que llegaste a la oficina muy nervioso, estabas realmente ansioso, y dijiste que teníamos que hacer una reunión; era el día que presentaban el proyecto de la casa, a Annalisa.

Z: Annalisa es mi esposa, me ha acompañado durante 40 años. Es un momento muy emocionante porque Annalisa está enferma, está en silla de ruedas y casi ya no puede hablar. Esto es muy emotivo porque ella siempre fue mi crítica y muy crítica. Entonces le pedí que por favor viniera a ver lo que estábamos haciendo y ella accedió. No sabía que estaba nervioso, pero está bien (risas).

S: ¿Eso tiene que ver con las musas?

Z: Le estuve preguntando a Gloria, a Ricardo,  qué está faltando en esta lista y Gloria me mira y me dice: amor. Yo tengo a esta gente en la oficina, son los que colaboran conmigo, son grandes personas, son como una familia y cuando trabajamos juntos no hay diferencia entre los jóvenes y los viejos porque el talento no tiene nada que ver con la edad, y estas son las discusiones que tenemos en conjunto para desarrollar estos proyectos. Pero siempre ha habido musas en mi vida, fuera de mi oficina. Yo podía mostrarles mis trabajos a ellas y ellas me ayudarían. Algunas eran arquitectas, otras eran otra cosa; cuando miro este fenómeno es importante que hayan sido mujeres, no sé por qué. Eran críticas diferentes de las de otros colegas.  Pero la persona principal, por supuesto, es Annalisa. Y bueno, eso es sobre las musas, ¿satisfecho?

Respecto de un diseño exhibido en la pantalla, comentó que era una maqueta que habían hecho para un proyecto al norte del continente europeo, cerca del Ártico, donde -explicaba- se podía ver “cómo tratamos de capturar la esencia del material, se trata de un proyecto para conmemorar a víctimas de la hoguera, porque allí se habían quemado a mujeres que habían sido tomadas como brujas mucho tiempo atrás (el Steilneset Memorial, en Vardo, Noruega).  Es una imagen del mismo lugar, la gente del pueblo nos ayudó a llevar los cables al edificio. La maqueta tenía un manojo de 45 cables eléctricos, cada dos metros había un cable menos, y en la punta, uno. El edificio tenía dos lados, 45 de un lado y 45 del otro. En cada lugar tenía una ventana y cada ventana tenía una luz. Yo quería que cada cable fuera directamente a cada una de esas ventanas. Al costado de las ventanas hay una tela de seda con la biografía de cada una de las mujeres, la tan absurda acusación y el veredicto”.

En la siguiente imagen se vio  el Museo de arte Kolumba en Colonia, al fondo se ve la catedral de Colonia. Es una muestra de maestría y sensibilidad, en donde logra fusionar las ruinas de una iglesia católica destruida con una arquitectura moderna, sobria, minimalista y altamente sensible al tema que acoge: el arte religioso.

Luego, se proyectó la imagen del edificio denominado Topografía del Terror, exposición internacional y centro de documentación (Topography of Terror, international exhibition and documentation centre), de Berlín, construido parcialmente, abandonado y demolido en el 2004. Al respecto comentó que “ganamos la competencia, empezamos la obra, de repente nadie más quería la construcción y luego lo destruyeron, Cuando lo hicieron, yo estaba cerca, con mis hijos, mirando y fue realmente un momento muy emotivo porque te golpea cuando te destruyen tu construcción. En la vida de cada arquitecto, como en la vida de cada artista, escritores, ocurre que uno tiene un proyecto, una idea y de repente el proyecto se acaba, desaparece. Les voy a contar una anécdota: una maestra de literatura, en Alemania, me pidió que le diseñe un paisaje poético, y yo dije ‘qué demonios es un paisaje poético’ y ella me dijo que era algo realmente hermoso. Ella tenía un paisaje de quince pueblos, invitó a igual número de poetas de alto nivel  de Europa y les dijo que fueran a estos lugares y encuentro uno que les guste y escriban un poema sobre él, y este arquitecto (por mi) construirá una casa para el poema. Yo sé construir una casa pero no sé cómo hacerlo para un poema que es algo espiritual le dije, no debería ser puesto en una casa. Tuvimos grandes discusiones filosóficas con los poetas y la señora. Luego la tendencia política del gobierno cambió y el proyecto desapareció. Años después, construí la capilla Bruder Klaus  en Alemania. Luego recibí una postal de la maestra de literatura de la que hablábamos, diciéndome: muy bien,  construyó al menos una de las casas. Y recién ahí me di cuenta de que ella tenía razón, una vez que uno tiene esa idea y la puede conceptualizar, en ese momento, es del mundo”.

La última imagen exhibida, fue la del pabellón de la Serpentine Gallery en Londres, y la de un grupo de personas que estaban con él en la foto. “Al lado mío hay un experto holandés en paisajismo. Este  arquitecto (refiriéndose a sí mismo) realmente quiso ser un músico pero no fui lo suficientemente bueno, ese que está a mi izquierda sí es un buen músico y es mi hijo”.

Al finalizar el conversatorio y tras recibir un cerrado aplauso del público, recibió el título de doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Asunción.

 

 

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