CAD / TDA - Miguel Duarte y Larissa Rojas.
La Bienal lanza una convocatoria y los curadores nos encargamos de la difusión que hicimos a través de medios de comunicación y de las instituciones que nuclean a los profesionales, colegios y asociaciones de arquitectos, universidades y los principales medios de prensa del rubro. Los participantes envían sus obras a España en forma particular y si cumplen los requisitos formales mínimos y burocráticos de envío la Biau las remite a los curadores la cantidad de obras recibidas por ellos.
Y ahí entra la función de seleccionador del curador que solamente puede elegir hasta 20, no más, pero pueden ser menos. Desde el Paraguay se enviaron 20 de las cuales quedaron diez. Esta selección la realizó un equipo curatorial, no lo hice solo, formado por los arquitectos Luis Alberto Boh, Javier Rodríguez Alcalá -ambos de conocida trayectoria en el mundo de la crítica arquitectónica- y Rodrigo Resk. Y lo hicimos en base a criterios curatoriales que acordamos entre nosotros, elegimos las que según nuestro parecer son las que representarían al Paraguay en la Bienal.
De esas diez obras paraguayas el jurado del Panorama de Obras hace una segunda selección según su criterio, las que cree que son representativas del Paraguay, en nuestro caso, las que pasan a ser parte del Panorama. Esta selección se hace de manera independiente al país de donde proviene la obra.
Vale la pena aclarar que a mí me eligieron como curador y los criterios de selección son propios del curador y su equipo curatorial en donde tenemos en cuenta la relación que tiene la obra con el sitio, la innovación, la coherencia entre lo que dice y lo que hace y principalmente la honestidad de las obras.
¿Qué otras incumbencias tienen los curadores?
- También en la postulación para el Premio Iberoamericano de Arquitectura y Urbanismo a la trayectoria, para el cual el equipo de curadores elige un candidato, y nosotros hemos postulado al estudio Ruggero-Zarza. El resultado se conocerá en el trascurso de la Bienal.
Y este año, se les atribuyó a los curadores otra función que es el de construir un espacio en el marco de la Bienal. Los trece curadores hacen una intervención en el espacio público en la Chacarita Alta, un barrio con historia que tiene una desconexión de la ciudad formal. Se eligieron trece espacios, doce públicos y uno privado, con la intención de materializar los proyectos para la inauguración de la Bienal, en octubre, en la medida de lo posible. Paraguay eligió el espacio privado para convertirlo en público.
¿Eso qué significa?
- Nosotros -digo nosotros porque trabajo con el arquitecto Nicolás Berger, Sergio Ibarra, Guido Martínez, Fernando Szmuc, tercer semestre del Taller E de la Fada/UNA- vamos a trabajar en la casa donde vivió Visoka, el actor Rubén Visokolán que está en Punta Karapã y heredó su hija, Lou Mei, cuya estructura está bastante deteriorada, a punto de caerse. Tiene una parte que es muy antigua y otra de posteriores agregados. Para la intervención, primero hacemos el proyecto, que ya está terminado prácticamente, y en segundo término gestionamos los recursos materiales para concretar una parte de la construcción, por lo menos, y a cambio, mediante un convenio con ella, destinar ese espacio por equis tiempo a uso público. La intención es dotar a la Chacarita, de un espacio cultural, de acceso público para exposiciones, para que haya un teatro, que se realicen talleres, en fin, que ese espacio pueda ser utilizado para actividades culturales. La Chacarita es famosa por los músicos que salieron de allí, gente de teatro, el mismo Visoka vivía allí y eso también era una idea suya, siempre quiso abrir su casa para este fin. De esa forma nosotros como dueños de casa dejamos los lugares públicos para que realicen la intervención los demás equipos con curadores de otros países.
Los otros están distribuidos en distintos lugares del barrio.
Se armaron equipos locales que son soporte de los curadores el espacio público. De España vino la intención de que los curadores puedan aportar, puedan construir algo y nosotros le dimos forma a esa intención con la elección del territorio, el contacto con la gente del barrio, que no fue fácil, plantear a las autoridades pertinentes, Ministerio de Urbanismo, Municipalidad de Asunción, seleccionar a los equipos que hacen de soporte a los curadores porque no es un trabajo fácil hay que hacerlo a distancia, los curadores están cada uno en sus países. Lo importante de todo esto fue que se hicieron proyectos, más allá de la materialización ahora quedan proyectos. Y no son tan pequeños y sí bastantes ambiciosos tal vez porque nosotros creemos que la intervención en la Chacarita tiene que ser de primerísima calidad, no porque sea un barrio deteriorado, de bajos recursos tiene que hacerse también con escasos recursos, al contrario hay que hacer de la mejor calidad posible.
Lo principal es que son intervenciones que van a mejorar la calidad de los espacios públicos y la calidad de vida de los habitantes del barrio que utilicen estos espacios día a día.