Edición N° 386 - Junio 2015

Materializando los límites

 

Los que permiten la interacción social y el contacto entre el hombre y la naturaleza

 

La obra de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, se inserta dentro del amplio y variado panorama de la arquitectura española contemporánea. Un escenario que se ha perfilado como uno de los contextos de reflexión y producción más representativos de la arquitectura internacional. Una producción que destina buena parte de su interés a la construcción de edificios y espacios públicos, configurando un abanico de actores que incluye trayectorias consolidadas y extensas como las de Rafael Moneo, quizás el arquitecto español más representativo de la definitiva internacionalización de esta arquitectura, así como también la incorporación continua de nuevas generaciones que logran abrirse camino a partir de los concursos de arquitectura, herramienta permanente de participación inclusiva.

El estudio Nieto Sobejano destina parte importante de su trabajo al desarrollo de espacios colectivos, de encuentro, entendiendo a la disciplina arquitectónica como aquél campo que estimula la interacción social. En tal proceso resulta esencial la conformación de límites, aquellos bordes que determina la presencia de la obra, que hacen posible el escenario espacial que vincula al hombre con el paisaje y con su entorno sociocultural. En medio de una trama de relaciones que define en muchas ocasiones a nuestra época a partir de la indeterminación y la ambigüedad de sus delimitaciones, el trabajo de Nieto & Sobejano entiende a la arquitectura como aquel contenedor de las actividades que permite y estimula su aparición y desarrollo. Contenedor que reconoce en sus expresiones materiales, incluso en la ausencia de éstas, la manera de comunicar su presencia. De este modo, la materialización de los límites que conforman la obra, su expresión formal y constructiva, no corresponde exclusivamente a una creación novedosa, sino más bien, al reconocimiento de las cualidades y particularidades de aquellas actividades que el espacio arquitectónico acogerá.

El ejercicio arquitectónico puede ser entendido como la materialización de una respuesta conceptual, en tanto la obra se articula a partir de una idea que permite su aparición. En tal sentido ¿Cuál es la importancia de las soluciones técnicas, constructivas, de la elección de determinado material de construcción, en la producción final de esta respuesta arquitectónica?

- Concebimos el proyecto como interpretación personal y específica de cada situación concreta. El arranque de un proyecto puede originarse a partir de un paisaje, una topografía, un edificio preexistente o de un programa, pero también puede hacerlo desde territorios más personales: nuestros propios recuerdos, experiencias, o también las de otros a quienes leímos, con quien conversamos… Las soluciones técnicas, constructivas y materiales son consecuencia de nuestra aproximación específica en cada caso, así en un recinto arqueológico como el Museo y Sede Institucional Madinat Al Zahra, en Córdoba, podemos tomar la decisión de emplear el hormigón visto, con textura rugosa, porque en nuestra imaginación los muros del nuevo museo establecen un diálogo con los restos arqueológicos de la antigua ciudad islámica, mientras que en un castillo en Alemania, ampliación del Museo de Moritzburg, el camino puede ser opuesto: una estructura metálica revestida de aluminio que aspira a la ingravidez sobre las masivas ruinas renacentistas. Estamos interesados por las soluciones técnicas y materiales que refuerzan la idea generadora: es entonces cuando también se transforman en motivo de investigación.

 

La presencia de una determinada obra de arquitectura permite la aparición de un espacio de encuentro entre tal edificio y el contexto en que se sitúa. En este diálogo resulta fundamental el concepto de límite, pues determina tanto la extensión de la obra como su mundo interior. El Museo y Sede Institucional Madinat Al Zahra parece constituirse a partir de tal lógica. ¿Cómo se podría definir la operación realizada en la ejecución de tal proyecto?

- Toda intervención arquitectónica se define en su inicio con el establecimiento de unos determinados límites. Límites que son sin duda físicos, pero también conceptuales. En Madinat Al Zahra, concebimos el museo como si fuera una excavación, de modo que nosotros mismos marcamos unos límites a los que en realidad no estábamos estrictamente obligados: el museo deberá ser enterrado, se habrá de construir con un único material, se iluminará a través de patios, se extenderá como una instalación contemporánea en el paisaje arqueológico y agrícola que lo rodea, etc. Cada decisión nos lleva a la siguiente, no de un modo determinista, puesto que en cualquier momento podemos interrumpir el proceso, pero sí de una manera consciente. En qué momento detenerse, evitando que los límites ahoguen la propuesta arquitectónica, es en realidad la cuestión de todo proceso de proyecto. Goethe hablaba de que trabajando dentro de límites se revela el maestro; ésta es una idea que nos hace pensar continuamente.

 

Proyectos como el de la ampliación del Museo Moritzburg o el Museo Nacional Colegio San Gregorio, nos permiten aproximarnos a la tarea de vincular antiguos espacios arquitectónicos cargados de significación histórica, con intervenciones que actualizan su presencia. ¿De qué manera se sitúa su trabajo frente a edificios históricos? ¿Es la respuesta material, como en el caso de la cubierta de Moritzburg o en el pabellón de San Gregorio un posible nexo entre pasado y presente, a modo de contraste?

- Nosotros no diríamos que nuestra actitud ante la intervención en edificios históricos se pueda reducir a la actitud canónicamente moderna del contraste, de la yuxtaposición de lo contemporáneo a lo existente. Es cierto que en algunos casos así lo hemos creído apropiado, pero no siempre es así. El pabellón del museo de San Gregorio y la cubierta de Moritzburg utilizan el metal de distinto modo: la madera, la piedra y el cobre del museo de Valladolid no son propiamente materiales “modernos”, en realidad también habían sido utilizados en distintas partes del edificio original. El contraste es por tanto volumétrico, de lenguaje, no necesariamente material. En el castillo alemán sí se emplean técnicas -la estructura metálica- y materiales -la cubierta de aluminio- en voluntaria oposición a la ruina existente: el vacío entre ambos define el nuevo espacio arquitectónico, que nunca fue así, y constituye por tanto una radical transformación contemporánea del castillo en museo.

 

Sin lugar a dudas, un tema recurrente de la arquitectura contemporánea es la importancia otorgada al concepto de envolvente. Concepto que en ocasiones centra su mirada exclusivamente en las características o naturaleza del elemento generalmente definido como piel, que actúa como contenedor del espacio arquitectónico, despreocupándose precisamente de las interacciones en el interior de este cuerpo. ¿Es la Casa de Madera de Chamartín un intento de unificar espacio interior y envolvente?

- La casa de madera surge, en realidad, de razones pragmáticas y diríamos que legales; ante la prohibición de demoler la casa preexistente de muros de ladrillo -de nulo valor arquitectónico, por otra parte-, nuestra opción fue sencillamente recubrirla, en este caso con una piel de madera. Es casi como un ejercicio de escuela, se mantienen el volumen y la estructura existentes y se envuelven literalmente estableciendo una relación -un límite, otra vez- entre el espacio interior y su piel. Saber reaccionar ante las múltiples circunstancias que surgen en todo proceso de proyecto puede ser una fuente de nuevas posibilidades.

El centro de Creación Contemporánea de Córdoba es definido por ustedes como una respuesta al modelo de contenedor neutro y universal. Resulta Interesante establecer cómo la respuesta en este caso se articula a partir de los registros culturales del propio lugar en que se emplaza la obra, determinando incluso la forma del proyecto. ¿Son las tradiciones culturales de los lugares las fuentes que permiten diferenciar las respuestas arquitectónicas? ¿Cuál es el riesgo de un contenedor neutro y universal?

- No nos interesa la idea -hoy tan extendida- del contenedor universal independiente de su contenido como modelo establecido para los edificios de museos y centros de arte, porque aleja las posibilidades de comunicación entre la obra arquitectónica y la obra artística. Sí nos interesa, por el contrario, trabajar en la franja en que ambas coexisten, allí donde las artes visuales y el edificio se retroalimentan mutuamente. En el auditorio de Mérida o en el Museo de San Telmo en San Sebastián nuestra colaboración con artistas plásticos enriquece su obra y la nuestra. En el Centro de Creación Contemporáneo de Córdoba, dedicado al arte digital, video arte y net art, la propia condición inmaterial y vanguardista de la obra a exponer nos llevó paradójicamente a tratar de vincularla a la tradición cultural hispanomusulmana de la ciudad de Córdoba y a los conceptos que aquéllos desarrollaron hace más de diez siglos. Un sistema geométrico sencillo genera a partir de rotaciones y simetrías una secuencia de espacios arquitectónicos como resultado de múltiples permutaciones de cada sala. Surge entonces un proyecto abierto, no jerárquico, ante el que los artistas deberán reaccionar, tanto si lo integran y aceptan como si lo rechazan, puesto que en ese diálogo reside en nuestra opinión la clave de la expresión artística más contemporánea.

 

Por último y en relación al trabajo realizado hasta aquí ¿Cómo podrían definir el trabajo de la oficina Nieto-Sobejano?, ¿Qué reflexiones determinan hoy su trabajo?

- Nuestro trabajo se nos manifiesta con el paso del tiempo como una secuencia, no lineal, de propuestas cuya raíz común no reside probablemente en su lenguaje, ni en abstracciones teóricas a priori, sino en una investigación particular en cada nueva situación. Los proyectos se generan ineludiblemente a partir de nuestras preferencias y elecciones, desplegándose en series genealógicas que se desarrollan lentamente y trazan una determinada evolución. Si las obras parecen surgir de un modo directo y claro es sólo porque antes han existido otros trabajos previos en los que se apoyan. Somos también conscientes de que el proceso por el que una idea abstracta se acaba transformando en un resultado concreto (el proyecto) se nutre constantemente de imágenes ocultas en nuestra memoria. Si tuviéramos que recurrir a una metáfora para definir nuestro trabajo, nos gustaría pensar en aquellos libros que cuentan una historia dentro de otra historia, como estructuras narrativas que se dilatan indefinidamente por propagación de una idea en otra: la arquitectura como arte combinatoria.

 

Cada una de las obras desarrolladas por Nieto & Sobejano se presenta como la manifestación de una respuesta específica, que si bien reconoce el campo de investigación y análisis propio de la trayectoria de sus autores, descubre en cada encargo las coordenadas de un problema distinto, único e irrepetible. Un conjunto de obras que pretenden evidenciar su constitución espacial y material, vinculándose al medio contextual en que se inserta procurando evidenciar su presencia, materializando aquellos límites que permitirán la interacción social y el contacto entre el hombre y la naturaleza.

 

 

 

Felipe Corvalán T.

Revista Urbanismo de la Universidad de Chile

 www.dearquitectura.uchile.cl

 

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