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Año XXXIX - N° 458 - Junio 2021

Editorial

Informática e información pública desenmascaran a vacunados corruptos

La informática y la información pública son dos herramientas clave en la democracia. Permiten acceder a datos puestos a disposición general, analizarlos y sacar conclusiones para que la opinión pública se entere y se tomen las medidas que correspondan. Con esos recursos, la ciudadanía tiene más oportunidades de control sobre los gobernantes y sus actos.

Utilizando esos dos medios, Valentín Sánchez, un ingeniero paraguayo que estudia en los Estados Unidos Ciencias Políticas y Ciencias de la Computación, le ha hecho un inapreciable favor al país: hurgando en el listado de vacunados publicado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) en la WEB accedió a los números de cédula e identidades de quienes habían sido inmunizados la vacuna anti covid19.

Valiéndose de sus conocimientos, siguió recurriendo a información pública para ahondar en su investigación. Las páginas del Ministerio de Hacienda, la Secretaría de la Función Pública y el Tribunal Superior de Justicia Electoral le aportaron datos valiosos, entre ellos la edad de los vacunados.

Para cruzar sus datos, recurrió a dos variables de ubicación de las personas del listado: una, de funcionarios y exfuncionarios públicos; y otra, de excandidatos a cargos públicos y autoridades que habían sido elegidas en las urnas.

Como resultado, averiguó que alrededor de 500 personas se habían vacunado sin respetar los límites de edad establecidos por el MSP. Lo publicó en su cuenta de Twitter, con lo cual sus indagaciones adquirieron estado público. Lo que hurgó le permitió, además, constatar que entre los vacunados había autoridades electas, en funciones, y excandidatos así como funcionarios y exfuncionarios públicos. La más connotada entre ellos fue la por entonces senadora Mirta Gusinky.

La conclusión es más que obvia: valiéndose de su poder, encontraron funcionarios de Salud corruptos que aceptaron vacunarlos.

La cultura de la politiquería paraguaya es ésta: por vías irregulares, cumplir un propósito. Eso es corrupción. Y para desgracia de nuestro pueblo, los politiqueros encuentran puentes en funcionarios sinvergüenzas dispuestos a violar las normas.

Ante esta realidad y con la experiencia recogida de la investigación de Sánchez, y gracias también a la Ley 5282 de libre acceso ciudadano a la información pública y transparencia que obliga a las instituciones públicas a poner a disposición de la gente sus actos y los nombres de las personas a las que afecta en cada caso su gestión, la opinión pública pudo enterarse del abuso de poder.

Las dos herramientas –la WEB y la información pública- tienen que ser mejor utilizadas por la ciudadanía para controlar al gobierno. Lo que acaba de suceder se debió a la voluntad individual de un ciudadano deseoso de desenmascarar a los vacunados irregularmente. Fue muy importante su aporte porque demostró que es posible descubrir irregularidades si hay voluntad para hacerlo. Ojalá su actitud encuentre una respuesta orgánica que permita cruzar constantemente información pública para detectar transgresiones.

A raíz de lo que se publicó, una senadora se vio empujada a renunciar, cuatro directores de hospitales públicos y un director de Región Sanitaria fueron destituidos y 15 funcionarios de Salud fueron sumariados. El ministro de Salud dijo sobre el caso: “Vamos a ser implacables”. Esperamos que eso sea verdad. La investigación y el castigo no solo debe incluir a los funcionarios públicos sino también a los politiqueros transgresores.

 

 

 

 
 

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