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Año XXXIX - N° 461 - Setiembre 2021

Editorial

Pandemia y elecciones municipales: dos desafíos imposibles de eludir

Hay dos temas preocupantes: la pandemia que seguirá vigente algún tiempo más y la mala calidad de los gobiernos municipales. Es necesario abordarlos porque son parte de nuestra cotidianeidad.

Si bien, con las escasas camas hospitalarias y unidades de terapia intensiva disponibles, la Covid19 ha decrecido en cantidad de enfermos y decesos, todavía no es posible cantar victoria.

Aun con esa mejoría, el panorama sigue siendo incierto. En algunos países de Europa, con índices de vacunación más altos, han aparecido nuevas embestidas del coronavirus que volvieron a aumentar la cantidad de infectados y muertos.

La variante Delta y otras mutaciones del virus son las que, entre otros factores, provocan los nuevos incrementos. En el Paraguay, según estimaciones del Ministerio de Salud Pública, la Delta se manifestaría con toda su virulencia el próximo mes.

Todo esto hace que la pospandemia todavía no esté tan cerca. El Gobierno tendrá que seguir con sus medidas esenciales, acelerando el proceso de vacunación. Y la sociedad civil deberá seguir cuidándose. Relajarse es lo peor que puede hacerse.

Por otro lado, las elecciones municipales están ya golpeando la puerta. El 10 de octubre se tendrá que escoger intendentes y concejales en 260 municipios.

La experiencia de más de 30 años de endeble democracia señala que hasta el momento los gobiernos locales –municipalidades y gobernaciones-, no han sido, en general, capaces de articular acciones que permitan a la mayoría de los ciudadanos vivir en condiciones de mayor bienestar.

Las municipalidades son fundamentales para que la gente viva mejor. A su cargo está el trabajo de mantener un servicio de transporte colectivo eficiente; la recolección de basura; el pavimentado y bacheo constante de calles y avenidas; la señalización de las arterias de circulación vehicular; la limpieza de los cauces de agua, las plazas y parques; la construcción y reparación de puentes y escuelas, y el ordenamiento del tráfico de rodados, etc.

En nuestro país, casi todos los municipios solo cumplen a medias su rol de gobernar. No lo hacen por falta de medios económicos sino por incapacidad y por corrupción.

En Asunción, la comuna principal del país, la puja por la intendencia se presenta con las opciones del continuismo de un gobierno colorado responsable del abandono en el que vive la Capital y el cambio representado por el liberal Eduardo Nakayama. Las propuestas de éste son convincentes y apuntan a superar en parte los crónicos vicios de los gobiernos municipales capitalinos.

Es de esperar que la ciudadanía controle a sus gobernantes locales exigiéndoles una administración de calidad que redunde en un mayor bienestar de las personas. Esa es la gran tarea que nos espera a todos.

 

 

 
 

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