« Volver al detalle


Año 41 - N° 493 - Mayo 2024

Editorial

Otra vez asoma la dictadura de la mayoría

En cualquier institución, asociación y organizaciones de cualquier índole que se manejen de acuerdo a normas claramente establecidas y consensuadas en algún momento, una mayoría coyuntural no da carta blanca para pisar las leyes, los protocolos, los estatutos y los reglamentos. El límite de lo posible está nítidamente trazado y nada de lo que implique abuso de poder puede ser legítimo.

Los senadores del Partido Colorado adscriptos al cartismo, sin embargo, convirtiendo su ocasional mayoría en una topadora, arrasó la Constitución Nacional y las normas al anular los desafueros de algunos de sus miembros que ellos mismos habían decidido.

Ni la Carta Magna ni ninguna otra normativa establece la figura de poner a disposición de la justicia a legisladores sospechados de actos ilegales y rever la decisión para retornarles los fueros a los que así recuperan un blindaje de impunidad. Por lo tanto, los congresistas que protagonizaron el atropello flagrante a la Constitución se han convertido en cómplices de los que han dado a los fiscales suficientes argumentos para solicitar sus desafueros.

Con esa medida, esos senadores han torpedeado a la democracia, se han burlado del Estado de Derecho y, sobre todo, han pisoteado a la ciudadanía que espera que los parlamentarios se manejen con racionalidad y no que obedezcan, servilmente, los mandatos del que se ha apoderado de sus voluntades y los tiene como títeres a disposición de sus antojos, sin respetar las normas.

Según la Constitución, los poderes del Estado son autónomos. Ninguno de ellos debe entrometerse en asuntos del otro sin lesionar gravemente a la República. Sin embargo, en el caso de la devolución de fueros a senadores que ya habían sido desaforados, hay una contundente intromisión del Poder Legislativo en el Judicial al impedir que algunos de sus miembros sean juzgados de acuerdo a las leyes de nuestro país.

Lo ocurrido es una muestra más de la dictadura de los que detentan el poder sin contrapeso que retoma la característica autoritaria del stronismo cuyo axioma era: La mayoría manda. Ello, en la práctica implicaba lo mismo que el sector cartista impone en diversas áreas del gobierno siendo lo más temerario y escandaloso la anulación de los desafueros.

El gobierno de Peña pretende atraer inversiones al Paraguay. Sin embargo, hechos como el que motiva este editorial son la peor propaganda que se hace al país. El capital no come vidrios: Nadie invierte donde una minoría se erige en ley.

El hecho de que los senadores cartistas hayan revisado la anulación del desafuero y retornado al desafuero inicial no le resta gravedad a lo sucedido. La reacción ciudadana, incluidas las opiniones de versados juristas, les ha hecho rever su desatino. La ciudadanía crítica tiene que seguir atenta para evitar que se repitan manifestaciones de la nefasta dictadura de la mayoría.

 

 

 

 

 
 

Revista