Edición N° 498 - Octubre 2024
Oficinas Nordeste
Proyecto: Mínimo Común Arquitectura.
Arquitectos a cargo: Verónica Villate, Solanito Benítez, Sergei Jermolieff.
Colaboradores: Osvaldo Aguilera, Juan Salvare.
Ingeniería: Jaime Olmedo.
Fotografías: Federico Cairoli.
Superficie: 182 m².
Año: 2018.
Ubicación: Mariano Roque Alonso.
Descripción elaborada por el equipo del proyecto.
El primer acercamiento al aprendizaje se da a través del juego. Mediante un método heurístico nos aproximamos a la geometría, descubrimos formas, las asociamos con tamaños, colores y de esta manera entendemos las diferencias. Ignorando reglas, principios y al azar desarrollamos habilidades como herencia de nuestros antepasados. Mientras nos moldean y enseñan las leyes del azar, preferimos armar castillos con naipes que son incapaces de sostenerse pero que agrupados en conjunto desafían la gravedad, y que se levantan y fortalecen apoyados unos a otros.
“Nordeste” no se aleja de esta realidad descrita, en la que las experiencias previas de ensayo y error servirán de base para levantar los naipes, en donde un ladrillo trabaja junto al otro para conformar paneles y el conjunto de éstos armarán la estructura, los muros, estantes y sin algunas de las partes no se podría constituir el todo. Un patio, un quincho en el fondo del terreno, una piscina y un sendero de vegetación en el lindero izquierdo se suman a los árboles que dibujaban el emplazamiento. Utilizamos la estructura existente de la piscina para los pilares de una losa jardín aprovechando la inercia térmica de estar enterrados para lo que quedo como la oficina presidencial.
La intervención nueva se eleva de la manera menos invasiva posible; separamos el volumen de ambos linderos dejando el izquierdo como un acceso lateral y el derecho como pasillo técnico. De esta manera la espacialidad interior del volumen se deja descubrir por la doble altura que se refuerza aún más por el árbol del Carambola. Una platea de hormigón y unos pilares metálicos que soportan el techo de vigas metálicas tensadas, construido para dar cobijo y sombra a los obreros desde el inicio de la obra, servirán para albergar un gran espacio de trabajo compartido y oficinas privadas en planta baja, el entrepiso albergará una oficina con conexión a la losa.
Como cerramiento lateral aparecen unos paños de vidrio de metro y medio de alto, lo suficiente para generar iluminación, ventilación y vistas a cuerpo completo de una persona sentada. A continuación, se levantan los muros de ladrillos de canto de 5 cm de espesor, 2,5 m de alto y 11 m de largo plegados cuidadosamente a manera de zigzag construidos con tutor. Dichas paredes distribuyen sus esfuerzos sobre paneles de ladrillos prefabricados, que arriostran la estructura y envuelven todo el espacio.
Los muros de las oficinas privadas, de paneles de ladrillos prefabricados, se conjugan para generar cubos separan las oficinas privadas del gran espacio común y sirven de apoyo para la losa de viguetas prefabricadas alivianada con ladrillo para una mejor terminación y reducción de la cantidad de viguetas y hormigón extremando el esfuerzo estructural de la losa.
Finalmente, como remate de las oficinas aparece un brisoleil que combina paneles cerámicos con paños de vidrio. Retornar al proceso de aprendizaje, las sucesiones de prueba y error… variar los modelos y métodos tradicionales… destruir y construir, generar nuevos conceptos… son premisas empleadas para este proyecto.