Edición N° 432 - Abril 2019

Premio Pritzker al arte de Arata Isozaki

 
  • Museo de arte moderno (Moca) en Los Angeles.

  • Palau Sant Jordi de Barcelona.

  • Centro Cultural Caixa Forum, Barcelona.

  • Centro Nacional de Convenciones de Qatar.

  • Museo de Arte Moderno en Gunma, Japón.

  • Biblioteca Central Kitakyushu, Fukuoka, Japón.

  • Allianz Tower, Milán, Italia - Art Tower, municipio de Mito, Japón.

  • Complejo Nara Centennial Hall, Japón.

  • Ceramic Park Mino, Gifu, Japón.

  • Coliseum da Coruña, en La Coruña, Galicia.

  • Lucerne Festival Ark Nova.

  • Team Disney Building en Florida.

 

La noticia de “habemus Pritzker” fue divulgada por todos los medios internacionales dada la importancia del galardón en el mundo de la arquitectura global. Mandu’a hace suyo el artículo publicado por New York Times International Weekly-Clarín sobre el arquitecto japonés de 87 años a quien le honraron merecidamente.

Fue bautizado el “emperador de la arquitectura japonesa” por sus pares y “visionario” por los críticos. Hoy, el arquitecto de fama internacional, Arata Isozaki, a sus 87 años, puede sumar otro tributo: el Premio Pritzker de arquitectura 2019. El galardón reconoce anualmente la obra de un arquitecto vivo cuyo trabajo construido demuestre una combinación de talento, visión y compromiso.

El anuncio sobre el reconocimiento más importante en la disciplina fue considerado por muchos, un honor largamente adeudado para este arquitecto de 87 años, diseñador urbano y teórico, a quien se le atribuye la fusión de Oriente con Occidente, de lo moderno con lo posmoderno, y de lo global y lo local en un conjunto de obras visualmente diverso que simbolizó la influencia global de Japón. Las más de 100 construcciones de Isozaki incluyen el Museo de Arte Contemporáneo en Los Ángeles (Moca, LA), el Palau Sant Jordi en Barcelona y el Centro Nacional de Convenciones de Qatar en Doha.

En su modesto departamento en Naha, la capital de Okinawa, Isozaki dijo que “estaba exultante de alegría” por recibir el premio. “Es como una corona sobre una tumba”, bromeó, exhibiendo su característico sentido del humor. Reflexionó sobre una carrera de seis décadas en las que fusionó la arquitectura con las artes visuales, la poesía, la filosofía, el teatro, la escritura y el diseño.

“Mi concepto de la arquitectura, es que es invisible”, dijo. “Es intangible. Aunque se puede captar a través de los cinco sentidos”.

Central en su enfoque es el concepto japonés Ma, que significa la fusión del tiempo y el espacio y fue el tema de una muestra itinerante en 1978. “Al igual que el universo, la arquitectura proviene de la nada, se convierte en algo y finalmente vuelve a ser nada”, dijo Isozaki. “Ese ciclo vital del nacimiento a la muerte es un proceso que yo quiero mostrar”.

Su compromiso con el “arte del espacio” fue en parte lo que llevó al jurado del Pritzker a seleccionarlo como su 46º galardonado y el octavo premiado de Japón tras su maestro Kenzo Tange, coetáneos como Fumihiko Maki, y artífices más jóvenes como Tadao Ando, Toyo Ito, Kazuyo Sejima/Ryue Nishizawa y Shigeru Ban.

Recibirá el premio en mayo, en una ceremonia que se desarrollará en el Chateau de Versailles en Francia y estará acompañada de una conferencia pública a cargo de Isozaki en París.

“Poseedor de un conocimiento profundo de la historia y la teoría de la arquitectura, y admirador de la vanguardia, nunca se dedicó simplemente a replicar el statu quo”, afirmaron los miembros del jurado y también notaron el respaldo de Isozaki a los arquitectos jóvenes. “Aunque su búsqueda de una arquitectura con significado, se reflejó en sus construcciones, que hasta la fecha, desafían a las categorizaciones estilísticas, están en constante evolución y son siempre novedosas en su enfoque”.

Nacido en Oita, en la isla de Kyushu, en 1931, Isozaki se hizo adulto en el Japón de la posguerra. “Los bombardeos aéreos habían destruido muchas de las ciudades, los edificios habían desaparecido y sólo había ruinas alrededor”, escribió. “Sin embargo, para esa época, Japón ya había asimilado la modernización occidental. La única opción posible que tenía era comenzar desde las ruinas, el nivel cero, donde no quedaba nada”.

Tras graduarse en la Universidad de Tokio en 1954, Isozaki hizo sus prácticas con Kenzo Tange, ganador del Premio Pritzker 1987, conocido como el padre de la arquitectura japonesa de posguerra.

Isozaki ha dicho que debido a la incertidumbre política y económica de ese período, “no podía adoptar un estilo único”. Como resultado, dijo: “el cambio se hizo constante. Paradójicamente, este pasó a ser mi propio estilo”.

El joven arquitecto impulsó la ola de construcciones del Japón en la posguerra, mostrando la influencia de Le Corbusier y Louis I. Kahn, como así también la de Tange, en obras como la Biblioteca de la Prefectura de Oita (1962-66), el Museo de Arte Moderno en Gunma (1971-74) y el Museo Municipal de Arte Kitakyushu en Fukuoka (1972-74).

Fue durante esta época que Isozaki perfeccionó su capacidad para fusionar estilos arquitectónicos e inventar nuevas formas, al unir formas geométricas simples de modos poderosos, manteniendo, a la vez, una atención exacta de los detalles y el refinamiento.

“Al contrario de los posmodernistas estadounidenses que creían que el clasicismo tenía la llave para un pasado utilizable, Isozaki pareció comprender que ninguna excavación histórica podría revelar un cimiento firme sobre el cual construir el presente”, escribió el crítico Herbert Muschamp en el Times en 1993. “Él percibía que una época que hubiera perdido su fe en el futuro, también habría perdido su control sobre el pasado”.

Otra constante fue su abordaje lúdico de la arquitectura. Visto desde arriba, el techo cilíndrico del Fujimi Country Club (1973-74) en su ciudad natal, Oita, se parece a un signo de interrogación gigante, un reflejo de la atmósfera de confusión de Isozaki con la obsesión por el golf de su país. “El cliente no dijo una palabra”, se rió Isozaki, con un guiño travieso.

Su primera obra en el extranjero llegó en los 80, cuando fue seleccionado para diseñar el Museo de Arte Contemporáneo en Los Ángeles, o Moca, hasta hoy, la obra más famosa del arquitecto en Estados Unidos. “En ese momento, el MoMA (el Museo de Arte Moderno en Nueva York) era tan popular, que sentí que Los Ángeles realmente deseaba superarlo”, dijo Isozaki. “Por eso, en lugar de exhibir las obras de arte en un área oscura con luz artificial como hacía el MoMA, nosotros destruimos este concepto y los dimos vuelta totalmente”.

Terminado en 1986, el museo revestido de piedra arenosa roja de la India, en el centro de Los Ángeles, muestra una biblioteca con bóveda de medio cañón y una serie de claraboyas en forma de pirámides que fueron diseñadas así para dejar pasar la luz natural en las galerías. “Desde los visionarios franceses de la arquitectura del siglo XVIII, ningún arquitecto utilizó volúmenes geométricos sólidos con esa claridad y pureza, y nunca con su sentido tan lúdico”, escribió el crítico Joseph Giovannini acerca del proyecto en el Times en 1986.

El proyecto catapultó a Isozaki a un nivel internacional, abriéndole el camino a una serie de encargos globales que incluyen el edificio Team Disney en Florida, la Academia Central China del Museo de Bellas Artes en Beijing y el estadio Sant Jordi (diseñado para los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona, España).

En el 2013, junto a Anish Kapoor, diseñó el Ark Nova, una sala de conciertos inflable que se traslada por distintas regiones afectadas por el tsunami de 2011 en Japón.

Mientras sus proyectos famosos se encuentran en ciudades, Isozaki dijo que sentía “más nostalgia de los proyectos rurales”. Cuando le pidieron que eligiera su obra preferida, nombró al Museo del Domo (1993-95) en La Coruña, España. Construido en la cima de un farallón rocoso junto a la Bahía de Riazor, el museo exhibe una fachada curva de pizarra que parece una vela inflada por el viento. “La obra de Isozaki deja de lado el debate anquilosado entre modernismo y posmodernismo, porque es a la vez moderno y posmoderno”, escribió el crítico Paul Goldberger en el Times en 1986. “Moderna en su base fuerte y segura de sí misma en la abstracción; y posmoderna por cómo se ve conectada con la corriente más amplia de la historia”.

Fuente
www.clarin.com


Algo más sobre el “arquitecto influyente versátil e internacional”

El jurado que nombró al arquitecto Arata Isozaki ganador del Pritzker, estuvo integrado por Stephen Breyer, Corte Suprema de los Estados; André Aranha Corrêa do Lago, embajador de Brasil en Japón; Richard Rogers, arquitecto británico Premio Pritzker 2007; Kazuyo Sejima, arquitecta japonesa, Premio Pritzker 2010; Benedetta Tagliabue, arquitecta y académica, España; Ratan N. Tata, presidente emérito de Tata Sons, el holding de Tata Group, India; Wang Shu, arquitecto chino, Premio Pritzker 2012: Martha Thorne (directora ejecutiva), decana de la IE School of Architecture & Design de Madrid, España.

Algunos de los conceptos vertidos por el jurado en su fallo -y por los cuales lo ha declarado ganador del Pritzker- expresan: “Arata Isozaki es conocido como un arquitecto versátil, influyente e internacional. En su búsqueda por una arquitectura significativa, creó obras de gran calidad que, hasta el día de hoy, desafían las categorizaciones, reflejan su evolución constante y siempre tienen un enfoque fresco.

Durante los más de 50 años que ha estado diseñando, tuvo un impacto en la arquitectura mundial, a través de sus obras, escritos, exposiciones, la organización de importantes conferencias y la participación en jurados de competencia.

Sus obras han sido descritas como heterogéneas y abarca descripciones que van desde lo vernacular hasta lo hightech, Lo que es claro es que no ha seguido tendencias, sino que ha forjado su propio camino.

El alcance y el repertorio de Arata Isozaki se han ampliado a lo largo de los años para incluir proyectos de muchas escalas y tipologías y en numerosos países.

Es una de las figuras más influyentes en la arquitectura mundial contemporánea en una búsqueda constante, sin miedo de cambiar y probar nuevas ideas. Su arquitectura se basa en una comprensión profunda, no solo de la arquitectura, sino también de la filosofía, la historia, la teoría y la cultura”.

Stephen Breyer, presidente del jurado, manifestó que “Isozaki ha sido un pionero en su comprensión de que la arquitectura es al mismo tiempo global y local, que estas dos fuerzas son parte del mismo desafío”.

El premio se entregó por primera vez en 1979, año en el que Jay A. Pritzker y su esposa Cindy comenzaron a reconocer el trabajo de arquitectos vivos “que hubiesen demostrado cualidades como el talento, la visión y el compromiso aplicados a contribuir al desarrollo de la Humanidad y su entorno, así como al arte de la arquitectura”.

Los premiados reciben 100.000 dólares en metálico, un certificado y un medallón grabado que le convierte en el nuevo ganador del Pritzker, además del reconocimiento de los medios de comunicación.

También forman parte del palmarés del premio considerado el Nobel de arquitectura, Balkrishna Doshi, Alejandro Aravena, Frei Otto, Eduardo Souto de Moura, Paulo Mendes da Rocha, Zaha Hadid, Rafael Moneo, Oscar Niemeyer, entre otros. 

 

Distinciones

El arquitecto de cabellos blancos peinados hacia atrás y siempre ataviado con camisas de cuello Mao, ha realizado proyectos en cuatro continentes, desde recintos deportivos hasta edificios de oficinas y museos y esa trayectoria le valió otros galardones, además del Pritzker. 

Recibió el Premio anual del Instituto de Arquitectura de Japón, por la Biblioteca de la Prefectura de Oita y el Museo de Arte Moderno de Gunma (1967 y 1975 respectivamente), L’Ordre des Arts et des Lettres (1997 Officier, Francia) , la Medalla de Oro del RIBA (1986 Reino Unido), el León de Oro de la Bienal de Arquitectura de Venecia, como comisionado del Pabellón Japonés (1996 Italia), la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (1997 España), Ordine al Merito della Repubblica Italiana (2007), y el premio a la trayectoria Lorenzo il Magnifico Lifetime Achievement, de la Bienal de Florencia (2017).

Fue miembro honorario de la Royal Academy of Arts (1994) y de la American Academy of Arts and Letters (1998), y miembro de la Japan Arts Academy (2017).

Fue seleccionado para integrar el primer jurado del Premio Pritzker en 1979, y continuó como miembro durante cinco años.

 

Exposiciones

Sus trabajos también se han conocido a través de muestras individuales realizadas en galerías y museos de distintas partes del mundo.

Las muestra Arata Isozaki: arquitectura 1960-1990, en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y en la Tokio Station Gallery, Japón.

La exposición Arata Isozaki: obras de arquitectura,  en el Museo de Brooklyn (Nueva York), en Galería D’Arte Moderna de la Comune di Bologna, Italia, en el Instituto de Arquitectura de los Países Bajos (Rotterdam), en el Instituto Nacional de Arquitectura Británica, Londres, en el Miro Museum de Barcelona y en Moni Lazariston, en Thessaloniki, Grecia.

La denominada Arata Isozaki Laberinto eléctrico se realizó en el Castello di Rivoli, sede del Museo d’Arte Contemporanea en Torino, Italia, y en el Museo de Arte Contemporáneo de Serralves, Oporto, Portugal.

Y la muestra Arata Isozaki unbuilt (sin construir), realizada en la Academia Central de Bellas Artes de Beijing, en el Centro de Exposiciones de Planificación Urbana de Shanghái, y el Museo de Arte de Guangdong, en Guangzhou.

 

Docencia

Isozaki no solamente se ha dedicado a construir en distintas partes del mundo, también se ha desempeñado como profesor visitante en varias universidades de Estados Unidos, entre ellas Columbia University, Nueva York; Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts: y Universidad de Yale, New Haven, Connecticut.

 

Fuentes
www.pritzkerprize.com
www.plataformaarquitectura.cl
www.arquitecturaviva.com

 

 

 

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