Con títulos como El molino y la cruz, Germinal y César debe morir vuelve este mes, tras el receso de invierno, la actividad de extensión que la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional de Asunción (Fada/UNA) promociona como evento cultural para dar a la ciudadanía la oportunidad de ver buenas películas y disfrutarlas en un espacio ameno.
El arquitecto Adolfo Escobar, encargado de seleccionar las películas por su relación con la arquitectura, antes de la proyección presenta una breve reseña del filme para poner “en clima” a los presentes.
Las proyecciones del ciclo La arquitectura y el cine se realizan en el Aula Magna de la Fada, Campus de San Lorenzo, todos los martes a partir de las 18 con acceso libre y gratuito para todo público.
La casa de estudios superiores dispone también de una Mediateca para uso de docentes y alumnos con un interesante fondo de películas y cortos sobre artes visuales, música, danza, diseño y arquitectura.
Martes 12. El molino y la cruz (The MIll and the Cross, 2011). Coproducción polaco-sueca dirigida por Lech Majewski e interpretada por Rutger Hauer, Michael Cork, Charlotte Rampling y Joanna Litwin.Situada en Flandes (Región flamenca de Bélgica), siglo XVI, la historia gira en torno al pintor Pieter Brueghel, llamado el Viejo (1525-1569), quien le explica a su amigo el banquero Nicolaes Jonghelinck los preparativos para la elaboración de un cuadro que luego llevará por nombre “El camino del calvario”. El cuadro se propone relacionar la pasión de Cristo con la pasión del pueblo flamenco, sometido a los abusos del ejército español, cuando Flandes pertenecía a la corona de Carlos V.
El filme, de 92 minutos de duración, obtuvo, en el 2011, la Mención Especial en el San Francisco Film Critics Circle (Circulo de Críticos de San Francisco).
El novel director polaco Lech Majewski se propuso algo que nunca se realizó en el cine: mostrarnos los personajes enmarcados en la tela de un cuadro famoso, de una manera intensa, espectacular y seductora. Majewski no se queda tan solamente en eso, el propio Brueghel explica a un mecenas de las artes la composición, los personajes y el sentido último de la obra. El molino y la cruz es imprescindible para los amantes de la pintura.
Martes 19. Germinal (Germinal, 1993). De origen franco-ítalo-belga, la película tiene a Claude Berri en la dirección y a Renaud, Gérard Depardieu, Miou-Miou, Jean Carmen y Laurent Terzieff en los roles protagónicos.
La historia se sitúa en el norte de Francia, a mediados del siglo XIX. Etienne Lantier llega a una ciudad minera en busca de trabajo y halla cobijo entre los obreros, que son explotados por la familia Hennebeau, dueña de las tierras y la mina. Un día, los obreros deciden ir a la huelga debido a la mala remuneración y a la falta de seguro de trabajo, pero las autoridades los reprimen de forma violenta con graves consecuencias para ambas partes.
Germinal fue la producción más costosa en su momento en el ámbito del cine galo, siendo que, paradójicamente, muestra de forma fidedigna el paupérrimo mundo de la primera revolución industrial en Francia. La base era firme, la novela de Émile Zola; la obra, muy sólida, anclada en
una situación que ha cambiado, pero cuyos efectos han perdurado. Un gran plantel de estrellas da jerarquía a esta obra de protesta social, de 160 minutos de duración.
Martes 26. César debe morir. (Cesare deve morire, 2012). El filme italiano es interpretado por Cosimo Rega, Salvatore Striano, Giovanni Arcuri y Antonio Frasca y a Paolo y Vittorio Taviani en la dirección.
Las escenas transcurren en la prisión de alta seguridad de Revivía de Roma, donde se representa la tragedia de William Shakespeare “Julius Caesar”; meses antes el director de teatro de la cárcel seleccionó el elenco, preparó con rigurosos ensayos la obra con varios delincuentes con penas de reclusión por graves delitos, los cuales, posteriormente, se percataron que la pieza teatral tenía notables resonancias y contrastes con sus vidas confinadas, lo que hace temer que el proyecto se concrete. Pero llegado el día, la representación se realiza con gran éxito.
De 76 minutos de duración, el filme César debe morir ha obtenido premios como el Oso de Oro y el Premio del Jurado Ecuménico del Festival Internacional Cinematográfico de Berlín 2012.
Los hermanos Taviani dan cuenta de la calidad de cierto tipo de cine italiano, no precisamente el de los nuevos directores. Tomaron como tema la representación teatral que se efectúa cíclicamente en una prisión de alta seguridad en Roma. El conjunto carcelario es inhabitual, sus prisioneros son los de siempre, son seres humanos. Pero ¿el arte puede redimir a seres confinados a prisión perpetua? Eso tiene que investigarlo el espectador, aunque los directores son bastante contundentes al respecto.