Edición N° 377 - Septiembre 2014
Resumen de Prensa
Corrupción en la Senavitat, peor que los “empedrados chinos”
El Estado Paraguayo ha tomado diversas iniciativas para dar respuesta a las demandas de la población en materia de vivienda. A tal efecto creó instituciones que se encargarían de programas y proyectos que paliarían el déficit. En la actualidad es la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat, Senavitat, cuyo objetivo es satisfacer la demanda de viviendas y soluciones habitacionales. Aunque, con el paso del tiempo, la meta no se ha cumplido o lo ha hecho menos que medias pues tiene en su haber viviendas inconclusas, con apenas el cimiento, y abandonadas, y para reactivarlas necesita 350.000 millones de guaraníes aproximadamente, o 81,3 millones dólares.
En todos sus programas quedaron viviendas sin concluir:
Pueblos originarios, 977 casas, 18.277 millones de guaraníes. Vy’a renda, 1231 casas, 31.495 millones de guaraníes. Viviendas económicas, 689 casas, 21.222 millones de guaraníes. Cepra. 1475 casas, 4.482 millones de guaraníes. Focem, 399, 13.3992 millones de guaraníes. Foncoop, 495 casas, 16.517 millones de guaraníes. Fonavis-Grupo, 2235 casas, 129.924 millones de guaraníes. Fonavis-individuales, 1084 casas, 62.800 millones de guaraníes. Con problemas (rescindidas), 967 casas. Ampliación Fonavis, 973 casas, 59.149 millones de guaraníes.
Por estas viviendas paradas, en su mayoría en estado de abandono, la institución desembolsó unos. 172.472 millones de guaraníes o 40 millones de dólares, según el anticipo del 50 por ciento estipulado en el momento de adjudicación del contrato.
Las viviendas “fantasmas” de Mbuyapey
Las viviendas “fantasmas” costaron al Estado 1.437 millones de guaraníes. Y ocasionaron daño social por los costos que tendrán para las familias, ya que el programa se derivará a otro que es el Fonavis (Fondo Nacional de la Vivienda), que a diferencia del Cepra (de 100 por ciento), tiene un 95 por ciento de subsidio estatal.
A un año de haber recibido la administración, con los cortes correspondientes, sus actuales responsables todavía no saben qué pasó con el programa Cepra. Dicen que intimarán a la empresa proveedora de los materiales de construcción porque, pese a que cobraron la totalidad del contrato, “solo entregaron un lote”. Y que hasta ahora no han iniciado sumarios administrativos porque “primero se debe detectar la falla”, ya que por un lado el proveedor manifiesta que cumplió el contrato, y en Senavitat dicen que no fue así.
Pero no solamente para investigar sobre éste caso, tuvo todo un año para, mínimamente aunque sea, “limpiar la casa” ventilando los “chanchullos” que el titular Francisco Knapps no puede desconocer dado que ha sido un alto funcionario del ex Conavi desde antes que asumiera Isacio Vallejos como titular y siguió en todas las gestiones posteriores -en la de Rolón Pose, en la del “ta’ýra” del senador Gómez Verlangieri, luego el siguiente, del que ni recordamos su nombre, hasta llegar a la titularidad de la entidad. Por lo que, a la conclusión que se llega, aún sin dos dedos de frente, es que ES… o se hace.
Poco o nada se hizo… y además, mal
Luego de un año de la asunción de este gobierno, la Secretaría de la Vivienda apenas ha realizado tres llamados a licitación pública. La primera para construir 1.196 viviendas en el marco del proyecto Che Tapÿi, con financiamiento de la República de China Taiwán. La segunda, para 240 casas en el marco del Programa de Mejoramiento de la Comunidad Vy’a Renda, en Villa Hayes. Y la tercera, la apertura de sobres para otras 101 soluciones habitacionales, destinadas a reubicar a vecinos del barrio Sajonia, de Asunción.
Hace un año se anunció la construcción de 20.000 viviendas para este 2014, pero con el transcurrir de los meses, esa cifra fue reduciéndose hasta llegar a menos de la mitad.
En conferencia de prensa, el ministro Knapps aclaró que las construirán “en el periodo gubernamental”, es decir, durante los cinco años del Gobierno.
Dijo también, que hay 2.157 casas concluidas, 6.839 en proceso de construcción; 13.511, en vías de iniciación, más 5.800 unidades licitadas a través de los bonos soberanos.
Sin embargo, pocas fueron las inauguraciones anunciadas a lo largo de este ejercicio. Por ejemplo, las 40 viviendas sociales en Nueva Colombia, departamento Cordillera; 40 en Carapeguá, 20 para la comunidad indígena Nivaclé Casuarina, en Mariscal Estigarribia; 38 en el barrio Corazón de Jesús de Ybycuí; 148 para el asentamiento Nueva Esperanza de Limpio, y otras viviendas para algunas localidades de Caaguazú, Guairá y J. Augusto Saldívar de Central. Si se suman las cifras, la cantidad dista de llegar a la de referencia, en realidad ni siquiera llega a 500 viviendas ¿dónde están las que faltan para llegar a la cifra mencionada por Knapps?
Tantas denuncias de irregularidades en la construcción y entrega de las viviendas en las que se envuelto el titular de la Senavitat, que el presidente Horacio Cartes lo convocó para ordenarle que la entidad resuelva los problemas porque le preocupan las pocas casas que se han hecho y se agilice el proceso de construcción.
Esto no es todo
Los tipos de casos que giran en torno a la institución no dejan de sorprender. Ahora aparecen funcionarios públicos administradores de las obras de Senavitat con las constructoras y los beneficiarios.
Eusebio Verón Martínez, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, y Víctor Roberto González, del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, en el 2010 crearon una Coordinadora de Desarrollo Departamental (Codepa), y a través de un “Servicio de Asistencia Técnica” (SAT), recibieron de Senavitat, en tres años, 5.110 millones de guaraníes, más de 1 millón de dólares, por la ejecución de proyectos en Carapeguá e Ybycuí.
“No corresponde”, dijo el ministro de la Función Pública, Humberto Peralta sobre el hecho. “Es corrupción y va en contra del artículo 60 de la Ley de la Función Pública y del N° 40 de Contrataciones Públicas”, dijo la ex ministra Llian Soto.
Y como el cinismo no tiene medida, los responsables dijeron ser “los representantes de la organización que asiste a la gente para acceder a sus viviendas. Somos como una iglesia o una comisión pro escuela”.
Altos salarios de “asistentes”
La Senavitat tiene más de 600 empleados, entre funcionarios permanentes y contratados. Cientos de ellos tienen el cargo de “auxiliares” o “asistentes” administrativos, con salarios que oscilan entre 2.200.000 y 7.956.000 de guaraníes. En muchos casos, cobran remuneraciones especiales por el programa de viviendas rurales Cepra, que ya no existe.
De todo lo expuesto se deduce como corolario que se está ante un caso, hasta peor que el del tan mentado “empedrados chinos”.
UH
21, 23, 24, 28, 29, 31.07.14
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Abc
23, 25, 31.07.14
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