Edición N° 458 - Junio 2021

Velocidad de ejecución en obras

 

 

Ing. Aníbal Alarcón - Alar Constructora

La velocidad en que ejecutamos las obras está muy ligada a la cantidad de recursos que disponemos y el buen uso que hagamos de ellos. Sean éstos materiales, humanos, tecnológicos, financieros e infraestructuras.

Su correcta utilización conllevará a más beneficios para la empresa, por eso la importancia de su optimización.

No olvidar que la construcción es una industria esencialmente manufacturera y se rige por sus principios básicos. En ellas, habitualmente se miden los valores de producción, eficacia y eficiencia, y son muy importantes para saber cuál es la situación de nuestro trabajo y así poder tomar decisiones e ir mejorando. Dicen que nada que no pueda ser medido puede ser gerenciado, es por esto la necesidad de conocer esos conceptos.

Definamos qué son la eficiencia y la eficacia y qué tienen que ver con la producción y la ejecución de obras.

La eficacia es la capacidad que se tiene de alcanzar nuestras metas y objetivos. Si la directiva trazó como meta realizar 100 viviendas en un año y el equipo de trabajo realizó las 100 viviendas, decimos que el equipo de trabajo es eficaz.

La eficiencia es la relación entre los recursos utilizados y las metas logradas. Siguiendo con el ejemplo anterior, si una empresa hizo las 100 casas con un equipo de 10 técnicos y otra lo realizó con un equipo de 15, decimos que la primera es más eficiente pues utilizó menos recursos para lograr el mismo resultado.

Por lo tanto, la velocidad de ejecución y la producción de las obras se pueden acrecentar mejorando la eficacia y la eficiencia de los medios que se tienen.

¿Cómo mejoramos la eficacia?

Disponiendo de más recursos. En lo humano, aumentando la cantidad de personal.

En lo tecnológico, utilizando laser en vez de lo manual.

En infraestructura, instalando un montacargas en lugar de levantar los materiales a mano.

Y en lo financiero, tomando préstamos para que el flujo de efectivo sea constante y no nos falte capital en algún momento.

 

¿Cómo mejoramos la eficiencia?

Si los recursos con que se cuenta son inamovibles, se puede: mejorar procedimientos de trabajo en las obras pues éstos ayudan a la estandarización en los diferentes lugares de trabajo, evitan malos entendidos, y crea sitios laborales más confortables para los involucrados, pues las reglas son claras desde un principio.

Mejorar la supervisión ya que al hacerlo evitamos errores, pérdidas tanto de materiales como de tiempo al demoler y rehacer trabajos. Mejorar la comunicación entre los distintos niveles -desde el dueño de la empresa constructora hasta el último ayudante albañil-  a través de charlas, carteles, comunicados, reuniones. Con esto se logrará que los involucrados trabajen siempre en el mismo sentido y no haya contraposición de intereses.

Capacitar, lo que siempre implica que haya menos errores.

Contratar directores con liderazgo que puedan influir y cambiar las cosas dentro de la obra es importante para llevar adelante un equipo.

Mejorar la capacidad de contratación en general para contar con equipos en  los cuales confiar y con los que se pueda trabajar.

Innovar, además del desarrollo consciente de nuevas técnicas, es una tarea obligatoria aunque opacada por las urgencias del momento. Innovación y desarrollo son fundamentales para la optimización de los recursos.

En conclusión, mejorando la eficacia y la eficiencia aumentamos la producción y la velocidad de ejecución de los trabajos, lo cual redunda en crecimiento y más ganancias, que al fin y al cabo es el objetivo intrínseco de las empresas constructoras.

 

 

 

 

 

Revista

Ver ediciones anteriores

Suscribete

Y recibí cada mes la revista Mandu'a

Suscribirme ahora