Edición N° 457 - Mayo 2021

Vivienda Ara Pytu

 
 
Proyecto: José Cubilla.
Fotografías: Luis Ayala.
Área: 340 m².
Ubicación: Mariano Roque Alonso.
Año: 2016.
 

Descripción elaborada por el arquitecto Luis Ayala. 

Esta es una casa que fotografié en febrero, que mi querido amigo Joseto Cubilla diseñó. La llamó Arapytu que en guaraní se traduce como ambiente.
 
Aunque nací en Paraguay y estudié nuestro idioma nativo en la escuela, no puedo decir que lo entienda, ni que hable guaraní, algo que lamento profundamente. Así que le pregunté a Joseto cuál es el significado de Arapytu, y me explicó que, como todos los idiomas, aunque se traduce como atmósfera, hay algo más. 
 
 
La palabra Ara, también significa día, espacio y clima. Pytu significa aliento pero también oscuridad. Para los nativos guaraníes, Arapytu es el espacio ideal para estar, donde hay luz, pero también hay sombra. El clima en Paraguay es de 360 días de calor y cinco días de más calor aún. Así que los guaraníes entendieron que tienen que utilizar la sombra como mecanismo para hacer frente a las temperaturas extremas.
 
Joseto utiliza este principio para diseñar esta casa. Está situada en Surubi’i, una zona a 30 minutos de la capital, Asunción, con una vegetación exuberante, una enorme variedad de pájaros e incluso monos que se mostraron muy curiosos ante nuestra visita. Respeta la presencia de los árboles existentes y sitúa la huella en los espacios entre ellos; algunos incluso se envuelven en el entorno construido, creando patios.
 
 
La paleta de materiales es sencilla, losas de hormigón, muros de ladrillo y columnas portantes de madera. Piedra natural en los suelos y ventanas de suelo a suelo que se abren a las majestuosas vistas de la naturaleza circundante.
 
Al reflexionar sobre la experiencia de habitar estos espacios, aunque mi estancia fue breve, estaba claro que los límites entre el interior y el exterior eran difusos; en todo momento, sentí que estaba en el exterior pero protegido. Era un día caluroso y húmedo, pero se sentía fresco bajo la sombra.
 
El sonido constante de los pájaros y las cigarras adormece los sentidos, dotando a esa hamaca de poderes hipnóticos, como si se viviera en la naturaleza bajo el espacio mágico que prefieren los guaraníes, Arapytu.

 

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