Edición N° 459 - Julio 2021
Vivienda Horizonte
Proyecto: Bauen
Arquitectos a cargo: Aldo Cristaldo Kegler, Dario Mereles
Equipo: Fátima Estigarribia, Iris Dierickx
Calculista: Enrique Granada
Fotografías: Daniel Ojeda, Darío Mereles
Ubicación: San Bernardino
Área: 345 m²
Año: 2019
Descripción elaborada por el equipo del proyecto.
En la ciudad de San Bernardino, caracterizada por una topografía accidentada en gran parte de su territorio, nos ubicamos en un terreno con vistas privilegiadas. Teniendo en cuenta las particularidades del entorno, decidimos centrarnos en potenciar el aspecto más cautivador de este: el horizonte.
Por medio de dos placas horizontales paralelas de hormigón, unidas entre sí por 4 pies derechos en un solo nivel, se genera una estricta cuadrícula (un tatetí) de 9 módulos de 4,33 m. Se establece un cuadrado de 13x13 m, donde el único modulo inalterable es el del centro; donde habita el fuego y es espacio de reunión en torno a la comida, “la cocina”. Todos los demás módulos son modificables, donde por medio de planos corredizos, los espacios se pueden armar, desarmar y rearmar según sea requerido. Estos pueden ser 2, 3 o 5, el estudio puede convertirse en estar y viceversa, todo subordinado a la necesidad del momento.
Este contenido, estructurado y modulado, está envuelto en cerramientos que permiten un espacio que se viste y se desviste; una casa que arropa, abriendo y cerrándose al exterior, con espacios de transición en todo su perímetro. Una resemantizacion de la galería en 360°, el entrañable “corredor jeré” (2) de nuestra cultura paraguaya, que define la relación interior-exterior a través del espacio en penumbra, el espacio intermedio. Todo esto esta rematado con una cobertura verde que, aparte de reforzar la aislación térmica, genera un nuevo espacio que actúa como mirador, explotando al máximo las vistas del imponente entorno.
Se trata de intervenir el lugar lo menos posible. La casa, casi enteramente de hormigón, flota sobre el suelo. La topografía pronunciada que va en forma diagonal al terreno se excava en una esquina y se entierra la casa, mientras que en la otra esquina se calza el volumen de la piscina. Este semi-enterramiento de la vivienda permite que se respete la perspectiva del transeúnte que observa desde la calle, una continuidad visual. La vista se democratiza, es de todos; no nos apropiamos de esta, solo la admiramos juntos.