Proyecto: José Cubilla
Colaboradores: Dahiana Núñez, Yago García, Ilaria Marcatelli, Salma Abraham, Bethania Casco, Karina Olmedo, Horacio Cherniavski, Ignacio Lloret
Construcción: Nelson Pérez
Fotografías: Federico Cairoli
Ubicación: Piribebuy, Paraguay
Superficie: 310 m²
Año: 2016
Takurú, del guaraní, termitero o colonia de las termitas. Comunmente están a metros bajo el suelo. La parte superior es un dispositivo de ventilación, que además hace sombra para que el termitero se refresque.
En Piribebuy, lugar histórico y rural a 80 km de Asunción, una vivienda para una familia numerosa del interior.
¿Cómo habitar un lugar de una belleza natural extraordinaria? Tierra colorada, cocoteros y ¡takurues!
Nos parece fundamental decodificar el sitio y entender su aura. El silencio del lugar. Determinar su capacidad de carga y generar el menor impacto. Comprender los estratos del lugar, sus capas, las dinámicas de los suelos, los vientos, los fluidos, las texturas, los colores, la topografía, la flora y el cielo.
Proponemos una vivienda de tierra.
Materia que se vuelve geometría, artificio.
Construcción que surge del lugar.
Muros y bóvedas. Suelo que se vuelve techo.
De la excavación de una gran fosa (reservorio de agua para el ganado) obtenemos la materia prima. Una vivienda austera, económica y amable con el entorno, donde el 85% del volumen de la construcción es extraído en el lugar.
Nos interesan las construcciones vernáculas, tradicionales, llenas de sabiduría, pertinentes y económicas.
Sensibilidad con el lugar, inercia térmica, sombras y penumbras en un clima particular, son algunas de las premisas de partida.
Un sistema constructivo que retomamos del pasado, pero desde el profundo conocimiento de la materia.
Fabricamos ladrillos compactados de tierra cruda del lugar para los muros interiores y bóvedas.Construimos tapiales de 40 cm para muros portantes, exteriores, obteniendo una excelente inercia térmica.
En paralelo con la ventilación cruzada convencional, se adopta un sistema de ventilación por el subsuelo, conocido como pozo provenzal que permite igualar la temperatura del aire exterior con la del subsuelo de la vivienda, que permanece constante durante todo el año en un rango entre los 18º y los 21º.
Esto permite, tanto en invierno como en verano, utilizar la energía geotérmica en sustitución de los sistemas de climatización convencionales (aire acondicionado, estufas), manteniéndose la temperatura alcanzada en el interior gracias a los gruesos muros de tierra.
Tratamos las aguas negras y grises con un sistema de fitodepuración, que consiste en el tratamiento de las aguas servidas mediante la acción biológica de las raíces de determinadas plantas acuáticas. Utilizamos el camalote (Eichhornia Crassipes), una planta muy extendida localmente con un gran rendimiento en la depuración.
El sistema consiste en la introducción del efluente en un estanque, que contiene dichas plantas cuyas raíces inyectan oxígeno al agua contribuyendo a la acción de las colonias de bacterias aeróbicas contenidas en las mismas.
Utilizamos maderas de quebracho en los pilares, material eterno de la naturaleza.
Las puertas y muebles provienen de especies reforestadas y los pisos son de piedra areniscas de canteras de la zona.
El agua de lluvia de las cubiertas es canalizada por un sumidero que la redistribuye a las huertas ubicadas en las zonas más bajas del lugar.